Mar 10_2020 ¿Por qué, vosotros, teniendo todo, no Me agradecéis ni Me cantáis vuestras alegrías? Eso es ingratitud.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Creador, Soy el Amor Increado, Infinito, os he dado infinidad de cosas bellas para que las gocéis. Toda Mi Creación Me agradece, Me alaba, los pajarillos amanecen con sus trinos, bellos trinos, cantándoMe sus alegrías; las flores abren sus pétalos mostrándoMe sus colores y bellezas, aromas bellos y ofreciéndoMelos. Toda la Naturaleza está viva y Me canta sus alegrías

Cuando Mi Hijo estuvo en la Tierra, cuando le devolvía la vista a los ciegos, agradecían, se emocionaban, nunca habían visto, y de repente, veían. Cantaban, si se puede decir así, sus alegrías a Mí, su Creador, y a Mi Hijo, su Salvador, porque les había devuelto la vista. Lo mismo hacía con los sordos, venía el Milagro, con Mi Hijo, hacia ellos y empezaban a escuchar y se llenaban, también, de esa alegría y Me agradecían; y así sucedía con los ciegos, sordos, cojos, paralíticos, empezaban, a sentir y a vivir todos sus sentidos, o los que tuvieran mal. Agradecían, de corazón, lo que volvían a tener o lo que nunca habían tenido o se les volvía a sanar lo que habían perdido por alguna enfermedad o accidente. Era un gusto tremendo el que les daba el Milagro que recibían.

Y Yo os pregunto, Mis pequeños, ¿por qué?, si vosotros tenéis todo, estáis completos, no os falta la vista, ni el olfato ni la voz ni el gusto, podéis escuchar todo a vuestro alrededor y podéis sentir frío y calor, ¿por qué, vosotros, teniendo todo, no Me agradecéis ni Me cantáis vuestras alegrías? Eso es ingratitud.

Yo os he dado todo eso, y ¿en dónde están vuestros agradecimientos, que día a día los

tenéis? Oíd a los pajarillos, cantan sus alegrías, día a día, y ¿por qué vosotros no cantáis vuestras alegrías de tener todo? El hombre se vuelve insensible, espiritualmente hablando.

Ciertamente, nacéis, la gran mayoría de vosotros, teniendo todo, y ya lo tomáis como algo normal. Pero vais creciendo y se os va dando el discernimiento, para que os deis cuenta que eso “normal” que vosotros gozáis, tiene un origen, y ese origen es Mi Amor hacia vosotros.

Ciertamente, cuando sois pequeñitos sois más sensibles para comprender esto y Me encanta a Mí, como Dios y Padre, oír a los pequeñitos agradeciéndoMe lo que tienen. Ciertamente, sus padres o hermanos o maestros les han enseñado que todo viene de Mí y Me lo agradecen, pero no todos tienen esa sensibilidad y ¡cómo quisiera que todos vosotros tuvierais esa sensibilidad!; es lo menos que podéis darMe, Mis pequeños. Si Yo, día a día Me afano en teneros contentos, que no os falte nada, que tengáis alimentos, que tengáis vestido, si al menos, voltearais hacia Mí y Me agradecierais, el amanecer y el anochecer, todo lo que tenéis, eso Me agradaría mucho.

Vuestros Primeros Padres se daban cuenta de todo esto. Antes de cometer el Pecado, ellos eran muy sensibles a la Gracia, a Mi Gracia que vivía en ellos. Me agradecían todo y lo agradecían de corazón y Yo, al recibir ese agradecimiento que tocaba Mi Corazón, les daba más, porque así Soy Yo. Soy vuestro Dios y Mis Tesoros son grandes, infinitos, y los doy a todos aquellos que Me aman, a todos aquellos que saben reconocer lo que se les da y que lo gozan, primeramente, porque lo tienen y segundo, porque Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, estoy consciente de consentiros. Os amo y os quiero felices, pero os pido que, también, Me hagáis feliz a Mí, vuestro Dios.

