Jun 15_05 Solamente existe un Pastor, Jesucristo.

Rosario.

 

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Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Solamente existe un Pastor y ése es Mi Hijo Jesucristo que se dio por todos vosotros.
Hijitos Míos, todos vosotros habéis salido de Mis Manos amorosas, estáis creados por Mi Amor.
Os di el libre albedrío y por él, con todo el dolor de Mi Corazón, en ése libre albedrío, os dejé la libertad de escoger el seguimiento de Mis Enseñanzas a través de Mi Hijo, ó el seguimiento de las enseñanzas que os ha puesto el maligno para separaros de Mí.

Mis pequeños, vosotros pertenecéis a la unidad Divina, habéis salido de Mí, de Mi Santísima Trinidad y estáis llamados a regresar a ésta unidad.
Mandé a Mi Hijo entre los hombres para enseñaros, para mostraros lo que es la Vida del Cielo, lo que es la Sabiduría del Cielo.

Las desviaciones espirituales que tenéis sobre la Tierra, la gran mayoría de ellas, han sido inspiradas por Mi enemigo, os recuerdo que solamente hay dos fuerzas en el Universo, el Bien y el mal, y como os dijo Mi Hijo “ó estáis Conmigo, ó estáis contra Mí”.

Todos vosotros, no importa la religión, la ideología, la espiritualidad que hayáis escogido, todos estáis llamados a regresar al Cuerpo Místico, porque pertenecéis a Él.

Tendréis la oportunidad, Mis pequeños que os habéis separado del Rebaño, tendréis la oportunidad de conocer al Verdadero Dios y escoger el regreso a vuestro lugar, solamente existe un Pastor y ése es Mi Hijo Jesucristo que se dio por todos vosotros.

Todo aquél que se separe de la Verdad, que se separe del Camino y que no quiera aceptar ésa Luz, que es el faro que indica el regreso a la Casa Paterna y que es Mi Hijo Jesucristo, no podrá regresar.

Mis pequeños, todos vosotros sobre la Tierra, tenéis vuestro lugar reservado en el Reino de los Cielos, pero debéis entender y aceptar en vuestro  corazón, que Cristo Jesús, es Mi Hijo y es Salvador de todos vosotros.

Ahora vosotros, Mis pequeños, los que nacisteis dentro de la Ley, los que traéis de herencia la religión a la que pertenecéis, que estáis Conmigo, que seguís Mis Mandamientos, que seguís las Enseñanzas que os dio Mi Hijo, vuestro compromiso es mayor. Por un lado debéis agradecer que estéis Conmigo, pero por otro lado, siendo hijos y siendo familia, debéis tomar en vuestra vida, como preocupación personal y preocupación del Cielo, el regresar a vuestros hermanos a donde pertenecen, a Mi Reino Celestial.

Ciertamente, Mis sacerdotes, Mis consagrados, debieran salir a Evangelizar, pero ya son tan pocos los que quieren llevar a cabo éste trabajo y muchos de ellos, afectados por el mismo satanás, ya no están llevando a cabo su misión como debieran. Os toca a vosotros, Mis hijos ésa tarea. Empezad con vosotros mismos, dejaos llenar por Mis Verdades y por Mi Amor, para que luego podáis transmitir, a los que están a vuestro alrededor, con vuestro ejemplo principalmente, más que por vuestras palabras, que regresen a Mí, con su Padre y si es posible, salir a Evangelizar, si es que Me dejáis que Yo Viva en vosotros perfectamente y que Yo os lleve de una u otra forma a dar ésa Luz a vuestros hermanos.

Éstos son tiempos de Evangelización, pero con el ejemplo, Mis pequeños. Aunque ya no hay tiempo, lo que quede, que la Evangelización que se de, sea con vuestro ejemplo, con vuestra oración, con vuestra ayuda, compartiendo de lo que tengáis, aún con aquellos que os han atacado. Que haya en vuestro corazón un verdadero amor, como el que tuvo Mi Hijo, aún con aquellos que lo estaban martirizando.

Orad, orad fuertemente con vuestro corazón, unido al Mío, por la salvación de vuestros hermanos. Vosotros no sois quienes para juzgar, vuestra oración puede hacer grandes milagros y eso es lo que deseo en éstos tiempos Mis pequeños, milagros de parte vuestra, para que Me atraigáis a muchas almas separadas, a muchas almas equivocadas de regreso a Mi Reino, a vuestro Hogar.

