Feb 17_2022 Los grandes momentos que para algunos van a ser funestos, para los que están Conmigo, será ya la realización de lo prometido para vuestro bien.

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, tres hombres Sabios, siguiendo la Estrella que los guiaba hasta donde Yo nací, llegaron y Me rindieron tributo, dándoMe regalos que se les dan a los reyes; ellos supieron reconocer, mediante sus estudios y cálculos, que un Rey iba a Nacer y llegaron hasta Mí, Me reconocieron, se arrodillaron ante Mí y luego se fueron.

Con esto, quiero, Mis pequeños, que aprendáis una lección: que eran hombres Sabios, que guiándose por la ciencia, pudieron reconocer Mi Presencia como Rey, ciertamente guiados por la Luz del Espíritu Santo, que en ese momento, todavía no se conocía como Es, pero obviamente, existe, como Yo existía, también, en ese momento.

Si estos hombres que venían de diferentes ciudades, diferentes razas, diferentes costumbres, supieron reconocerMe como Rey, como alguien especial que llegaba a la Tierra, ¿cómo es posible, que la gran mayoría de vosotros, después de conocer todo esto, conocer Mi historia, conocer Mi Nacimiento, Mis Enseñanzas, Mi Donación, Mi Muerte, Mi Resurrección, todavía no Me aceptáis como vuestro Rey, como vuestro Salvador, como vuestro Dios? Esa es una ofensa muy grande, Mis pequeños, por falta de Fe, por falta de amor hacia Mí, que Me di por vosotros, que, obedeciendo a Mi Padre, Nací, para darMe por vuestra salvación.

Estáis muy embebidos en el mundo y no reconocéis Mi Presencia en los acontecimientos que hay a vuestro alrededor; acontecimientos de protección, hasta Milagros palpables, protección contra satanás y sus secuaces, y que, además, os doy Mi Santo Espíritu para que crezcáis en Fe, en Amor, para que entendáis todos estos Misterios de Amor, que, ciertamente no son Misterios para aquellos que están Conmigo, porque les hago entender todo esto, porque sé que ellos sí aprovecharán todo lo realizado para vuestro Bien; vuestro Bien espiritual, moral, para vuestra vida, para todo lo que encierra una vida humana y una vida espiritual.

Sois muy poco agradecidos, Mis pequeños, ya no volteáis a ver a vuestro Dios, Rey y Salvador. Me tratáis como a un cualquiera, siendo que Soy vuestro Rey, así como lo reconocieron los Reyes Magos. Ellos, teniendo títulos grandes, siendo personajes especiales en sus países, vinieron a arrodillarse ante Mí, un Pequeño Niño; reconocieron en Mí, Mi Grandeza, y se arrodillaron ante Mí.

¿Quiénes os creéis vosotros que sois, que no os arrodilláis ante Mí? ¿Os creéis mejores que Yo? ¿Más grandes que Yo? ¡No!, Mis pequeños, la soberbia existe en vosotros en un alto grado. No solamente no Me reconocéis por Quien Soy, sino que además Me ofendéis, ofendéis a vuestro Dios, a vuestro Salvador, al Rey del Universo.

Por eso se os viene esta purificación que estáis padeciendo, ya no solamente no Me tratáis por Quien Soy, sino que ni siquiera Me tomáis en cuenta para vuestra vida y hasta Me blasfemáis en algunos momentos de vuestra existencia.

Cometéis pecados graves, siendo que Yo vine a protegeros de las acechanzas de satanás y no queréis seguir el estado de Gracia a donde os quiero llevar. Os di el Conocimiento pleno de lo Bueno y de lo malo, de lo que debéis evitar en vuestra existencia y de lo que debéis tomar para llegar a la Santidad a donde os quiero llevar, para que viváis Conmigo en Mi Santísima Trinidad por toda la eternidad.

Yo siempre buscando lo Bueno para vosotros, viendo por vuestro Bien, ayudo a los buenos y a los malos y esperando de los malos su conversión. ¿Qué más esperáis de Mí si todo os doy, si Me di completamente por vosotros?

Momentos difíciles habréis de pasar y, si no estáis protegidos por una vida de oración, una vida Sacramental, una vida de Pureza y Santidad, no podréis sobrevivir a los ataques de satanás, el miedo estará con vosotros y sucumbiréis por él.

Los Míos, confían plenamente en Mí, aceptan las pruebas y se unen a Mí para compartir dolores, como los Dolores que Yo padecí por vuestra salvación y por la de vuestros hermanos. Nos hermanamos en el dolor, nos hermanamos en las penas, nos hermanamos en la persecución y en el ataque. Así actúa un alma buena, un alma Santa, un alma que quiere vivir Conmigo eternamente. El alma buena desprecia el pecado, la maldad, la corrupción, la injusticia, todo aquello que es negativo para vuestra vida espiritual. Yo os ayudo a que entendáis y despreciéis todo aquello que sea malo para vuestro crecimiento espiritual.

Los malos, los que están en el mundo, solamente se dejan guiar por lo que ven, no trascienden, no buscan algo más que os haga vivir la realidad espiritual en la realidad Divina. Tarde reconoceréis, cuando estéis ante Mí, vuestro error, y será demasiado tarde para vuestra salvación.

Mis pequeños, los Míos, por los que estoy contento, porque habéis sido Mis buenos seguidores, Mis alumnos, Mis discípulos de estos tiempos, seguid adelante, os seguiré guiando, os seguiré protegiendo contra los ataques de satanás, os seguiré llevando hacia la Perfección.

Seguid adelante, no temáis, porque estoy con vosotros, os lo he prometido; los grandes momentos que para algunos van a ser funestos, para los que están Conmigo, será ya la realización de lo prometido para vuestro bien.

Os bendigo, Mis pequeños, y seguid adelante, seguid, Mis pequeños, el Cielo entero está con vosotros.

Gracias, Mis pequeños.