Mayo 05_05 Yo vengo a fortalecer a todos aquellos escogidos.

Rosario.

Temas:

  • Yo vengo a fortalecer a todos aquellos escogidos, Yo vengo a dar Fuerza a las Palabras de Jesucristo.
  • Yo no Soy el autor del mal, vosotros os alejasteis de Mí, quisisteis ser ése hijo pródigo, que quiso hacer su propia vida, cayó en el error, el mal lo atrapó, porque no quisisteis estar bajo la protección del Padre.
  • Mis pequeños, os hemos dado el conocimiento, ya no podéis poner ninguna traba, no debéis poner ningún impedimento para que entre vuestro Dios a Vivir plenamente en vuestro corazón.
  • Orad, pues, fuertemente por aquellos en los que veáis que su cuerpo está enfermo, porque es muy probable que su alma esté así también, muy enferma.
  • A vosotros Mis pequeños, que he escogido y que estáis en Mi Rebaño, no Me tengáis miedo ni desconfianza,…esto Me dolería mucho.

 

Mensaje de Dios Espíritu Santo, Dios Padre y La Santísima Virgen María a J. V.

Primer Misterio. Habla Dios Espíritu Santo.
Sobre: Yo vengo a fortalecer a todos aquellos escogidos, Yo vengo a dar Fuerza a las Palabras de Jesucristo.
Hijito Mío, el Mensaje ahora va para ti y para los Profetas y Videntes que hemos escogido alrededor del mundo.

Ciertamente, vuestra tarea es difícil, el anuncio y la denuncia son difíciles, precisamente, cuando tendréis que hacerlo, ya ante el pueblo, ya ante vuestros superiores en la Iglesia, ya ante las autoridades. Yo Soy vuestro Dios Espíritu Santo. Ya os he dicho que Yo iré guiando los acontecimientos, nada se da sin que vuestro Dios, en Su autoridad Divina, lo permita. Vosotros os habéis dado a la Voluntad Divina, sois los Cristos de éste tiempo, sois los denunciantes de la raza maldita que ha tratado de destruir la Palabra de Dios, la vida en Dios.

Yo vengo a fortalecer a todos aquellos escogidos, Yo vengo a dar Fuerza a las Palabras de Jesucristo. Son tiempos de dar Vida, son tiempos de Luz, cuando todo está en tinieblas.

Sed como niños, el niño acepta la Voluntad del Padre, no ve más allá que el Amor con que el Padre ó la Madre le ordenan algo, es autoridad y él la acepta, porque sabe que va hacia un bien.

Tomad de Mí lo que necesitéis, que además Yo os daré lo que Yo necesito de vosotros. No temáis, seguid adelante, éstos son tiempos de lucha, Nosotros venceremos, vosotros sois ahora los representantes del Cielo, es la Voz del Cielo la que se dará a través de vosotros. Cuando queramos que se dé la Verdad ante los hombres, Yo os tomaré, Mis Palabras fluirán libremente y tocarán corazones, tened confianza, vivid en la Verdad, vivid en la oración, vivid en la Pureza, vivid en la Santidad y todo saldrá bien, Mis pequeños. Es un tiempo el que estaréis sobre la Tierra sirviendo a vuestro Dios, dad vuestro máximo, dad vuestro máximo, que se os pagará eternamente con grandes regalos, con grandes bellezas de vuestro Dios. Pero no hay nada, Mis pequeños, como servir a vuestro Dios, lo entenderéis dentro de poco tiempo y os alegraréis por ello.

En éstos momentos intuís algo de ésas bellezas, pero Yo os abriré vuestra mente, os abriré vuestro corazón, quitaré el velo de vuestros ojos y entonces veréis la Gloria de vuestro Dios por la que habéis trabajado y que todavía trabajaréis, entonces vuestro corazón se alegrará enormemente, gozaréis, gozaréis infinitamente y ése gozo os llevará a la entrega total de vuestro ser por el servicio de vuestro Dios.

