Jun 14_05 Cuidad a vuestros sacerdotes.

Rosario.

 

Temas:

  • Cuidad a vuestros sacerdotes, porque la investidura que tienen les confiere una gracia especial entre vosotros.
  • ¡Tantas veces se os ha dicho que si vosotros cambiarais, todo cambiaría!
  • Los bienes del Cielo son más grandes que los de la Tierra; y No avergonzarse de ser buenos en el mundo.
  • No os basta con ésa Misa diaria -en el mejor de los casos-, el rezo del Santo Rosario diario, debéis donaros íntegramente.
  • Sobre el Pudor y la Pureza en la Mujer y tener cuidado con las modas, ¡porque si vosotras sois causa de que un alma se condene, tendréis que pagar por ello también!

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J. V.,

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Cuidad a vuestros sacerdotes, porque la investidura que tienen les confiere una gracia especial entre vosotros.
Hijitos Míos, las seducciones del mal, son tremendas y muy sutiles. Él conoce la naturaleza humana, él conoce vuestras debilidades y limitaciones.

Cada uno de vosotros habéis sido creados para una determinada misión, pero si vuestra espiritualidad está afectada por el pecado, por la debilidad, la falta de oración y de donación, entonces no podréis cumplir con la misión que se os ha encomendado a cada quien.

Vuestros hermanos sacerdotes también tienen que cumplir una misión particular. Ciertamente ellos serán más atacados, más asediados por las fuerzas del mal, porque ellos serán cabezas de grupo. Por el respeto que se les tiene a ellos, por su investidura sacerdotal muchos van aceptando lo que de ellos sale, siendo que muchos de ellos ya han sido afectados por las fuerzas del mal.

Esto os lo digo, Mis pequeños, para que en estos tiempos de confusión, oréis fuertemente por vuestros sacerdotes y no sigáis a aquello que se salga de todo lo que Yo os enseñé. Un sacerdote tiene que ser otro Cristo en la Tierra, tiene que transmitir y vivir lo que Yo transmití y Viví. Todos aquellos que se salgan de Mis enseñanzas y de Mi Vida de ejemplo, no vienen de Mí, aunque tengan su investidura sacerdotal.

Mis pequeños, tenéis que cuidar a vuestros sacerdotes, porque la investidura que tienen les confiere una gracia especial entre vosotros y ésa gracia especial, es la de la Transubstanciación, la administración de los Sacramentos, que solamente la pueden lograr ellos, aún cuando estuvieran en pecado mortal, pero por ello mismo tenéis que protegerlos para que se mantengan en ése estado de Gracia y den muchos frutos, frutos de conversión por su buen ejemplo, por su palabra santa, por sus acciones santas. Tenéis que cuidarlos porque vosotros dependéis de ellos para la obtención de los Sacramentos.

Mis pequeños, todo esto estaba ya anunciado. Cómo la serpiente antigua se iba a introducir dentro de la Iglesia, iba a afectar a sus miembros, pero ésta afectación se podía disminuir fuertemente con vuestra oración, vuestra penitencia, vuestra ayuda espiritual hacia ellos.

Se dice que cada quien tiene lo que uno se propone, según su espiritualidad, según sus actos, según lo que busca. Si vosotros no vivís una buena espiritualidad, si no estáis en ésa vida íntima, no podréis obtener santos sacerdotes, porque no seréis exigentes con ellos, no buscaréis para ellos ésa perfección. Si vuestra espiritualidad es mediocre, eso es lo que obtendréis también en vuestros representantes en la Iglesia.

El demonio continuamente está atacando, pero se ve limitado por vuestra oración, por vuestros sacrificios, por vuestros ayunos. Si vosotros no lucháis contra vosotros mismos para obtener ésa perfección espiritual y así la podéis dar y pedir a los representantes de la Iglesia, así como sois, serán ellos.

Podéis ver a vuestro alrededor y podéis hacer un juicio imparcial en vuestro corazón y  veréis  que lo que está sucediendo a vuestro alrededor es porque vuestro interior está igual.

Cambiad vosotros mismos, para que todo cambie a vuestro alrededor y especialmente en la Iglesia. De ésta forma, os quiero dar a entender que no os pongáis a criticar solamente a Mis representantes de la Iglesia por la forma en que actúan, sino que os deis cuenta de que primero debéis criticaros a vosotros mismos, porque tampoco estáis dando vuestro máximo, espiritualmente hablando.