Ciertamente, Yo no necesito vuestra felicidad y vuestro agradecimiento, porque Yo Soy la Felicidad Absoluta y no cabe en Mí, más de Mi Amor, porque el amor que vosotros tenéis es Mío, pero, como almas, creadas por Mí, y que tenéis una independencia propia, eso, es lo que Yo busco en vosotros; vuestra personalidad, la cual respeto, porque no os obligo a nada. Deseo que de vosotros salga, libremente, ese amor y ese agradecimiento de vuestro corazón hacia Mí.

Eso se vive en el Cielo, Mis pequeños, los Ángeles, los Santos, todas las almas Me agradecen, continuamente, todos los dones, regalos, las bendiciones, el conocimiento, todo lo que les doy, porque las almas siguen aprendiendo, aun estando en el Cielo y saben, que todo eso viene de Mí, para que lo gocéis, lo compartáis y, así, todos, como en familia,  Me sigáis buscando, porque, mientras más recibís, más gozáis, más pedís, más agradecéis, es como una carrera sin fin, pero bellísima.

Os doy y os doy y os doy porque os quiero perfectos, como Yo Soy Perfecto y vosotros gozáis todo ese conocimiento que es infinito. Mi Amor es tan grande, que inventa nuevas bellezas, que ni siquiera vosotros os podéis imaginar y quizá, cuando creéis que ya llegasteis a una meta, ahí mismo en el Cielo, se abren otras avenidas del gozo del saber, del sentir, del vivir y empezáis de nuevo, pero con nuevos gozos, con nuevas experiencias, con nueva Sabiduría. Soy Interminable, pero no os cansáis vosotros de seguirMe, de aprender de Mí, de gozar de todo lo que os doy. Es un hambre, podría decirse, Divina, de querer saber más de Mí, de querer vivir a su propio Dios, ese es Mi Regalo en el Reino de los Cielos: Alegría, Amor, Paz, bellezas inimaginables, colores nuevos, aromas, música, todo lo que alegra vuestros sentidos y todo, en Pureza y Santidad.

Ese es el regalo que Yo tengo para las almas buenas, las almas que Me buscan, las almas que creen en Mí, las almas que defienden Mi Santo Nombre aquí en la Tierra, las almas que enseñan a sus hermanos a buscarMe y a gozar de todo lo que os he dado. Mis Promesas son muchas y todas las cumplo.

Venid, pues, Mis pequeños, empezad a gozar, en vuestro interior, todo esto que os prometo, pero llegaréis a ello, principalmente, por el agradecimiento y por el amor, porque si no Me conocéis, si no sabéis que Existo, si no tenéis esa Fe de saber que llegaréis a Mí en algún momento, no podéis agradecer, y eso es Fe. Me sentís, aunque no Me veis, pero sabéis, sabéis que Yo Estoy ahí, con vosotros, aunque no Me veis, eso es Fe, y Yo premio vuestra Fe. Vuestro agradecimiento continuo, de corazón, día a día, es lo que va acrecentando vuestra Fe.

De ahora en adelante, Mis pequeños, quiero escuchar, más seguido, vuestros agradecimientos, vuestras bendiciones, vuestros cantos alegres, a Mi vuestro Dios y Señor, vuestros agradecimientos hacia Mi Hijo, vuestro Salvador, vuestros agradecimientos y cantos bellos hacia Mi Santo Espíritu, que os guía en vuestra vida y os llenará de Mis Bellezas en el Reino de los Cielos. Sois de Mi Familia, los que estáis Conmigo, los que Me amáis, los que tenéis la Fe. Todos aquellos que creen en Mí, nunca quedan defraudados, os lo aseguro.

Pedid, pues, por aquellos que no tienen Fe, que Me rechazan, que blasfeman Mi Santo Nombre, que no quieren creer, porque satanás los ha cegado los ha apartado de Mis Verdades; compadeceos de ellos, no los rechacéis, satanás, su enemigo y el vuestro, los está apartando de la Verdad y de Mi Amor. Sed compasivos y misericordiosos, como Yo lo Soy con vosotros y traédMelos, Yo os pondré palabras bellas y santas, pondré alegría en vuestro corazón, para que ellos sean tocados cuando vosotros vayáis hacia ellos. Su conversión depende de vuestro amor.

Gracias, Mis pequeños.