Vida, Vida quiero dar a los que viven muertos, es una contradicción, ¿para qué vivir aquí en la Tierra si se vive muerto a la Gracia? En lugar de transmitir Vida, muchos de vuestros hermanos están transmitiendo muerte, muerte espiritual y aquellos que lo hacen así, para ir en contra de su Dios, tendrán que enfrentarse en algún momento con Su Justicia.

Pero recordad, Mis pequeños, que no venimos como Jueces en éstos momentos, no se Nos debe ver en el temor, sino en el Amor y os pedimos que sigáis orando por aquellos que necesiten de su conversión, que necesiten entrar en ésa vida espiritual, que vean que todavía hay Luz en su camino, que hay quién los ama todavía, a pesar de su pecado. Dejad amor en los corazones, dejad Luz, para que encuentren el Camino y que regresen a Nosotros, que regresen a la Divinidad.
Os Amo, Mis pequeños, os Amo.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Yo no Soy el autor del mal, vosotros os alejasteis de Mí, quisisteis ser ése hijo pródigo, que quiso hacer su propia vida, cayó en el error, el mal lo atrapó, porque no quisisteis estar bajo la protección del Padre.
Mis pequeños, como Padre Bondadoso que Soy, debo amonestar a todos aquellos que viven en el error, que viven en el pecado, que viven apartados de Mi Gracia.
Sí, Yo siempre os estoy cubriendo con Mis bondades, con Mi Misericordia, pero el hombre no quiere estar en ésa unión Conmigo, que es el estado de Gracia. Es la vida íntima del alma con su Dios.

Cuando Yo amonesto al hombre, lo hago porque lo amo, debéis entender esto y quiero que entréis en vuestro corazón, que estéis (Lenguas…), que estéis seguros, Mis pequeños, de que si Yo permito algún mal aparente para vuestra persona, para un pueblo, para una Nación ó para todo el mundo, es para que entendáis que por vuestro error, al apartaros de Mí, os atraéis vosotros mismos el mal. Yo no Soy el autor del mal, vosotros os alejasteis de Mí, quisisteis ser ése hijo pródigo, que quiso hacer su propia vida, cayó en el error, el mal lo atrapó, porque no quiso estar bajo la protección del padre.

Entended eso, Mis pequeños, por eso os pido que lo meditéis en vuestro corazón, que seáis sinceros con vosotros mismos, que seáis honestos y veréis cómo el error, el pecado, os llevan a ése dolor. Si os mantenéis Conmigo, si os mantenéis bajo Mi protección amorosa de Padre, dándoos perfectamente y completamente a Mí, vuestro Dios, siempre estaréis bajo Mi Divina Voluntad, bajo la Providencia Divina, bajo Mi Mano amorosa. Podéis tener todo, Mis pequeños, aún aquí en la Tierra, si os mantenéis Conmigo, por favor, entended esto, el mal siempre os va a atacar, siempre estará esperando a que os separéis del Rebaño, que veáis, que al estar fuera del Rebaño, no tendréis la protección, tanto amorosa de vuestro Dios, como de la ayuda de vuestros hermanos.

Vivid pues conscientes, Mis pequeños, de que si sois amonestados, será para vuestro bien. Regresad a Mí, Mis pequeños, Conmigo tendréis todo, tendréis la Vida, tendréis Paz, tendréis el Amor que vuestra alma desea. Venid, Mis brazos están abiertos, Yo recibo a todos aquellos que arrepentidos estén. Regresad, os amo.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: Mis pequeños, os hemos dado el conocimiento, ya no podéis poner ninguna traba, no debéis poner ningún impedimento para que entre vuestro Dios a Vivir plenamente en vuestro corazón.
Hijitos Míos, se os ha pedido la Santidad. Es obligación de todo hijo de Dios buscar ésa Santidad. Ciertamente cuesta trabajo, pero Nos tenéis a Nosotros, tenéis la Vida, la Guía amorosa de Jesucristo.

Mis pequeños, Soy vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María. Yo os he llevado, Mis pequeños, por orden del Padre, a niveles más altos. Se os ha dado ésta Evangelización para que vosotros la deis a vuestros hermanos. Habéis tratado de hacerla vida y eso es lo que va ayudando a las almas a entrar en ésa Santidad.

