Mayo 30_2020 No estáis defendiendo vuestra Redención, no estáis defendiendo los valores y el Alimento Divino que requiere vuestra alma para crecer.

Vigilia de Pentecostés – Mensaje ÚNICO

Coronilla de la Misericordia

============================

Mensaje de Dios Espíritu Santo a J. V.

============================

Cuarta Decena. Habla Dios Espíritu Santo.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo. Os agradezco esta reunión en que Me alabáis, en que Me pedís, en que Me agradecéis Mi acción sobre vosotros. Es tanto Mi Amor por las almas que el Padre Me ha puesto internamente en vosotros para guiaros, para daros Sabiduría, para llevaros por el buen camino, para daros la Luz de Sabiduría, de Amor, y para protegeros contra la maldad de satanás. Es tanto Mi Amor sobre vosotros, sois tan pequeñitos, tan indefensos.

La maldad de satanás se vuelve sobre vosotros como una nube inmensa, oscura de maldad, y vosotros, tan pequeños, no os dais realmente cuenta de esta lucha espiritual tan fuerte que estáis padeciendo, y no permitiMos que la veáis, porque no la soportaríais. El poder de satanás es tan grande, se ha desatado y es inmenso; os repito, es como una ola inmensa, oscura, como una neblina que oscurece todo y, ciertamente, ha oscurecido vuestra mente, vuestros pensamientos, no os permite escuchar lo bueno.

Vuestro corazón ya no ama como debiera amar, no os comportáis como Jesucristo os enseñó, no amáis como el Padre quiere que améis. Por más que insisto a las almas para que cambiéis, muy pocos entienden.

Es una nube densa la que os cubre, camináis por el mundo, pero espiritualmente vuestra alma no sabe en qué dirección ir; se deja llevar por los alrededores, por lo que piensa la mayoría, y lo estáis viendo ahora. Sois como corderos asustados por el aullido del lobo, no sabéis en dónde está y os mantenéis todos como un grupo tiritando de miedo, y el lobo se burla, se burla ante Nosotros, ante Nuestra Santísima Trinidad, y nos enseña cómo os tiene asustados, pero, sobre todo, apartados de la Fe, del Amor, de la vida espiritual.

Estáis actuando como animalitos que no saben qué hacer, como si el cazador os estuviera persiguiendo con una jauría de perros salvajes, y ciertamente que lo son, es satanás con sus demonios que se han soltado sobre la Tierra y os atacan según vuestros propios miedos, y no sabéis qué hacer y caéis una y otra vez, y no sabéis cómo levantaros porque no hay Fe en vosotros. No volteáis a buscar Nuestra ayuda, no entráis en vuestro corazón para pedirMe ayuda.

¡Oh, humanidad que habéis perdido la dirección espiritual de vuestra vida! Nos da vergüenza voltear a veros, estáis como los pueblos de Sodoma y Gomorra, habéis perdido la espiritualidad en vuestra alma y por eso no sabéis a dónde dirigiros. Vosotros mismos habéis dejado que esa nube densa, de la que os hablé, os cubra; habéis dejado que os quitara satanás la riqueza espiritual que ganó Jesucristo para vosotros. Sois demasiado desagradecidos y ahora estáis sufriendo las consecuencias por haberos apartado del Bien y de no haber agradecido vuestra Redención.

Satanás se burla de vosotros, satanás juega ahora con vosotros como el gato juega con el ratón antes de devorarlo. Nos da tanta pena veros, ¡vosotros que fuisteis creados para ser lo más grande de la creación!, y ahora sois como ratones timoratos, que no sabéis ni qué hacer, que os asusta cualquier ruido y no sabéis a dónde correr. Teníais todo después de la Redención de vuestro Dios, Jesucristo; descuidasteis el tesoro y satanás os lo robó. Dejasteis que la maldad entrara en vuestro corazón y ahora esa cortina de neblina maligna os cubre, no os deja vivir en paz; ya no buscáis el crecimiento espiritual, y eso os ha traído la gravedad que estáis viviendo ahora para vuestra alma. Os seguirá asustando satanás con sus rugidos, ni siquiera de león, de un gato, de un gato que seguirá jugando con vosotros como ratones.

