Mayo 08_2025 De vosotros y de vuestra oración, dependerá que este nuevo Pedro actúe en el Bien, actúe en la Verdad pueda llevar a Mi Iglesia a todos los lugares del Mundo…

Mensaje ÚNICO – Rosario: Elección del Papa León XIV

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

J. V. empieza a hablar en Lenguas…, luego dice:

Hijitos Míos, Soy vuestro Jesús, vuestro Salvador, el Redentor.

Mis pequeños, en aquél tiempo que vine para ayudaros, para levantaros de todos los pecados, de toda la maldad que había y que ha existido en todas las etapas de la vida, vine, para abriros las Puertas del Cielo, para enseñaros cómo llegar a vuestro recinto Santo, el Reino de los Cielos. Luché contra toda esa corrupción, toda esa maldad que había en ese momento y esa maldad, en la cual reinaba satanás, Me eliminó, guiada, guiada por la maldad en la que los hombres se habían dejado ya, manipular por satanás.

Mis pequeños, estáis en momentos, también, difíciles de la humanidad. La maldad ha crecido a niveles muy altos, prácticamente, todo, todo lo que está a vuestro alrededor, y en vuestro interior, está contaminado, en mayor o en menor grado, todo está contaminado por satanás, como en aquella época de Sodoma y Gomorra.

Recordaréis cómo Abraham, Me pedía que no destruyera a esas ciudades, si había, al menos, una cantidad de justos, y no, no los había, y, aunque, fue bajando su pedimento, no los hubo. Estáis, también, ahora en esos momentos, sois muchos millones en vuestro mundo, ¿cuántos justos podría haber o Yo quisiera que hubieran, para que no destruyera a todo el mundo? Pero aun así, si hubiera una cierta cantidad, la maldad prevalecería, porque ya es demasiada la que hay a vuestro alrededor y hay que eliminarla, y Me duele hacerlo, como sucedió en Sodoma y Gomorra, que Me dolió hacerlo, pero la maldad es como un cáncer que va destruyendo todo y satanás os vence fácilmente, con su manera de presentaros el pecado en sus múltiples formas y, especialmente, la que más Me duele, es cuando Me traicionáis, dándoMe la espalda y no queriendo seguir lo que Yo os enseñé y Me traicionáis, en tal forma, que quedáis afectados, algunos por un tiempo y otros, por toda la eternidad, sufriendo en el lugar del castigo.

A lo que voy, Mis pequeños: acabáis de tener un nuevo Papa, no os digo que sea un hombre justo, que sea un hombre que no esté contaminado, todos, todos vosotros, como alguna vez lo pedí, que tomara una piedra y que por sentirse justo, que la lanzara sobre la pecadora. ¿Alguno de vosotros se siente justo, como para lanzarle la primera piedra? Él mismo, contaminado, y que está ahorita en un lugar muy importante de la Iglesia y del mundo, necesita de Mí, necesita de vuestra oración.

Os he dicho tantas veces, que aún aquellos, que han cometido graves pecados, Mi Gracia los ha perdonado, porque han cambiado su forma de vida. Vosotros no conocéis el interior de las personas, Yo sí, y como hermanos, y por conveniencia humana también, debéis proteger a todos aquellos que por su autoridad, de alguna forma os puede afectar. Además de orar por ellos, ya sea el Papa, presidentes, jefes de oficinas, vuestros hermanos mayores, vuestros padres, todos aquellos que tienen autoridad sobre vosotros, primeramente, ellos tienen que ponerse en manos del Espíritu Santo, para que Su Guía sobre todos aquellos que estén bajo su mandato, reciban una guía, una palabra perfecta, sabia, justa, amorosa.

Cuando una persona recibe la obligación de estar mandando a otros, tiene que darse cuenta que no tiene las capacidades totales para hacer el trabajo correctamente, y el ejemplo más bello y más grande en la historia, lo tenéis con Salomón. Era joven y él mismo se percató de que no podía llevar a cabo el crecimiento, la dirección de todo un pueblo y, en Humildad, Me pidió ayuda.

Esa es la clave, Mis pequeños, de ser humildes, ser sencillos, dándoos cuenta de que hay, dentro de vuestras obligaciones, situaciones que se salen totalmente de vuestras capacidades y tenéis que acudir a alguien superior, y en la Tierra no tenéis a nadie superior a Mí, sabiendo que satanás siempre va a estar tratando de obscurecer todo lo bueno, todo lo Santo, todo aquello que os pueda hacer crecer en Verdad, en Amor en Perfección, con lo que Yo os he enseñado. Ciertamente, aquellos que tienen un puesto predominante, importante en vuestra sociedad, y satanás, sabiendo esto, inmediatamente lo atacará, porque quiere destruiros, porque él sabe que si destruye a aquel que tiene la autoridad, él destruirá a muchísimos de sus hermanos.

