Dic 15_16 Si vuestra actitud no quiere dar agradecimiento, Yo os voy a dar Mi Amor y, esperaré.

Rosario vespertino.

 

 

Temas:

  • Vosotros no vinisteis a vivir para el Mundo, vinisteis a estar en el Mundo y servir y ayudar a los que están en el Mundo, para, que, también, puedan entender que su finalidad, Soy Yo.
  • Os he dicho alguna vez, que es una obligación que vosotros Me busquéis y que, Yo, Me pueda comunicar con cada uno de vosotros.
  • Orad por aquellos que no saben amar, sed ejemplo vivo de que el Amor sí existe y que está en vosotros. Ayudadles a regresar al camino que Mi Hijo os trazó. Venid todos, hay lugar para todos en Mi Reino, os amo, os amo a todos, regresad.
  • Entended esto, Mis pequeños, porque si no queréis llenaros de Mi Amor, si no queréis tener ese Amor en vuestro corazón, si no queréis transmitir Amor a vuestros hermanos, no pertenecéis al Cielo, y vuestro futuro eterno no será en el Reino de los Cielos.
  • Acercaos a Mí, más íntimamente. ¡ConocedMe, Mis pequeños! Todo lo Mío os pertenece, pero no os acercáis a Mí, porque Me tenéis miedo. ¿TenerMe miedo a Mí, que Soy el Amor? Si os acercáis a Mí, Yo no puedo más que devolver ese Amor con el que os estáis acercando a Mí.

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Vosotros no vinisteis a vivir para el Mundo, vinisteis a estar en el Mundo y servir y ayudar a los que están en el Mundo, para, que, también, puedan entender que su finalidad, Soy Yo.

Hijitos Míos, así como tenéis diferentes etapas en la vida humana, en vuestro cuerpo, también tenéis diferentes etapas en vuestra vida espiritual.

Cuando sois pequeños, vuestros intereses son diferentes a los que tenéis cuando sois adultos, vais cambiando, vais madurando, vais apreciando la realidad de vuestra existencia. Al principio, de pequeños, es más inocencia, juego, vida espiritual; vais creciendo y empezáis ya a pensar más en vuestro futuro, ¿qué seréis cuando crezcáis?, ¿con quién os casaréis?, ¿qué negocios haréis?, viajes, diversiones y, sobre todo, ambiciones materiales y, en casos muy diferentes y raros, buscáis lo espiritual.

Vais creciendo y vuestra vida va teniendo otro sentido. Os casáis, tenéis vuestros hijos, y veis la vida diferente, ya tenéis obligaciones en familia, en la sociedad, compromisos por un lado y por el otro; necesidades en vuestro trabajo para cubrir vuestras obligaciones de estado. Van cambiando vuestras formas de pensar en cuanto al amar.

Cuando estáis Conmigo y vais compartiéndoMe vuestra vida, desde que sois pequeños, Yo os voy dando la Luz, para que vayáis comprendiendo y madurando perfectamente. Los que no están Conmigo, esa madurez llegará tarde o, quizá, ni siquiera llegue, porque no estáis buscando una mejora espiritual.

Tenéis un tiempo de estado adulto y, luego, la ancianidad, en donde, la madurez, por fin, alcanza su objetivo y tenéis tiempo para estar en recogimiento, porque ya estáis solos y, en ese tiempo, es cuando, realmente, valoráis lo que hicisteis a lo largo de vuestra existencia. Os voy dando la Luz, para que vosotros, vayáis, por un lado, agradeciendo todo lo que de Mí recibisteis, pero que no os dabais cuenta y, por otro lado, también, os doy la Luz para que vayáis preparando a vuestra alma a estar en Mi Presencia y ser juzgados por vuestros actos, pero, también, por vuestras omisiones.

Ciertamente, cada uno de vosotros sois diferentes y todo, también, depende de qué educación se os dio desde pequeñitos. Educación espiritual y educación intelectual.