Pero la Santidad no se logra de la noche a la mañana, Mis pequeños, es una lucha de toda la vida, de toda una vida. Primeramente, para alcanzar la Santidad, debéis venceros a vosotros mismos, deberéis quitar de vosotros todo aquello que os pueda separar de vuestro Dios, empezando con las faltas, aún las más leves que haya en vuestro corazón, siempre tendiendo a vivir en ésa Divina Voluntad, viviendo unidos a los méritos, a la Vida, a la Predicación, a las Enseñanzas de Mi Hijo. Él Me pone de ejemplo por Virtuosa, por amorosa, pero Yo Misma también alcancé ésa Santidad, por Mi Donación, por Mi Fiat, por el olvido de Mí Misma. Ciertamente, como Madre, Yo os guío y Mi Hijo Me dio ésa Misión, para guiaros hacia la Santidad y así ser verdaderos hijos de Nuestro Padre Dios y hermanos verdaderos de Mi Hijo Jesucristo.

Yo imploro a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, para que derrame sobre cada uno de vosotros, sobre toda la humanidad, todas Sus Bendiciones, Sus Dones, Su Sabiduría, para que vosotros podáis tomar de Él, como Fuente de todo Bien, todo lo que cada una de las almas necesita. Ciertamente cada uno de vosotros sois diferentes, algunos necesitareis más paciencia, otros más amor, otros más docilidad, otros más templanza, otros más pureza, en cada una de las Virtudes, Mis pequeños, podréis santificaros.
La Santidad es necesaria, Mis pequeños, para ir engrandeciendo el Pueblo Santo de Nuestro Dios.

Al venceros a vosotros mismos, se derrama en vosotros ése caudal de Bendiciones Celestiales, al vaciaros vosotros de vuestras cosas, es cuando vuestro Dios puede entrar en Perfección en cada uno de vosotros. Mientras más os vaciéis más Gracia obtendréis.
Debéis ser ésos receptáculos humanos, para que entre la Divinidad en vosotros, no temáis a ello, Mis pequeños, no temáis, porque entonces es cuando seréis verdaderos hijos de Dios, es cuando entenderéis lo que vuestros Primeros Padres entendían, ésa vida en Dios, ésa vida íntima, ésa vida de Amor, ésa vida de Virtud.

Así pues, Mis pequeños, si queréis ser verdaderos hijos de vuestro Dios, ser hijos unidos a la Voluntad de vuestro Dios, entonces deberéis vaciaros, vaciaros de las cosas del mundo para llenaros de las cosa del Cielo.

Mucha humildad se necesita, mucha humildad se necesita, Mis pequeños y Sabiduría para entender éstas Palabras y Fortaleza para llevarlas a cabo. Siempre se le teme a lo que no se conoce.

Mis pequeños, os hemos dado el conocimiento, ya no podéis poner ninguna traba, no debéis poner ningún impedimento para que entre vuestro Dios a vivir plenamente en vuestro corazón. Ya no son tiempos de duda, éstos son tiempos de donación, de valentía, porque deberéis luchar contra fuerzas tremendas y deberéis estar protegidos con la vida en la Gracia, con la vida en la Virtud, con las Potencias de vuestro Dios.

Donaos, Mis pequeños, Nosotros no podemos forzaros, vuestra transformación tiene que ser en la totalidad de la libertad.

Dejad que Yo, vuestra Madre os vaya llevando hacia ése desprendimiento total. Cada cosa que se os vaya quitando, dejadla, Mis pequeños, dejadla ir, porque es lastre para vuestra alma y por cada cosa mala que se os quite, se os dará una buena. No temáis, Mis pequeños y así iréis viendo vuestra transformación paulatina. Dejaos mover por vuestra Madre, que Yo os alcanzaré las Gracias necesarias para ésa transformación final, transformación en cuerpo y alma que ya se os anunció, para que podáis recibir al Santo de los Santos entre vosotros.

