Abr 24_18 Mensaje IMPORTANTÍSIMO de la Santísima Virgen María de Guadalupe al pueblo mexicano.

Rosario vespertino-MENSAJE ÚNICO.

 

=============================

Mensaje de la Santísima Virgen María de Guadalupe, a J. V.

=============================

Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: Espero, esto, os haga meditar y os haga entender que os debéis preocupar por hacer de vuestra Nación, Nuestra Nación, Yo, como Madre de vosotros, la mejor Nación del Mundo, en un pueblo escogido por Dios, que, si antes lo fue Israel, ahora es el pueblo mexicano.

Hijitos Míos, vosotros sois los pequeños hijos de Mi Corazón; todos los que amáis a Mi Hijo, todos los que estáis Conmigo, todos los que tenéis ese deseo de regresar al Reino de los Cielos, porque ese deseo os lo pone Nuestro Padre, en vuestro corazón, sois Mis hijos, Mis hijos predilectos, Mis hijos amorosos, Mis hijos que habéis encontrado la Verdad, entre toda la mentira que os rodea.

Mis pequeños, a pesar de que estáis esperando momentos difíciles en vuestro México, también, hay momentos bellísimos que tendréis, posteriormente, después de la Purificación tan necesaria para todos vosotros.

Os pido, Mis pequeños, que no llenéis vuestro corazón y vuestra mente de temor por todo lo que se viene; recordad que Nuestro Padre, vuestro Padre Dios, siempre va a utilizar esos malos momentos, en los que satanás os pone a prueba y, de ahí, sacar un Bien. Sabéis que lo que tendréis no es Nuestro Padre, vuestro Dios, el que os está mandando este castigo, que, ciertamente, os lo merecéis, porque os habéis apartado de Su Amor y lo habéis ofendido grandemente, sino que es el mismo satanás el que os está atacando. Ha pedido permiso a Nuestro Padre, para que seáis probados, purificados, acrisolados, porque tenéis una gran misión como Patria, como Nación, pero sobre todo, como hijos de Dios.

Tenéis en vuestras raíces, cosas bellísimas, que se os harán saber después de la Purificación y estaréis dichosos y agradecidos de ser mexicanos.

Grandes cosas conoceréis después, porque sois una gran Nación, sois una Nación escogida por la Santísima Trinidad, para que, a través de vosotros, otras Naciones aprendan de vosotros, sobre todo, porque sois el país del Amor.

Sabéis que donde hay mucha Bendición del Cielo, también hay mucha maldad de satanás; os está atacando su envidia, os está atacando, porque él no quiere que vosotros, mexicanos, transmitáis el amor que tenéis en vuestro corazón.

En vuestra Patria se vive todavía, fuertemente, la unión familiar; le dais un valor muy grande a la familia, a vuestros padres, a vuestros hermanos, a los abuelos; respetáis a los muertos, amáis a vuestros hijos, pero, sobre todo, Nos lleváis en vuestro corazón.

Ciertamente, como Madre vuestra, Me tenéis un cariño muy especial y Yo correspondo a ese cariño, Mis pequeños y muchos, muchos de vosotros, hijos Míos, mexicanos, habéis recibido grandes Bendiciones de Nuestro Dios, por intercesión Mía, y bien lo sabéis, Mis pequeños.

Pero, por otro lado, la maldad se ha introducido en vuestra Patria y en vuestros corazones. Esa, la maldad de satanás, que os quiere destruir, que os quiere quitar a vuestro Dios y a Mí, vuestra Madre, de vuestro corazón. Os desvía con otros pensamientos, con otras formas de pensar, para que no Nos deis vuestro amor completo a vuestro Dios y a Mí, vuestra Madre.

Os habéis apartado de la oración y, ciertamente, la gran mayoría de vosotros, no habéis aceptado lo que vuestro Gobierno os ha impuesto, como el aborto y más pecados, en donde se atacan vuestros principios que lleváis en vuestro corazón; pero tampoco hacéis gran cosa por recuperar todo eso.

Sabéis que vuestro poder político es dominante, dictatorial y aunque os manifestéis, os imponen sus ideas satánicas, pero, por otro lado, también sabéis que la oración, el rezo del Santo Rosario, como tantas veces os he dicho, produce milagros, pero, desgraciadamente, la gran mayoría de vosotros, habéis hecho a un lado esta devoción tan poderosa para estos tiempos; y por eso, veMos en vuestros corazones esa tibieza, que está causándoNos mucho daño en Nuestro Corazón y a vosotros, mucho daño en los descendientes del México al cual pertenecéis.

Muchos, muchos bebés, que debieran vivir, y hacer crecer a ésta, vuestra Patria, han muerto, han sido asesinados por el aborto y ya vosotros, ni os inmutáis, no pedís por ellos y no Me pedís, junto con el Santo Rosario, que Yo intervenga, para que se termine toda esta maldad, todos estos asesinatos.

 

Vosotros, ahí es en donde sí tenéis la culpa de que estos abortos prosigan, por vuestra tibieza, porque ya no os amáis los unos a los otros, como Mi Hijo os lo pidió. Tenéis que poner de vuestra parte, Mis pequeños.

Por eso, la Purificación que se dará en México y en todo el Mundo, principalmente, es por vuestra tibieza, ya no Nos buscáis, ya no queréis depender del Cielo, creéis que por vuestras capacidades humanas, intelectuales, ya no necesitáis del Cielo y estáis en un error tremendo. ¿De qué os sirven vuestros estudios, carreras, maestrías y doctorados, si no tenéis a vuestro Dios y a Mí, vuestra Madre, en vuestro corazón? Esos títulos humanos, lejos de daros el Reino de los Cielos, si los utilizáis mal, os podrán llevar a vuestra perdición eterna.

Manteneos, pues, sencillos, humildes, como Mi Juan Dieguito, Mis pequeños. Manteneos siempre necesitados de Nuestro Amor, debéis estar conscientes, como tantas veces os lo heMos dicho, que sin Nuestra Protección, sin Nuestra Guía, vosotros, fácilmente, os perdéis, porque estáis en terrenos de satanás, estáis en terrenos del príncipe de este Mundo, que es satanás.

Si os unierais en oración, pero en una oración de corazón, podríais disminuir los dolores de la Purificación inminente que tenéis encima, ya, sobre vosotros, que no se va a detener, pero que sí la podréis aminorar. Pero ¿cuántos entenderéis éste, Mi Consejo de Madre hacia vosotros, Mis hijos?

Os vuelvo a repetir, Mis pequeños, sois Nación escogida entre todas las Naciones del Mundo entero, ¿acaso no os sentís con cierta predilección y con cierto gusto, de éste título que se os da, aquí, en el Reino de los Cielos? Dichosos, gozosos debierais estar, pero, por otro lado, debierais tener una preocupación espiritual, de saber cómo comportaros ante este título y ante esta predilección que se os ha dado. Sí, tenéis una misión muy grande y muy bella, muy especial.

Y recordad, que sois mexicanos por nacimiento, pero sois mexicanos, por predilección Divina. Os lo digo, para que os sintáis más agradecidos con vuestro Creador, vuestro Dios.

Espero, esto, os haga meditar y os haga entender que os debéis preocupar por hacer de vuestra Nación, Nuestra Nación, Yo, como Madre de vosotros, la mejor Nación del Mundo, en un pueblo escogido por Dios, que, si antes lo fue Israel, ahora es el pueblo mexicano.

Gracias, Mis pequeños.