Cada etapa tiene su “por qué” y Yo os voy acercando hacia Mí, porque, Yo, Soy vuestra Meta. Vosotros no vinisteis a vivir para el Mundo, vinisteis a estar en el Mundo y servir y ayudar a los que están en el Mundo, para, que, también, puedan entender que su finalidad, Soy Yo.

Y os vuelvo a repetir que, vuestra finalidad, no es el mundo, y que cada uno de vosotros actuáis en forma diferente, de acuerdo a los valores que, primeramente, vivisteis en vuestro hogar.

Cuando estáis Conmigo, veis la vida bella, veis la vida en forma diferente a aquellos, a los cuales no se les dio una instrucción espiritual, a aquellas almas que no fueron acercadas a Mi Corazón desde que eran pequeños; ésas almas van a tardar mucho, mucho más en estar Conmigo, porque es la edad infantil, los primeros años de entendimiento del niño, los más preciados en donde, vosotros, podréis dejar impregnadas en ésas almitas, de infinidad de cosas bellas que les acompañarán por toda su existencia. Por eso, satanás, ataca tanto a los pequeñitos, porque no quiere que vosotros tengáis esa vida íntima Conmigo durante toda vuestra vida; él tuvo el Amor y lo perdió por soberbia y por ponerse en contra Mía. Sabe lo que es el Amor, lo que vale el Amor en un alma receptiva, en un alma que lo va a cuidar por toda su vida.

Cuando el Amor os acompaña durante toda vuestra existencia, vuestra vida es feliz, vuestra vida se hace fácil, aún en los momentos de dificultad, éstos, pasan en una forma fácil, podréis vencer esos problemas, gracias a Mi Amor, que está anidando en vuestro Corazón.

Ayudad, pues, a vuestros hijos, a vuestros pequeñitos, los que los tenéis aún pequeñitos, a que tengan Mi Amor. Hacedles la vida fácil, ayudadles, para que, después, ellos puedan ayudar a sus hermanitos, que vendrán después.

Yo Soy el Amor y os he dado Mi Amor a cada uno de vosotros, para que podáis llevar una vida bella, una vida llena de alegría, una vida, que ya no va a ser vuestra, sino que va a ser una vida en dos, Yo, con vosotros, en la unidad del Amor.

Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Os he dicho alguna vez, que es una obligación que vosotros Me busquéis y que, Yo, Me pueda comunicar con cada uno de vosotros.

Hijitos Míos, os he dicho alguna vez, que es una obligación que vosotros Me busquéis y que, Yo, Me pueda comunicar con cada uno de vosotros.

Os he representado esto, como en una familia, en donde, los hijos, no se comunicaran con el papá o con la mamá, por tener diferencias fuertes o, simplemente, porque no hay suficiente amor, como para atraer al hijo o a la hija a convivir, a amarse, a compartir momentos bonitos y momentos difíciles.

El amor, va haciendo el cambio en todas las almas. El amor, os sensibiliza; el amor, que solamente puede venir de Mí, en todas sus facetas, os va ayudando a que vosotros entendáis mejor el pensamiento, las actitudes, la forma de ser de vuestros hermanos.

Cuando hay amor, un amor verdadero, un amor fraterno, un amor que se da por los demás, es lo que va haciendo que se forme una familia y, a veces, no es la familia que vosotros creasteis la que se va a ir formando y que va a llegar a Mí, sino la familia que son todos aquellos que, realmente, quisieron buscarMe, que Me aman, que tratan de entenderMe, que reparan por los Dolores que Me causan vuestros pecados a Mi Sacratísimo Corazón, pero, también, que comparten sus alegrías. Porque, el ser humano, no es solamente tristezas, dolores, sufrimientos, también, en el ser humano, hay amor, alegría, esparcimiento, juego y Yo quiero estar en vuestra vida, pero también quiero que vosotros estéis en la Mía.

