Feb 27_18 Mi Sangre se derramó por todas las almas y no hice ninguna distinción.

Rosario vespertino-MENSAJE ÚNICO.

 

 

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Por eso, os repito y espero entendáis esto bien, que, si queréis ser verdaderos seguidores Míos, debéis buscar la salvación de aquellos hermanos vuestros que viven en el error, en el pecado, en la maldad; que son los enfermos de éste, vuestro tiempo y, vosotros, como seguidores Míos, debéis ayudarles a sanar y aquí, el que los puede sanar Soy Yo, vuestro Dios, pero vosotros Me lo debéis pedir.

Hijitos Míos, en las Escrituras tenéis todo lo que necesitáis para llegar a la santidad de vida, a donde Yo quiero que lleguéis. Tenéis en el Antiguo Testamento las indicaciones que Mi Padre hizo a los pueblos anteriores a Mi Llegada. Ciertamente, eran pueblos de dura cerviz, difíciles, pueblos que continuamente utilizaban las armas y luchaban por diferentes causas pero, atrás de ello, era satanás el que los llevaba a esas luchas fraternas.

Ciertamente, el Pecado Original, causó que los pueblos tuvieran fronteras y el mismo Pecado Original, siguió causando los problemas en el hombre, por su debilidad en la oración y por no vivir como Mi Padre les pedía. Y, así, tenemos cómo, en la Torre de Babel, Mi Padre envía al Santo Espíritu para diversificar las lenguas, y ahí es donde empieza, ya, una gran división y así, se forman los diferentes pueblos alrededor del Mundo.

Si os vais dando cuenta, todo se va separando de la unidad. Fuisteis creados para estar unidos a Nosotros; fuisteis creados para seguir siendo familia aquí, en la Tierra, como se vive en una sola familia en el Cielo pero, satanás divide: satanás os lleva a que no obtengáis esa unidad de vida en Nosotros, especialmente, porque no quiere que vosotros tengáis esa vida espiritual que Yo os traje a la Tierra y os volváis enemigos fraternos. Todos sois hermanos y todos debéis volver a vuestra familia Celestial, unidos en el Amor. Yo os vine a traer ese Conocimiento y la forma en que os pudierais unir, nuevamente, en el Amor, pero satanás sigue atacándoos, os sigue separando, sigue atacando el Verdadero Amor que debéis llevar vosotros en vuestro interior y, ciertamente, que vosotros no hacéis gran cosa para que la Voluntad de Mi Padre, se dé en vosotros.

Yo vine por la salvación de los enfermos y no por los sanos, como dicen las Escrituras, que, ciertamente, no hay sanos entre vosotros. Algunos falláis, poco, pero seguís fallando.

Yo vine, como os dije, por los enfermos, o sea, por los pecadores, aquél que se crea que no es pecador, ha entrado en un alto grado de soberbia y esto, en sí, ya es un pecado, porque no está viviendo en la humildad de vida.

 

Ciertamente, todos vosotros debéis luchar contra vosotros mismos, para ir buscando esta perfección de vida, ayudados por Nuestra Gracia y, toda vuestra vida en la Tierra, es una eterna lucha en vosotros mismos, principalmente, y con los que os rodean, que os atacan, para que no sigáis buscando esa perfección a la que estáis llamados.

Con esta premisa, Mis pequeños, de que todos debéis buscar la perfección de vida, la gran mayoría estáis fallando. Si os digo que vine, principalmente, por la sanación de los enfermos, ¿qué os estoy tratando de decir? ¿Qué hace un médico con un enfermo?, ¿lo abandona a su suerte, para que sufra y luego muera?, ¿o hará todo lo necesario para medicarlo, para ayudarlo física y emocionalmente, para salir adelante y que recupere su salud, y de ahí, que empiece una nueva vida?, porque hay muchas enfermedades que, prácticamente, os llevan a la muerte y si salís adelante, vuestra vida cambia, porque os habéis visto en un momento muy difícil.

Ahora, si vosotros os decís seguidores Míos, de Mis Enseñanzas, si os decís que sois cristianos, si decís que Soy vuestro Maestro y vuestro Guía, entonces, debierais actuar, pensar, amar, de la misma forma en la que Yo lo he hecho. ¿Por qué, entonces, cuando veis a alguno de vuestros hermanos haciendo el mal, viviendo en el mal, en lugar de ayudarle, en lugar de orar por ese hermano vuestro, le atacáis, le deseáis hasta un mal, le deseáis hasta la muerte, con tal de ya no saber de él y de las cosas que él dice o hace?

Vosotros no conocéis la historia de su pasado, vosotros no sabéis qué padeció cuando era niño, qué problemas tuvo en su crecimiento, por qué prefirió seguir el mal o por qué está dentro del mal, porque vosotros, así, lo habéis decidido. Decís, es malo, y lo apartáis de vuestra mente y de vuestro corazón y lo apartáis de vuestra persona. Yo Me di por completo por todos vosotros, por toda la humanidad y en todos los tiempos, Mi Sangre se derramó por todas las almas y no hice ninguna distinción ni dije: “voy a morir por éstos y no por estos otros”, todos vosotros habéis recibido la Gracia de Mi Sangre Preciosa para vuestra salvación.

