Jun 16_05 Dios Padre nos muestra: el Tiempo adelantado, el Tiempo venidero.

Rosario.

Temas:

  • Os quiero santos, Mis pequeños, os lo he dicho desde las Escrituras, os quiero perfectos, os quiero de regreso a vuestra casa.
  • Ya os he dicho que vendrá Mi Santo Espíritu de Amor a cambiar vuestro cuerpo y vuestra alma, dejaos modelar, dejaos hacer.
  • El Tesoro más grande que tenéis sobre la Tierra, es Mi Iglesia y en ella las Revelaciones, los Sacramentos, Mi Cuerpo y Mi Sangre, Mi Presencia real entre vosotros.
  • Se os está mostrando el Tiempo, el Tiempo adelantado, el Tiempo venidero. ¿Qué habéis hecho, Mis pequeños?
  • La santidad es obligación de todo hijo Mío y debéis buscarla y alcanzarla.
  • Para muchos de vosotros, los que estáis alejados de Mí, en éstos tiempos estaréis caminando por un túnel muy obscuro.

 

Mensaje de Dios Padre, Espíritu Santo y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Os quiero santos, Mis pequeños, os lo he dicho desde las Escrituras, os quiero perfectos, os quiero de regreso a vuestra casa.
Hijitos Míos, haced de Mis necesidades vuestra oración, que sea vuestra oración continua, como os he explicado anteriormente. Siendo familia y cuidándonos unos a otros, así como Yo cuido de vuestras necesidades materiales y espirituales, vosotros debéis cuidar de las Mías.

Mis pequeños, mantened ése espíritu de las Bienaventuranzas, ése espíritu de corazón, ése espíritu de búsqueda por el Bien. Estáis buscando que todo regrese al buen camino, que todo se dé a la Luz de Mi Bondad, de Mi Sabiduría y así tiene que ser, Mis pequeños, todo tiene que tender a la santidad.

Os he dicho que la perfección os lleva a la santidad y eso es lo que deberéis buscar para vuestra vida y para la de los vuestros. Santidad en vuestros pensamientos, en vuestros actos, en vuestras palabras. Os quiero santos, Mis pequeños, os lo he dicho desde las Escrituras, os quiero perfectos, os quiero de regreso a vuestra casa.

Ahora, como están los tiempos, podéis ver claramente cómo alcanzar ésa santidad que tanto os pido, conlleva mucho trabajo, conlleva mucho sacrificio, conlleva burla y ataque de los vuestros, por eso se os decía que la santidad en éste tiempo iba a alcanzar niveles muy altos, porque el ataque iba a ser mayor.

Ciertamente, en ésta historia de la Cristiandad, siempre ha habido ataque para aquellos que están Conmigo y ha habido momentos difíciles para los que Me siguen, para los que quieren estar Conmigo, pero éstos momentos están profetizados para ser de los peores, porque se vendrá el gran cambio, un cambio total, un cambio radical y eso no le gusta a Nuestro enemigo, y por eso su fuerza será más fuerte y más grave contra el hombre. Si podéis sostener ésa ola de maldad que se os venga encima con Mi Amor y con Mis Virtudes, con vuestra entrega, eso os dará un grado muy alto en santidad, porque el descaro y el pecado serán peores, la persecución, la mentira, la obscuridad, serán peores, pero sabed Mis pequeños, que contaréis con Nosotros en todo momento.

Manteneos así, firmes, creciendo, no os estanquéis Mis pequeños, creyendo que ya estáis en un alto grado de espiritualidad, Mis pequeños eso nunca se termina. Sabéis que al Ser Yo el Perfecto, el Omnipotente, siempre tendréis ésa capacidad de crecer más y más y más infinitamente, la santidad os llevará a ello, a un crecimiento continuo, en donde gozaréis por lo que aprenderéis y gozaréis Mi Presencia en vosotros debido a ésa santidad.

BuscadMe, llenaos de Mí, para que podáis transmitirme a vuestros hermanos y así, el gozo será continuo y perfecto, porque para eso vine Yo, a enseñaros el camino…

(Lenguas…)
Se Me conoció como el Dios Amor y vosotros, Mis discípulos y apóstoles de éste tiempo, deberéis ser conocidos de la misma forma, apóstoles y discípulos del Amor, eso os lleva por un camino derecho y de subida perfecta a encontrar la santidad en vuestro Dios, el Amor.  Buscadlo, buscadlo, Mis pequeños, llenaos de Él y seréis perfectos ante Mis Ojos.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Ya os he dicho que vendrá Mi Santo Espíritu de Amor a cambiar vuestro cuerpo y vuestra alma, dejaos modelar, dejaos hacer.
Hijitos Míos, buscad afanosamente el servir a vuestros hermanos, el servirlos con humildad, con una dedicación total, dando de lo que Yo os he dado gratuitamente.

