Mayo 19_05 Todavía habrá un tiempo que se os dará para el arrepentimiento.

Rosario.

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Mensaje de Dios Padre, Dios Espíritu Santo y La Santísima Virgen María, a J. V.

Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: La Obediencia y donación para la Purificación.
Hijitos Míos, cuando os pido que viváis unidos a Mí, a vuestro Dios Salvador, con ello os estoy protegiendo, os estoy llevando por caminos seguros. Así como Yo Me mantenía bajo la Voluntad de Nuestro Padre, de vuestro Dios, Yo como Hijo obediente, aceptando Su Voluntad y al mantenerme bajo de ella, adquiría un sinnúmero de Bendiciones. El simple hecho de estar bajo Su Mirada, de estar bajo Su Voluntad, ya le da al alma riquezas inigualables, bendiciones altísimas.

Así, Mis pequeños, al estar fusionados a Mí, el camino de vuestra vida, será llano, no tendréis tropiezos. Los taques nunca se apartarán del alma que está con su Dios, con Mi Padre, porque el mundo no es para los que están con Dios. La maldad, el demonio, satanás, siempre estará atacando a aquellos que se han querido mantener unidos en la Voluntad Divina, son peligro para su reino, reino de maldad y destrucción. Y también son Vida, son Luz para aquellas almas necesitadas que deambulan por el mundo sin rumbo fijo.

El demonio siempre va a estar atacando a aquellos que han preferido la Luz a las tinieblas, a aquellos que van llevando el ejemplo de vida, de Mi Vida sobre la Tierra, aquellos que se mantienen en Mí, que llevan la Verdad, que llevan la Justicia, que llevan el Amor a sus hermanos y esto no lo puede soportar satanás y por eso las almas son fuertemente atacadas por él, pero ampliamente Bendecidas por Mi Padre, por Mí y por Mi Santo Espíritu.

Tenéis una protección especial porque os habéis vuelto instrumentos del Único Dios Verdadero en Su Santísima Trinidad.

Permaneced, Mis pequeños, unidos a Mí, a vuestro Dios, Jesucristo, vuestro Salvador.
Venid a Mí, Mis pequeños, Mis hermanos, traedMe vuestras miserias, no os sintáis mal, Yo mismo caminé por el mundo y vi todo tipo de males, todo tipo de pecado y a todos perdoné, cuando se daban cuenta de su error y venían a pedir perdón. Las almas que se arrepienten, siempre tendrán perdón.

Necesito en éste tiempo almas con una gran fortaleza, con una gran humildad, con un gran amor, con una gran donación, para que os volquéis totalmente a la Voluntad de Nuestro Padre y respaldados con Mi Amor y con Mi Vida, podáis hacer éste trabajo, llevar a cabo ésta misión tan fuerte que se os pedirá para éstos tiempos.

Recordad, Mis pequeños que Nosotros somos los que trabajaremos a través de vosotros, pero no os pongáis murallas infranqueables frente a vosotros, no hagáis caso a las insidias del mal que os hagan creer que la lucha va a ser tan grande que vosotros no podréis ayudarNos a vencerlo.
El demonio siempre os tentará con la duda, él, siendo el padre de la mentira, a través de la duda, os tratará de evitar que obréis santamente y libremente, para la Voluntad de vuestro Dios.

Por eso os he pedido el ser como niños, porque el niño, al confiar en su padre, sabe que todo aquello que parezca imposible a sus ojos, su papá podrá ayudarle y así debe de ser en éstos momentos de la historia, de la historia espiritual de la Tierra, estaréis ante momentos difíciles, pero no infranqueables. Podréis vencer fácilmente con las capacidades Divinas que se os darán.

Aunque montañas os rodeen, Yo, vuestro Dios, las puedo allanar, las puedo eliminar en un segundo, para que podáis pasar sin sufrir, sin tener que subirlas. Simplemente, deseo vuestra total voluntad, vuestro deseo de servir a Nuestro Dios, a Nuestro Padre, a Mi Padre, y así, Mis pequeños, haremos grandes cosas por vuestros hermanos en la salvación del todo el género humano. No llenéis de mentiras vuestra mente y vuestro corazón, dejad que la Verdad ocupe todo vuestro ser y así ya no habrá dudas, así ya no habrán temores, simplemente, obediencia de niño para su Padre.