Somos una familia, fuisteis creados para ser familia en la Tierra y, como os dije, al estar llenos de Mi Amor, vosotros vais a procurar que los que estén a vuestro alrededor, también se llenen de Mi Amor y, así, vais creando la familia de la Tierra. Esa es vuestra verdadera misión en la Tierra, que os llenéis de Mi Amor, que lo transmitáis a vuestros hermanos, para que ellos regresen a Mí, y así, mientras estéis en la Tierra, que vayáis cambiando todo vuestro entorno, para que vayáis haciendo un Cielo en la Tierra.

Mis pequeños, esa es vuestra tarea, producir amor, ir influyendo, en cada uno de vuestros hermanos a vuestro alrededor, con los que convivís a diario, y no necesariamente estoy hablando de los miembros de vuestra familia, porque familia, sois todos los que vivís en la Tierra. Todos vosotros sois hermanos, aunque estéis en diferentes familias. Antes de bajar, todos estabais en el Cielo y eso es lo que quiero que vosotros hagáis en la Tierra, que conviváis, como convivíais aquí en el Cielo. Antes de bajar, estabais llenos de Mi Amor, gozabais con Mi Amor y debéis proseguir esa vida del Cielo, en la Tierra. No dejéis, pues, que satanás, rompa esos lazos de Amor, con los cuales, vosotros debéis unir el Cielo con la Tierra.

Mi Hijo Jesucristo unió, con Sus Enseñanzas, el Cielo con la Tierra; con Su Donación, empezó a purificar a la Tierra; Su Sangre Preciosa, empezó a reparar, a limpiar, a dar vida a todo lo creado, especialmente, a vuestras almas.

Llenaos, pues, de Mi Amor, llenaos, pues, de Mi Alegría, cread Vida, Vida de Cielo en la Tierra y, eso, depende de cada uno de vosotros. Es necesario que entendáis lo que Yo os quiero decir y que, además, lo llevéis a cabo. Vivid en el Amor y, entonces, tendréis en la Tierra, ésa alegría que se vive en el Reino de los Cielos. Esa es vuestra misión, llevadla a cabo, Mis pequeños, os lo pido por favor.

Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Orad por aquellos que no saben amar, sed ejemplo vivo de que el Amor sí existe y que está en vosotros. Ayudadles a regresar al camino que Mi Hijo os trazó. Venid todos, hay lugar para todos en Mi Reino, os amo, os amo a todos, regresad.

Hijitos Míos, os he dicho que el Amor, es la Fuerza del Universo. Yo he creado todo, todo lo he creado en el Amor y todo tiene una Potencia específica.

Cuando se vive en el Amor, vosotros vivís en Mí, y vosotros tenéis derecho―porque sois Mis hijos, porque os llenáis de Mi Amor―, a aprovechar ésas Potencias.

Sí, Mis pequeños, no es que seáis vosotros dioses, pero, sí, podéis utilizar Mis Potencias, porque si estáis llenos de Mi Amor, haréis bien al utilizarlas.

Un alma que está llena de Mi Amor, va a producir un bien a los que están a su alrededor, o para aquella alma, que necesite de ese bien.

El Amor transforma, el Amor hace crecer, el Amor hace vivir, el Amor da Paz, el Amor da Alegría, el Amor os da un bienestar infinito.

Cuando vivís en el Amor, todo lo veis con ojos muy diferentes a cuando estáis en pecado o cuando habéis dejado entrar la maldad a vuestro corazón.

Una persona que ama, y una persona que no ama, al ver la misma cosa, la van a describir en forma muy diferente. El que ama, verá todo positivo, bello, le da alegría, le dará paz; la persona que no ama, viendo lo mismo, a la mejor no le interesará, no le ayudará en nada a su percepción de la vida, quizá le moleste el ver lo que está viendo, porque su corazón no admite amor, está enojado con la vida, está enojado con todos los habitantes del Mundo, está enojado Conmigo.

Un alma que no ama, produce mal, no es optimista, no es creativa, no busca alegrar la vida de los que están a su alrededor, no hay alegría ni sencillez.