Sed santos, para que ellos también sean santos, buscad vuestra perfección, para que ellos también lleguen a ella. Os amo, Mis pequeños y os sigo guiando en las Verdades que se os dieron desde el principio de Mi Evangelización.
Os Amo, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla la Siempre Virgen María.
Sobre: ¡Tantas veces se os ha dicho que si vosotros cambiarais, todo cambiaría!
Pequeñitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María.
Mi Hijo os profetizó que ningún punto, que ninguna coma, de lo que está anunciado en las Escrituras dejará de llevarse a cabo.

Mis pequeños, Yo he venido como Profetiza, a recordaros las Palabras de Mi Hijo. Os he traído nuevamente ésa Luz que os dio Mi Hijo, tanto con Sus Palabras como con Sus obras. Os he vuelto a anunciar, como Medianera entre el Cielo y la Tierra, lo que puede suceder, tanto de bueno como de malo, si vosotros atendéis ó no atendéis las Palabras de Mi Hijo.

Mis pequeños, todo está supeditado a la respuesta del hombre, pero podéis ver, Mis pequeños, a vuestro alrededor, cómo la respuesta del hombre prácticamente ha sido nula. Qué más quisiéramos Nosotros, como Padres vuestros, que no sufrierais, que no pasarais por estos momentos de purificación. ¿Por qué hacéis difícil la Voluntad del Padre? ¿Por que hacéis difícil vuestra vida en la Tierra, cuando todo debiera de ser comprensión, Amor, donación, salvación, vida nueva, vida espiritual para vosotros y para vuestros hermanos?

Vosotros mismos, al estar alejados de la Voluntad de Nuestro Padre os atraéis todos ésos males hacia vuestra vida y a la de vuestros hermanos. Os quejáis constantemente de lo que sucede, en vuestra familia, en vuestro trabajo, en la sociedad, en la Iglesia, en todos lados y no queréis daros cuenta de que vosotros mismos sois los autores de ése mal. ¿En qué palabras tenemos que deciros todo esto para que entendáis, Mis pequeños, que no es la Voluntad de Nuestro Padre el que quiere que todo esto pase? ¡Tantas veces se os ha dicho que si vosotros cambiarais, todo cambiaría!, pero no, es vuestra crítica, vuestra maldad, vuestra ociosidad, vuestra negligencia, vuestra mentira, vuestros actos negativos, todo lo malo  que sale de vuestro corazón, que va contaminando todo a su alrededor. Toda ésa maldad que tenéis en vuestro corazón, en lugar de detenerla y luchar contra ella para empezar a producir bondad, es lo que está afectando a todo, afecta vuestra vida y la de los vuestros hermanos, afecta al mundo entero, afecta la naturaleza, afecta a todo lo creado, Mis pequeños, y no queréis entender.

¡Tanto se os ha pedido, tanto os He pedido en Mis Apariciones, tanto se os ha dado a través de los profetas alrededor del mundo y no queréis entender! Seguís en vuestra terquedad de querer vivir como vuestra concupiscencia quiere y cuando el mal llega a vuestras vidas, os quejáis con Nuestro Padre, con Nuestro Dios.

Os vuelvo a repetir, es vuestra necedad la que atrae ése mal a vuestra vida. En el momento en el que el hombre se porta bien, cuando actúa según los Mandamientos, según las enseñanzas de Mi Hijo, en ése momento, imaginad que un capelo os cubre, os protege de todo mal y os lleva por caminos seguros. En ése momento la Divinidad se derrama sobre vosotros, grandes bendiciones os atraéis, porque estáis actuando según la
Voluntad del Padre y aquellas almas que actúan según Su Voluntad, tienen una íntima conexión con el Cielo, que se palpa aquí en la Tierra.

Lo podréis constatar con algunos de vuestros hermanos, que aún a pesar de que todo está al revés, que una gran  mayoría de vuestros hermanos están sufriendo económicamente, ó espiritualmente, no tienen ése tipo de problemas, y os preguntaréis por qué, y está profetizado en las Escrituras también que, aún en los momentos de dificultad, aquellos que se han mantenido en la Voluntad del Padre, que se han mantenido en íntima conexión con la Gracia, serán protegidos.

Tenéis éstos ejemplos palpables entre vosotros en éstos tiempos y los tendréis más palpables dentro de poco, cuando toda la maldad en el mundo se vaya acrecentando.

Vuestro libre albedrío es el que escoge de qué lado quiere estar, ¿queréis seguir sufriendo?, manteneos en el mal, ¿queréis tener las bendiciones de vuestro Dios?, luchad contra ése mal en vuestro interior, llenaos de bien y transmitidlo a vuestros hermanos, vivid en el bien para que la vida de la Gracia se derrame sobre vosotros con todas sus bendiciones.