Confiad, Mis pequeños, confiad en vuestro Dios, Yo estoy con vosotros, Yo estuve en la Tierra y conozco todo lo que en ella se desarrolla.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Vosotros, células vivas, que producís el bien, ayudad a vuestros hermanos.
Hijitos Míos, Mis pequeños, así como en el organismo, los órganos se os han puesto para que ellos sirvan al buen funcionamiento de todas las células, así en el mundo seguís ésa misma pauta. Los órganos son aquellos de vuestros hermanos a los que se les ha dado mayor poder, mayores capacidades, que deben ser vuestros representantes, para protegeros contra la injusticia y contra la maldad, contra vuestros hermanos que atacan siempre las Leyes que Yo os he dado.

Si un órgano está mal, si un órgano está enfermo, las células van a padecer su enfermedad, por eso debéis orar fuertemente, para que ésas cabezas que os guían estén sanas, que estén en íntima conexión con el Corazón, que Soy Yo. Todos los órganos dependen del Corazón para poder vivir. Así como el Corazón bombea el líquido vital para todas las células, para todos los órganos, Yo, vuestro Dios, os estoy enviando Mi Gracia a todos vosotros para que podáis seguir vivos, para que podáis dar lo que debéis dar en vuestra misión.

Aún los órganos malos siguen recibiendo vitalidad, siguen recibiendo sangre, se nutren de lo bueno, pero el resultado es malo. Aún los órganos cancerosos, están recibiendo vida, pero ellos producen muerte. Así en la sociedad, así en la Iglesia, así en el mundo entero, aún aquellos que se comportan mal, que están destruyendo, que están llevando maldad hacia sus hermanos, están recibiendo Mi Vida, están recibiendo Mi protección, Yo Me doy para buenos y malos y siempre esperanzado de que el malo, regrese al buen camino.

Vosotros, células vivas, que producís bien, ayudad a vuestros hermanos, células vivas, pero que están produciendo mal, ayudadles para que su cáncer no destruya a otras células, para que su mal corazón, su confusión, su error no destruya lo que Yo os he dado. Y a tantos, tantos de vuestros hermanos alrededor del mundo, que se han dejado destruir por ése cáncer pernicioso que se ha infiltrado a todos niveles.

Luchad, orad, interceded, daos en sacrificio ó en penitencia por vuestros hermanos, para que Mi Gracia, que está llegando positivamente a ellos y les está dando fuerza, les haga cambiar, les transforme, para que de ahora en adelante, den vida también ellos, produzcan vida, Me reproduzcan a Mí en sus actos.

Solamente a través de vuestra oración, de vuestra donación, de vuestro respeto a ésas almas, podré sacar a éste mundo que va al error.

Os recalco, respeto hacia ésas almas, porque como os dije, están recibiendo Mi Vida, Yo estoy en ellos, pero niegan Mi Presencia, no la quieren reproducir y producen mal.
Por Mi Presencia en ellos, respetadles y ayudadles, Mis pequeños, Mis hijos.
Gracias, gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: La libertad está en la donación total a la Divina Voluntad.
Hijitos Míos, cuando Yo, vuestra Madre, ante el anuncio del Arcángel, le dije “He aquí la Esclava del Señor, hágase en Mí, Tu Santa Voluntad”, desde ése momento quedé totalmente anonadada a Su Voluntad. Si antes Yo ya vivía en ésa Voluntad Divina, en una donación personal, en ése momento por petición del Arcángel, en donde se aceptaba Mi donación, Yo Me nulificaba ante las Potencias de Mi Dios, a quien Yo ya Me había consagrado.

Mis pequeños, vivir anulados a vuestro Dios, es vivir en una total contemplación. Una total negación a sí mismos, es una aceptación a la Sabiduría Divina que va a trabajar en uno. Al confiar plenamente en Nuestro Dios, al negarse uno a sí mismo, entonces queda a disposición total del que es el Único, del que es el Sabio, del que es el Amor, del que lo es Todo.

La soberbia os hace dudar, la soberbia os hace retractaros, la soberbia, os quita la libertad. Creéis tener libertad, Mis pequeños, porque vuestra soberbia os lo pide así. Os creéis autosuficientes con lo que tenéis y estáis en un grave error, Mis pequeños, ésas son las mentiras del enemigo, haceros creer que tenéis libertad cuando vosotros mandáis en vuestra vida y no es así, Mis pequeños, es todo lo contrario, cuando os dais completamente a vuestro Dios, es en ése momento cuando adquirís la libertad.

Meditad, Mis pequeños, porque vuestro Dios, Mi Dios y Señor nunca os va a quitar vuestra libertad, siempre os va a dar la libertad de actuación. Es el demonio el que os encadena, es el demonio el que os ordena, es el demonio el que os oprime y os nulifica, pero para él, para sus falsos planes, para sus degradantes planes.

