Sep 18_2020 Cuando vosotros fuisteis bautizados, recibisteis tres Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Amor, ese fue vuestro primer regalo del Cielo.

Rosario matutino – Mensajes.

====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

====================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: No despreciéis Mis consejos, Mis ayudas, Mi Amor sobre vosotros. Actuad siempre en humildad, en sencillez, y recordando que tenéis un Padre que todo lo sabe, que todo lo puede y que os ama infinitamente para que os podáis levantar en cualquier momento, en cualquier situación.

(Lenguas…) Y dijo Pablo en el ocaso de su vida: “He corrido bien esta carrera, merezco la corona del triunfo”. Mis pequeños, vosotros lleváis dos carreras por cumplir, una humana y una espiritual, que ciertamente las dos se complementan una a la otra y se dan fuerza una a la otra.

Desde pequeñitos vosotros estáis siendo preparados en la escuela, desde párvulos se os va enseñando cómo os debéis ir comportando. Vais subiendo de nivel estudiantil y se os van dando conocimientos más avanzados. Seguís creciendo y se os van dando conocimientos que os van a servir para un futuro en la carrera que escojáis; ciertamente, después vosotros escogeréis una carrera que os agrade, llegaréis a un nivel profesional o más allá y con eso cumpliréis vuestros estudios profesionales o quizá hasta más. Suena fácil, se dice en un momento todo, pero en todos estos años van habiendo dificultades en cuanto al nivel humano. A veces hay accidentes causados por la economía, por enfermedades, problemas familiares, accidentes que os provocan que no podáis acabar una carrera o que tardéis en lograrlo, pero por fin acabáis y llegáis al final y obtenéis el título que tanto deseabais.

En lo espiritual, Mis pequeños, también vais creciendo, pero los ataques son fuertes de parte de satanás. Ciertamente, en la cuestión espiritual, vais a tener un adversario tremendo: satanás.

Ciertamente, durante vuestra carrera humana, en vuestra profesión, solamente tendréis ataques de aquellos que os envidien, que siempre habrá alguien que no quiera que vosotros avancéis y tengáis algún trabajo digno o un trabajo peleado, porque también hay muchas envidias a vuestro alrededor y se confabulan a veces en oficinas o en otros lugares donde muchos de vuestros hermanos trabajan y todos quieren el mejor puesto. Desgraciadamente, hay muchas injusticias y podéis vosotros acabar en una de esas injusticias, perdiendo un buen trabajo, pero en lo espiritual el ataque es más fuerte, satanás no quiere que vosotros avancéis ni lleguéis al final de vuestra existencia, como dice San Pablo, cumpliendo y con eso tener derecho a vuestra corona del triunfo. También habrá accidentes, pero éstos son, como os dije, espirituales.

La maldad de satanás es tremenda y por eso esa corona del triunfo cuesta, y cuesta mucho, Mis pequeños, pero también por eso es el regalo tan grande que os doy: El Reino de los Cielos. Vosotros os tenéis que mantener en los Mandamientos que os he dado, tenéis que mantener una vida de ejemplo. Con el Ejemplo que os dio Mi Hijo debéis vivir en las Virtudes, y ahí es donde más se mete satanás, os va desviando, sobre todo en la Pureza en donde vosotros, sobre todo en vuestros años mozos, tenéis más dificultades porque apenas estáis naciendo a ese cambio corporal y empiezan las atracciones de sexos; si no lleváis desde antes una vida pura, una vida santa, una vida en donde hayáis dominado vuestras pasiones, fácilmente caeréis en las trampas de satanás.

Vais avanzando y entrarán las injusticias de los que están a vuestro alrededor o también que os puedan llevar a fallar en otras Virtudes, sobre todo con aquellos que son dados a la mentira. El mentir va a acabar fácilmente con vuestra vida, con muchas, muchas almas a vuestro alrededor que os rechazarán porque fácilmente mentís, porque ya no tendrán ellos una seguridad en aceptar vuestra palabra.

Habrán otros vicios que os harán caer ante vuestros hermanos, como el hablar mal de los demás, que es prácticamente matarlos en vida, y las injurias. Tantas, tantas cosas en las que el hombre puede fallar y eso va haciendo que vuestra vida espiritual vaya decayendo, pero para eso, Mis pequeños, la protección mayor es el Alimento de Vida que os dejó Mi Hijo, Su Cuerpo y Su Sangre; también la vida en la Virtud, los sacrificios, las penitencias, ayunos, todo lo que podáis hacer para vencer vuestras pasiones, vencer vuestro cuerpo, vencer todo aquello que os pueda llevar a la falsedad a la que no quiero que caigáis, porque vosotros habéis sido creados para vivir en la Verdad.

Como veis, a lo largo de vuestra existencia tendréis muchas caídas, muchos desvíos, muchas trampas de satanás para que vosotros no terminéis esa carrera que os llevará al triunfo, y no obtengáis la victoria y esa corona que será el Reino de los Cielos. Mucho tenéis que padecer, mucho tendréis que luchar, y especialmente contra vosotros mismos.

