Ago 19_2020 Soy vuestra Madre Santísima en Mi advocación del Carmen. Ved, Mis pequeños, la tristeza del Purgatorio.

Rosario matutino- Mensajes.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Mi Amor es lo más perfecto de la Creación porque Yo Soy el Amor y en todo lo perfecto estoy Yo.

(Lenguas…)

Visión: Veo primero bajar una paloma, viene hacia nosotros y, así como se va acercando, se va viendo más grande y está con nosotros. Y ahora veo a Dios Nuestro Señor crucificado.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Yo, vuestro Padre, vuestro Dios, os he creado para la perfección. Os he dicho que vuestros Primeros Padres fueron la obra perfecta de la Creación y vosotros, como descendientes de ellos, estáis llamados también a la perfección.

Satanás trató de destruir todo lo Mío, todo lo que es perfecto, todo lo creado. Él fue el arcángel más perfecto, pero cayó en soberbia y destruyó Mi obra en él. Luego vino el hombre, Adán y Eva, y ahora, en su envidia, trata de destruiros, pero Yo Soy más que él y Mi Obra de perfección siempre estará en todo aquello que sale de Mis Manos, que sale de Mi Mente.

Todo lo que sale de Mí es obra creadora, Perfecta, y satanás siempre os va a tratar de separar de esa perfección a la que estáis llamados y a la cual vosotros debéis tender, pero debéis estar conscientes, Mis pequeños, que vuestra perfección viene de Mí y se os concede a través de Mi Santo Espíritu que habita en vosotros.

Así podéis ver, a través de la historia, cómo el hombre ha creado grandes cosas, monumentos, catedrales, con una perfección que hasta en estos días no se puede explicar cómo las hayan construido. Tenéis perfección y vosotros gozáis esa perfección en el arte, en la música, en la ingeniería, en todo el conocimiento humano, y muchas veces concedo esas capacidades a hermanos vuestros, iletrados, que aparentemente no son nada ante el mundo pero que de sus manos o de sus capacidades intelectuales brotan perfecciones. Vosotros las admiráis y admiráis de quien vienen, pero poco os acordáis quién es el verdadero Creador de esas obras, que Soy Yo, vuestro Dios, a través de Mi Santo Espíritu. Poco os acordáis de agradecerMe los Dones que se os conceden, no son vuestros, Yo os he capacitado para que el mundo se acuerde de Mí a través de lo que vosotros hacéis perfectamente.

En todos los ámbitos de vuestra existencia debéis buscar la perfección y esto, primeramente, para agradarMe y agradecerMe de que sois lo que sois porque Yo estoy en vosotros. Vosotros no podríais ser lo que sois si Yo no os guiara, si Yo no os diera el conocimiento, si no os diera las capacidades, si no os diera las delicadezas para crear obras que vosotros veis inmensamente bellas, que agradan a vuestros ojos, a vuestros oídos, a vuestro tacto; os regocijáis ante lo que el hombre crea y que vosotros reconocéis como maravilloso, y es cuando debéis reconocer que Yo estoy atrás de todo ello.

Todo lo creado, visible e invisible, todo lo que veis en los cielos, en el espacio, en la Tierra, en lo profundo, todo es obra Mía y todo es perfecto, es perfecto en su hechura, pero, desgraciadamente, satanás afectó esa hechura en el sentido de que la perfección también se puede llevar hacia el mal. Todo lo que viene de Mí es perfecto y bueno, pero desgraciadamente satanás también toma a hijos Míos que tienen capacidades muy desarrolladas, dadas por Mi Santo Espíritu, pero guiadas para hacer el mal.

Poco os acordáis, Mis pequeños, de agradecer las perfecciones que habéis visto, que habéis gozado a lo largo de vuestra existencia, de aquello de lo que podéis hacer vosotros mismos y de aquello de lo que vuestros hermanos pueden hacer o lo que llegan a lograr, y que vosotros podéis también gozar, pero lo más grande de Mi Creación es el Amor. Todo lo creado no valdría la pena y no se podría gozar si vosotros mismos no sintierais Mi Amor en todo ello.

Mi Amor es lo más perfecto de la Creación porque Yo Soy el Amor y en todo lo perfecto estoy Yo. Si ahora veis lo que el hombre puede lograr hacer, guiado por Mi Santo Espíritu, ahora imaginad lo que encontraréis en el Reino de los Cielos donde la maldad de satanás no entra. Gozaréis la belleza absoluta y todo tocado por Mi Amor. ¡Ese es el Cielo, Mis pequeños! Es perfección en todo, en todo lo que os podáis imaginar, y hay cosas inimaginables que también encontraréis y gozaréis inmensamente.

Entendiendo esto, Mis pequeños, espero que toque vuestro corazón para que luchéis contra todo mal a vuestro alrededor, contra todo aquello que os pueda desviar de la Perfección Divina y de la Perfección que podréis gozar eternamente en el Reino de los Cielos. Luchad por ello, Mis pequeños, y ayudad a vuestros hermanos a lograr ese gran regalo que tengo para todas las almas que buscan la perfección y, sobre todo, la perfección del Amor.

Gracias, Mis pequeños.

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Tercer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: El Verdadero Amor también es pedir por las almas que están necesitadas de alcanzar la felicidad eterna, que son las ánimas del Purgatorio. Dadles alegría, Mis pequeños, tomadlas más en cuenta, dadles cuando menos unos minutos al día, acordaos de ellas, dadles alguna oración, vuestra Comunión.