Orad fuertemente y también de una manera muy especial, por aquellos de vuestros hermanos que están buscando los poderes de éste mundo, las posiciones altas, las grandes riquezas, grandes posiciones, en donde vuestros hermanos los puedan ver y los alaben, eso, Mis pequeños son los espejismos que ofrece el demonio a la humanidad.

El ser el número uno, el ser el mejor, para ser alabados, para que todo el mundo se rinda a ellos, que su nombre se pueda ver en letras luminosas, que sea “alguien en el mundo”, a eso os ha llevado satanás, a haceros creer que debéis ser alguien para el mundo.

Debéis tener vuestros ojos puestos en la humildad de Mi Hija, de Mi Madre, de Mi Esposa, la Siempre Virgen María, he ahí la muestra que os dejamos. Ella, siendo Creatura Nuestra, Creatura Virginal, Creatura Santísima, pudiendo Ser la número uno, como decís ante el mundo, por Su Perfección y Belleza, por Su Sabiduría, por todas las Virtudes actuando en Ella en su grado máximo, se anonadó, quiso ser primeramente Servidora de Su Dios en Su Santísima Trinidad y luego se volvió Servidora de todo el género humano.

La Perfecta, haciéndose la más pequeña y vosotros, ¿queréis ser los número uno y ni siquiera tenéis la humildad para reconocer vuestra imperfección?, Veis ahora la diferencia, Mis pequeños, para poder ser grandes, tenéis que ser los más pequeños ante los ojos de los hombres, debéis esconderos de las miradas de los hombres, para que vuestras cualidades, todas las bendiciones recibidas, no empañen con vuestra soberbia todo lo bello que os hemos dado.

Ella se mantenía en lo oculto, en ésa vida interior con la Trinidad y Ella, además de Ser vuestra Madre, es vuestra Maestra, pero hay tantos, tantos en el mundo que La hacen a un lado. Orad por ellos, Mis pequeños, especialmente por aquellos consagrados que no le dan el mérito que le deben de dar. ¡Qué soberbia de éstos, vuestros hermanos, qué falta de Sabiduría, qué oscuridad espiritual tienen en su corazón y en su mente! Tienen el ejemplo Perfecto para alcanzar la santidad perfecta y la hacen a un lado.

Por eso el hombre solo alcanzará su perfección, cuando alcance primeramente la humildad de corazón.

Sois tan débiles, tan indecisos, tan inestables.  Un día empezáis con muchas ganas y horas después, con el primer ataque del demonio, vuestras fuerzas menguan, vuestros deseos se apartan, vuestros ideales se olvidan. La perfección se logra en el trabajo, en el sacrificio, en el dolor, pero ésa perfección os dará después bendiciones mayúsculas, bendiciones que de ninguna otra forma las podríais conseguir, regalos inmensos de vuestro Dios para las almas que luchan y perseveran, para las almas que aman a su Dios, porque saben que la perfección Me va a dar a Mí mucho gusto, porque he pedido almas perfectas, almas santas y aquél que se aplica, recibe de Mí todas esas bendiciones gratificantes.

Mis pequeños, la lucha espiritual es difícil, se tiene que batallar mucho, pero los regalos son inconmensurables, porque en lo espiritual, no hay límite. Vosotros, al estar limitados por un cuerpo, vuestra mente está limitada y no la dejáis volar, para llegar a ése conocimiento espiritual, que Yo os puedo dar, os dejáis limitar por vuestro cuerpo y por eso, al alcanzar la perfección y la santidad, vuestra alma se sobrepone al cuerpo y así es como podéis volar libremente hacia Mí y conocerMe mejor.

Buscad, Mis pequeños, ésa perfección sobreponiéndoos a vuestra carnalidad. Si Yo os estoy pidiendo esto, es porque se puede y porque muchos hermanos vuestros lo han logrado y si os pido un imposible a vuestros ojos, acudid a Mí, para que Mis capacidades y Mis dones os hagan posible ésa tarea.