Mantenerse en estado de Gracia para muchos es difícil, para otros pocos, menos difícil, porque se están apoyando en Mí, vuestro Dios. Cuando vosotros no tenéis en quién apoyaros a lo largo de vuestra existencia, tanto en vuestra vida profesional como en vuestra vida espiritual, y os desviáis, terminarais con vuestra vida de uno y de otro tipo, porque satanás se las ingenia para que vosotros falléis, que os desesperéis y que os causéis mucho mal o causéis a otros mucho mal en el medio en el que estéis. Debéis ser ejemplo de vida, Mis pequeños, en todo momento, que aunque caigáis os levantéis, que aunque falléis lo aceptéis y luchéis para enmendar lo que hicisteis mal.

Buscad siempre el bien, el bien propio y el de vuestros hermanos. No hay problema, no hay ninguna situación que no pueda ser resuelta si vosotros acudís a Mí. Yo tengo todo el poder, Yo tengo todo el Amor para ayudaros a salir de problemas que vosotros podríais sentir como imposibles para salir adelante y, os repito, la única forma de vivir así es con Mi ayuda íntima y Yo os pondré personas a vuestro alrededor y hasta ángeles a vuestro alrededor que os ayudarán a que salgáis de los problemas en los cuales tontamente caísteis, pero que sabiamente podréis salir de ellos si acudís a Mí.

No despreciéis Mis consejos, Mis ayudas, Mi Amor sobre vosotros. Actuad siempre en humildad, en sencillez, y recordando que tenéis un Padre que todo lo sabe, que todo lo puede y que os ama infinitamente para que os podáis levantar en cualquier momento, en cualquier situación. Ahí estaré Yo siempre junto con Mi Hija, la Siempre Virgen María; os ayudaremos siempre a salir adelante y así, venciéndoos primeramente a vosotros mismos y ayudándoos Nosotros, venceréis fácilmente las acechanzas de satanás.

Orad, orad en todo momento, en cosas buenas, en cosas malas. AgradecedMe siempre por el bien que tenéis y por las dificultades que permitiré en vuestra vida, que os harán más fuertes para soportar los ataques de satanás cuando éstos se presenten. Estando conMigo no seréis débiles ante el ataque, seréis muy fuertes porque satanás no soporta el Amor que Yo pongo en Mis hijos.

Actuad siempre por el bien de los demás y llenad vuestro corazón con Mi Amor, así estaréis siempre protegidos por Mí, vuestro Dios.

Gracias, Mis pequeños.

————————-

Durante las Letanías a la Virgen. Habla la Santísima Virgen María

Sobre: Ved la importancia de este regalo tan grande de vuestro Bautismo: La Fe, la Esperanza y el Amor. Cuando lográis que estas virtudes se desarrollen en su grado máximo, no necesitaréis otra cosa para gozar la vida que se os ha dado, pero recordando siempre que el Amor es lo más grande que podéis tener en vuestra existencia.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Cuando vosotros fuisteis bautizados, recibisteis tres Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Amor, ese fue vuestro primer regalo del Cielo. Esas tres Virtudes son las que marcan toda vuestra existencia y satanás se ha encargado de ir atacando esas Virtudes en todos vosotros, y ahora estáis viendo el resultado de su ataque.

La Fe.

¡Cuántos hermanos vuestros, en estos tiempos, están fallando en esta Virtud! Nadie, nadie se ha escapado de su ataque, y a ningún nivel, tanto en la Iglesia como entre vosotros, el pueblo de Dios. La Fe se ha ido diluyendo y hasta han olvidado lo enseñado por Mi Hijo. Muchos, muchos hermanos vuestros alrededor del mundo ya no creen, dudan hasta de la Presencia real de Mi Hijo en la Sagrada Eucaristía, dudan de las Palabras de Mi Hijo en los Evangelios, dudan hasta de la misma Biblia donde están las Palabras Sabias y Divinas de la Santísima Trinidad.

Se ha perdido la Fe y esto ha llevado a muchas almas a apostatar de la Fe de sus padres, de la Fe que ellos habían venido teniendo desde pequeños pero que satanás, de alguna forma, les hizo olvidar. Un alma sin Fe está totalmente vacía, no tiene apoyo en alguien o en algo grande. Un alma sin Fe se podría decir que puede enloquecer de soledad. Un alma sin Fe desvaría, camina  sin rumbo fijo, no tiene crecimiento espiritual, está vacía, y de éstas hay muchas, muchas alrededor del mundo.

La Fe es la que os da vida, tenéis por qué y por Quién luchar, porque creéis en Alguien y en Algo grande que os da un apoyo a vuestra existencia. Sin Fe no podéis lograr hacer grandes cosas, porque no tenéis ese apoyo que os dé la fuerza para sobrellevar cualquier dificultad y no tenéis esa parte agradable de que, al vencer las dificultades, podréis ganar lo que deseabais tener. Estáis vacíos sin Fe.

