Nov 22_18 Debéis luchar contra la maldad que ya dejasteis entrar en vuestro corazón.

Rosario vespertino – MENSAJE ÚNICO.

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Mensaje de la Santísima Virgen María a J. V.

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Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: Habéis sido llamados a la vida para proteger esos Tesoros del Cielo, tanto para vosotros como para vuestros hermanos.

Hijitos Míos, Yo, como Madre vuestra, os voy cuidando de los ataques del enemigo. El mal os rodea pero, como dicen las Escrituras, que puede estar el león rugiente, pero si no os acercáis al área en donde os pueda devorar, no hay problema. Rugirá, porque es el mismo satanás ese león. Os tratará de atacar, tratará de quitaros el Bien que Mi Señor y Dios ha puesto en vosotros, que es el estado de Gracia, pero mientras no aceptéis en vosotros la tentación que satanás os imponga, vosotros podéis seguir adelante.

Ciertamente, vuestro caminar sobre la Tierra está lleno de caídas, que éstos son los ataques de satanás hacia vuestra alma. Todo el tiempo os está acechando, pero queda en vosotros aceptar, en vuestro corazón, en vuestra mente, en vuestra alma, toda la maldad con la que él quiere destruiros espiritualmente.

Ese es el león rugiente, es esa serpiente venenosa en su maldad, que quiere matar a vuestra alma pero, vosotros, si os mantenéis en estado de Gracia, si os mantenéis en la oración, si os mantenéis con los Sacramentos, satanás os seguirá atacando, pero vosotros, ya tenéis un escudo seguro que os protege contra su maldad.

Ahora viene el arma, con la cual, lo podéis atacar y con ella destruir su poder, y ésta es el Santo Rosario, por eso, en todas Mis Apariciones os he pedido que lo recéis, pero con una gran devoción, y sobre todo, sabiendo cuál es su función, sobre todo para estos tiempos. Es el arma más poderosa para poder vencer al que se cree poderoso, porque Poderoso, es solamente Nuestro Dios y Señor.

Recordad que él fue un arcángel bueno, bello, pero, por su pecado, por oponerse al Amor de Nuestro Dios y Señor, su crecimiento en la Gracia se detuvo ahí, en el momento en que cometió el grave pecado de no aceptar, ya, la obediencia hacia Nuestro Dios y hacia Mí, vuestra Madre, y eso, es lo que más le duele, el ya no volver a tener ese puesto tan grande que tenía y, además, haber perdido todas las grandezas del Cielo.

Satanás es muy envidioso, además de soberbio y malo. Toda la maldad que conocéis, que habéis vivido, que escucháis por todos lados, en guerras, raptos, maldades contra los niños, robos, suicidios y demás, la fuente perversa es satanás, eso es lo que tenéis que evitar, Mis pequeños. Estáis en el Mundo para la Gran Lucha, para defender lo que es del Cielo, para defender lo que viene de Nuestro Dios y Señor, para defender lo que es de vosotros, que son las Enseñanzas de Mi Dios, Mi Creador y de Mi Hijo, vuestro Redentor. Estáis como protectores de esos grandes Tesoros. Habéis sido llamados a la vida para proteger esos Tesoros del Cielo, tanto para vosotros como para vuestros hermanos.

Ciertamente, la maldad os rodea, él os quiere destruir, satanás os quiere eliminar, para que no sigáis haciendo el bien, vuestro bien, que salva almas. Sí, Mis pequeños, con vuestra oración, con la aceptación de vuestra cruz día a día, además de todos vuestros méritos, dolores, penas que hay en vuestra cruz, Yo los uno a los Méritos de Mi Hijo y estos se vuelven un gran regalo que se Le ofrecen a Nuestro Padre Dios para la salvación de las almas.

Muchos de vosotros no encontráis un por qué, ni un para qué de vuestra existencia, y es que os falta oración, os falta pedir Sabiduría, os falta saber ver, en vuestra vida, la Presencia de vuestro Dios.