No pongáis imposibles en vuestra vida, Mis pequeños, si os ponéis imposibles y creéis que son imposibles ciertas cosas por realizar, es porque estáis confiando solamente en vuestras propias fuerzas y no estáis unidos a Mí, a vuestro Dios, que todo lo puede.

Vuestra vida ya no puede llevarse en vuestra unidad, solos, caminando solos por la vida, no, Mis pequeños, debéis uniros a la Trinidad Sacrosanta y hacer una sola vida con Nosotros. Sí, una unidad, pero con Nosotros, no separados de Nosotros y así tendréis grandes bendiciones, conoceréis grandes cosas, conoceréis los secretos del Cielo, que son de puro Amor.

Luchad, buscad, trabajad para obtener la perfección, pero recordad, revestios de humildad, para que ésta permanezca y para que vuestra perfección no se vea manchada en absoluto.

Humildad, Mis pequeños, donación, y olvido de vosotros mismos. DejadMe ser como el Alfarero, destruir la obra antigua, vuestro ser antiguo, vuestro pensamiento antiguo y dejadMe a Mí moldearos nuevamente, pero como os quiero Yo, que Sé cómo deben de ser las cosas perfectas.

Vosotros mismos hicisteis de vosotros una pieza imperfecta, vosotros no sois los alfareros divinos, dejadMe a Mí ahora ser el que os modele y crear una obra maestra para éstos tiempos, para que podáis dar un servicio grande a vuestro Dios. En estos tiempos, como estáis ahora no serviríais de mucho. Ya os he dicho que vendrá Mi Santo Espíritu de Amor a cambiar vuestro cuerpo y vuestra alma, dejaos modelar, dejaos hacer, dejadMe sacar de vosotros todo lo bueno que se os ha dado y que no lo queréis dejar salir por miedo, por compromiso, por duda.

Orad, para que encontréis la Verdad y ella permita que os liberes de vuestros temores y dudas.

Yo Soy vuestro Dios y en Mí siempre tendréis ésa benevolencia hacia las almas, gozad de Mi Presencia en vosotros, vividla y compartidla.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: El Tesoro más grande que tenéis sobre la Tierra, es Mi Iglesia y en ella las Revelaciones, los Sacramentos, Mi Cuerpo y Mi Sangre, Mi Presencia real entre vosotros.
Hijitos Míos, pedidMe ése celo santo por la Casa de Mi Padre. Veis en el Antiguo Testamento cómo ése celo existía entre los profetas, entre los allegados a los profetas, entre los que habían aceptado ésas enseñanzas. Tenían ése celo grande, tuvieron héroes, tuvieron grandes hombres y mujeres que defendían las Palabras de su Dios, el Templo, las enseñanzas.

Mis pequeños, os pido lo mismo para estos tiempos, que Me pidáis ése celo santo por seguir defendiendo Mi Casa, por seguir defendiendo Mis Palabras, por mantener la Santidad de Mi Iglesia.

PedidMe que os llene de Mi Amor, para que así os deis cuenta, con la Sabiduría que os da el Espíritu Santo, lo que realmente debéis defender, es el Tesoro más grande que tenéis sobre la Tierra, tenéis Mi Iglesia y en ella las Revelaciones, los Sacramentos, Mi Cuerpo y Mi Sangre, Mi Presencia real entre vosotros.

Es un pedacito de Cielo en la Tierra, Mi Iglesia y las enseñanzas que os da, debiera ser un lugar al que se entrara con un respeto absoluto. Si os dierais realmente cuenta de lo que es Mi Iglesia, de lo que es el Tabernáculo y lo que es Mi Presencia real en la Iglesia, os comportarías de forma diferente en ella, gozaríais inmensamente el ir a ella, pediríais que Mi Presencia fuera tangible en vosotros. Esa paz que sentís primeramente en Mis Iglesias, en Mis Templos, es causada precisamente por Mi Presencia real y Divina entre vosotros, pero tenéis tanto, pero tanto que obtener de Mi Iglesia en la Tierra y lo desperdiciáis. Se os hace costumbre venir a ella, se os hace costumbre leer sobre Mis enseñanzas, y así como entran, salen, no se quedan en vosotros, no aceptáis el cambio en vuestro corazón, en vuestra mente, en vuestras acciones.