Si vosotros decidís, ya en lo personal, no querer tomar esta Gracia que os pertenece, ésa es vuestra decisión muy particular, y que, ciertamente, os va a atraer un mal eterno y, aun así, Mi Amor es tan grande por vosotros, que si las oraciones de personas allegadas a vosotros, intercedieron por vuestra salvación, podríais ganar vuestra salvación, por el amor de vuestros hermanos que están orando e intercediendo, para que llegue Mi Perdón a vosotros.

Mi Padre Me envió a la Tierra, para vuestra salvación, os repito, sin distinción de raza ni credo, todos, todos tenéis derecho a regresar al Reino de los Cielos, pero es vuestro libre albedrío el que hará la diferencia y, como os repito, muchos hermanos vuestros, que viven en el mal, que os atacan, que os mantienen en tensión continua por sus robos, ataques en lo personal, raptos, asesinatos y múltiples formas en las que satanás os ataca y os lleva a la muerte, éstos hermanos vuestros, son vuestros hermanos, los más enfermos. Hay otros más, ciertamente, los gobernantes de la Tierra, hermanos vuestros, que se han dejado llevar, también, por los consejos malos de satanás y, también, causan con ello, grandes dolores entre sus conciudadanos. También, hay hermanos vuestros, que causan mucho mal dentro de las familias, dentro de la Iglesia, en la sociedad misma, son hermanos enfermos que necesitan de un médico y ese Soy Yo, Mis pequeños, pero vosotros debéis pedirMe a Mí, vuestro Dios, Salvador, Redentor, que vaya y alivie a éstas almas que viven en el error, que esparcen el error de satanás entre todos vosotros, pero no lo hacéis, porque no sois verdaderos seguidores Míos, no sois verdaderos cristianos, no sois verdaderas almas que amen a vuestro prójimo.

Entended una cosa muy importante, si vosotros, en lugar de pedir por ellos para que sanen, todo lo contrario, estáis pidiendo para que les vaya mal, no les estáis protegiendo contra las fuerzas de satanás y éste los sigue utilizando como su instrumento, para que os sigan martirizando a vosotros. En cambio, si vosotros Me pedís que Yo los alivie, que vaya hacia ellos y que Mi Sangre Preciosa caiga sobre ellos, que los proteja contra las insidias de satanás, que los proteja contra la enfermedad, que es el pecado, que los proteja contra todo mal, toda experiencia mala que hayan tenido y que la volvieron un mal hacia todos aquellos que les rodean, si vosotros no Me lo pedís, ellos seguirán haciendo el mal, pero vosotros ya Me estáis pidiendo por su bien.

De vosotros, siempre debe salir un bien, porque de eso seréis juzgados cuando regreséis a Mí. En las Sagradas Escrituras Yo nunca os he dicho que ataquéis a vuestros hermanos, sino todo lo contrario, os dije, si os atacan, poned la otra mejilla y esto es, que tengáis la paciencia necesaria para que podáis orar más por este hermano vuestro que ha caído en las garras de satanás.

Esto es una realidad, Mis pequeños, cuando no estáis en Mí, cuando vivís en el error, cuando no sois verdaderos Cristos, no alcanzáis a ver el dolor en el que viven estas almas. No Me tienen, han sufrido a lo largo de su existencia, han sido atacados, han sido maltratados, su alma está llena de rencor, de venganza, de odio por todo el dolor que han tenido, quizá, desde pequeños. Y si vosotros mismos estáis enviando más dolor, ¿cómo queréis que esa alma sane? Si no Me estáis pidiendo a Mí, que vea por vuestros hermanos que viven en el error y, en lugar de ello, los maldecís, ciertamente más maldad los envuelve.

No sois verdaderos seguidores Míos, no sois verdaderos ejemplos de ser médicos de cuerpos y almas, como lo Soy Yo. Estáis maldiciendo a vuestros hermanos necesitados de Mí, los estáis apartando de vuestra vida con vuestro desprecio, no queréis saber nada de ellos, simplemente, os queréis deshacer de ellos y, esto, lo sienten y os atacan, satanás sigue tomando a estas almas para que sufráis. Ellas sufren, por estar llenas de dolor y de la maldad de aquellos que les atacaron desde pequeños y vosotros no tenéis el corazón, ni amor, para ayudarles con vuestra oración, con vuestra intercesión, para que salgan de ese círculo vicioso, del mal que les rodea.

Por eso, os repito y espero entendáis esto bien, que, si queréis ser verdaderos seguidores Míos, debéis buscar la salvación de aquellos hermanos vuestros que viven en el error, en el pecado, en la maldad; que son los enfermos de éste, vuestro tiempo y, vosotros, como seguidores Míos, debéis ayudarles a sanar, y aquí, el que los puede sanar Soy Yo, vuestro Dios, pero vosotros Me lo debéis pedir.

Orad, de todo corazón por vuestros hermanos enfermos, sea quien sea, Me necesita. Si Yo, mientras estuve en la Tierra, sanaba aún a los endemoniados, que es el grado máximo de maldad que puede tener un hombre, y Yo los perdonaba, les ayudaba a sanar, les cambiaba completamente su vida, ahora es vuestro tiempo. Sois o debéis ser, más bien, los Cristos de este tiempo, como os he dicho, y es vuestra obligación sanar a vuestros hermanos enfermos, a todos aquellos que os están haciendo el mal, a todos aquellos que están poseídos por el mal y regresárMelos al bien, a través de vuestra intercesión.

Eso es amor, eso es hermandad, eso es la vida en Cristo Jesús.

Gracias, Mis pequeños.