Oct 11_05 A todos vosotros se os concedió ésa Herencia Divina por la negación del pueblo elegido.

Rosario.

Temas:

  • La Herencia que Yo os dejé es, “amaos los unos a los otros, como Yo os he amado”.
  • Muchos de vuestros hermanos se han volcado hacia el satanismo, han buscado otros falsos dioses.
  • Yo Me apoyaba en el Santo Espíritu de Mi Padre y, si Me lo pedís, os lo daré, si queréis servir a Mi Padre.
  • Tenéis que vivir realmente bajo la guía amorosa y sapientísima de Mí, de vuestro Padre y vuestro Dios.
  • Estaréis preparando el camino, para que llegue Mi Hijo nuevamente entre vosotros, porque no puede llegar a un mundo de terror.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: La Herencia que Yo os dejé es, “amaos los unos a los otros, como Yo os he amado”.
Hijitos Míos, ¡Cómo Me habéis costado y Me seguís costando!, ¿qué acaso Mi Vida, Mis enseñanzas, Mi Amor, Mis sufrimientos, Mi dolor, Mi Muerte, Mi Resurrección, no han hecho mella en vuestro corazón?, ¿acaso toda Mi Vida sobre la Tierra fue un fracaso para muchos de vosotros.

Mis pequeños, ¡Cómo Me costáis y cómo Me seguís costando!, Me he dado por completo por vosotros, Me sigo dando en cada Eucaristía alrededor del mundo, sigo transmitiendo Vida alrededor de vosotros, a través de ésas almas que se llenan de Mí, pero que en éstos tiempos son atacadas por aquellos que no quieren ver virtud y amor alrededor de vosotros. Os habéis llenado de podredumbre, vuestro corazón, ya no quiere destilar Amor, ya no quiere destilar la dulzura que Yo os dejé, que Yo Mismo viví, que Yo Mismo os transmití. El corazón ahora se ha secado, muchos hombres tienen su corazón seco, es vana su vida sobre la Tierra. ¿Para qué estáis, Mis pequeños?

Aprovecháis las cosas del mundo y creéis que después tendréis las del Cielo, con solamente decir “Señor, Señor” y no será así, Mis pequeños, el premio se les da a aquellos que han corrido la carrera, que han sufrido, que han competido, que ésta vida que se les ha concedido la han aprovechado para bien, se han llenado de gloria, como en una competencia y por fin, llegan al final de su vida y obtienen la palma del triunfo, pero Mis pequeños, ésta solamente se obtiene viviendo, sufriendo y muriendo por vuestro Dios.

Yo os dije que “aquél que quisiera ganar su vida la iba a perder, que aquél que la perdiera por Mí, se salvaría”.

Sí, tenéis sacrificios cruentos e incruentos, Yo os enseñé el Sacrificio más cruento que la humanidad puede concebir y sobre todo porque sacrificaron a su Dios, que vino a amarles, que vino a transmitirles vida, que vino a enseñarles cómo se vive en el Reino de los Cielos. Y, ése pueblo que tanto quiso Mi Padre, que tanto quise Yo, Me sacrificó, Me hizo a un lado y ahora a todos vosotros se os concedió ésa Herencia Divina por la negación del pueblo elegido y todos vosotros ahora podéis tener ésas Bendiciones que iban a ser solamente para ése pueblo. Os pido pues, Mis pequeños, que agradezcáis a Nuestro Padre, que tengáis ahora la Herencia vosotros, pero sabed que tenéis un compromiso grande, que es el repartir la Herencia con vuestros hermanos, y la Herencia que Yo os dejé es, “amaos los unos a los otros, como Yo os he amado”.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Muchos de vuestros hermanos se han volcado hacia el satanismo, han buscado otros falsos dioses.
Hijitos Míos, queréis seguir siendo los niños traviesos, que no tienen ningún tipo de obligación, que se sienten amparados totalmente por el padre, por la madre y que creéis que los mismos padres os aguantarán todas vuestras travesuras.  Pero recordad, Mis pequeños, con vuestros hijitos hay un tiempo en el cual, como son tan pequeños, ésas travesuras os pueden causar risa y están dentro del aprendizaje de la criatura, pero así como va creciendo ésa criaturita, empiezan las obligaciones y la principal obligación, es la disciplina dentro del hogar, que tienen que entenderla para que todo camine correctamente.

Muchos hijos Míos, alrededor del mundo, quieren seguir siendo ésos niños traviesos, muy pequeños, que no quieren tener ningún tipo de obligación y que siguen haciendo travesuras, pero ya han crecido y ya ésas travesuras están afectando a sus hermanos. Ahí es cuando vosotros mismos entendéis cuando una travesura ya necesita una represión, un castigo ó una enseñanza y es cuando hay que empezar a educar, para que no afecte la vida de los demás.