Venir a Mi Iglesia y buscarMe, es buscar una transformación, es buscar una mejora, es buscar ésa perfección que os he pedido. Solamente aquí, podréis obtener todo ello, a través de Mi Alimento real y Divino, a través de la oración íntima Conmigo. Es venir a buscarMe a Mi Casa, para buscar el consejo, para buscar el apoyo, para salir de aquí fortalecidos al mundo, a la obscuridad, al ataque.

Mis Iglesias, Mis Templos, son como oasis en el desierto. El mundo, os lleva a la corrupción, a la depravación de los sentidos, de vuestra alma, de todo vuestro ser, os corrompe, os destruye, os lleva a la maldad. En éstos, Mis oasis Divinos, venís a reconfortaros, a tomar nuevas fuerzas, a tomar aliento, a encontrar Mi Sabiduría y tomarla para llevarla a vuestros hermanos.

De ahora en adelante, os pido que veáis así a Mi Iglesia, a Mis Templos, lugares donde vendréis a platicar con vuestro Dios, a descansar en Mi Corazón, a sentir ése apoyo que os está dando vuestro Padre, vuestro Hermano, vuestro Dios. No estáis solos, Mis pequeños, no estáis solos, por eso Me encontraréis fácilmente aquí, en Mi Iglesia, ante el Tabernáculo, aquí estoy Yo, real y permanentemente, esperando que vengáis a platicar, vengáis a pedirMe, vengáis a contarMe lo que sucede allá afuera, lo que necesitan vuestros hermanos, lo que necesita el mundo, lo que necesitáis vosotros mismos.

Venid a estos oasis de Amor, en donde se encuentra el alma con su Dios, que sean momentos de alegría los que Me traigáis. Así como vuestros hermanos en el mundo les gusta ser visitados, para pasar un rato agradable, un rato acompañados, Yo también lo necesito de vosotros, de todos Mis hijos, porque al hacerlo Me estáis tomando en cuenta, estáis mostrando ésa Fe palpable que tenéis en vuestro corazón al venir a buscarMe, porque al buscarMe, estáis reconociendo Mi Presencia real y Divina en el Tabernáculo y, Yo respondo dándoos Mis Amor, Mi consuelo, Mis bendiciones, para que podáis seguir adelante en vuestra misión sobre la Tierra, aquí, junto Conmigo. En éste oasis Divino el alma, al encontrarse con su Dios, se transforma y así va tomando fuerzas para seguir adelante con la Cruz de cada día, santificándose y santificando a sus hermanos.

Yo os bendigo, Mis pequeños y os doy Mi Alimento, Mi Presencia, Mi Sabiduría, para que podáis llevarla allá afuera, fuera de éste oasis, a vuestros hermanos, que ellos mismos se pregunten que de dónde sacáis vosotros vuestras fuerzas para seguir adelante y, vosotros, con todo amor y entereza, con ésa Fe que os debe de cubrir, podáis responder:
“del oasis de Amor, del oasis Divino, de la Iglesia, del Templo, a donde fui a buscar a Mi Dios, Él se dejó encontrar y me regaló con Sus bendiciones”.
Gracias, Mis pequeños.

Previo a Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Se os está mostrando el Tiempo, el Tiempo adelantado, el Tiempo venidero. ¿Qué habéis hecho, Mis pequeños?
(Lenguas…, duró mucho tiempo)
Mis pequeños, Soy vuestro Dios, vuestro Padre. Estoy ante todas las Naciones, con el Libro abierto, viendo la vida de cada uno de vosotros.

¿Qué habéis hecho? ¿Qué dejasteis de hacer? ¿Cómo dañasteis lo que se os dio? Se os está mostrando el Tiempo, el Tiempo adelantado, el Tiempo venidero. ¿Qué habéis hecho, Mis pequeños?

Ésta posición de Juez, no es lo que Mi Corazón, desea, Mi Corazón es Amor, pero vosotros, os habéis atraído Mi Justicia y aquí estoy ante todas las Naciones, todos los Pueblos de la Tierra ante Mí. Ahora conocéis a vuestro Dios, frente a frente, Vida a vida.
¿Qué hicisteis con Mi Vida ante vosotros?

Tuvisteis Mi Vida ante vosotros y la desperdiciasteis, actuasteis como traidores a Mi Obra, como tibios y como buenos hijos. Vuestros actos os juzgan, vuestra falta de donación, os juzga.

¡Oh! Mis pequeños, ¡cómo os Amo!, pero tengo que asumir Mi posición de Juez ante las Naciones por vuestro mal proceder y vengo también como Padre, como Hermano, como Amor, para aquellos que sí supieron vivir para su Dios.

