Oct 23_18 Yo no puedo daros, si vosotros no queréis, lo espiritual.

Rosario vespertino – MENSAJE ÚNICO.

===============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

===============================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Aún entre vosotros, que estáis Conmigo, pocos sois los que, realmente, intimáis Conmigo, que Me buscáis, como os pedí antes, con deseos de venceros y de ganar Mi Gracia para vuestra santificación.

Hijitos Míos, a veces pensaréis que vuestras oraciones no son escuchadas por Mí, que vuestros deseos no se cumplen, que vuestros razonamientos, que no son los Míos, prácticamente Me los queréis imponer.

Estad seguros, Mis pequeños, que os escucho y velo por vosotros en todo momento. Yo veo por vuestras necesidades, especialmente, por las materiales, para que no os falte sustento. Y digo, principalmente, porque Yo no puedo daros, si vosotros no queréis, lo espiritual.

Os lo he dicho muchas veces, que Yo no os puedo imponer Mis Deseos espirituales, que ojalá pudiera, porque os llevaría inmediatamente a la santidad. Seríais quienes Yo deseo que fuerais, que fuerais como vuestros Primeros Padres antes del Pecado Original. Eso es lo que Yo quisiera de cada uno de vosotros, pero vosotros no Me pedís ser mejores, no Me pedís que os ayude a apartaros del pecado, no Me pedís ser santos.

¡Me pedís tantas cosas de lo material!, pero a vuestra alma no la estáis alimentando. No le estáis dando ese Alimento Divino, que es Mi Gracia en vosotros. Tampoco hacéis mucho en oración, en Sacramentos, que también es Alimento para vuestra alma.

Por eso os digo, que sí, principalmente, os doy alimento para vuestro cuerpo, porque vuestro cuerpo os lo pide, pero vosotros debéis aprender a escuchar a vuestra alma, que también os pide Alimento, pero vosotros la acalláis. Esto es muy grave, Mis pequeños, porque así no avanzaréis en lo espiritual.

Te dije, Mi pequeño, sobre el poder del alma, sus capacidades, que son inmensas pero, que éstas, no se desarrollan si vosotros no ponéis de vuestra parte. Para que se desarrollen todas las capacidades con las que Yo os puedo dotar, necesitáis estar en estado de Gracia, necesitáis buscar, afanosamente, el estar en estado de Gracia.

Yo, vuestro Salvador, vuestro Redentor, os conozco, conozco al hombre y conozco cómo satanás, continuamente, os está atacando y tratando de sacaros de ese estado de Gracia, que es una comunicación íntima y directa Conmigo. Cuando se meten otros pensamientos, que no son dignos de vuestra persona, es una grosería, hacia Mí, que cambiéis esa oración por un mal pensamiento o una mala acción, por eso, vosotros no crecéis.

Debéis poner de vuestra parte, debéis venceros, y os repito, Yo caminé en la Tierra y conozco al hombre, directamente, como Dios. Ciertamente os conozco desde antes de que nacierais, y os conozco muy bien, y sé que tenéis muchos distractores a vuestro alrededor y la gran mayoría, pecaminosos.

Vosotros, desgraciadamente, ya veis el pecado como algo normal en vuestra vida, y si, realmente, meditáis, cualquier día de vuestra existencia, todo lo que hicisteis y en qué pensasteis, os daréis cuenta, claramente, de esto que os digo.

Cuando vosotros os vencéis a vosotros mismos, tratáis de mantener esa comunión íntima Conmigo, para no buscar y pensar en las cosas del exterior de vuestra alma, que os puedan dañar, entonces, os ayudaMos. Mi Santo Espíritu que habita en cada uno de vosotros, os dará Fuerza y Sabiduría, para ir venciendo esos deseos del mal, esos deseos o esos pensamientos impuros a donde os lleva satanás, para que no estéis en lo Mío, que debe ser vuestra meta en vuestra vida.

Y esto os lo digo, Mis pequeños, porque, mientras menos pecados tengáis, cuando os presentéis ante Mí, más pronto entraréis al Reino de los Cielos y menos sufriréis en el Purgatorio.

Debéis aprender a meditar, a buscar escucharMe en vuestro interior y, como dicen las Escrituras, os metáis a vuestro cuarto y que esteMos solos, sin ningún tipo de sonido ni ruido que os separe de Mí. Tratad de hacer esto, Mis pequeños, Me dejaré encontrar y empezareMos ese coloquio Divino, que tanto necesitáis y que Yo deseo ansiosamente.

Vosotros, los que sois padres o madres, deseáis ansiosamente, hablar con vuestros  hijos, aunque sea en momentos, durante el día, que os cuenten algo de su vida, que os pregunten, que os expongan sus dudas y sus problemas; vosotros os sentiréis que estáis ayudando a esa almita, que es vuestro hijo, que Me la estáis cuidando, para que tenga una vida sana en la Tierra, para que pueda llegar a Mí, para que alcance su santidad de vida y que satanás no os arrebate esa vida espiritual, esa alma que Yo les di.

¿Qué sentiríais si vuestros hijos no os hablaran, que se reservaran todo, que no quisieran vuestra opinión? Os sentiríais muy mal, os lo aseguro. Pensaríais que algo hubo entre vosotros desde pequeños o más grandes, que causó esa separación y ni vosotros entráis a su mundo ni ellos entran al vuestro. Sois extraños, cada uno de vosotros bajo el mismo techo, y esa es una gran tristeza en las familias.

Yo os digo esto, porque también vivo ese problema con infinidad de almas, soMos familia, estáis bajo Mi Techo Celestial y muchos, muchos de vuestros hermanos no se acercan a Mí, no Me hablan, no Me preguntan, no requieren de Mi Ayuda y eso Me duele mucho, Mis pequeños; Yo les di el don de la vida y ellos no se acuerdan ni siquiera de agradecerlo.

Pocos, pocos sois en el Mundo, con los que realmente cuento, para que oréis por vuestros hermanos. Pocos sois los que estáis en íntimo contacto Conmigo, y sois aquellas almas que Yo busco, para que intercedáis por vuestros hermanos, por vuestra familia, por vuestro pueblo, por vuestras ciudades, por el Mundo entero.

Quisiera deciros que necesito mucho más de almas como las vuestras, para que el Mundo reciba Mis Bendiciones y se pueda vencer rápidamente al mal, pero aún entre vosotros, que estáis Conmigo, pocos sois los que, realmente, intimáis Conmigo, que Me buscáis, como os pedí antes, con deseos de venceros y de ganar Mi Gracia para vuestra santificación y así, obtener un poder, sí, pequeños, un poder sobre Mí, que Me haga derramar Mis Bendiciones sobre todas las necesidades que la humanidad necesita en la Tierra y en el Universo entero.

 

Recordad cómo, a veces, un alma, un alma que se dejó llenar de Mi Amor, salvaba a un pueblo entero con su intercesión. Podéis lograr grandes milagros cuando Me llegáis a Mi Corazón, cuando Me vencéis con vuestro pequeño amor, pero lleno de Mi Amor y, es cuando podéis lograr milagros para vuestros hermanos, para vuestras ciudades, para el Mundo entero, para el Universo que os rodea.

Necesitáis de Mí, entendedlo, el Poder lo tengo Yo, venid a Mí, venid a Mí, Mis pequeños, y traedMe almas. Anonadaos, sois pequeños, pero cuando os llenáis de Mí, sois inmensos y podéis hacer mucho, mucho por vosotros y por los vuestros.

Gracias, Mis pequeños.