Muchos de vuestros hermanos se han volcado hacia el satanismo, han buscado otros falsos dioses ó simplemente se han mantenido sin ningún tipo de vida espiritual y esto no puede ser, Mis pequeños, el alma necesita su alimento, el alma necesita a su Dios y cuando se le priva al alma de ése alimento Divino, el alma puede caer graves problemas que la puede llevar a la perdición eterna.

Mucho os he hablado, Mis pequeños, de lo que es la condenación eterna. Vosotros no podríais entender el dolor que eso le causa a Mi Corazón. Podéis entender más ó menos esto, cuando alguno de vuestros hijos se desvía, causa mal en la sociedad, es encarcelado ó a veces hasta ejecutado por sus malos actos y eso os causa mucho dolor. Pero el dolor que Me causa a Mí un alma que Me desprecia, un alma que se condena, porque no ha querido tomar Mi Amor, y además quiso transmitir falsedad entre sus hermanos, es mucho, Mis pequeños, causa mucho dolor al Cielo y os pido que oréis fuertemente por ésas almas que se han desviado, porque además Me están traicionado, transmitiendo maldad, dolor, confusión al mundo entero.

Orad por ellas, para que Yo pueda llenarlas de Mi Amor y pueda detener toda ésa falsedad para que no echen a perder las almas, – posiblemente la de vuestros propios hijos -.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Yo Me apoyaba en el Santo Espíritu de Mi Padre y, si Me lo pedís, os lo daré, si queréis servir a Mi Padre.
Hijitos Míos, la obligación de todos vosotros es la de trascender a ésta vida. Ciertamente, hay almas malas que trascienden y son recordadas por mucho tiempo, pero vuestra obligación es trascender en el bien.

¿Y que implica ésta trascendencia, Mis pequeños? Es el dar vuestro máximo, es actuar en perfección, es vivir realmente para vuestro Dios. En el trascender, vosotros deberéis poner toda vuestra vida al servicio de Mi Padre, Yo vine a hacer la Voluntad de Mi Padre.

En el trascender, Mis pequeños, debe haber mucha humildad, mucho valor, fortaleza, templanza, las virtudes deben estar a flor de piel, debéis vivir en la virtud y en el Amor, porque estáis viviendo en el campo de batalla y si actuáis en el Bien, como Yo actué, tendréis también los ataques del enemigo. Yo, vuestro Hermano Jesucristo, os vine a dar la muestra, os vine a dar el ejemplo, visteis Mi valentía, pero todo salía bien porque Yo Me apoyaba en el Santo Espíritu de Mi Padre y, si Me lo pedís, os lo daré; si queréis servir a Mi Padre, servidMe a Mí, como Yo le serví, tomaréis de Mi todo lo necesario y Yo os lo daré con mucho gusto.

El trascender quiere decir regresar a la Casa Paterna. Para muchos será con mucho dolor, para otros no tanto, pero cuando se acercan a ésta vida en la Gracia, a ésta vida en el Amor, vuestro sentidos se potencializan y sentís el dolor fuertemente como Yo lo sentí, pero también sentiréis la alegría, la felicidad como Yo también la sentí. Amaréis como nunca habéis amado antes. Vuestra alma, se pone en contacto con la de Nuestro Padre, con la Mía, con la del Santo Espíritu de Amor. Empezáis a gozar alegrías inmensas, inconmensurables, la Sabiduría fluye por vuestros labios, la inteligencia, os ayuda a encontrar las almas necesitadas y las llenáis del Amor de vuestro Dios.

El trascender, os vuelvo a repetir, es ésa perfección que Nos pidió Nuestro Padre, que Yo os pedí, el ser perfectos, como Mi Padre lo pide, como Yo lo pido.

Entended, Mis pequeños, que aquél que triunfa siempre tendrá la palma de la victoria y aquí la palma de la victoria es ése gozo eterno en la Presencia Divina de la Santísima Trinidad.

Os he dicho que como pequeñitos que sois, no podéis entender todavía ésta magnificencia que se os promete, pero tened Fe, Mis pequeños, porque es tan grande, tan grande lo que se os dará, que gozaréis infinitamente.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Tenéis que vivir realmente bajo la guía amorosa y sapientísima de Mí, de vuestro Padre y vuestro Dios.
Hijitos Míos, en las Escrituras, vosotros leéis que la boca habla de lo que esté lleno su corazón. Yo agrego, que también el hombre actúa de acuerdo a lo que tiene en su corazón.

Vosotros humanamente habláis de la personalidad en cada uno de vosotros, decís que tal ó cual persona tiene una gran personalidad, pero ésta personalidad, Mis pequeños, ésta madurez se va adquiriendo, sí, a través de los años de experiencia, a través de las caídas y sobre todo, a través de ésa fortaleza y ése deseo de perfección y levantarse nuevamente, para que ésas cicatrices le vayan marcando su vida futura.