Vosotros escogéis, Mis pequeños, Yo deseo lo mejor para vosotros, por eso se os dan todos éstos consejos, por eso vuestro Dios no se separa de vosotros, para seguiros guiando, aún a pesar de que los acontecimientos van haciendo que todo se vuelva obscuro a vuestro alrededor. La Luz la tenéis vosotros en vuestro interior, que es la vida del espíritu, ¡avivadla!, no la dejéis como ésa mechita que se apaga. Haced que ésa Luz se reavive, pero tiene que ser a través de vosotros mismos, de vuestra lucha interior, evitando que salga vuestra concupiscencia y dejando que ésa Luz se avive para que la vean vuestros hermanos.

Cuando vuestro Dios os da Luz, ésa vida espiritual, es para que la mostréis, no para que la escondáis, se os dijo así en los Evangelios y así tiene que ser.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Los bienes del Cielo son más grandes que los de la Tierra; y No avergonzarse de ser buenos en el mundo.
Hijitos Míos, quisiera hacerles una comparación con lo que conocéis y con lo que desconocéis.

Aquí en el mundo os esforzáis fuertemente para tener lo mejor que vuestro dinero pueda comprar, lo que vuestro esfuerzo pueda obtener y así podéis obtener, desde casas lujosísimas, coches lujosísimos, vestido, alimentos. Grandes cosas podéis comprar con el dinero que obtenéis en el mundo por vuestro trabajo.

Mis pequeños, cuando os hablo de perfección, la perfección que debéis tener en vuestra alma, os debe llevar a buscar lo máximo para ella, y así obtener grandes bendiciones eternas, grandes bendiciones que gozaréis en el Reino de los Cielos y esto solamente se da con el trabajo diario, Mis pequeños.

Así como trabajáis en lo físico para obtener las cosas de la Tierra, debéis trabajar en lo espiritual, para obtener ésas grandes riquezas del Cielo. No os las podéis imaginar, Mis pequeños, pero os puedo asegurar que sobrepasan infinitamente a lo que conocéis de la Tierra.

Vuestro crecimiento y vuestra perfección, es en  el campo de la Fé, mientras que lo que veis aquí en la Tierra no necesita de ésa Fe. Lo veis con vuestros hermanos, todo se os muestra como en un escaparate y veis ahí lo que os ofrece el comerciante, trabajáis fuertemente para obtenerlo y gozáis cuando lo tenéis en vuestro poder.

Mis pequeños, si tuvierais más Fe y aceptara vuestro corazón Mis enseñanzas, lucharíais fuertemente por ello, para obtener ésos bienes que se os han prometido. Tenéis un Universo entero de riquezas y de bendiciones. La Tierra en un granito de arena en el Universo, podéis tener la playa entera si estáis Conmigo. Simplemente, con ello os quiero decir que los bienes de la Tierra, son nada en comparación con los bienes del Cielo. La playa entera, es demasiado para vuestras capacidades, no podéis entender lo que vuestro Dios tiene preparado para las almas buenas, para las almas que han luchado, para las almas que triunfarán. Si podéis ver lo que humanamente se os da, haced la lucha para obtener lo que espiritualmente se os puede dar.

Luchad, por vuestros bienes Celestiales trabajando fuertemente para que Mi Reino se de a todos lo hombres. Tenéis que llenaros vosotros mismos de Mis enseñanzas y de Mi Vida, para que lo podáis enseñar a vuestros hermanos. Nadie puede enseñar lo que no ha dejado entrar primero en su corazón y luego lo ha vivido.

Mis pequeños,  Me da pena que os avergoncéis de ser buenos en el mundo. Os da vergüenza ser ejemplo bueno entre vuestros hermanos, os da vergüenza actuar en Caridad y en honestidad, en un mundo que ya no conoce ésa bondad y ésa honestidad. Recordad Mis Palabras fuertes, “que aquél que Me negare en la Tierra, negado será en el Cielo”, son Palabras fuertes Mis pequeños, si las meditáis, y eso va en la vía de la traición.
Queréis mucho, pero Me atacáis y, ¿cómo Me atacáis? no dando ejemplo y, ¡cuánto os avergonzáis de dar buen ejemplo!, que preferís vuestra persona cuando estáis ante vuestros hermanos, que os da vergüenza defender lo que es Mío y preferís quedar bien ante ellos, riéndoos, burlándoos de Mi Persona, ó de lo Mío.