¡Malditos seáis todos vosotros, apartaos de Mi Vista!

¡Apartaos! todos vosotros que Me negasteis, que Me traicionasteis, que destruisteis muchas almas de vuestros hermanos.

¡Id al fuego eterno, malditos seáis por toda la eternidad!

Vosotros, tibios, traidores, ¡malditos seréis también!

¡Apartaos de Mi Vista!

Venid, Mis pequeños, venid los que sufristeis por Mi causa.

Venid todos vosotros, los que amasteis, los que servisteis, los que luchasteis por mantener entre vuestros hermanos Mi Presencia.

Venid y gozad Conmigo, con Mis Ángeles por toda la eternidad, olvidad vuestros dolores. Venid Conmigo, para que quite las lágrimas de vuestros ojos.

Venid Conmigo, para que cure las heridas que os propiciaron por defenderMe y defender a vuestros hermanos.

Venid Conmigo, todos vosotros que cargasteis una Cruz pesada, que la aceptasteis porque así Yo lo quise, porque se necesitaba, traédMela y Yo os llenaré de grandes riquezas, de Mis Bienes.

Tomad, Mis pequeños, Mi Beso Divino y seréis transformados en almas santísimas que gozaréis grandemente de Mis Riquezas Celestiales.

Venid, caminad, entrad, no volteéis atrás, no escuchéis el lamento de aquellos que Me traicionaron, que hicieron de su vida maldad, que utilizaron su vida, Mi tiempo para destruir, en lugar de dar vida a sus hermanos y a ellos mismos. De muchas formas se les avisó, mucho tiempo tomé para su conversión y para su salvación, taparon sus oídos, cerraron su mente, bloquearon su corazón y esto es lo que les toca ahora, lo sabían, pero no creyeron en ello.

Venid, Benditos de Mi Padre, venid, Mis pequeños, venid, Mis Cristos y gozad Conmigo eternamente.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: La santidad es obligación de todo hijo Mío y debéis buscarla y alcanzarla.
Hijitos Míos, sed espejos de Gracia en donde Yo Mismo Me pueda reflejar. Todo lo que se os da en bendiciones, en dones, todos son gratuitos y así como los recibís, los debéis transmitir.

Mientras más deis, más recibiréis, mientras más vida deis a vuestros hermanos, más vida tendréis. Es Mi Vida en vosotros la que debéis dar a vuestros hermanos. Éstos son tiempos para dar mucha vida, para ser Mi ejemplo sobre la Tierra.

La obscuridad, la confusión la llevan todos aquellos que se han apartado, todos aquellos que no han sabido escucharMe en su corazón, todos aquellos que se han dejado llevar por conveniencias humanas, todos aquellos que no quieren luchar por Mis bienes terrenos y ésos bienes terrenos son todas las almas.

Todos aquellos que quieren llevar una vida tranquila, sin preocupaciones y no meterse con su prójimo, pretextando que no los quieren incomodar al conocer sus problemas, lo único que están haciendo es vivir en ésa tibieza. Cuando realmente buscáis ayudar, porque muchas veces buscáis conocer la vida de vuestros hermanos para hacer burla y crítica de ella y eso no debe ser, Mis pequeños, si buscáis a vuestros hermanos y conocéis su vida y sus problemas, deberá ser para que podáis poner todas vuestras capacidades espirituales y aún humanas para ayudar a vuestros hermanos.

Deberéis ser verdaderos hermanos en éstos tiempos, no os veáis como enemigos, todos vosotros sois hijos de Un solo Dios y ésa fraternidad tiene que salir de lo más profundo de vuestro corazón, ver a todos vuestros hermanos con los mismos ojos de Amor, de respeto, como Yo os veía y os sigo viendo.

Ved las almas, ved las necesidades de las almas, buscad ésa ayuda para levantar a vuestros hermanos hacia la Verdad. Reconoceos vosotros mismos pecadores, pero que estáis siendo ayudados por la Divinidad. Mi Divinidad debe fluir a través de vuestra pequeñez, de vuestra insuficiencia, de vuestra carnalidad, vosotros deberéis ir venciendo vuestras faltas y deberéis perfeccionaros como instrumentos, para que ella brote a través de vosotros franca y libremente y, así seáis ésos espejos, que, así como entré en vosotros, vuestros hermanos Me vean reflejado en vosotros mismos y Mi Sabiduría y Mi Amor y toda Mi Presencia fluya a través de vosotros.

