Mzo 01_18 Vuestra pequeñez se engrandece cuando unís vuestros méritos, con los Míos.

Rosario vespertino – MENSAJE ÚNICO.

=============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

=============================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: No desperdiciéis, pues, Mis pequeños, todos vuestros actos, los minutos y segundos son muy valiosos cuando os unís a Mí. Todo lo que hagáis, hagáMoslo juntos, ya os he dicho que todo lo debéis divinizar y eso se logra cuando Me invitáis a estar en vuestra vida.

Hijitos Míos, cuando Yo os he dicho que seáis otros Cristos en este tiempo, es vuestro ofrecimiento total, a Mí, vuestro Dios.

El hecho de que Yo tomara Vida Humana para que Me vieran actuar en el Mundo, era para que tomarais una referencia de cómo debéis ser, Mis pequeños. Posiblemente, en el exterior, se Me veía como cualquier otra persona pero, internamente, todo era ofrecimiento a Mi Padre, que es vuestro Padre y todo para la salvación de todos vosotros y de todos los tiempos.

Vuestra donación tiene que ser total, como Yo, también, Me di en totalidad a Mi Padre por vuestra salvación. Ciertamente, sois pequeños, no tenéis Mi Divinidad, no sois perfectos, dejáis mucho qué desear, pero hay una cosa muy valiosa en vosotros, que es la unión Conmigo. Vuestra pequeñez se engrandece cuando unís vuestros méritos, con los Míos, cualquier mérito, pero que lo hagáis con amor, y digo, cualquier mérito, cuando debieran ser todos vuestros actos del día; y cuando estéis conscientes y aun inconscientes, si estáis unidos a Mí, todo vuestro ser al estar consagrado a Mí, todo vale para la salvación y para vuestra propia perfección.

Vuestra tarea es grande, y podéis salvar almas hasta con vuestras pequeñeces. No necesitáis ser un alma víctima o haber sido asesinado porque creéis en Mí, para poder salvar a alguien, no, Mis pequeños, con lo que hacéis en la vida diaria, unida a Mi Vida diaria, cuando estuve entre los hombres, con eso tenéis para la salvación de muchas almas, porque estáis unidos íntimamente a Mí.

Esto lo debéis entender perfectamente, Mis pequeños, si vosotros creéis que para salvar a un alma tenéis que hacer grandes cosas, sacrificios tremendos, penitencias, ayunos, que nadie soportaría, estáis equivocados; ciertamente, necesitáis de todo ello, pero tenéis que estar unidos a Mí. Si lo hacéis por vuestra propia cuenta y, a veces, hasta por soberbia, tratando de que os vean vuestros hermanos, haciéndoles ver que vosotros hacéis cosas extraordinarias, eso no lleva ningún valor ante Mí, porque sois como los fariseos y los escribas, estáis haciendo todo eso para que, los que están a vuestro alrededor, os digan que sois muy especiales. Que os alaben, que os halaguen y, como dicen las Escrituras, ya recibisteis vuestra paga. Queréis que os alaben y que os digan cosas bellas por lo que hacéis, y ciertamente, lo estáis haciendo para vosotros mismos, no lo estáis haciendo para halagarMe a Mí, vuestro Dios y, cuando hacéis ese tipo de actos soberbios y para vuestra propia vanagloria, difícilmente, estáis salvando a un alma.

En cambio, el trabajo diario de vosotros, como padres de familia, o el trabajo diario del ama de casa, haciendo la comida para la familia, todo eso ofrecido, unido a Mis Méritos y a los de Mi Madre, la Siempre Virgen María, eso, sí va a producir salvación de almas.