Os amo, Mis pequeños, confiad en Mí, vuestra Madre, os amo, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Orad, pues, fuertemente por aquellos en los que veáis que su cuerpo está enfermo, porque es muy probable que su alma esté así también, muy enferma.
Mis pequeños, cuando Yo caminé sobre la Tierra, veía la necesidad que tiene el hombre y no solamente de ése tiempo, sino lo veo también ahora, su necesidad espiritual. Estáis vacíos de los Bienes del Cielo y no porque falte ésa riqueza hacia vosotros, sino porque tenéis el corazón cerrado. Os falta confianza, os falta ésa necesidad espiritual propia del ser humano, de dejar entrar la Gracia de vuestro Dios.

La compasión movió Mi Corazón hacia vuestros hermanos, para que fueran curados, no solamente de cuerpo, sino de alma. Muchas veces, el estar enfermo del alma va a traer ésa enfermedad del cuerpo, ¡Tanto, tanto es lo que ataca el mal al hombre, que al destruir su alma, por consecuencia destruye al cuerpo!

Orad por vuestros hermanos, no para su sanación solamente de su cuerpo, sino primeramente de su alma. El hombre necesita recuperar la salud de su alma primero, porque su entidad primera, es realmente la vida que se une a Mí, su Dios, necesita recibir ésa vida espiritual. Aquél que vive unido a Mí, la más de las veces, tiene un cuerpo sano.

Orad, pues, fuertemente por aquellos en los que veáis que su cuerpo está enfermo, porque es muy probable que su alma esté así también, muy enferma. La compasión os debe llevar a la Caridad. Orad, aunque no se os pida oración, dad, aunque no se os pida el recibir, vuestro corazón siempre debe estar dadivoso, debe ser como el Mío, continua oración para la salvación y sanación de todo el género humano. Vivid pues, para ésa recuperación del Reino de vuestro Dios.

Siendo discípulos Míos, tenéis ése don de sanación ya en vosotros, para darlo a vuestros hermanos, para que sanéis cuerpos y almas. Son Dones Divinos que se otorgan a los que son discípulos Míos, tenéis la Sabiduría, tenéis la Ciencia, pero sobre todo, tenéis el Amor, utilizadlos, Mis pequeños, pero no os envanezcáis con ellos, los habéis adquirido gratuitamente en vuestra donación, Yo os he llenado de Mí, ahora dad lo que Yo os he dado. Tened paciencia con vuestros hermanos, llevadlos a la Santidad, hacedlos mejor que vosotros y ahí es donde estará  vuestra  humildad.

Yo os dije que aquellos que estuvieran Conmigo, podrían hacer las mismas obras y aún mayores que las que Yo realicé, pero no por vuestras capacidades, sino por Mi Presencia en vosotros, que Yo Me seguiré manifestando al mundo a través de los discípulos de estos días, de Mis Apóstoles de estos días, de Mi heredad Divina para éstos días. Aprovechad, Mis pequeños, los Bienes y Promesas del Cielo, pero actuad, os vuelvo a repetir, actuad en la humildad, en la sencillez, en la Caridad hacia vuestros hermanos. Dad, dad todo, daos por completo y así Me tendréis a Mí por completo.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: A vosotros Mis pequeños, que he escogido y que estáis en Mi Rebaño, no Me tengáis miedo ni desconfianza,…esto Me dolería mucho.
 (Lenguas…)
¡Oh! Mis pequeños, ¡Cuánto bien quiero derramar sobre vosotros y sobre toda la humanidad!

¿Veis ésta multitud de almas? Son vuestros hermanos en el Cielo. Orando están, deseosos están de ya unir los Cielos con la Tierra, oran por vosotros, viven para vosotros, sufren, sufren por vuestro sufrimiento, deseosos están por darse, a pesar de su gozo celestial, ven vuestro dolor y oran por ello. Llevan sus vestiduras blancas, porque ellos también estuvieron en la prueba y han triunfado, han llevado su Cruz. En Algunos, fue también en el martirio. Son vuestros hermanos, desean unirse a vosotros, acudid a ellos, acudid a vuestra Familia.

