Oct 05_2021 Caéis muy fácilmente, en un pecado y que puede llegar a ser muy grave, que es la codicia, y que eso os puede llevar a un vicio, todavía más grande, que es la avaricia.

Rosario matutinoMensaje ÚNICO.

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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.

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Primer Misterio. Habla La Santísima Virgen María.

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María. Vosotros caéis muy fácilmente, en un pecado y que puede llegar a ser muy grave, que es la codicia, y que eso os puede llevar a un vicio, todavía más grande, que es la avaricia.

Nuestro Padre Dios y Señor, os ha dado a cada uno de vosotros, lo que necesitáis o necesitaréis en vuestra misión en la Tierra. Vosotros debierais ser conscientes, pidiendo a la Sabiduría Divina, que cada uno de vosotros sois diferentes; vuestra misión es diferente, vuestras necesidades materiales y espirituales son diferentes, y no tenéis por qué codiciar lo que vuestros hermanos tienen, porque llega un momento en que tenéis más de lo que necesitáis y quizá, hasta le quitáis a algunos de vuestros hermanos, lo que necesitan, y ahí estáis cayendo en pecados en donde estáis afectando a vuestros hermanos, porque no compartís y en eso, llegáis a la avaricia, al no compartir, atesorando, como vicio.

Mi Hijo, recibía de gente pudiente, rica, o aún pobres, algunas monedas y Él mismo compartía de lo que tenía. Mi Hijo podría haber llevado de los mejores vestidos de la época, puesto que Es un Rey, pero Él se quiso asemejar a vosotros, quiso pasar inadvertido, como si fuera cualquier otra persona y lo debieran, -que así lo hizo-,  conocer por Sus Obras, y así fue. Una persona no vale por lo que tiene o por lo que ha atesorado, además de que, muchas veces, esos tesoros no han sido honestamente conseguidos.

Vosotros debéis dar de lo que tenéis, tanto de lo material como de lo espiritual, compartir a los que no tienen, y así os iréis ganando el Reino de los Cielos, porque vuestra misión, como ya se os dijo antes, es la de ayudar, interceder, por vuestros hermanos, para que regresen al Conocimiento Divino, que son las Enseñanzas de Mi Hijo, que son las Leyes que os dictó Nuestro Padre Dios y Señor y que es la Bondad del Espíritu Santo, que debe habitar en vuestro corazón.

Vosotros os debéis guiar por las Virtudes; si a ojos humanos, las Virtudes no son reconocidas por ellos, no os preocupéis, Nuestro Dios, que está en los Cielos, en la Tierra y en todo lugar, conoce perfectamente vuestros actos y Él os dará el premio que os merecéis por vuestros actos buenos, sobre todo, cuando los disteis con el amor que Él ha puesto en vuestro corazón.

Sed conscientes, muy conscientes de esto, Mis pequeños, porque en el atesorar de los bienes de la Tierra, os puede apartar del atesorar de los Bienes del Cielo. El hombre es muy dado a alabar a quien tiene muchos bienes de la Tierra y en lugar de reprenderlos, porque sabéis que muchos de ellos se han conseguido con pecado, con maldad, todavía, vosotros, los ensalzais, cuando debierais reprenderlos y hacerles ver que su acción es malvada, es pecaminosa, que no es bien vista por Nuestro Dios y Señor, pero no sois así. En general, vosotros os arrodilláis ante los poderosos que tienen mucho material económico y no tienen nada de vida espiritual.

¿De qué os sirve lo material?, y como se os ha dicho: viene a ser un lastre que no os deja volar al Cielo. Ciertamente, es bueno, también, que tengáis para las necesidades de la Tierra, de acuerdo a vuestra vida cotidiana, previendo acontecimientos imprevisibles y esto, os lleva a tener una vida segura, porque lo que tengáis en vuestras arcas, ciertamente, serán para un bien, y vosotros agradecéis a Nuestro Dios y Señor por Su Providencia, pero hay una gran diferencia en el atesorar, para enorgulleceros ante los demás, de algo, quizá hasta, no bien obtenido, y además, podéis acabar en la avaricia, en donde todavía pecáis más, porque no os importa ver a vuestros hermanos sufriendo por vestido, por alimento, por abrigo, os veis a vosotros mismos, y todo esa materialidad, ese dinero, os acaba ahogando y no os ayuda a vivir como debéis vivir: en total libertad. Teméis de los demás, que no os vayan a quitar de esos bienes que poseéis, bienes acumulados, que os traerán un mal posterior.

En cambio, cuando vosotros dais de lo que tenéis, compartís de vuestros bienes, éstos os llevan a crecer en Virtud y en amor, porque dejaréis alegría en vuestros hermanos, veréis a Mi Hijo en ellos, y eso os hará crecer en perfección en el amor. Ved, cómo el mismo material: el dinero, en unas personas los llevan a la perfección, a la vida de la Gracia, al Bien Supremo. En cambio, para otros, ese bien material, erróneamente usado, termina siendo un mal para su alma, los lleva a la perdición, a la maldad, a grandes pecados.

Pedid siempre Sabiduría, pedid siempre Amor, pedid siempre Santidad en vuestra existencia y así, lo material, bien usado, os elevará espiritualmente. En cambio, a aquellos que utilizan esos bienes materiales, para hacer el mal, porque se han alejado de las Virtudes, los lleva a los vicios, mueren, mueren con un peso grande y grave. Difícilmente, como dicen las Escrituras, difícilmente, un rico se salvará; porque confía en sus riquezas, no confía en Dios, cree que con sus riquezas puede obtener lo que quieran y no es así.

Más obtiene, el que sabe utilizar sus bienes, manejados en la Virtud, en la Sabiduría y en el Amor, que aquellos que tienen demasiado, pero no saben confiar en vuestro Dios.

Dejad que El Santo Espíritu os guíe en vuestras vidas, que Mi Esposo, el Santo Espíritu de Dios os ayude a llevar lo bueno que tengáis a aquellos que lo necesitan y tened por cierto, como escrito está, que eso poco o mucho que deis, se os devolverá al ciento por uno. Pero no busquéis esto, buscad el acto amoroso, que es el de compartir con vuestros hermanos, los bienes que Nuestro Padre Dios os da.

Gracias, Mis pequeños.