(Lenguas…)

Visión: Veo a multitudes, multitudes, yo digo de personas pero son almas, pero todo está gris, así como cuando veo que se abren los Cielos y veo a muchas almas, pero lo veo a colores todo muy bonito, aquí no, son multitudes y todo se ve gris; no distingo rostros, solamente como si fueran estatuas, todas grises, pero muchísimas. De repente, llega alguna Luz y esa alma se ve de color en ese momento en que es tocada por esa Luz; ya se ve como con colores, es tomada por un ángel, es acompañada y llevada al Cielo. Hay tristeza, todo es así, prácticamente sin movimiento, no hay vida aparentemente, pero al momento en que esa Luz llega y toca al alma, empieza una nueva vida cuando es llevada al Cielo.

Ved, Mis pequeños, Soy vuestra Madre Santísima en Mi advocación del Carmen. Ved, Mis pequeños, la tristeza del Purgatorio. Ciertamente es un lugar de purificación y hay desolación, recordando también esa desolación que sufrió Mi Hijo cuando fue apartado de todos, cuando lo rechazaron, cuando le dieron la espalda, pero eso no ha sido solamente en ese momento de Su Pasión, todos vosotros, en muchos momentos de vuestra existencia, le habéis dado la espalda a Mi Hijo y lo dejáis solo, abandonado, sufriente, cuando Él se está dando totalmente por vosotros, por vuestra salvación, por abriros nuevamente las Puertas del Reino.

Ciertamente, las almas que estás viendo, Mi pequeño, son almas desoladas, y más en estos tiempos en que no hay suficientes oraciones ni formas para sacar a estas almas del Purgatorio. Las misas ya no son como deben ser, las oraciones faltan entre los hombres, ya no hay sacrificios, penitencias, ayunos, ofrecidos por ellas para que puedan salir pronto de este lugar de desolación. Ciertamente sufren, pero hay Esperanza en ellas que, en algún momento, esa Luz que viste les llegará y serán tomadas para ser llevadas al Reino de los Cielos.

Ojalá entendierais, Mis pequeños, el dolor de la desolación, el dolor del abandono que, como os dije, primeramente sufrió Mi Hijo, que Él, siendo el Amor, el Perfecto Amor, no fuera tomado en cuenta y que no lo toméis en cuenta a lo largo de vuestra existencia, y Él sigue estando desolado en los tabernáculos del mundo, en los corazones de los hombres, en el trato que vosotros dais a vuestros semejantes. La falta de amor es lo que más produce que las almas lleguen al Purgatorio y que mediten el por qué no dieron el suficiente amor durante su existencia.

El Amor es lo más perfecto y vosotros no lo agradecéis ni lo trasmitís. Podéis hacer grandes milagros, grandes obras de amor hacia vuestros hermanos para llevarlos, nuevamente, a la alegría de tener a Mi Señor y Mi Dios en vuestro corazón. Mucho podéis hacer, Mis pequeños, por vuestros hermanos, tanto de la Tierra como del Purgatorio, al orar por ellos, al transmitirles amor, al tratarlos como verdaderos hermanos, al ser verdaderos hijos de Dios. Os falta tanto, Mis pequeños, para ser verdaderos hermanos, buscar el bien hacia aquel que está con vosotros, que está cerca de vosotros.

Ciertamente, hay almas refractarias al amor, almas que no toman el amor que Mi Esposo, el Santo Espíritu, les puede conceder. Muchos, porque vivís en el mundo, vivís para el mundo; las cosas del mundo os atraen más que las espirituales, que son vuestro futuro eterno, las otras son distracciones que, ciertamente, en algún momento necesitáis y que debéis agradecer, porque el hombre es así.

Yo os conozco y os consiento, pido por vosotros a Mi Señor y Mi Dios, por cada uno de vosotros, pero aprended, Mis pequeños, a agradecer todo lo que tenéis, pero enfocaos también en vuestra existencia, en pensar en vuestros hermanos en el Purgatorio, en su sufrimiento, en su olvido y en la necesidad que tienen ellos de llegar a la perfección, porque son tomados cuando llegan a ese grado de perfección, reconociendo el por qué fallaron en la Tierra y el por qué están ahí en el Purgatorio. Cuando llegan a reconocer sus errores y empiezan a poner en práctica el amor, es cuando son tomados y llevados al Reino de los Cielos.

En los Cielos, que es vuestro futuro eterno, se vive el Amor Pleno, el Amor Fraterno, el Amor Paterno. Sois Mis hijos, Mis pequeños, sois hijos del Padre, hermanos de Mi Hijo, ¿queréis algo más que eso? ¡Eso es perfección, Mis pequeños!, y no lo aprovecháis ni lo agradecéis. Estáis llamados a esa perfección de la vida divina, pero sois pocos los que entendéis estos deseos de Amor del Padre. Si vivierais realmente en el Amor, que lo transmitierais, vosotros mismos gozaríais con ese hecho de poder alimentar a vuestros hermanos con el Alimento Divino y, ciertamente, al lograr que vuestros hermanos crezcan en el Amor, vosotros recibiréis el ciento por uno.

Gozad pues, Mis pequeños, lo que Nuestro Padre, Nuestro Dios, tiene preparado para todas las almas que buscan al Verdadero Amor. El Verdadero Amor también es pedir por las almas que están necesitadas de alcanzar la felicidad eterna, que son las ánimas del Purgatorio. Dadles alegría, Mis pequeños, tomadlas más en cuenta, dadles cuando menos unos minutos al día, acordaos de ellas, dadles alguna oración, vuestra Comunión, algo para hacerlas crecer en el Amor y así puedan salir pronto del lugar desolado en el que están. Ellas, al llegar al Reino de los Cielos, orarán por vosotros para que podáis salir pronto del Purgatorio cuando lleguéis ahí, mientras tanto, también os cuidarán mientras misionáis en la Tierra. Eso es el Amor Fraterno, ayudándoos los unos a los otros como verdaderos hermanos en Dios.

Gracias, Mis pequeños.