Entrad en ésa intimidad en vuestro corazón para que Yo os pueda traer aquí, para que podáis entender ésta excelsitud, éste Amor que ya se vive aquí en el Reino de los Cielos, éste Amor que se da para vuestro bien en la Tierra.

Mis pequeños, es tanto, tanto el Amor que quiero derramar sobre vosotros. Os quiero cubrir, os quiero transformar, os quiero hacer gozar como nunca habéis gozado.
Solo espero vuestra donación, Mis pequeños, ¡Cómo quisiera forzaros al Bien que os quiero dar! pero os respeto. DadMe vuestro corazón ya, Mis pequeños, dadMe vuestra vida, ¡Os quiero consentir! (Lenguas…)

El hombre, el hombre aún no quiere la transformación, os estáis perdiendo de los gozos Celestiales. ¡Oh! Mis pequeños, ¡Cuánta es vuestra necedad!. Os quiero revestir con la vestimenta Celestial y no queréis, vuestra Fe, tan endeble, tan pobre, tan frágil. ¡Cómo Me da lástima vuestra pequeñez, pero Me da más lástima el que no respondáis a Mis Bienes, que no confiéis en Mi Palabra, que no confiéis en las obras que podéis ver, palpar, en donde podéis ver Mis magnificencias.

¡Oh! Mis pequeños, ¿Por qué dudáis tanto? ¿Por qué, por qué Me pagáis así? DadMe vuestro corazón, dejadMe, Mis pequeños que os dé una pequeña probadita para que podáis ver y sentir, aunque sea un poquito, de lo que os quiero dar. DejadMe que os enamore, para que Me tengáis confianza y Yo Me derrame plenamente con Mis regalos.
Soy vuestro Dios Amor y solamente eso es lo que os quiero dar, Mi Amor en pleno.

Vuestra alma, satisfecha quedará, gozaréis infinitamente, tenedMe confianza, Mis pequeños, tenedMe confianza a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios. DejadMe llevaros a ésos éxtasis de Amor en ésa intimidad a donde Yo llevo a las almas que se donan, que Me tienen confianza, dejadMe extasiaros, probad de Mis mieles, no os arrepentiréis, Mis pequeños, no os arrepentiréis, Yo Soy el Amor de los Amores, la Pureza Santísima, el Amor olvidado, el Amor despreciado.

A vosotros Mis pequeños, que he escogido y que estáis en Mi Rebaño, no Me tengáis miedo ni desconfianza por favor, ya os he instruido, vuestra desconfianza Me dolería mucho, porque mucho he dado por vosotros y una falta de confianza en éstos momentos, después de haberMe donado tanto a vosotros, Me dolería mucho. DadMe la mano, dejadMe que os lleve volando hacia ésos mundos bellísimos que he creado para el deleite del hombre.

DejadMe que os lleve a la profundidad de Mi inmensidad Divina. Ahí quedaréis extasiados, en ése éxtasis de Amor a donde Yo llevo a las almas que más amo, que se han soltado totalmente como niños, que han aprendido a ver su pequeñez, a ver su nada y han aprendido a ver que Yo Soy el rico, el Padre amoroso que comparte Sus riquezas, y las más grandes, con aquellos que más Me aman, aquellos que se acercan más a Mi Corazón y que se recuestan sobre Él. No os acerquéis con temor, Mis pequeños, corred hacia Mí, como ése niño que ve al Padre ó que ve a la Madre, que le abre los brazos y le abre su corazón.

Venid, venid a Mí, gozad lo que tengo para vosotros.

Gracias, Mis pequeños, iré aceptando lo que Me vayáis dando, pero tened confianza, Mis pequeños, tened confianza en vuestro Dios. Son regalos que hago a Mis íntimos y vosotros sois de Mis íntimos. Cuando gocéis de lo que Yo os dé, no digáis palabra, simplemente, abrazad Mi Corazón, abrazadlo fuertemente y eso Me dará mucho gusto, un deleite Divino que Yo Me quiero regalar con vuestro pequeño corazón.
Gracias, Mis pequeños.