Ago 24_17 Es vuestra intencionalidad lo que cuenta en vuestros actos y, eso, solamente, lo sé Yo.

Rosario vespertino – MENSAJE ÚNICO

===================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

===================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Ya no debeMos ser dos Personas, debeMos ser Uno, la unidad y debéis, vosotros, ir ejercitando esta unidad y es, precisamente, ofreciéndoMe en todo momento, todo lo que hacéis y, al ofrecérMelo, ponéis vuestra intención.

Hijitos Míos, os he hablado de cómo debéis vivir vosotros entre hermanos, y esto es, siempre buscando el bien, así como lo hizo Mi Hijo con todos aquellos que estaban a Su alrededor, en aquél tiempo.

Os he dicho que el Amor es dinámico y si, realmente, Me vivís en vuestro corazón, éste se llena de Mi Amor y ese Amor no lo podéis detener, Mis pequeños. Es tan grande, es tan bello, que vosotros, lo único que podéis hacer, es vaciaros de él, al compartirlo con vuestros hermanos.

Mi Amor, ciertamente, os sobrepasa, es demasiado para vosotros y por eso lo compartís. Suena difícil de creer esto pero, aquellos que lo han experimentado, que lo han vivido, saben a qué Me refiero y, cuando os vaciáis de Mi Amor, que, ciertamente, no os vaciáis, porque inmediatamente os lleno de nuevo, gozáis con compartir lo que es Mío y que, también, es vuestro.

Vosotros, Mis pequeños, cada uno de vosotros, os debéis dejar mover por Mí. Yo os conozco internamente, conozco vuestros pensamientos, conozco de qué estáis hechos, cada uno de vosotros. Yo os voy moviendo, para que, cuando estéis con vuestros hermanos, aquellos que más necesitan de Mi Obra, vosotros, por ser Mis instrumentos, los moveréis hacia la Verdad, hacia el Amor, hacia la Virtud, hacia la perfección.

Cuántas veces no os ha pasado que alguien se acerca a vosotros, os pide un consejo, lo dais y, a veces, ni siquiera os dais cuenta de lo que dijisteis y, algunos días después, regresan a vosotros y os cuentan que lo que vosotros les aconsejasteis, les cambió la vida, que gracias a vuestras palabras, pudieron salir adelante, ya fuera del problema que tenían o les resolvisteis el problema que traían o sus dudas, con las que ellos mismos, no podían salir solos.

Vosotros mismos os quedáis pensando que, qué dijisteis y, ciertamente, no os acordaréis, fui Yo, a través de vosotros y, esa es la belleza de ser instrumentos, Mis pequeños. Si os acordarais de todo lo que hacéis, caeríais en soberbia. Es bueno que el instrumento no se dé cuenta cómo estoy Yo trabajando a través de él y, de esta forma, os mantendréis más fácilmente en la humildad y, así, ayudaréis a vuestros hermanos sin que os deis cuenta, sin que vosotros sepáis lo que dijisteis.

Mis pequeños, ciertamente, la vida que lleváis, que es vuestra misión, es difícil. Y, es difícil porque satanás sabe a lo que vinisteis; él sabe lo que estáis haciendo y os va atacando de una forma u otra para que dejéis a un lado vuestra misión, pero, no os preocupéis. Si vosotros estáis seguros de lo que estáis haciendo y más que seguros, felices, de lo que estáis haciendo, no os preocupéis, seguid adelante, Soy Yo, vuestro Dios, os repito, el que está actuando a través de vosotros.

Esto que os digo, os debe llenar de gran alegría, porque vosotros estáis ayudando a vuestro Dios, el que os creó, el que creó todo lo que vosotros veis y lo que no podéis ver. Los Ángeles se alegran inmensamente en servirMe, están día y noche sirviéndoMe y, lo digo así, para que vosotros tengáis una idea de cómo Me sirven, ya que, en el Cielo, no hay noche, es un eterno servirMe, es un eterno Amor hacia Mí, es una gran alegría el que Me sirvan.

Vosotros no os dais plena cuenta de ello y, por eso, a veces, hasta vivís tristes, acongojados, os sentís solitarios por lo que estáis haciendo, cuando debiera ser todo lo contrario.

Saber que estáis sirviéndoMe a Mí, vuestro Dios, os debiera dar una gran alegría, la alegría de los Santos Ángeles. Pedidles a ellos y, especialmente, a vuestro Ángel de la Guarda, que os haga sentir, que os haga vivir, esa alegría del servir a su Dios.

Yo Soy vuestro Dios y vosotros, pequeñas creaturitas, muy pequeñas, Me dais alegría y Me dais mucha alegría cuando vuestros actos están directamente dirigidos a Mí. Sí, Mis pequeños, podéis hacer muchas cosas a lo largo del día, pero, quizá, no os acordéis de ofrecerMe todo lo que hacéis y, por lo tanto, no Me tendréis, ni en vuestra mente ni en vuestro corazón.

