Rosario-Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Habla Dios Padre.
J.V. dice: Veo a Dios Padre sentado con un cetro en la Mano, el cetro es grande como de 60cm., y lo tiene entre las piernas, a la altura de las rodillas.
Hijitos Míos, sois tan pocos, pero tan pocos los que reconocéis Mi Majestuosidad como Rey y Señor de todo cuanto existe.
Todo existe porque así lo he querido Yo, pero todo debiera fluir, por así decirlo, de diferente forma de como ahora se dan los acontecimientos. Os creé, ciertamente, en Mi Amor y vuestra presencia en la Tierra, debiera producir amor y os lo pido para este momento, estáis llamados para producir amor.
¿Y por qué os lo pido, Mis pequeños? porque el Amor es vuestra arma, el arma más poderosa para combatir a satanás y a todos los que están con él.
El Amor, y os vuelvo a preguntar, como quizá lo hice alguna vez, ¿qué pensáis vosotros que es el Amor? El amor que acostumbráis vivir, no es Mi AMOR, que es el que deberíais estar viviendo, porque Mi AMOR en vosotros ya os debiera haber transfigurado en personas y en almas muy diferentes a como sois ahora.
El Verdadero AMOR, que es el que brota de Mi Ser hacia vosotros y hacia todo lo creado, os transforma, os llena de Paz, os lleva hacia la perfección de vuestros actos, pero esa perfección en vuestros actos deben llegar a Mí, pero vuestros actos, ciertamente, llegan a Mí, pero no con el Amor Verdadero que solamente puede salir de Mí.
Utilizáis esa palabra tan noble, tan perfecta, tan Santa, porque, al decir “Amor”, llena todo, transforma todo, da vida a todo. Satanás os ha llevado a que utilicéis esa palabra, pero para cubrir vuestros pecados, vuestras desviaciones, vuestros errores y eso no puede ser así.
¿Por qué os pido tanto Mi Amor en estos tiempos?, y os lo vuelvo a pedir a cada uno de vosotros, para que abráis vuestro corazón, para que Mi Amor os llene a tal punto, que se desborde de vosotros, y vosotros, también, al tenerlo en exceso, -que, cómo quisiera que así fuera-, pudierais, a vuestros hermanos, protegerlos, aliviarlos de tanta maldad que hay a vuestro alrededor.
Mi Amor, Mi Amor en vuestro corazón, debiera dar muchos frutos, frutos llenos de vida. Mi Amor, Mi Amor es lo que vosotros debierais ansiar, porque eso os llevaría a un estado de Gracia tal, que podrías ya estar gozando, prácticamente, el Cielo en la Tierra, porque eso es el Cielo: Mi Amor.
Todos estáis llamados a tener Mi Amor. Mucho se ha hablado del amor, pero el amor que vosotros vivís, no tiene fuerza contra satanás, porque son amoríos pecaminosos y el Amor que Yo os pido y que, primeramente sembré en vuestro ser, os da Verdadera Vida y con esa Vida, esa Verdadera Vida, es con la que venceréis a satanás. Ciertamente, cuando os llenáis de esa Verdadera Vida tendréis más ataques del enemigo, porque satanás no soporta Mi Amor.
¡Cuánto Amor, cuánto Amor, cuánto Amor existe a vuestro alrededor y lo desperdiciáis tanto! Preferís el amor, que bien podría decir, como os lo he dicho antes, son amoríos pecaminosos, esos sí los permitís en vuestra vida, porque llegan fácilmente, os dejan, aparentemente, un gusto carnal, pero, apenas se va ese amorío, os deja en una desgracia espiritual.
Mi Amor, el Verdadero Amor, siempre os va a llenar, os vais a sentir satisfechos, gozosos, alegres, la Paz vivirá en vosotros y la podréis contagiar a vuestros hermanos.
Vosotros tenéis interiormente, el arma más poderosa contra satanás en estos tiempos y no la estáis utilizando, porque, desgraciadamente, esos amoríos pecaminosos os atraen tanto. Vivís en un libertinaje inmenso y lo que debiera ser paz, alegría, un crecimiento espiritual máximo, viviendo en Mi Amor, no lo utilizáis.
Venid a Mí, Mis pequeños, tomad de Mí, Mi Amor, para os podáis defender, verdaderamente fuerte, contra los ataques de satanás.
Os bendigo, Mis pequeños, meditad esto que os he dicho, porque los tiempos venideros, cada vez van a ser peores, el Amor se está perdiendo, el Verdadero Amor se os está yendo entre los dedos.
Arrodillaos, arrodillaos y pedidMe perdón por vuestros malos actos y así, Mi Amor podrá encarnarse en vosotros, para que seáis otro Cristo aquí en la Tierra, almas, almas que lucharán contra la maldad de satanás.
Os bendigo en Mi Nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para que tengáis siempre Mi Amor en vuestro corazón y lo cuidéis como un gran Tesoro, como lo es, verdaderamente.
Amén.