Rosario – Mensaje ÚNICO.
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, os quiero recordar aquél mensaje que os di hace tiempo, hablando, precisamente de lo que es el tener un bebé. La responsabilidad de traer un alma a la Tierra.
Cuando vosotros Me pedís un bebé, Yo no os estoy dando un niño, os estoy dando un alma. Vosotros creáis un cuerpo, un compartimento que va a guardar esa alma, que Yo os estoy concediendo, y esa alma vosotros la tendréis que cuidar a lo largo de su existencia, mientras podáis estar con ella. Le ayudaréis a crecer, tanto en cuerpo, como en alma. Por eso os he dicho, que el acto que vosotros hacéis, es el acto de procreación, porque iréis haciendo crecer el cuerpo de ese pequeño bebé y el alma, a la cual llenaréis con Dones, Virtudes, con cuidados inmensos y llenaréis porque vosotros Me pediréis por vuestros hijos, Me pediréis que los llene de regalos espirituales, porque un alma vale muchísimo.
Y os quiero recordar esto, que os di hace tiempo, porque satanás, lo que menos quiere, es que haya amor, que haya vida espiritual en la Tierra, y vosotros, especialmente aquellos que no se están dando cuenta del valor de un alma que Yo envío al momento de la concepción, tiene un valor inmenso ante Mis Ojos, y al eliminar esta alma, a la que no le dais oportunidad de que se dé su misión en la Tierra, al destruir el cuerpo donde estaba destinado a llegar, vosotros elimináis la misión, porque ya no se puede asir a ese cuerpo que le daría vida en la Tierra.
Es un dolor inmenso el que se Me causa a Mí, vuestro Dios, al impedir la vida de ese pequeño bebé, de esa pequeña alma que os estoy enviando.
Muchos bebés, con grandes misiones, han sido destruidos por obra de satanás y por aquellos que no se han dejado mover por Mi Gracia, porque no viven en Mí, no quieren seguir Mis Mandamientos, no quieren vivir el Amor que os dejé en la Tierra.
No os imagináis, Mis pequeños, vosotros, aquellos que habéis impedido que ese bebé naciera, y estoy hablando a los padres, estoy hablando a los médicos, a las enfermeras, a los productores de los medicamentos con los cuales destruís la vida de los bebés, todos aquellos que están en contra de la vida, el dolor que sufriréis cuando lleguéis ante Mí, será inmenso. Satanás sabe el dolor que se Me causa al hacer daño a una pequeña alma, a un bebé, a un niño pequeño inocente. Y vosotros os habéis vuelto instrumentos de aquél que Me odia, de aquél que odia Mi Amor, de aquél que no quiere que Mi Amor se asiente, nuevamente, sobre toda la Creación, y aunque él esté en contra de esto, se dará nuevamente el Amor en todo lo Creado. Llegará el momento en que él perderá toda su fuerza y aquellos que hayan cuidado Mi Obra, que hayan seguido Mis Leyes, Mis Mandamientos, con amor, verán Mi triunfo.
Orad, Mis pequeños, por aquellos que no viven Mis Mandamientos, que no viven Mis Órdenes de vida, porque vosotros no sois los creadores de la vida, vosotros estáis tomando un lugar que no os corresponde, el castigo será grande, estáis asesinando, y el castigo se paga con el fuego.
Orad, pues, por aquellos bebés a los cuales se les impide el don de la vida, ellos están clamando Justicia contra todos aquellos a los cuales os nombré, y especialmente, a los padres y muy en especial, a las madres, que llevando a ese ser que es Mío, que esa alma viene de Mí, se le impidió la vida. Mucho dolor, mucho dolor está llegando ya a su máximo y la Justicia bajará ya, tremendamente, sobre la Tierra.
Orad, Mis pequeños, porque en términos humanos, pronto se vendrán los dolores y especialmente, aquellos que se han opuesto a todo lo que os he pedido que protejáis, especialmente, a esas nuevas almitas, que guiadas por sus padres darían mucho fruto y producirían el amor que tanto os he pedido que vosotros mismos tengáis y transmitáis a vuestros bebés.
Bendigo a todos aquellos que estáis dejándoos guiar por Mi Amor y que habéis transmitido a esas almitas Mi Amor, porque gracias a que vosotros las guiasteis, podrán regresar al Reino de los Cielos. Y os vuelvo a repetir: ¡Ay! de aquellos que no han permitido que nazcan esos bebés, y también, ¡ay! de aquellos que no quisieron darles vida espiritual, y esas almitas que se pudieron haber llenado de Mi Amor, las llenaron de odio y de maldad, y por culpa de sus padres, muchos se condenarán, muchas almitas, que se pudieron haber salvado y que pudieron haber dado mucho fruto, por una buena guía de sus padres, se condenarán, y sus padres también sufrirán de esa condenación, se acrecentarán más sus dolores eternamente, porque aquél que transmite el mal, el mal los devorará.
Gracias, Mis pequeños.