Y así estáis ahora, Mis pequeños, sufriendo con aquellos que tienen la autoridad en vuestros países, primeramente, y enseguida, en donde estáis trabajando para la sociedad; satanás siempre va a tratar de ir destruyendo todo aquello que os pueda acercar más a Mí, pero, desgraciadamente, aun estos personajes que tienen ese poder que se les ha dado de lo Alto, como le dije a Pilato, lo aprovechan para el mal. Satanás los convence y acaban haciendo el mal, destruyendo muchas cosas: vidas, posesiones, conocimientos, tantas cosas que tenéis a vuestro alrededor y en vosotros mismos, y satanás las destruye, porque aquél que tiene la autoridad, no está Conmigo, vuestro Dios, no está con el Santo Espíritu que habita en su interior y no le hacen caso.

Sabiendo todo esto, Mis pequeños, sabiendo que todos estáis contaminados, en mayor o en menor grado, Conmigo o contra de Mí, vuestra obligación, para vuestro Bien, es el de orar, para que se dejen mover en Humildad, en Sencillez por Mi Santo Espíritu, mucho se les ha dado y tendrán que darMe cuentas al final de su existencia por lo que hicieron.

Vosotros mismos tenéis autoridad sobre vuestros hijos o sobre personas, a los cuales les dais trabajo o les ayudáis de alguna forma, y si no estáis con Mi Santo Espíritu, vosotros no actuaréis en Justicia y en Verdad.

La persona de este nuevo representante de Pedro, inmediatamente será atacado por satanás, vosotros debéis orar por él para vuestro bien, para el bien de la Iglesia, para el bien de Mi Palabra, para el bien de Mi Presencia entre vosotros, porque es Mi Representante, si vosotros no oráis y satanás lo toma, sufriréis inmensamente, irá destruyendo todo lo que Yo os he dado, y os he dado mucho, y es cuando os daréis cuenta como, la palabra de un hombre, movido por el enemigo, puede destruir todo lo que a Mí Me costó tanto por ayudaros.

Los mismos Apóstoles que Yo tomé, prácticamente todos, estaban muy contaminados. Mi Palabra, Mi Ejemplo, al llevarlos de un lado a otro, caminando Conmigo, fueron entendiendo lo que Es Mi Palabra, lo que Es Mi Presencia en vosotros cuando abrís vuestro corazón y Me dejáis Vivir a Mí, vuestro Dios, en vosotros; y vino el momento del Pentecostés, en donde la Venida del Espíritu Santo los llevó hacia la Verdad plena, ya no había dudas, en ese momento se dieron cuenta, plenamente, en qué lugar estaban, espiritualmente hablando, qué es lo que tenían que hacer, cómo debían profetizar, por dónde debían caminar.

Y por eso os pido, Mis pequeños, que este es vuestro tiempo, y que dentro de pocas semanas, recibiréis el Pentecostés; abrid vuestro corazón y pedidlo de corazón para toda la humanidad, y especialmente, para este representante de Pedro que ahora tenéis, él depende de vuestras oraciones y vosotros dependéis de sus decisiones.

Que esa contaminación que pueda tener, al recibir la Luz del Espíritu Santo, lo convierta en un verdadero apóstol como lo fueron aquellos a los que Yo escogí; de vosotros y de vuestra oración, dependerá que este nuevo Pedro actúe en el Bien, actúe en la Verdad, pueda llevar a Mi Iglesia a todos los lugares del Mundo, que con su ejemplo, su palabra, mueva corazones hacia el bien, hacia la conversión, hacia la perfección.

Si os ponéis, todos vosotros en su lugar, os asustaríais del trabajo que tiene que hacer un personaje como él, para llevar Mi Palabra, Mi Presencia, Mi Amor a toda la humanidad, él no puede solo, no os debe importar, en un momento dado, que tan perfecto sea, Mi Santo Espíritu es el que va a hacer el trabajo, aún a pesar de su imperfección, pero necesita fuertemente vuestra oración.

Bien sabéis que cuando os dejáis mover por Mi Santo Espíritu, vosotros desaparecéis y es Mi Santo Espíritu el que se manifiesta plenamente en vuestras palabras, en vuestra presencia, y en vuestras obras.

Vosotros, pedid para vosotros mismos y para toda la humanidad, que Mi Santo Espíritu os haga entender los momentos tan difíciles, tan graves que estáis viviendo y, sobre todo, a entender plenamente, que el ataque de satanás, en estos momentos, es fortísimo.

Ayudaos los unos a los otros con los Dones que cada uno de vosotros habéis recibido al ser tomados para daros vida y venir al mundo: entre unos y otros saldréis adelante y sacaréis adelante vuestra vida y la de vuestros hermanos para vuestra salvación eterna.

Dejad que Mi Santo Espíritu os Bendiga y Yo Mismo os Bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Padre y en el de Mi Santo Espíritu, así sea.