Camináis por el Mundo nada más buscando vuestras necesidades, vuestros gustos, vuestros placeres. Lucháis por ellos, perdéis vuestro dinero en cosas superfluas, que no os llevan a nada bueno, y luego, al final de vuestra existencia, es cuando os dais cuenta que fueron años y años y años de vuestra vida, y no lograsteis nada para el Cielo, no salvasteis almas, no hicisteis méritos para ganar vuestro lugar de regreso al Reino de los Cielos.

Como os dije hace unos momentos, la fuente de todo mal es satanás, pero hay tantos, tantos de vosotros y de vuestros hermanos que no les interesa saber de esto y no se protegen. Hay tantos de vuestros hermanos que sí, se enojan con lo que sucede a vuestro alrededor, están molestos con lo que pasa con los gobiernos de la Tierra, pero ¿qué hacen, realmente, para cambiar toda esa maldad en un bien?

Tenéis que estar conscientes, Mis pequeños, de poner más de vuestra parte, se os está acabando ya el tiempo antes de la Gran Tribulación Universal y ¿qué estáis haciendo para protegeros, para proteger a los vuestros? Se os dio una misión inmensa, como os dije, de cuidar de los Bienes del Cielo y ¿qué habéis hecho con todo ello?

Soy vuestra Madre, Soy la Madre del Amor, y veo muchos corazones, en los cuales, el Amor está ausente; parecen valles desérticos, donde no crece ni una sola planta; así son vuestros corazones.

Mis pequeños, estoy con vosotros, os cuido, os protejo, os llevo de la mano por caminos seguros. Ya no le deis lugar a vuestras pasiones, a vuestros desenfrenos, a la maldad, que satanás ha puesto en vuestros corazones a lo largo de vuestra vida. Antes de luchar contra lo exterior, contra lo malo que hay alrededor de vosotros, debéis luchar contra la maldad que ya dejasteis entrar en vuestro corazón, que la dejasteis reproducir y que ahora, de tiempo en tiempo, regresa como pensamientos pecaminosos. Por lo tanto, si no encontráis la tentación fuera de vosotros, la encontráis en vuestro corazón y, así, difícilmente os mantenéis en el estado de Gracia que Mi Padre, vuestro Padre, quiere encontrar en cada uno de vosotros.

Ciertamente, los Sacramentos os llevan a obtener, nuevamente, el estado de Gracia, después de las caídas que todos tenéis pero, ese estado de Gracia, solamente lo podéis mantener dentro de vosotros, luchando contra esos momentos malignos, sucios, pecaminosos que habéis almacenado por años.

Buscad, pues, Mis pequeños, la pureza de cuerpo y alma, mantened vuestra alma y vuestros pensamientos unidos al Cielo. Ciertamente que no lo podéis hacer por vosotros mismos y necesitáis de Nuestra Ayuda. Como os he explicado, el tiempo es corto y os van a tocar momentos muy fuertes, para que, nuevamente, obtenga, ésta humanidad, la Gracia que se perdió con el Pecado de Adán y Eva.

Estáis Conmigo, Yo estoy con vosotros, acudid a Mí en todo momento, Mis pequeños, para que Yo os pueda llevar con Mi Hijo Jesucristo. Las almas que luchan, son las que desean, de todo corazón, regresar a su Casa, que es el Reino de los Cielos. Estas almas que luchan por su Bien espiritual, tened por seguro, que son escuchadas y que se os ayuda, continuamente, a superar las pruebas y los ataques de satanás, que están a vuestro alrededor, día tras día. No os confiéis en ningún momento, pedidMe el Discernimiento Santo, con él, vosotros iréis por caminos rectos, satanás, os repito, os quiere destruir, os tiene envidia, no os dejéis, luchad por lo que es vuestro. Vuestro lugar está en el Reino de los Cielos, dejaos guiar por Mí, que Soy vuestra Madre, para que regreséis a vuestro lugar eterno.

Gracias, Mis pequeños.