La Esperanza.

El hombre sin Esperanza tampoco lucha. En las Sagradas Escrituras se os prometen muchas cosas. Desde el principio, en el Génesis, el Padre os promete primeramente que vendrá el Salvador, Mi Hijo Jesucristo, a levantaros del error de vuestros Primeros Padres y también os promete que vendrá una Virgen que le pisará la cabeza con su calcañal a la serpiente, y esa Soy Yo. Mi Hijo ya cumplió con Su parte.

La Esperanza, primeramente, la tuvieron los judíos en su momento dado, pero no la aceptaron, y vosotros recibisteis la Promesa de Mi Hijo porque aceptasteis Sus Palabras, Su Evangelización, Su muerte y Resurrección por vosotros.

Los que estáis conMigo, vuestra Madre, estáis esperando el momento en que os liberaré de la serpiente: Cuando, con vuestra ayuda, le pisaré la cabeza a satanás y seréis liberados, al menos por un tiempo.

Hay tantos momentos de Esperanza que se os dan en las Escrituras y se van cumpliendo, Mis pequeños. Un hombre que no crea, que no tenga Fe, que no tenga Esperanza, es un hombre triste, un hombre muerto, un hombre que no ha crecido en lo espiritual. A lo largo de vuestra existencia siempre habrá metas que queráis llegar a lograr, tanto en lo humano como en lo espiritual, y eso os da la Esperanza que en algún día, en algún momento, obtendréis lo deseado, pero con la Virtud de la Esperanza se os están prometiendo cambios grandes, cambios bellos, cambios que gozaréis, y vosotros estáis esperanzados en ello, oráis por ello, agradecéis por ello, vivís para ello.

Y luego tenéis la Virtud del Amor, la más bella de todas las Virtudes.

Si no tenéis Amor, no tenéis nada, ese es el alimento de vuestra alma, es la vida dinámica de vuestra alma. Cuando estáis llenos de Amor, cuando vivís en el Amor, nada os detiene, porque el Amor lo vence todo. El Amor es la Vida misma de Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad. Si tenéis Amor, tenéis el Poder mismo de Nuestro Dios en Su Divinidad.

Todo fue creado por Amor, vosotros mismo fuisteis creados por Amor.

Vuestra vida la debéis llevar siempre inmersa en Amor. Cuando lo lográis, Mis pequeños, le agradecéis continuamente a Nuestro Dios por vuestra creación, por vuestro don de la vida, porque el Amor lo cambia todo, lo modifica todo.

Cuando estáis tristes o cuando tenéis problemas, si lo veis a través del Amor y si llenáis eso que estáis padeciendo con Amor, todo tendrá un diferente matiz. Ciertamente, podréis estar sufriendo, como Mi Hijo cuando sufrió por vosotros en Su Pasión dolorosa, una Pasión injusta, pero se estaba dando por vosotros con Amor, sabiendo que os estaba liberando, que os estaba abriendo las Puertas del Reino de los Cielos nuevamente a vosotros, Puertas que estaban cerradas por el Pecado Original y que ahora, por Su donación de Amor, las abría para que pudierais entrar nuevamente al lugar de donde salisteis, que es el Reino de los Cielos.

Cuando os llenáis de un Amor Verdadero, no importa lo que pase, siempre gozaréis lo que estéis haciendo, porque lo uniréis a las almas del Cielo, lo uniréis a la Donación de Mi Hijo por vosotros, lo uniréis por la salvación de vuestros hermanos, y todo eso le dará un gran gusto a Mi Dios y Señor, y eso a vosotros también os llenará de un amor inmenso al saber que estáis haciendo feliz a vuestro Creador.

Ved la importancia de este regalo tan grande de vuestro Bautismo: La Fe, la Esperanza y el Amor. Cuando lográis que estas virtudes se desarrollen en su grado máximo, no necesitaréis otra cosa para gozar la vida que se os ha dado, pero recordando siempre que el Amor es lo más grande que podéis tener en vuestra existencia.

Tratad, pues, de hacer que el Amor sea vuestro alimento diario, no solamente para vosotros sino para toda la Comunión de los Santos. Dad alegría al Cielo, dad alegría al Purgatorio, dad alegría a las almas que están misionando en la Tierra y en el Universo entero.

El Amor debe ser vuestro alimento continuo, dad a los demás ese alimento que se os ha dado a vosotros, y mientras más deis, más recibiréis, Mis pequeños, y así vuestra vida os llevará a un feliz fin en donde gozaréis eternamente en el Reino del Amor que estará preparado para las almas que han aprendido a amar, que han aprendido a vivir en el Amor y que han enseñado a vivir a otras almas en el Amor.

Gracias, Mis pequeños.