Abr 17_2023 Cuando vuestras peticiones conllevan una cierta maldad, se anula todo lo que pudiera haber sido bueno para vuestro bien y para los otros.

Rosario – Mensaje ÚNICO

.

==============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

==============================

.

Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, estando Yo en la Cruz, Mis últimos momentos en este mundo, os volvía a recordar, en resumen, lo que fue Mi Venida aquí a la Tierra, os dije: “amaos los unos a los otros”, pero vosotros falláis mucho en este pedimento, que lleva una cierta obligación, para los que quieren estar Conmigo, para los que quieren difundir Mi Evangelio. “Amaos los unos a los otros”, conlleva una responsabilidad muy fuerte, porque, si os he pedido que seáis otros Cristos, debéis llevar, también, Mi Amor a los vuestros.

Sabéis, porque os lo he explicado durante Mi Vida sobre la Tierra, especialmente, en los momentos de Mi Evangelización; todo se puede resumir en una Palabra: Amor.

Satanás, cuando Yo llegué a la Tierra, todavía tenía a los pobladores del mundo bajo su dominio. La espiritualidad y la gente de ese tiempo dejaban mucho qué desear. Los odios, y maldades de unos grupos, dominaban a todos los demás, estoy hablando del pueblo judío. Imponían estos grupos su dominio, y sobre todo, sus faltas, sus pecados, su malicia. El amor, prácticamente, no existía en ellos, lo que más les interesaba era el poder económico. Mantenían al pueblo en la ignorancia, no les permitían aprender a leer las Escrituras, y tener cultura para leer algo más que les ayudara a crecer espiritualmente. Este grupo de fariseos y escribas mantenían así al pueblo, para que no pudieran sublevarse contra ellos, no había amor.

Llego Yo, y empiezo Mi Evangelización, y Mi Evangelización con Mis muestras de Amor, ayudando a los pobladores a recuperar su salud, levantando muertos, levantándolos espiritualmente, empieza la gente a sentir un cambio y, entre ellos mismos dicen: “no se nos había hablado así antes”, y menos, que hubiera habido Milagros, como los que Yo lo hacía; porque no se les había hablado con Amor. Ciertamente, tenían las escrituras de los profetas, pero, mañosamente, las manejaban a su antojo para llenarse de los bienes de la Tierra y dejar al pueblo sometido a su voluntad.

Mis pequeños, Mis seguidores tienen que tener este distintivo: el amor; aún vuestras propias peticiones, oraciones, están afectadas en vosotros, porque mucho oráis, a veces, con cierto dolo, oráis, a veces, con venganza, pidiéndoMe a Mí, vuestro Dios, que os vengue de algún mal que os haya hecho tal o cual persona. Pedís en forma no amorosa, muchas peticiones vuestras, y quisiera, que vosotros mismos meditarais sobre vuestras peticiones, para que os dierais cuenta del error en el que estáis, porque en vuestra misma oración, que os debiera llevar a un crecimiento espiritual puro, santo, que eso es lo que quiero Yo en vosotros, cuando vuestras peticiones conllevan una cierta maldad, se anula todo lo que pudiera haber sido bueno para vuestro bien y para los otros.

Tenéis el ejemplo en Mi Pasión, que son momentos de gran dolor, momentos en donde cualquier persona que hubiera sido tomada y que hubiera sufrido lo que Yo sufría, no se mantendría en paz, en amor, en deseos de que, aquellos que Me estaban haciendo el daño, se convirtieran. Internamente, eran oraciones de Amor para todos los pecadores, para todos vosotros los de ese momento, al futuro y de los pasados también. Amor, Amor, Amor en todo momento. Vosotros mismos, cuando veis Mi Pasión o leéis sobre ella, inmediatamente, surge en vosotros, sí, el dolor, pero también, deseos fuertes de que Yo hubiera hecho algo como Dios y acabara con todos aquellos que Me estaban haciendo daño. Yo estaba obedeciendo a Mi Padre para el bien vuestro.

Vosotros mismos tenéis esa misma misión: obedecerMe a Mí, vuestro Dios, vuestro Salvador, vuestro Mesías, y pase lo que pase en vuestra existencia, de vosotros tiene que salir Amor, deseando un bien, aún a aquellos que os hagan daño y Yo, después juzgaré a aquellos que os hicieron daño.

Tomad en cuenta una cosa, que si aquellos que os hacen daño, vosotros mismos, les estáis deseando un mal, estáis anulando las bendiciones que podrían caer sobre vosotros en esos momentos de gran dolor, de gran pesar en vosotros, y no aprovecharían en vosotros ni en ellos vuestros dolores, vuestra donación.

Sí, sé que es muy difícil, y podríais decirMe que Yo, como Soy Dios, Dios-Hombre en ese momento, podía soportar todo ello, pero sí, Soy Dios, pero también, como Hombre sufrí inmensamente, y esa era Mi Donación por vuestra salvación, Mis pequeños, y es una donación de Amor.

El Amor lo es todo, Mis pequeños y el Amor tiene una fuerza increíblemente grande, y solamente viviendo el Amor, pero un Amor fortificado en Mi Amor, es como podéis vosotros soportar lo que venga en vuestra vida y lo que podáis hacer por vuestros hermanos para su salvación eterna.

Tenéis que uniros a Mí, vuestro Dios y Salvador en todos los momentos de vuestra existencia, no hay nada difícil si estáis Conmigo, Yo os daré todo lo necesario para que podáis luchar contra vuestra mediocridad espiritual.

Tratad y pedidMe eso, Mis pequeños: tener una espiritualidad perfecta, santa, que salve muchas almas que puedan vivir en Mí y que en vosotros no deje ninguna huella que os cause a vosotros mismos un mal, al maldecir o al desear un mal a aquellos que os están haciendo un mal, y como os dije, no va a ser benéfica vuestra donación ni para vosotros ni para ellos, por esos deseos, amenazas, maldiciones, que podáis hacer contra aquellos que os hagan un mal físico o espiritual.

Os envío Mi Santo Espíritu, Mis pequeños para que Él os guíe hacia la perfección de la oración, a la perfección de vida, a la perfección que os lleve a la Santidad.

Gracias, Mis pequeños.