Si queréis encontrar lo bueno cuando muráis, empezad a buscarlo ya desde ahora en vuestra vida. Estáis en el campo de batalla, sois representantes de vuestro Dios en la Tierra y si realmente tenéis ése valor de mostrarMe ante los vuestros, aquí en la Tierra, Yo tendré el gusto de mostraros cuando lleguéis al Reino de los Cielos.

Meditad, Mis pequeños, meditad esto, porque tanto os habéis envuelto en las cosas del mundo, que ya no queréis mostrar a vuestro Dios en la Tierra, os da vergüenza ser de vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: No os basta con ésa Misa diaria -en el mejor de los casos-, el rezo del Santo Rosario diario, debéis donaros íntegramente.
Hijitos Míos, vuestra lucha espiritual, vuestro crecimiento espiritual, tienen que ser constantes, no debéis distraeros ni un segundo. Suena difícil para vosotros, que estáis en el mundo y sois tan distraídos. Pero sabed que el mal os está acechando continuamente, él no pierde su tiempo en tratar de destruir a las almas, estáis en sus dominios, estáis rodeados por el mal y vosotros sois y debéis ser los que vayan haciendo el cambio alrededor vuestro.

No os basta con ésa Misa diaria -en el mejor de los casos-, el rezo del Santo Rosario diario, -en el mejor de los casos-, que muchos de vuestros hermanos, creen que con su vida espiritual, que se limita a la Misa de los domingos, es más que suficiente.

Os digo todo esto, Mis pequeños, para que os deis cuenta de la fuerza que tiene el mal en el Mundo.

Mi Pedro, Mi Apóstol, el escogido para iniciar la Iglesia, estuvo Conmigo, junto con los Apóstoles, tres años, estuvo con su Maestro tres años, estuvo junto a la Divinidad tres años y, ¿qué paso al final, cuando vio que todo era adverso? Me negó tres veces, aún habiendo estado junto a la Divinidad, Conmigo, su Maestro.

Era una comunión diaria, una vida constante Conmigo, con su Dios y aún así, en el momento de la prueba, Me negó.

Esto os lo digo, Mis pequeños, para que os comparéis con vuestro hermano Pedro, teniéndoMe a Mí, prácticamente de día y de noche, en el momento de la gran prueba, dudó y Me negó. ¿Estáis preparados vosotros, con ésta vida espiritual que lleváis, para poder luchar en el momento difícil, en el momento de la prueba? Os conformáis con lo que dais, ¿creéis que es más que suficiente? ¿Creéis que exageráis cuando sale un poco más de vosotros ó se os pide más?

No, Mis pequeños, debéis daros cuenta de vuestra debilidad, de vuestra necesidad de estar unidos a vuestro Dios, pero más que ello, Mis pequeños, al estar llevándoos a la perfección, a la donación total, que es el vivir en la Divina Voluntad, viviendo así, ya no tendréis problemas de los ataques del enemigo, porque vosotros ya no viviréis para vosotros mismos y en vosotros, Yo, vuestro Dios y Señor, Cristo Jesús, tomaré Presencia real en vosotros y solamente así, es cuando ya el mal ya no podrá haceros mella, no podrá hacer nada en vuestra alma.

Para eso os he guiado, Mis pequeños, todo éste tiempo, para que lleguéis a ésa perfección, a ese olvido de vosotros mismos, para que Yo pueda Vivir plenamente en vosotros.
Solamente Yo, solamente Mi Madre, pudimos vencer a las fuerzas del mal. Pero debéis daros cuenta de que poseemos una espiritualidad perfecta y eso es lo que queremos que tengáis, Mis pequeños, una espiritualidad perfecta, para que no seáis dañados y para que podáis ser instrumentos y así ayudar a vuestros hermanos para que no sean dañados.

Pedid, pedid de corazón, esto, Mis pequeños, que seáis plenamente habitados por vuestro Dios y poned todo de vuestra parte para ello, olvidándoos de vosotros mismos, dejando que Yo os habite y que Yo os lleve a donde Yo quiera.

No temáis y veréis cómo todo en vuestra vida se perfecciona cuando Yo habite en vosotros. Quizá estaréis haciendo lo mismo que estáis haciendo ahora, pero será en total voluntad con vuestro Dios y haciendo todo lo que hacéis ahora será para alegrar a vuestro Dios.

DejadMe Mis pequeños, operar en vosotros, vivir en vosotros, gozar en vosotros, dadMe vida nuevamente aquí en la Tierra a través de vuestra donación total a Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: Sobre el Pudor y la Pureza en la Mujer y tener cuidado con las modas, ¡porque si vosotras sois causa de que un alma se condene, tendréis que pagar por ello también!