La libertad que adquirís al estar en vuestro Dios, es una vida de Gracia, es una vida de Amor, es una vida de donación, es una vida de alegría. Os sentís totalmente satisfechos estando con Nuestro Dios, ya no necesitáis nada, Él os plenifica, os hace sentir llenos, únicos, os hace sentir verdaderos hijos, adquirís realmente vuestra personalidad. Es en ése momento cuando os sentís verdaderos hijos de Dios, cuando Él os llena de Él.

Os pido, Mis pequeños, meditéis todo esto, para que podáis donaros como Yo Me doné. Yo vuestra Madre y Maestra os lo pido, porque Yo lo hice primero y ved cómo Me fue a Mí, Soy la Madre del Verdadero Dios, del Hijo de Dios y vedMe con todas las capacidades y Bendiciones con que se ha derramado Nuestro Dios en Mí.

¿Acaso Me veis triste, Me veis encadenada, Me veis como esclava, Me veis destrozada? No, Mis pequeños, tendrías que ser ciegos, tontos, para ver todo eso en Mí y quizá cosas peores, como hermanos vuestros quieren verMe. Y es todo lo contrario, al estar con Nuestro Dios, Él os va a dar Gracias y Bendiciones inimaginables, potencias que no creeríais que existen. Eso no lo puede hacer el mal, el demonio no tiene ésas capacidades, que solamente los hijos de Dios podrán obtener al nulificarse ante la Divina Voluntad. Ése es el Premio de mantenerse en la Divina Voluntad y con humildad hacerse nada ante el que Es Todo.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Todavía habrá un tiempo que se os dará para el arrepentimiento.
Hijitos Míos, os he hablado del respeto, del respeto que debéis tener hacia vuestros hermanos. Cada uno de vosotros, tenéis una misión propia, debéis cumplir en lo personal, pero además en lo colectivo.

Mis pequeños, la vida que se os ha dado para que actuéis aquí en la Tierra, ésa vida es insustituible, es única, vuestra misión es única. Si vosotros no queréis servirme, no queréis seguir Mi Mandato, Mi petición, es cuando atrasáis todo el tiempo la recuperación de la Gracia para todo el género humano.

Cuando un afluente es detenido, cuando a un río se le pone una presa, ya no puede correr, ya no puede dar libremente lo que tiene que dar. El pecado en el hombre es ésa presa que detiene la fluidez de la Gracia. No son vuestras capacidades, sino Soy Yo, quién hace que vuestras capacidades Me permitan fluir a través de vosotros. Vosotros ponéis vuestra voluntad, para poder llevar Mi Gracia a dónde Yo os indique.

Sois ésos vehículos quienes Me llevaréis a dónde Mi Gracia se necesite, pero si vosotros por duda, por pecado ó simplemente por negar vuestra misión, no queréis llevarMe a servir a vuestros hermanos, a levantar a vuestros hermanos a ése estado de Gracia y Santidad que Yo deseo en cada uno de vosotros, entonces se detiene la recuperación de la Gracia para la Tierra.

Estáis en momentos de gran cambio y éste cambio se dará fácil si entendéis esto, Mis pequeños. Mi Gracia llega a cada uno de vosotros libremente, pero si vosotros como os dije, por duda ó simplemente por el pecado que tenéis en vuestro corazón, no permitís que Yo fluya, se va a ir retrasando el gran cambio que Yo deseo.

Vosotros mismos estáis retrasando Mis grandes regalos, el mayor regalo la Venida de Mi Hijo a la Tierra.

A pesar de que no lo quisierais así muchos de vosotros, se dará para el bien de aquellos que se han mantenido fieles, para aquellos que desean Mi Reinado sobre la Tierra, para aquellos que desean que las Escrituras se cumplan. Mi Hijo os dijo que ninguna coma, ningún punto dejarían de llevarse a cabo en el Plan de Salvación. Nada se debe desperdiciar de lo ya dicho, todo tendrá su cumplimiento fiel y así será. Y por los que Me han sido fieles aceleraré el tiempo, para que ellos no sean destrozados por la maldad del enemigo. Yo cuido lo Mío, aunque vosotros no queráis cuidarlo.

Todavía habrá un tiempo que se os dará para el arrepentimiento. Cuando veáis que las cosas no salgan como las habéis pensado ó como las pensasteis y cuando empecéis a sufrir, por vuestra necedad, por vuestro pecado, es cuando tendréis esa Luz de la Verdad en vuestro corazón y es cuando lo aceptaréis.

