Mar 03_2020 Son tiempos de prueba, y lo permito, para ver quiénes son los verdaderos seguidores de Mis Enseñanzas, y veo que son pocos, muy pocos los que defienden lo que Yo os dejé, que Me ven a Mí primero, y Me buscan primero a Mí, antes de verse a sí mismos.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

================================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

================================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, Yo estuve sobre la Tierra, para venir a salvar al hombre, vine a convivir con vosotros, para que vosotros, al verMe, aprendierais a ver la Perfección que soy Yo, aprendierais de Mí, para ser mejores y para que pudierais ir avanzando en Virtud y en Amor. Mis Apóstoles Me acompañaban, aprendieron, y de ellos desciende la Iglesia, los valores de Ella, pero, también, sus errores.

Os di una Parábola, que podéis leer en las Sagradas Escrituras: “Aquél que se prefiera a sí mismo, antes que a Mí, no es digno de Mí” y son Palabras muy fuertes, Mis pequeños, y quiero que las  meditéis, las pongáis en vuestro corazón, para que os deis cuenta que la gran mayoría de vosotros no sois dignos de Mí.

¿Y a qué Me refiero con esto, Mis pequeños? a que sucumbís, fácilmente, a las tentaciones de satanás. Os habéis apartado tanto de la oración, tanto de la vida espiritual, tanto de la vida del amor, hacia Mí y hacia vuestros hermanos, que apenas os llega una tentación o una mentira de satanás, y fácilmente sucumbís.

Estáis en tiempo de Cuaresma, estáis en tiempo de reflexión, estáis en tiempo para acompañarMe en Mis sufrimientos, pero, también, en el Conocimiento que Yo os he dejado. Es un tiempo para que meditéis Mi Vida y la comparéis con la vuestra, para que os deis cuenta si vais por buen camino o estáis errando el camino. Por eso, Mi Padre, os decía que el resto fiel es muy pequeño, que después de la Tribulación, quedará muy poca gente, porque no estáis obrando como debierais, os estáis viendo, primeramente, a vosotros mismos; queréis “salvar” y lo entrecomillo, “salvar” vuestro cuerpo pero no le estáis dando Alimento y Vida  a vuestra alma. Estáis, solamente, viendo vuestro exterior, y este es un tiempo para crecer en vida espiritual; satanás os pone una tentación, una mentira, y fácilmente caéis en ella, desviáis vuestra atención, que debiera ser vida espiritual en este tiempo y estáis pensando solamente en salvar vuestro cuerpo.

Vosotros mismos caéis en esa mentira y la agrandáis por vuestra histeria, por vuestra falta de Fe, por vuestra falta de confianza en Mí, vuestro Dios, que Yo Soy Médico de cuerpos y almas. Si vinierais a Mí, arrepentidos, si vinierais a Mí pidiendo Mi Ayuda, como lo hacían en aquél tiempo la gente con la que Yo convivía, os daría vuestra sanación. Vosotros, ya ni eso hacéis, porque ya no tenéis esa confianza plena en Mí, ya no tenéis Fe en vuestro Dios.

Os he venido pidiendo, desde hace tiempo, que Me pidáis el Don del Discernimiento y la Sabiduría Santa, y veo, con tristeza, que no os importa esto.

Satanás os está atacando ahora levemente, todavía no se presentan los momentos graves de la Purificación y de los ataques fuertes de satanás y, la gran mayoría de vosotros, ya estáis vencidos, derrotados, porque no tenéis Fe, porque no la buscáis y, os vuelvo a repetir, estáis buscando la salud exterior y no estáis buscando el crecimiento interior, que os va a dar la fuerza para sobrellevar y, aún, vencer, todo lo que satanás os ponga como ataque, como mentira.

Repito, nuevamente, que caéis, fácilmente, en sus mentiras y todavía no viene lo más grave.

Tenéis que recapacitar en esto, Mis pequeños, olvidad, haced a un lado esto, que es una distracción, para que no estéis en lo que debéis estar. Estos son tiempos de oración, de arrepentimiento, de crecimiento espiritual, espiritual, Mis pequeños y estáis buscando, solamente, proteger vuestro cuerpo, que polvo es y polvo será.

Manteneos en la oración, regresad a la oración profunda, asistid a los Sacramentos, llenaos de vida espiritual, para que podáis vencer al enemigo, al que os ataca.

Me da tristeza, también, ver, cómo, la Iglesia, que Yo fundé, que le di Mi Sabiduría, ha perdido la Fe y la Confianza en Mí; y que Morí por todos y que di las bases para un crecimiento espiritual para todos aquellos que se acerquen a Mi Iglesia, para ser consagrados a Ella, por desgracia, seguís siendo hombres, sacerdotes, pero hombres infieles, hombres tibios, hombres, ya, sin valores, que no defienden el gran Tesoro que tenéis en la Tierra. Sois, como la sal insípida, que se tira al piso porque ya no sirve y para que todos caminen sobre Ella.

Ciertamente, son tiempos de prueba, y lo permito, para ver quiénes son los verdaderos seguidores de Mis Enseñanzas, y veo que son pocos, muy pocos los que defienden lo que Yo os dejé, que Me ven a Mí primero, y Me buscan primero a Mí, antes de verse a sí mismos. Estos son los verdaderos hermanos que Yo necesito en estos tiempos, que seáis otros Cristos, porque os mantenéis en todo lo que Yo os enseñé y, ciertamente, que os voy a llenar de Bendiciones, Carismas, Amor, Vida Espiritual y muchas otras capacidades espirituales y humanas, para que sobresalgáis ante vuestros hermanos, y podáis vencer a satanás, porque él Me verá en vosotros, os atacará, pero lo venceréis, como Yo lo vencí. Son tiempos de gran prueba, pero, también, de mucha muerte y condenación de aquellos, que se están viendo a sí mismos, antes de ver a su Salvador.

Gracias, Mis pequeños.