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, y hoy vengo como Madre, hacia vosotras, Mis hijas, para que os deis cuenta de vuestra posición actual en la Tierra.

Ciertamente el pecado se ha difundido en todo el mundo, pero vosotras, Mis hijas, Mis pequeñas, sois una causa grave de que se esté difundiendo éste mal en el mundo.

Las modas que habéis aceptado, impuestas por el hombre, están haciendo caer al hombre y a la mujer en ésa depravación, en ésa impureza, en ésa suciedad espiritual. Os habéis querido equiparar con el hombre, cuando vosotras tenéis una función grande y bella, que es la maternidad, física y espiritual.

Creéis que así seréis más aceptadas en el mundo y realmente os estáis convirtiendo en instrumentos de satanás al llevar a vuestros hermanos hacia la impureza y el pecado. Os habéis vuelto instrumentos del pecado. Vuestras modas os están llevando a la decadencia total y no solamente moda del vestido, sino moda en el hablar y moda en evitar todo lo que sea espiritual.

Habéis aceptado también en vuestras vidas otras modas espirituales, que lejos de darle gusto a vuestro Dios, os están separando de Él. Estáis adorando a falsos dioses, estáis adorando a demonios, revestidos de cierta bondad, ó de aparente bondad y así, sin querer daros cuenta, ha venido ésa degeneración moral y  espiritual entre todos vosotros.

Mis pequeñas, cuando la mujer es virtuosa, detiene el mal, se impone al mal y no deja que el hombre caiga, aún a pesar de que el hombre quiera.

Habéis perdido ése virtuosismo en vuestra manera de ser, en vuestra vida interior, estáis mostrando al mundo, por la forma de ser, por la forma de vestir, vuestra vaciedad espiritual. Estáis mostrando solo un exterior bello, porque así os hizo Nuestro Dios, bellas, pero ya pecadoras, hacen que vuestro exterior y vuestro interior, no den fruto bueno y por el contrario, están llevando a muchos al pecado y a la condenación eterna.

¡Tened cuidado, Mis pequeñas, porque si vosotras sois causa de que un alma se condene, tendréis que pagar por ello también!

La mujer virtuosa es una perla rara, es un brillante carísimo. La mujer virtuosa, siempre dará grandes frutos y será una estrella que brille en el firmamento por siempre con una Luz muy especial. La mujer virtuosa, siempre estará muy profundamente protegida en Mi Corazón y será una dicha para vuestro Dios.

Daos cuenta, Mis pequeñas, el mal ejemplo que estáis dando ante el mundo y el dolor que le estáis causando a vuestro Dios.

Estáis llevando a vuestra alma y a vuestro cuerpo a ésa decadencia total que el demonio quiere. Si no os dais cuenta de vuestro mal, Mis pequeñas, y si no detenéis el curso de vuestra vida, grandes calamidades os atraeréis.

Acercaos a Mí, tomad de Mis Virtudes, tomad de Mi Vida y haced ejemplo de vida Mi Vida en vosotras.

Mucho mal atraéis al mundo cuando sois instrumentos del mal. Volved al buen camino, luchad contra ésa ola de mal que os envuelve.

No seáis objeto de fornicación física y espiritual. No os dejéis conducir por el maligno, que os toma para destruir la obra de Dios en vuestros hermanos. No seáis causa de la destrucción de éste mundo, que vuestro Dios creó para el bien.

Meditad, Mis pequeñas, retomad vuestra vida, enmendad, orad, para que vuestro Dios se apiade de vuestro mal proceder.

Acercaos nuevamente a los Sacramentos y sed, sed ejemplo para vuestros hermanos y detened ésta oleada de mal, en el que vosotras, sois autoras en gran parte de ello.

Acudid a Mí y os protegeré, Mis pequeñas, juntas luchemos para destruir la obra de satanás, que se ha apoderado de una gran parte de las almas de vosotras, alrededor del mundo, no sigáis en su juego. Vuestro Dios está a punto de soltar Su Justicia sobre la Tierra, detened vuestro mal ejemplo y mucho lograremos, Mis pequeñas, para la salvación del género humano.

Entended, Mis pequeñas, ya no hay tiempo, ya no hay tiempo, entregadme vuestro corazón, entregadme vuestra vida y dejadMe restaurar el mal que se ha producido a través de muchas, muchas de vosotras.
Gracias, Mis pequeñas.