¿Por qué, Mis pequeños, tenéis que esperar hasta el castigo para entender lo que Yo quiero de vosotros? Si entendierais en el Amor, si entendierais en la Paz, todo sería más bello. No tenéis por qué sufrir, porque Yo así no lo deseo. No fuisteis creados para sufrir, Yo os Amo, y todo lo que hago para el hombre es bueno, pero vosotros os separáis de Mí y quedáis a merced del enemigo, que él es el que os trata así, con maldad, con repudio, porque él sabe que sois Mis consentidos. Él negó Mi Gracia, él se opuso a Mis cuidados hacia él y no soporta que Yo os  esté consintiendo.

Vosotros, al apartaros de Mí, de Mi protección y al aceptar el pecado en vuestro corazón, quedáis a merced de él y él astutamente, envía maldad sobre vosotros, envía castigo envía enfermedad, envía destrucción y os hace creer que Soy Yo, vuestro Dios, el que os está enviando todo esto, para que vosotros blasfeméis Mi Santo Nombre, cuando realmente es su envidia la que provoca todo esto a vuestro ser.

Entended esto, Mis pequeños, al apartaros de Mí, quedáis a merced de las fuerzas del mal. Todas las religiones, todo ser humano entiende esto: que hay un Bien y hay un mal. Y del Bien nunca puede salir un mal y del mal no puede salir un bien.

Meditad, para que no confundáis términos, para que no Me mezcléis en los planes del inicuo. Manteneos en el Bien y Bien tendréis. Y si libremente os queréis dar al mal, aceptad vuestro error y el castigo que se os vendrá por vuestro error.
Yo os Amo, él quiere vuestra destrucción. Entendedlo bien, Mis pequeños. Os Amo.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Espíritu Santo.
Sobre: El hombre, al aceptar lo que el hombre le da, vive en el error.
Hijitos Míos, Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, os doy la Palabra, os doy la riqueza en las Escrituras.

Las Escrituras son Palabra de Vida, son Alimento para vuestra alma, son para vuestro crecimiento espiritual. En las Sagradas Escrituras viene todo lo necesario para que norméis vuestra vida espiritual, para que crezcáis y para que alcancéis ésa Santidad que Dios Padre quiere para vosotros, que Nosotros en Nuestra Santísima Trinidad queremos para vosotros. Es Nuestra Presencia Viva y eficaz que tenéis a la mano y que tanto desperdiciáis.

Buscáis en otros libros, libros escritos por el hombre, libros que no tienen inspiración Divina y que los tomáis como verdades absolutas para vuestra vida espiritual.

Por eso en la Tierra, el hombre, vive como ahora está viviendo, porque se está dejando guiar por la “sabiduría del hombre”, no está tomando la Sabiduría Divina para normar su vida, para servir a sus hermanos y con ello servir a su Dios.

El hombre, al aceptar lo que el hombre le da, vive en el error, vive en la degradación espiritual, porque el hombre nunca va a poder dar lo que Nosotros podemos daros, Vida real, Vida Divina para vuestra alma.

La Santidad a donde debe llegar el hombre, es una Santidad Divina que el mismo hombre no puede dar, porque no tiene ésas capacidades.

Haced la prueba, Mis pequeños, pedid Mi ayuda para que Yo os permita entender las Verdades, el conocimiento que se encuentra en las Sagradas Escrituras. Hay tanto alimento, tan basto dentro de ellas, que si las tomarais, adquirirías Sabiduría Angelical, pero el hombre se desvía, al querer conocer “algo más”, que no conocen vuestros hermanos, os llenáis de soberbia, os sentís sabios y ésa soberbia os lleva a caer peor que como estabais en el principio.

El conocer más acerca de Mí, os lleva a un compromiso, compromiso grande que debéis tener vosotros, el cambio de vuestra actitud, el cambio de vuestro pensamiento, el cambio total en vuestra vida.

Si leéis las Sagradas Escrituras, como un libro más, como una novela más y no le sacáis provecho que tiene para vuestra alma, estáis desperdiciando la Obra de vuestro Dios. Todavía habrá un tiempo que se os dará para el arrepentimiento. Así que, aquel que niegue lo ahí escrito, está negando la Sabiduría Divina, está opuesto a Nosotros, vuestro Dios.

Tened cuidado, Mis pequeños, con lo que digáis, con lo que actuéis, porque si no está de acuerdo con las Escrituras, si no está de acuerdo con la Verdad Enseñada, estaréis viviendo para la maldad, estaréis mostrando a vuestros hermanos que es la maldad la que habita en vuestro corazón y no la Verdad y la Sabiduría Divina. Escoged bien todo aquello que leáis, porque todo eso llegará a vuestro corazón y lo podrá afectar para siempre.

Si os acercáis a las Sagradas Escrituras, estaréis por el camino correcto y, os vuelvo a repetir, la Sabiduría que adquiráis con ello, será una Sabiduría casi Angelical.
Entended. Gracias, Mis pequeños.