Rosario – Mensaje ÚNICO.
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
(Lenguas…) Hijitos Míos, los que estáis Conmigo, siempre pensaréis y viviréis positivamente, aún a pesar de lo que esté sucediendo a vuestro alrededor, de todo eso que, a ojos de aquellos que no quieren vivir Conmigo, el que está Conmigo sacará un provecho inmenso de lo que se está viviendo y sucediendo a su alrededor.
Estos son tiempos de prueba espiritual, no son tiempos de supervivencia, son tiempos, os repito, de prueba espiritual, y otra vez, os repito: aquellos que están Conmigo, siempre pensarán positivamente y verán las cosas según Mi Corazón quiere que las veáis.
Son tiempos, por un lado, de aflicción, tiempos de maldad, tiempos de cambio, tiempos de salvación, tiempos de alegría porque sabéis que pronto regresaré Yo Triunfante, con vosotros. Pero para otros, serán tiempos, también, de temor, de tribulación espiritual, sabiendo que no viven Conmigo y que su corazón está lleno de maldad y de pecado.
Los que están Conmigo, ven en todo lo que está a su alrededor, posibilidades de ayuda material o espiritual. El que no está Conmigo, ve solamente desolación, pobreza, dolor.
El que está Conmigo, va a buscar el cómo hacer el bien, espiritualmente hablando y enseñando a aquellos que no están Conmigo o que, medianamente tienen una base espiritual, para que, al hablarles de Mí, regresen a Mí y se puedan salvar.
El que no está Conmigo, buscará donde esconderse, buscará esos refugios, de los que tanto hablan, para, según esto, cuidar su cuerpo, cuidar su vida, cuidar sus bienes. El que está Conmigo, se desprende totalmente de todo y se da por los demás para servirles, como Yo Me desprendí de todo para salvarles.
El que no está Conmigo, enloquece, prácticamente, porque busca donde guardar sus bienes, y sobre todo, porque ve que sus bienes, que antes quería tanto, ya no valen lo que debieran valer y eso les produce hasta el suicidio, porque han perdido su valor.
Con esto os quiero hacer ver, Mis pequeños, el resultado de vuestros momentos, de los frutos, que se darán, según esté o no esté Yo, en vuestro corazón. Si estoy Yo en vuestro corazón, muchas almas salvaréis, muchos frutos produciréis con vuestro actuar espiritual, llevándoMe y viviéndoMe en esos momentos, para salvar a muchas almas. Pero, ¡ay! de aquellos, que, aún en estos momentos de dificultad, se irán aprovechando de la bondad, o de la inocencia de sus hermanos, ellos ya tienen reservado un lugar eterno en el Infierno.
Como os dije al principio, estos son tiempos de bienestar espiritual para los que están Conmigo, porque es un tiempo en el que podrán ganar infinidad de Bendiciones, podrán ganar reparación a sus pecados, podrán ganar el estar muy poco tiempo en el Purgatorio, por las buenas obras que harán. Se ganarán Mi Vida en vosotros, Mi Vida eterna con vosotros en el Reino de los Cielos.
Los que están ofuscados, los que están ciegos a la Gracia, los que no quieren saber de Mí, los que se desesperan viendo los acontecimientos, es un signo inequívoco de que no están Conmigo y no quieren estar Conmigo, que están demasiado arraigados al Mundo y no quieren saber nada sobre Mí. Creen que ellos, por tener esos bienes materiales seguirán moviendo al mundo a su antojo y no será así.
Bien sabéis que Yo amo a los sencillos, a los humildes, a los obedientes, a los amorosos, a todos aquellos que saben que sin Mí, no sois nada. En cambio, aquellos que han puesto toda su confianza en sus bienes materiales, que creen que sin ellos no pueden vivir y se han apoyado en ellos, para crear un ambiente negativo a su alrededor, y sobre todo, produciendo mucho mal a su alrededor, ellos sucumbirán, porque en el Reino de los Cielos no entran este tipo de almas, porque no están Conmigo, no confían en Mí, no buscan el Reino de los Cielos, siguen pensando que con sus bienes materiales pueden lograr todo, y están muy equivocados.
Pequeños Míos, manteneos pues, sencillos, prudentes, porque es un tiempo de mucho ataque espiritual. Dejaos mover por Mí, vuestro Dios, y sobre todo, mantened vuestros pensamientos, vuestros deseos de ayudar a vuestros hermanos, ayudándoMe a salvar sus almas, Yo eso os lo recompensaré grandemente en el Reino de los Cielos.
DadMe almas, os pedí en la Cruz, ahora, vosotros estáis en la cruz, dadMe almas, os vuelvo a repetir, y dadMe almas, porque con la salvación de ellas, os salvaréis vosotros mismos.
Gracias, Mis pequeños.