En Mi Santísima Trinidad, os estaMos dando el Ejemplo de cómo debéis actuar para con Nosotros. Si vosotros actuáis solos, no estáis haciendo, prácticamente, algo grande, porque lo que hacéis, aunque os cueste mucho trabajo, lo estáis haciendo para vosotros mismos, pero si os unís a Mí, ayudados por Mi Madre, y vuestros méritos son ofrecidos a Mí, vuestro Dios y Salvador y para la salvación de muchas almas, entonces, vuestros méritos adquieren un poder Divino, y no porque vosotros seáis Divinos, sino porque vuestros méritos llegan a Mí, que Soy Divino y así, lo que vosotros hacéis ayuda a infinidad de almas, ya sea para su crecimiento espiritual, ya sea para la salvación eterna, ya sea para el perdón de sus pecados. Hay tantas y tantas cosas que Yo os puedo regalar, cuando vosotros, realmente, estáis trabajando para Mí, cuando vosotros estáis siendo otros Cristos.

Esto, Mis pequeños, os lo he recalcado tantas veces y seguís actuando como seres individuales, no Me lleváis en vuestro corazón, lo que hacéis, lo hacéis para cubrir vuestras necesidades diarias, y tenéis que trabajar más en ello, Mis pequeños, en que Me llevéis en vuestro corazón, para que vivaMos juntos, vivaMos unidos, porque esta humanidad, muy en especial, necesita de Mí, para que logre un cambio, un cambio fuerte, porque si os toma la muerte, como estáis ahora, una gran mayoría de vosotros, moriréis eternamente.

El estar Conmigo, el estar ofreciéndoMe todos los segundos de vuestra vida, Me da una alegría tremenda, son tantos y tantos de vuestros hermanos que se olvidan de Mí. Cuando vosotros os acordáis de Mí y Me ofrecéis cualquier cosa, aunque sea pequeñita, Me dais una alegría inmensa, porque Yo os veo como niños pequeñitos, pero pequeñitos amorosos.

No desperdiciéis, pues, Mis pequeños, todos vuestros actos, los minutos y segundos son muy valiosos cuando os unís a Mí. Todo lo que hagáis, hagáMoslo juntos, ya os he dicho que todo lo debéis divinizar y eso se logra cuando Me invitáis a estar en vuestra vida; vuestros actos sencillos, de todos los días, se vuelven grandes cuando Me los ofrecéis de corazón. ¡Podéis hacer tanto, Mis pequeños!, podéis salvar tantas y tantas almas, pero se os olvida. Uníos, a Mí.

Sois Mis Cristos de este tiempo y si Yo tenía presente a Mi Padre en todo momento, Yo espero tener lo mismo de parte vuestra. Ayudad a infinidad de vuestros hermanos, a alcanzar su salvación eterna.

Ciertamente, Yo podría mover corazones a salvación y quisiera hacerlo, Mis pequeños, porque os amo, y os amo de una forma que no os imagináis, pero Yo os impondría Mis Deseos y eso no ayuda en vuestra libertad de actuación. El Cielo, os lo tenéis que ganar cambiando vosotros mismos, a través de la oración, a través del sacrificio, de la penitencia, del ayuno. Vosotros os debéis negar a vosotros mismos, para que tenga mérito vuestra salvación y, sobre todo, vuestro premio cuando seáis juzgados y merezcáis el Reino de los Cielos.

Confiad más en Mí, venid a Mí sin temor, sabiendo que Yo os puedo aconsejar, que Yo os puedo llevar a una vida de Gracia que no conocéis aún y que os va a acarrear infinidad de Bendiciones, si os mantenéis unidos a Mí.

No echéis en saco roto todo lo que os digo, Mis pequeños, es para vuestro bien, es para que alcancéis la perfección de vida.

Las almas que han entendido esto, ahora están gozando de una forma muy bella y muy grande.

Dejaos, pues, encontrar por Mi Gracia, no os escondáis, daos a vuestros hermanos, como Yo Me di cuando estuve entre ellos.

Dejad Mi Nombre y Mi Presencia entre los hombres, porque cuando actuáis como Yo actúo y como Yo actué, los hombres os reconocerán por Mi Bondad en vuestros actos, dejad Amor y Amor recibiréis eternamente.

Gracias, Mis pequeños.