Confío en vosotros, Mis pequeños, Mi Corazón está con vosotros, tomadlo en cuenta y hacedlo trabajar por el amor de vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Pocos, muy pocos alrededor del mundo, Mis pequeños, son los que han abierto su corazón a Mis necesidades de Amor.
Hijitos Míos, en las Escrituras, Mi Hijo os dice que Él va tocando puertas y que muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.

Pocos, muy pocos alrededor del mundo, Mis pequeños, son los que han abierto su corazón a Mis necesidades de Amor. Estáis viendo cómo el mundo se debate entre el mal y el Bien. En su concupiscencia, el hombre se deja caer, se deja aprisionar por las fuerzas de satanás.

Poca es la espiritualidad del hombre ya, no busca su mejora y cuando tiene problemas fuertes, ya no acude a Mí y prefiere acudir al enemigo, quien le va a dar ésa manzana que lo va a hacer caer en la tentación, lo va a envolver con ésa sutileza maligna, como él sabe hacerlo.

En pocas palabras, Mis pequeños, vosotros lo sabéis, el hombre se ha separado de su Dios. Ahora él ha hecho dios de sí mismo, confiando en sus capacidades propias, ya sea  en su fuerza física, en sus capacidades intelectuales ó apoyándose en el mal.

Sí, Mis pequeños, por más que voy tocando corazones, que voy tocando puertas, no encuentro almas que se quieran dar y, si alguna Me abre la puerta, pone limitaciones a la entrada de Mi Gracia.

¿Qué busca pues el hombre, Mis pequeños? ya no es libertad, sino libertinaje, busca riquezas del mundo y no las riquezas que Yo le puedo dar, que son infinitamente superiores a las Terrenas. Busca hacer su propia voluntad y no encadenarse a ésa libertad de Mi Amor en Mi Divina Voluntad, que así obtendrá una libertad mayor viviendo en el Amor.

Mis pequeños, os agradezco que Me hayáis abierto las puertas a Mi llamado, grandes bendiciones se van derramando en vosotros, en vuestras familias. Es unión lo que Yo busco, unión con vuestro Dios. Ciertamente tenéis ataques fuertes, porque por vivir unidos a vuestro Dios en el Mundo, el mundo, que siempre va en contra de su Dios, os atraéis grandes ataques.

Yo Soy el Único Dios Verdadero, el mundo tiene su dios, satanás. Cuando estáis Conmigo, dais mucho fruto.

Os he escogido, Mis pequeños, para que Yo pueda Vivir a través de vosotros, os lo he pedido tantas veces, pero todavía hay duda en vuestro corazón. DejadMe obrar, Mis pequeños, Yo conozco cuáles son vuestras necesidades, vuestras preocupaciones, vuestras obligaciones ó, acaso ¿dudáis que Yo pueda cubrir todo aquello que vosotros no podáis cubrir al servirMe?

Haced vuestra parte por Mí, por vuestro Dios y Yo haré la vuestra, Mis pequeños.
Entended bien esto, Yo necesito instrumentos, instrumentos fieles, instrumentos totalmente donados a Mi Voluntad.

Entended, Mis pequeños, cómo Yo Mismo Me limito, cómo amarro Mis Manos, cómo detengo Mis capacidades para no obrar por Mí Mismo, sino a través de vosotros y de ésta forma, daros grandes regalos por ésa donación y, sobre todo, permitiros gozar de lo que Yo gozo al hacer el bien entre vosotros.

Sois Mis hijos, Soy vuestro Padre y todos unidos, debemos unir a la familia del Cielo con la Tierra.

A pesar de los ataques de satanás sobre vuestra familia, sobre vosotros mismos, no desfallezcáis, al contrario, alegraos, porque satanás solamente ataca a las almas que le son dañinas para la propagación de su reino, si sois atacados, es que vais por buen camino, entendedlo así, Mis pequeños, porque es una realidad. Manteneos firmes, pase lo que pase, que Mi Gracia es más poderosa, Mi Amor es infinito. Yo Soy vuestro Dios y Soy Dios de todos y Amo aún al mismo satanás por ser parte de Mi Creación, él está bajo Mi Poder y está limitado en su poder por Mi Amor. Así que no temáis, Mis pequeños, de sus ataques, al contrario, en su ataque, fortaleceos y seguid adelante, necesito de vosotros y son muy pocos alrededor del mundo con los que contaré, como instrumentos verdaderos, para unir a todos los Pueblos de la Tierra en un solo Rebaño bajo un solo Pastor.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: No debéis ni podéis seguir contaminando lo que Mi Hijo os dejó.
Hijitos Míos, estáis viviendo como os he dicho antes, un tiempo de confusión, que ya lleva muchos años, muchos, Mis pequeños. Estáis viviendo ahorita ésa nata, ésa nata que sube y que está tapando todo lo que esta abajo que es bueno. Esa nata ya subió y así está la humanidad, no puede ver lo bueno que hay debajo, porque se conforma en vivir en ésta podredumbre. Aún dentro de Mi Iglesia, todo se ha contaminado, falsas teologías, falsas filosofías se han introducido a ella, falsas enseñanzas, un falso amor.