Pedid, Mis pequeños, por aquellas almas que no Me tienen en su corazón, no entienden lo que es el vivir en Mí, no entienden lo que es el Amor, no entienden lo qué es tener Paz en su interior, todo se les hace difícil y, a ratos, hasta imposible, porque no Me tienen a Mí, porque no saben que les puedo resolver todo, porque os amo, porque Yo amo Infinitamente, a las almas que Me aman. ¡Imaginad, cómo puedo amar Yo, a un alma que Me ama, cuando Yo Mismo amo a las almas que no Me aman!

Aquellas almas que no Me aman, ciertamente, las busco, son las ovejas perdidas, las trato de recuperar para el redil, les voy poniendo, en su camino, ocasiones para que se abra su corazón hacia el Amor y, cuando una regresa a Mí, la cargo, la llevo Conmigo y la presumo ante todas las demás almas. Ésta alma se había desviado, ahora está con Nosotros, ya aprendió a amar.

Venid, pues, Mis pequeños, venid a Mí, que Soy Manso y Humilde de Corazón, os necesito a todos, ayudadMe, vosotros, Mis pequeños, que estáis en el Mundo. Orad por aquellos que no saben amar, sed ejemplo vivo de que el Amor sí existe y que está en vosotros. Ayudadles a regresar al camino que Mi Hijo os trazó. Venid todos, hay lugar para todos en Mi Reino, os amo, os amo a todos, regresad.

Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Entended esto, Mis pequeños, porque si no queréis llenaros de Mi Amor, si no queréis tener ese Amor en vuestro corazón, si no queréis transmitir Amor a vuestros hermanos, no pertenecéis al Cielo, y vuestro futuro eterno no será en el Reino de los Cielos.

Hijitos Míos, en pocos días, vais a celebrar otro aniversario de Mi Nacimiento. Soy vuestro Dios Amor. Mi Padre, Me pidió bajar y convivir con los hombres, eran tiempos de obscuridad, eran tiempos de un desamor tremendo, guerras, maldad entre los hombres, falta de hermandad, a pesar de que todos vosotros sois hermanos, hermanos mayores y hermanos menores, pero todos hermanos.

Esta obscuridad tremenda, esta falta de crecimiento espiritual, llevaba a la humanidad, a cometer infinidad de errores, muchos pecados graves, una vida espiritual, prácticamente, nula.

Vine a enseñaros cuál es la forma de regresar al Reino de los Cielos, pero, sobre todo, cuál era la forma en la que, vosotros, debíais ser otros Cristos aquí en la Tierra, amando y respetando a cada uno de vuestros hermanos y quiero enfatizar, el respetarse. Todos vosotros debéis respetar a vuestros hermanos y es la misión que cada uno de vosotros tenéis.

Todos os necesitáis a todos, os he dicho que sois como piezas de un rompecabezas, que es Mi Cuerpo Místico.  Sois únicos, la misión que traéis, cada uno de vosotros, es única y si no la lleváis a cabo, ese rompecabezas no se completa, y se vería muy mal ver una pieza que falte en un rompecabezas, hace que se vea feo en Mi Cuerpo Místico.

No estáis llevando a cabo la misión por la cual se os dio el don de la vida. Sois irrepetibles, sois necesarios y debéis entender esto perfectamente, Mis pequeños, porque el Mundo, en este momento, está nuevamente en tinieblas y, ahora, peor que antes, porque bajé a convivir entre los hombres, os dejé Mis Enseñanzas, os di Mi Vida entera, os di Mi Sangre Preciosa para vuestra purificación y, al no estar Conmigo, al querer seguir viviendo en tinieblas, Me estáis rechazando, estáis rechazando todo aquello que Yo hice por vosotros, Me estáis dando la espalda, estáis traicionando a Quien ha dado la Vida por salvaros, por rescataros. Esto, es muy grave, Mis pequeños.

