Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, no hay mayor alegría que Me podáis dar, que la salvación de las almas. Lo comprenderéis esto, cuando regreséis a vuestro Hogar Eterno, conoceréis a todas las almas a las cuales les ayudasteis a regresar a Mí, y ellas, a su vez, habrán estado orando para que vosotros, también, regreséis pronto al Reino de los Cielos. Y os repito, la Promesa, Mi Promesa, de que si vosotros salváis un alma, vosotros automáticamente, estaréis salvados también.
¿De qué os sirve, en un momento dado, que Me pidáis que se detengan las guerras, si vuestro corazón está lleno de pecado? Seguiréis en lo mismo, lo único que pasará, al detener Yo las guerras, es que vosotros os sintáis a gusto y seguiréis pecando. La conversión y la salvación de las almas es mucho más importante, que detener las guerras, entiendan esto, Mis pequeños.
Tarde o temprano se han de venir tremendas pruebas que padeceréis, ¿estaréis preparados para soportarlas? Recordad que estando en estado de Gracia, vosotros estaréis muy protegidos con Mi Gracia. Yo, vuestro Dios Salvador os he dejado muchas Bendiciones al seguir Mi Camino, al seguir Mi Palabra, al seguir Mis Pasos sobre la Tierra.
Cuando vosotros hacéis las cosas de corazón, y con mucho amor para el bien de vuestros hermanos, pero sobre todo, para darMe gusto a Mí, Yo os lleno de Bendiciones, y así podréis soportar las pruebas que se han de venir, que no serán ligeras, Mis pequeños, para la gran mayoría de vosotros. Para los que están Conmigo, para los que buscan el regresar a Mí, los que buscan hacer Mi Voluntad, las pruebas serán más benignas para vosotros, y así Me daréis ese gusto, porque, a pesar de que estaréis sufriendo y soportando esas pruebas, y sabiendo que Yo estoy con vosotros, estaréis contentos de padecerlas, como Yo contento estaba, en Mi Pasión, al saber que Yo estaba salvando a muchas almas, que Me estaba dando para abriros, nuevamente, el Cielo.
DadMe, pues, Mis pequeños, esa gran alegría, convertíos, regresad a Mí, orad especialmente, por aquellos sacerdotes, religiosas, que han tomado caminos contrarios a lo que debieran ellos estar viviendo, porque estáis dando, muchos de vosotros, un ejemplo muy malo para vuestros hermanos laicos, y eso, a la vez, hace que muchas almas salgan de Mi Iglesia, y busquen por caminos equivocados. Recordad que el alma necesita de un soporte espiritual, y al ver vuestra espiritualidad, se decepcionan, y buscarán en otro lado, cuando, realmente, la Verdad Absoluta está en Mí, vuestro Dios, y al estar en el buen camino, que es la Iglesia que Yo os dejé, las Enseñanzas, Mi Vida, Mis Palabras, Mi Alimento, es donde debéis estar, pero vuestro mal ejemplo, hacen que muchas almas se aparten de este depósito de riquezas espirituales que existen en la Iglesia, que empecé fundando Yo y la han seguido buenos hijos Míos.
Orad, pues, Mis pequeños, salvadMe almas, dadMe esa alegría, Mis pequeños, mucho sufrí por abriros las Puertas del Cielo, os he dado ya esa alegría, os he dado la alegría de que podéis tomar Mi Cuerpo y Mi Sangre para crecer espiritualmente, os he dejado Mi Ejemplo y Mis Palabras, así pues, ahora os pido que Me deis esa alegría: ayudad a las almas con vuestra oración, con vuestro buen ejemplo, con vuestra vida en Mí, para que muchas almas estén en Mí, regresen a Mí y se salven.
Gracias, Mis pequeños.