Esforzaos, Mis pequeños, en seguir las enseñanzas puras y Santas que os dio Mi Hijo, buscad, buscad el Rito verdadero de la Santa Misa y seguidlo en vuestro corazón.

Manteneos en la Verdad, tanto como podáis y transmitid ésa Verdad. Al ser apóstoles de Mi Hijo, deberéis ser verdaderos en Sus enseñanzas, en Su Palabra, en Su ejemplo. No debéis ni podéis seguir contaminando lo que Mi Hijo os dejó.

Él llegó a un mundo con una gran contaminación, cuando Él llegó se dio la Luz, se separaron las tinieblas, con Él tenéis ahora ya un punto de comparación. La gente de ése tiempo vivía en tinieblas, pocos, muy pocos vivían en la Luz y eran aquellos que habían aceptado las palabras de los Profetas anunciando la Venida de Mi Hijo, viviendo los Mandamientos que di a través de Moisés, pero muy pocos alcanzaban a ver ésa Luz y los que la seguían eran atacados fuertemente.

Éstos son los tiempos en que también aquellos que vivan en la Luz y la quieran transmitir serán fuertemente atacados, por esa nata de mal. Al hombre le disgusta verse reflejado y comparado por aquellos que obran en el bien. Cuando alguien está obrando en el bien, ellos, que obran en el mal, se dan cuenta de su error y quieren destruirlo, para que de ésa forma, no se sientan mal. Tremenda mentira que se hace el mismo hombre, querer vivir en el mal, destruyendo al bien para que, su conciencia no lo atormente y así, mientras todos viven en la obscuridad, él se sienta bien, se sienta apoyado por ésa obscuridad, por ésa maldad, por ésa podredumbre que lo rodea.

Por eso os he pedido, que le roguéis a Mi Santo Espíritu de Amor, ésos Dones que necesitáis y necesitaréis para la gran lucha, para que, habiendo aceptado la Luz, habiendo aceptado la Verdad, no temáis a los embates de satanás y os mantengáis fuertes, viviendo ésa Verdad y siendo ejemplo para vuestros hermanos, aunque les moleste ver la Luz. Muchos de ellos responderán positivamente y se acercarán a vosotros, por eso deberéis ser sencillos, humildes y siempre dispuestos a ayudar a aquel que se allegue a vosotros para conocer lo que es Mío.

Sed pues, ejemplo vivo de la Vida de Mi Hijo sobre la Tierra, pedidMe lo que necesitéis y sed valientes, Mis pequeños, en éste mundo de cobardes que no quieren mostrar lo que Mi Hijo mostró para no ser atacados, prefieren cubrirse en su cobardía y así nadie los moleste, que revestirse de Mi Luz y de Mi Verdad y ser atacados constantemente.

Manteneos firmes, que Yo estaré con vosotros y Mi Verdad, Mi Sabiduría y Mi Amor estará con vosotros para protegeros y para ser testigos del Reino de vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Manteneos Conmigo, Mis pequeños, Yo también bajé a la Tierra y Viví como vivís cada uno de vosotros, con ésas alegrías, tristezas, ataques, abandonos.
Hijitos Míos, cuánto os quisiera prometer que Mi seguimiento se da en un camino de rosas, en un camino llano, en un camino sin dificultad y que así debiera ser, Mis pequeños, que todo aquel que siguiera Mi Vida, Mi ejemplo, Mis enseñanzas, tuviera todo bello a su alrededor, pero Yo Mismo os lo dije, que aquel que quisiera tomar su Cruz y seguirMe, también su camino iba a ser difícil como lo tuve Yo.

Pero, por otro lado, para compensar vuestra donación, ciertamente os regalo grandes bendiciones, grandes dones Místicos, una vida íntima, que os va dando ésa fortaleza y ése deseo de seguir adelante. Ése gozo que obtiene el alma por seguir a su Dios, por vivir a su Dios en su corazón, es lo que os va dando fuerza para cumplir vuestra misión.
Sí, por un lado tenéis sufrimiento, pero por otro lado, el gozo que viene de Mí, hacia vosotros, es mayor.