Os recuerdo que es vuestra intencionalidad lo que cuenta en vuestros actos y, eso, solamente, lo sé Yo. Vosotros, quizá, no siempre estáis actuando conscientemente, a veces hacéis cosas, de las cuales, ni siquiera os dais cuenta qué es lo que estáis haciendo y, precisamente, por eso, no Me las estáis ofreciendo.

Os he dicho anteriormente, que ya no debeMos ser dos Personas, debeMos ser Uno, la unidad, y debéis, vosotros ir ejercitando esta unidad y es, precisamente, ofreciéndoMe en todo momento, todo lo que hacéis y, al ofrecérMelo, ponéis vuestra intención. Obviamente, al daros cuenta de ello, vais a buscar el dárMe lo mejor de vosotros, en vivirMe, en compartirMe con los demás.

Mis pequeños, esto que os digo, es importantísimo para vuestro crecimiento espiritual. Cuando vosotros estáis viviéndoMe, cuando vosotros Me estáis ofreciendo lo que estáis haciendo, estáis poniéndoMe atención, Me estáis invitando, Me estáis compartiendo, Me estáis haciendo presente en vuestra vida y eso Me alegra mucho, Mis pequeños. A pesar de que sois tan pequeñitos, vuestro amor, para Mí, es muy grande.

Así como vosotros gozáis con las pequeñas alegrías de vuestros bebés, como cuando tienen pocos años y empiezan a actuar y hablar con vosotros, os alegráis inmensamente; cuando de ellos sale una palabrita de amor, un abrazo, un beso, eso, ya lleva una intención. Esos detallitos llevan amor, ¿acaso no os alegráis en ello?, ¡claro que os alegráis! Así Me alegro, Yo también, con lo que Me dais, cuando Me llamáis, cuando Me invitáis, cuando deseáis compartirMe lo que estáis haciendo. Esos detallitos de vuestros bebés, de vuestros hijos pequeñitos, detalles que no son, ni siquiera pensados, sino que salen del corazón, son inmensos, porque es puro amor.

Vais creciendo y vais midiendo, ya, lo que hacéis, lo que decís y, desgraciadamente, va decayendo ese acercamiento a Mí, vuestro Dios, cuando, realmente, Me merezco todo. Es una tristeza que Yo padezco por parte del hombre, de cómo, al ir creciendo, os vais olvidando de Mí.

Todo lo que tenéis, proviene de Mí. Todo vuestro ser, vuestras pertenencias, vuestras posesiones, vuestras capacidades, todo viene de Mí y, ¿cuántas veces os acordáis de agradecer?, ¿cuántas veces os acercáis a Mí o entráis en vuestro corazón y Me agradecéis a Mí, vuestro Dios, lo que hago por cada uno de vosotros?

¿Ahora entendéis cómo es que sí os conozco, perfectamente, a cada uno de vosotros? Yo os creé, Yo os vi nacer, Yo os he visto crecer, os he cuidado, os he protegido, os he guiado. Todo el tiempo he estado con vosotros. Yo conozco vuestra vida mejor que vosotros, porque a vosotros se os olvidan situaciones, hechos, problemas, dolores y aún alegrías, en cambio, Yo las conozco todas, por eso os digo que os conozco perfectamente.

Ojalá, vosotros quisierais hacer algo parecido Conmigo, el buscarMe más para conocerMe, amarMe más, para llegar profundamente a Mi Corazón.

Ciertamente, sois muy pequeñitos y vuestras capacidades son muy limitadas. Cuando os digo, el tratar de conocerMe, con ello estoy hablando, con humildad, de vuestra pequeñez, y ya con el simple hecho de estar Conmigo y entrar en Mi Corazón, eso os abre puertas, grandes y bellísimas para entrar en Mi Amor. Os he dicho que Mi Amor tiene muchas facetas y Yo os dejo entrar, a cada uno de vosotros, si Me buscáis, en alguna de ésas facetas de Mi Amor, dependiendo, también, de cómo sois y qué queréis darMe.

Vosotros Me producís una gran alegría al hacer todo esto y Yo, también, os comparto ésas alegrías, para que los dos goceMos por el amor que Me estáis dando y que Yo, también, os doy.

El estar Conmigo, Mis pequeños, es un intercambio de alegrías, es un intercambio de Amor. Vosotros Me dais todo lo que tenéis y Yo, también, y, ciertamente, que vosotros salís ganando, porque Mis Potencias, son muy superiores a las vuestras.

Seguid adelante, Mis pequeños, llenándoos de Mi Amor y compartiéndolo con vuestros hermanos. DejadMe, pues, que Yo os guíe, que Yo os llene de Sabiduría Santa y de un Amor Infinito, para que, de ésta forma, entendáis, lo que es el hombre, pero que, también, viváis lo que es vuestro Dios.

Os amo infinitamente, Mis pequeños, gracias, Mis pequeños.