¡Cuánta tontería habéis dejado entrar a vuestra alma y a vuestra vida! Ya no sabéis cómo defenderos de un gato, y menos del león rugiente del que hablan las Escrituras. Ya no sois valientes, ya no tenéis afán de lucha, ya no defendéis los valores que ganó Jesucristo para vosotros, ya no defendéis los valores que Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, os puedo dar si me los pedís, es más, ni siquiera sabéis que existen, la gran mayoría de vosotros.

Habéis descuidado tanto, y eso os está costando el perder la paz, y ya os lo había profetizado el Padre, que lo primero que os iba a quitar satanás era la paz, y ahora lo estáis viviendo, no hay paz en vuestros corazones, no hay paz en vuestro interior, no hay paz alrededor vuestro, no hay paz en el mundo, y ¡con qué facilidad os quitó satanás la paz! ¡Con qué facilidad! Ni siquiera luchasteis, os dejasteis embaucar por sus palabras falsas, por sus mentiras, y os estáis creyendo todas esas falsedades y seguís arrinconados en una esquinita, temblando de miedo, por las falsedades de satanás. ¿Qué haréis cuando se presente ante vosotros con todo su poder? ¿Qué haréis? Fácilmente, la gran mayoría de vosotros sucumbiréis y os perderéis eternamente, porque no tenéis la garra para luchar por lo vuestro, por lo que Jesucristo ganó para vosotros.

No estáis defendiendo vuestra Redención, no estáis defendiendo los valores y el Alimento Divino que requiere vuestra alma para crecer. No estáis defendiendo vuestra vida espiritual, que sabe satanás que, si lograrais alimentarla como es debido, lo podríais aplastar, y vosotros seguís arrinconados, timoratos, escuchando el maullido de un gato que os asusta y que ni siquiera el rugido del león se necesita para haceros palidecer. ¡Qué vergüenza! Los reyes de la Creación, los que debieran reinar sobre la Creación son ahora ratoncitos que no saben qué hacer.

Se os ha dado mucho, muchas lágrimas y dolor se han derramado por vosotros para vuestra Redención. La paciencia del Padre ha sido extraordinaria y vosotros no respondéis. Veis el mal a vuestro alrededor y simplemente decís que eso es lo normal que debe suceder, y no os preocupáis. Se os profetizan desastres inmensos, ¡y no os conmovéis! Pero, ciertamente, lo que es un desastre ya en vosotros es vuestra alma, es vuestra espiritualidad; estáis muertos en vida, sois un guiñapo humano.

¡Cuánto dolor nos causáis, Mis pequeños! ¡Cuánto dolor nos causáis! Mucho amor se ha invertido también en vosotros y ¿qué respondéis? ¡Nada! Ni os preocupáis de ello. Entended, Mis pequeños, que estáis al borde del precipicio. Una gran cantidad de almas morirán, y eternamente. No cuidasteis vuestros tesoros espirituales, Mi Presencia en vosotros; no quisisteis hacerMe caso cuando os llamaba la atención desde vuestro interior, esa voz de la consciencia que dictaba el actuar de vuestra vida, y hacíais todo lo posible para no escuchar Mis consejos, Mi Voz, Mi guía, y ahora estáis pagando las consecuencias. Quisisteis moveros por vosotros mismos en la Tierra, cuando tanto se os avisó que estabais rodeados de muchos demonios, de mucha maldad, y como no veíais, no creíais, vuestro error os costará caro.