Es como la madre, cuando va a tener al hijo, sufre, pero desea verlo ya, están los dolores del parto, pero le anima la idea que dentro de poco, va a tener a su bebé entre sus brazos, sufre, pero se alegra en la promesa, en la nueva vida.

Así deberéis estar vosotros, Mis pequeños, ciertamente se sufre por ser testigo de Dios en el mundo, pero los regalos que se os dan y que vosotros ya los habéis palpado, los habéis degustado, os van dando fuerza y alegría para seguir adelante y sobre todo, lo que más alegría os debe de dar es la Promesa, la Promesa Santa, la Promesa segura de lo que tendréis después, que Yo Mismo, vuestro Hermano, llevaré a la Presencia de Nuestro Padre. Yo Mismo presentaré vuestros logros, unidos a los Míos, a Nuestro Padre Dios y eso hará que vuestros logros se potencialicen ante la Mirada de Nuestro Dios y vuestro gozo sea mayor, eternamente.

Manteneos Conmigo, Mis pequeños, Yo también bajé a la Tierra y Viví como vivís cada uno de vosotros, con ésas alegrías, tristezas, ataques, abandonos, pero todo compensado con ésa vida interior de oración con Mi Padre, con vuestro Padre.

Manteneos así, Mis pequeños, con ésa vida interior, vida interior que os va a dar una vida exterior. La fuerza que podáis acrecentar dentro de vuestro corazón, que es la Presencia Viva de vuestro Dios, es lo que os va a dar las capacidades altísimas en vuestro ser y en vuestra carne. Vuestro interior, purificará vuestro exterior y eso hará que podáis hacer grandes cosas para vuestro Dios. Por eso se os ha pedido la oración profunda, para que así, vuestra alma se vaya ejercitando en capacidades poderosísimas para éste fin de los tiempos, en donde tendréis que servir a vuestro Dios al máximo.

Recordad que Yo, todo lo que os pido, os lo pido en sencillez, sin presión y cuando os dais así, en total libertad y con amor, en ésa donación libre y voluntaria, es cuando obtenéis más de Mí, vuestro Dios y Yo empiezo a trabajar en vosotros como trabajé en la Tierra.

Os digo nuevamente y os pido, manteneos unidos a Mí, vuestro Dios, Jesucristo, para que unidos podamos seguir salvando almas para ésa Vida Eterna, Vida Eterna que alabará a Nuestro Padre Dios por su infinita bondad, por su infinito Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: De ahora en adelante, sea lo que os pedí, que seáis como Mi Hijo, para que Yo esté orgulloso de vosotros y sea la unión de la Tierra con el Cielo.
Hijitos Míos, que vuestra regla de vida, de ahora en adelante, sea lo que os pedí, que seáis como Mi Hijo, para que Yo esté orgulloso de vosotros y sea la unión de la Tierra con el Cielo, de traerMe las bondades del corazón de vuestros hermanos hacia Mí, acrecentar sus valores, acrecentar su amor hacia Mí.

Al acrecentar sus valores, ellos deberán abrir su corazón al Amor, para que ellos sean transmisores también de Amor. Predicad con el ejemplo, más que con la palabra, vivid una vida de Sacramentos, vivid en estado de Gracia, para que os estéis alimentando correctamente y podáis transmitir lo que es del Cielo y además para que estéis fuertes contra los ataques del mal, y lo más importante, Mis pequeños, no criticar ni atacar a vuestros hermanos. La historia personal de cada uno de ellos, la conozco Yo solamente, simplemente, amadlos, sacadlos del error en el que estén, sin presionar, enseñando con vuestro ejemplo y con vuestra palabra. Lo que se dé a través de vosotros, que Yo permita, serán Milagros a los ojos del hombre, serán cosas extraordinarias para el hombre, pero que tendréis vosotros.

Que eso sirva  también para vosotros mismos y para vuestros hermanos, sabiendo que viviendo en la humildad y en la donación total a Mi Divina Voluntad y con ése deseo de realmente transmitir Mis Bellezas a vuestros hermanos, eso hará que vuestros hermanos vivan realmente la vida del Cielo en la Tierra, pero es vuestra humildad, vuestra sencillez y donación, os repito, lo que va a hacer que vuestros hermanos entren nuevamente al Rebaño escogido.

Poned todo de vuestra parte para servirMe y Yo pondré todo de Mi parte para respaldaros en vuestra misión y estad ciertos, Mis pequeños, en que os sobrarán capacidades al servirMe y por llevar a vuestros hermanos nuevamente al camino de la Verdad y de la Luz. Daos por Mí, y Yo Me derramaré totalmente en vosotros.
Gracias, Mis pequeños.