Feb 08_2022 Cuando os hermanáis Conmigo, no solamente os salváis vosotros, sino que vuestra donación salva a infinidad de almas.

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, vedMe a Mí, aquí, Presente, ante la Cruz, lo que para algunos es derrota, para otros, es Triunfo; dependiendo del Amor y la Sabiduría que hayáis dejado entrar en vuestro corazón, conoceréis el porqué de Mi Donación.

Los que no están Conmigo, los que Me han atacado, Me quieren ver derrotado, para que de esta forma, como querían también, los fariseos, se quieran deshacer de Mí, de todo lo que Yo hice por vosotros, por toda la humanidad, en todos los tiempos.

No hay derrota en Mí, Mis pequeños, en ningún momento hay derrota, porque se quedan nada más viendo Mi Cuerpo en la Cruz, porque después de ello, he bajado a los Infiernos, satanás, creyendo que Me había vencido, igual que éstos hombres que querían ver Mi derrota, los he dejado perplejos, porque satanás y sus secuaces, Me vieron salir del Infierno para regresar al Reino de los Cielos.

Y esa es, también, vuestra finalidad, Mis pequeños, no quedar derrotados, aunque muchos os vean a vosotros derrotados, porque no están viendo con la claridad que os da Mi Sabiduría Divina, vosotros os mantenéis firmes en lo que Yo os enseñé y el porqué de Mi Venida a la Tierra. Vosotros sí actuáis en Sabiduría y en Amor, porque sabéis que después de vuestra muerte, seguirá el triunfo para vosotros y para todos aquellos que crean en Mí.

Vine a la Tierra, os enseñé infinidad de cosas bellas, para que llegarais a ser santos, y los que creísteis en Mí, y los que aún creen en Mí, se salvarán, porque conocen en su interior lo que es el Amor, lo que es el Perdón, lo que es la Donación de un Hermano por Sus hermanos.

En la Cruz, Me hermané con vosotros, y ahora sois hermanos Conmigo en vuestros sufrimientos, en la cruz que lleváis todos los días, y cuando os hermanáis Conmigo, no solamente os salváis vosotros, sino que vuestra donación salva a infinidad de almas. Por eso vosotros, aún en el sufrimiento, cuando os hermanáis Conmigo, no despreciáis el sufrimiento, porque sabéis que vuestro sufrimiento unido a Mi sufrimiento, da salvación a infinidad de almas. Y eso os lo agradezco infinitamente, Mis pequeños, y por eso tendréis un lugar muy especial en el Reino de los Cielos, porque sois ejemplo de vida, sois Yo en vosotros y eso os agrada inmensamente.

Buscad siempre el que vuestros hermanos vean Mi Presencia en vosotros, que vuestros hermanos se acerquen a vosotros, como se acercaban a Mí, para recibir una palabra reconfortante, para recibir de vosotros curación de cuerpo y alma, para recibir de vosotros Mi Presencia que sana todo mal, pero sobre todo, os santifica.

Sed Cristos, os lo he pedido muchas veces, Mis pequeños, y estos son tiempos, prácticamente, como aquellos tiempos, cuando Yo bajé a la Tierra, cuando todo era un desorden espiritual, y ahora lo estáis viendo palpablemente entre vosotros. Pocos son aquellos a los que encontréis, que piensen de la misma forma que Yo os enseñé. Son muy pocos los que aprecian Mi Donación por vosotros para abriros las Puertas del Reino de los Cielos, y menos, son los agradecidos que no saben apreciar este regalo tan grande del darMe por vosotros para vuestra salvación.

No os imagináis, Mis pequeños, lo que eso significa: Si vivís en las tinieblas, al seguirMe y al vivir para Mí y morir por Mí y por vuestros hermanos, en ese momento, entra la Luz a vuestra vida, recibís Mis Bendiciones y vuestra salvación eterna. Son momentos tan bellos, que cuando los tengáis, adoraréis Mi Santo Nombre, agradeceréis Mi Amor por vosotros.

Recordad que en el Amor no hay temor, y no temáis esos últimos momentos de vuestra existencia, cuando, ciertamente, os atacará más fuertemente satanás, para desviaros. Mi Amor ha estado en vosotros y satanás no puede contra Mi Amor en vosotros. Siempre tened la confianza en que, cuando invoquéis Mi Santo Nombre y pidáis Mi Amor, satanás no podrá nada contra vosotros.

Pedid continuamente el Amor, Mi Amor, para vuestros hermanos, para todos aquellos que viven en el error y en el pecado y vividlo palpablemente en vosotros, para que los que estén junto a vosotros, vivan tanto Amor, que lleguen a esos momentos místicos, que solamente los que están profundamente unidos a Mí, los viven.

Os Bendigo, Mis pequeños, en el Nombre de Mi Padre, en Mi Nombre, en el de Mi Santo Espíritu, para que vosotros tengáis, también, esos momentos grandes de Mi Amor, y que, por ello, podáis atraerMe a muchas, muchas almas para el Reino de los Cielos.

Gracias, Mis pequeños.