Venid conMigo, almas buenas, almas que habéis entendido la lección, y que a algunos también caro les costó regresar a la verdad, pero triunfasteis sobre la maldad que actuaba sobre vosotros. Ciertamente el Cielo se gana con la lucha, con la lucha diaria, de todo momento. Os vencisteis a vosotros mismos, pedisteis ayuda al Cielo y se os dio, porque fuisteis humildes, porque hubo Fe en vosotros, porque creísteis en la otra vida. Una vida bella y grande os espera. Seréis purificados, seréis transfigurados como hace tiempo os profeticé.

Quiero que os abandonéis perfectamente a Mí, vuestro Dios Espíritu Santo, así como os abandonéis, así os premiaré; mientras más Me deis vuestra voluntad, más tendréis de Mí, dones, gracias, bendiciones especiales. Lo primero que os daré será la humildad, porque los regalos que tendréis, mientras llegáis al Reino de los Cielos, serán regalos temporales que utilizaréis para el bien vuestro y el de vuestros hermanos. Mucha oración y donación de vosotros se necesita para mover almas a la salvación, empezando con el arrepentimiento de ellas. Mis siete dones se derramarán sobre vosotros, algunos más, otros menos, de acuerdo a la misión que el Padre os dio.

Son tiempos de gran donación y de trabajo espiritual para la Redención de las almas. Será un trabajo arduo, pero muy bendecido; cansado, pero glorioso, y lo gozaréis al ver cómo las almas, a través de vuestra ayuda, se salvarán, ¡eso es lo más grande que podréis hacer por las almas existentes, pero desviadas!

Os pido que en ningún momento la soberbia eche a perder en vosotros vuestra misión. Los dones se os conceden para servir y no para presumir. Ciertamente no estáis acostumbrados a que broten de vosotros actos extraordinarios y milagrosos; al principio os asombraréis, después formarán parte natural de vuestra vida porque ya actuaréis con ellos en forma amorosa para el bien de vuestros hermanos.

Nuevos Cielos, Nuevas Tierras, nuevo amor os espera, y digo “nuevo amor” porque los amores que habéis vivido son sombra del Verdadero Amor, que lo tendréis porque os lo habéis ganado; es Nuestro Regalo Divino para las almas obedientes que han buscado la santidad de vida y, con ello, darNos una alegría inmensa. En algún momento viviréis Nuestra alegría cuando se salva un alma que estaba perdida y regresa gracias a vuestra intercesión y vuestro amor.

El amor será el combustible que os dará la fuerza para vencer a satanás, para venceros a vosotros mismos y para dar vida a vuestros hermanos necesitados, que muertos ahora están por el pecado. El amor lo es todo, el amor cambiará todo, el amor os transfigurará, Mis pequeños.

Esperad el momento con ansia y alegría. Creed lo que se hará en vosotros, no dejéis que satanás desvíe la atención a la misión que tenéis. No os apartéis de la oración ni del Santo Rosario, para que Mi Esposa, la Siempre Virgen María, siempre esté a vuestro lado, tomándoos de la mano y guiándoos por el camino de la Luz y de la Verdad.

Este mundo cambiará, y será para bien. Los timoratos, los cobardes, no volverán. Agradeced de corazón a Nuestra Santísima Trinidad por el bien que tendréis, por los cuidados que se os darán, para que llevéis a cabo la misión que se os ha encomendado.

¡Pobre generación! ¡Pobre generación ésta, que se dejó llevar por las mentiras de satanás! Mucho tiempo se le dio para que se recuperara, pero no quiso entender.

Mi Bendición caiga sobre vosotros y sobre todos aquellos que han abierto su corazón a Nuestras mociones. Estoy en vosotros, Mis pequeños, entrad más seguido a platicar conMigo, a escuchar Mis direcciones, Mis consejos, Mi Sabiduría, y no temáis, no dejéis que satanás os quite la paz y acabéis como estos ratoncitos, que se han dejado engañar por satanás con un simple maullido.

Gracias, Mis pequeños.