La santidad es obligación de todo hijo Mío y debéis buscarla y alcanzarla; es obligación, Mis pequeños, no es para algunos cuantos, todos, todos deberéis buscarla, no seáis tibios, no penséis que ya no es para vosotros. Yo os ayudaré a alcanzarla.

Venid a Mí, para que os vaya llevando poco a poco y deis mucho fruto. Un árbol que no ha sido podado, que no ha sido abonado, no puede dar frutos abundantes ni buenos frutos. Vosotros sois plantitas que necesitan ser cuidadas. Venid a Mí, que Yo haré grandes cosas con vosotros. Venid con vuestro Dios y veréis la obra grande que haré en cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Para muchos de vosotros, los que estáis alejados de Mí, en éstos tiempos estaréis caminando por un túnel muy obscuro. Hijitos Míos, Mis pequeños, para muchos de vosotros, los que estáis alejados de Mí, en éstos tiempos, estaréis caminando por un túnel muy obscuro, una obscuridad que os hará temer al qué vendrá, qué os deparará el futuro cercano, el futuro lejano.

Aún para muchos de Mis escogidos también será un túnel obscuro y lo hacéis obscuro por vuestras dudas, por la falta de confianza en Mí, vuestro Dios, pero os prevengo, Mis pequeños, porque el maligno se aprovecha de estos tiempos obscuros para aumentar vuestros temores y vuestras dudas.

Que vuestro corazón no se mueva a la duda y al temor cuando escuchéis de labios del mal que ya no hay un futuro, que todo se vendrá abajo, que vuestros pecados son demasiados como para lograr una salvación eterna, que vuestra vida desperdiciada, solamente os puede llevar a la condenación eterna, que no disteis frutos, y eso os llevará a ésa condenación.

El maligno solamente sabe llevaros a la desesperación, a una mayor obscuridad, a una mayor tentación, haciéndoos creer que en Mí, no hay Misericordia, y, os digo, Mis pequeños, que mientras estéis sobre la Tierra, siempre podréis alcanzar Mi Misericordia y la salvación eterna de vuestra alma, aunque vuestra vida pasada haya sido de gran pecado, de distracción, de una maldad total. Mi Amor y Mi Misericordia sobrepasan todo ello y, por eso os digo, que si os mantenéis en la confianza y llegáis al arrepentimiento, por ésa humildad que nazca en vuestro corazón y que la hagáis crecer, ése túnel obscuro empezará a llenarse de Luz y empezaréis a ver la Luz Verdadera que siempre habéis tenido a vuestro alrededor, que siempre os ha protegido, que siempre os ha guiado y que, a pesar de que os salíais del camino correcto, ésa Luz que no podías ver, siempre os acercaba nuevamente al camino de la Verdad.

Mis pequeños, siempre os he amado, sois Mi creación, sois parte de Mí. Mi Luz, Mi Vida, Mi Presencia Divina, debe llenaros, debe guiar vuestros pasos, debe satisfacer vuestra vida. Solamente llenándoos de Mí, de Mi Vida y de Mis enseñanzas y poniéndolas en práctica, es como podréis ser verdaderos hijos de Dios y tener derecho al Reino.

Buscad ésa Luz en las Escrituras, en los Evangelios y hacedlas vuestras, para que las deis a vuestros hermanos. No temáis a la obscuridad que os envuelve, en Mí encontraréis la Luz y la seguridad que tomarán vuestros pasos y que os llevarán directamente hacia Mí. Quitad todo temor de vuestro corazón, porque aquél que está Conmigo no puede temer, porque el que está Conmigo no ve obscuridad a su alrededor, para él, todo es Luz, todo es Sabiduría, todo es transparencia.

Aquellas que se han alejado de Mí y han buscado sus propios caminos, son los que se confunden y ésa confusión la aprovecha el maligno, satanás, para llevarlos todavía a una obscuridad más profunda y a una desesperación donde el alma se olvida de su Dios.  Ayudad a vuestros hermanos a encontrar la seguridad en sus pasos, en su vida, reconociéndoMe a Mí, como su Dios, reconociendo Mi Bondad en su vida, reconociendo Mi preocupación por llevaros a la santidad.

En Mi, todo es fácil, todo es sencillo, todo es comprensible, solo aquellos que se separan de Mí entran en confusión y no saben ver, porque sus ojos están cegados por su necedad, por su pecado, por su soberbia.
Gracias, Mis pequeños.