Rosario – Mensaje ÚNICO.
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, cuando Yo he venido a la Tierra, he venido como el Maestro, he venido para enseñaros lo que Mi Padre Me pidió que os diera para vuestro crecimiento espiritual. El hombre no sigue Mis Palabras, Mis Enseñanzas, el hombre se deja llevar mucho por lo que le rodea y por todos aquellos espejismos que os pone satanás, para desviaros de la realidad Divina.
Se os ha dicho que los acontecimientos de la Purificación se tienen que dar. Pero Yo no Me centraba en eso, Yo Me centraba en vuestro crecimiento espiritual, ciertamente, y en algunos momentos os hablaba de situaciones penosas como esa, pero, el crecimiento espiritual es mucho más importante para vuestra salvación eterna. Vuestra obligación es crecer en Mis Enseñanzas, para que las podías dar a vuestros hermanos, y se puedan salvar también.
Si utilizáis vuestro tiempo en preocupaciones, y preocupaciones que no ameritan vuestro tiempo, perdéis el tiempo en ello, tiempo que podríais, perfectamente, utilizar en oración de intercesión para salvar a infinidad de almas; así os desvía también satanás. Aparentemente, estáis pensando en cosas del Cielo, pero, si os dais cuenta, por estar pensando en lo que sucederá, en el qué deberéis guardar para vuestros momentos difíciles, qué hacer para poder resguardaros y protegeros de algo inevitable, todo ese tiempo que perdisteis, y que es Mío, lo debisteis haber utilizado para salvar a muchas almas, que perdidas están en el Mundo, que perdidas están en cosas que no les ayudan a crecer espiritualmente.
Meditad esto, Mis pequeños, porque muchos estáis así, pensando en lo que sucederá, cuando, realmente, eso no es de vosotros, el futuro Me pertenece a Mí, vuestro Dios, no a vosotros, el presente, es el que vosotros podéis cambiar con vuestra actitud, con vuestra forma de ser, con Nuestra ayuda, si Nos la pedís.
Ayudad a vuestros hermanos a crecer y a salvar a muchos de vuestros hermanos que necesitan de vuestra oración y os lo he pedido mucho: orad por la salvación de vuestros hermanos y no perdáis más el tiempo en elucubraciones que no os llevan a nada, sino que a perder el tiempo, tiempo precioso para salvar almas.
Gracias, Mis pequeños.