Mis pequeños, al estar en ésta vida, vosotros, para poder llegar a ésa perfección, a ésa madurez, para que vuestra boca y vuestros actos hablen de lo que esté lleno vuestro corazón, tenéis que vivir realmente bajo la guía amorosa y sapientísima de Mí, de vuestro Padre y vuestro Dios.

Vinisteis a servirMe, vinisteis a levantar al mundo que está corrompido, que ha destruido sus valores, que no quiere seguir Mi guía amorosa. Vosotros, Mis pequeños, habéis sido llamados a ello a vivir, vivir la perfección, pero deberéis ser primero perfectos, pero a través de ésa madurez, madurez espiritual que solamente se obtiene estando Conmigo, buscándoMe, leyéndoMe, actuándoMe, dejándoMe vivir a Mí, perfectamente en vosotros.

Debéis tener ésa personalidad espiritual, cuando ya vuestra madurez llega a tal punto de que el Amor sea toda vuestra vida, todos vuestros actos, estén llenos de Amor. Ver por vuestros hermanos, desde una limosna, darla con Amor, una palabrita de aliento, darla con Amor, el ejemplo, aún vuestro mismo caminar, el cómo os comportéis, vuestra forma de vestir, todo va hablando de vuestra personalidad. Seguís siendo pequeños y así como el niño pequeño aprende antes de que vosotros habléis porque os observa, así también vosotros a través de cómo actuéis, ayudaréis a otros a actuar dentro del Bien.

Actuad, Mis pequeños, en el Amor, actuad en las virtudes y así estaréis atrayendo a muchas almas al redil, al redil Divino.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Estaréis preparando el camino, para que llegue Mi Hijo nuevamente entre vosotros, porque no puede llegar a un mundo de terror.
Hijitos Míos, estáis viendo la tribulación mundial, os hablaba de que así como el pueblo escogido, cuando se salía de Mis Mandatos, de Mis Leyes y de Mi Amor, sufrían, ahora, todos vosotros, como pueblo escogido, estáis padeciendo vuestra necedad, el olvido a vuestro Dios, el olvido a Mí, el que todo os provee, el que tanto os ama, que tanto os quiere.

Mis pequeños, la falsedad del mundo es tal, que muchos de vosotros, sobre todo en la juventud, que es la más afectada, no sabe ya ahora qué es Verdad y qué es mentira, porque no se acercan a lo que Yo os dejé en las Sagradas Escrituras, lo que Mi Hijo os dio en Su propia Vida. Si Yo he permitido todo esto, es como os explicaba hace ratito, los niños pequeños necesitan una nalgada a tiempo, un consejo, un castigo para regresar al buen camino.

Quiero hacer notar esto, Mis pequeños, que Yo no estoy mandando ésta maldad al mundo, es el mal el que os ataca. Yo no puedo transmitir ningún mal, pues Soy la Bondad Absoluta, Soy el Amor Absoluto y de Mi no puede salir maldad. Pero vosotros, al haberos apartado de Mí, no permitís que Mi Bondad y Mi Amor fluya a través de vosotros y quedáis a merced de los ataques del enemigo. Pero Yo permito su ataque y limito su ataque, para que vosotros podáis empezar a sentir el Amor.

Muchos de vosotros vivís en la soberbia, porque os sobra de las cosas del mundo, tenéis mucho de lo del mundo, pero cuando lo perdéis, entráis en humildad y es cuando empezáis a ver la realidad de la vida Divina, el de vivir al servicio de vuestros hermanos, compartir de lo que tenéis con vuestros hermanos, saber recibir con humildad de lo que el hermano sencillo y pobre os pueda dar. Todo esto lo estoy permitiendo también para que empiece a nacer amor en vuestro corazón al compartir de lo que tenéis, de lo que os sobra, ó posiblemente de lo que necesitáis y queráis y esto acarreará más gloria, porque estaréis dando de lo poco que tenéis, como la viuda, que dio su última monedita y eso le acarreó  grandes beneficios en el Reino de los Cielos.

Mis pequeños, debéis aprender a convivir como hermanos, ayudándoos unos a otros, viviendo para el bien de vuestros hermanos y a través de ése actuar correctamente, es como estaréis preparando el camino para que llegue Mi Hijo nuevamente entre vosotros, porque no puede llegar a un mundo de terror, a un mundo de maldad, a un mundo de falsedad, a un mundo de confusión.

Debéis saber convivir como en familia, para que vuestro Hermano Mayor pueda estar entre vosotros, como en familia, viviendo en el Amor, viviendo en la Verdad, viviendo en el Camino que Él os vino a trazar primeramente.
Gracias, Mis pequeños.