Los pueblos y las personas que fueron castigadas en la antigüedad, no Me conocían, no conocían Mi Amor, como Hombre-Dios, y se les puede disculpar, un poco, tantos errores que ellos tuvieron, porque no tuvieron al Maestro, a su Dios entre ellos, pero, vosotros, en estos tiempos, estáis rechazando lo que se os dio, no queréis saber de Mí, no queréis tomar esa Vida que os traje, queréis seguir viviendo en tinieblas, queréis seguir viviendo en la maldad de satanás, no queréis tomar el Amor, el Amor que pertenece al Cielo y, vosotros, pertenecéis al Cielo.

Entended esto, Mis pequeños, porque si no queréis llenaros de Mi Amor, si no queréis tener ese Amor en vuestro corazón, si no queréis transmitir Amor a vuestros hermanos, no pertenecéis al Cielo, y vuestro futuro eterno no será en el Reino de los Cielos, Yo no os estoy condenando, Yo no os estoy apartando de un futuro eterno, bello, vosotros mismos estáis escogiendo vuestro futuro eterno, porque ese futuro eterno, es el no querer vivir en Mi Amor, y eso se vive en el Infierno, en donde no hay Amor.

Mucha maldad hay a vuestro alrededor, pero os he dicho que, aquellos que están llenos de Mí, no se involucran en la maldad, no trasmiten maldad, es más, tratan de evitarla, a pesar de que esté a su alrededor. Esas almas son las que Me pertenecen, porque, aunque sea que, poco a poco, vayan evitando que el mal se disemine por la Tierra, están actuando con vida de Amor y están destruyendo las tinieblas y están trayendo Luz a sus hermanos. Estas almas pertenecen al Reino de los Cielos.

Producid Amor, Mis pequeños y estaréis asegurando vuestra entrada al Reino de los Cielos. Yo Soy el Amor y vosotros estáis Conmigo, viviréis donde Vivo Yo, vuestro Dios.

Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Acercaos a Mí, más íntimamente. ¡ConocedMe, Mis pequeños! Todo lo Mío os pertenece, pero no os acercáis a Mí, porque Me tenéis miedo. ¿TenerMe miedo a Mí, que Soy el Amor? Si os acercáis a Mí, Yo no puedo más que devolver ese Amor con el que os estáis acercando a Mí.

Una vida nueva tendréis vosotros, porque no habéis vivido, todavía, en el Verdadero Amor. Ciertamente, cuando Me invocáis, cuando buscáis el hacer el Bien entre vuestros hermanos, estáis viviendo en Mi Amor, pero es tan frágil vuestra entrega, es tan frágil vuestro deseo de permanecer en Él, de continuo, que se rompe esa unión de Corazón a corazón, que debe existir entre Nosotros, como la tenían vuestros Primeros Padres, Adán y Eva.

Venid Conmigo, Mis pequeños, para que os lleve a donde llevé, primeramente, a vuestros Primeros Padres en la Creación, a enseñaros todo lo visible e invisible. No conocéis vuestro Mundo, ni siquiera a medias, ¡os falta tanto por conocer del Mundo en el que habitáis! Lo conoceréis después de vuestra Purificación, que se dará en el Amor. Conoceréis el Universo y esto, porque Me amáis y porque Yo os lo di, primeramente, a través de vuestros Primeros Padres. Conoceréis todo lo Creado, sus leyes, su composición, su “por qué” y lo gozaréis, porque os pertenece.

El Amor debe ser recíproco, Mis pequeños y esto empieza con el agradecimiento. ¿Cuántas veces, en el día, os acordáis de Mí y Me agradecéis por lo que, continuamente, os doy? Me abandonáis, por minutos, por horas, cuando os he dicho, que si Yo, Me separara de vosotros, por un segundo, moriríais. Vivís, porque Yo Vivo en vosotros, porque Yo os doy la vida, pero, si no os cuidara, inmediatamente, moriríais. ¿Y, cuántas veces al día, Me agradecéis de esta Gracia tan grande, de este Amor Infinito que tengo por vosotros? Son tantas y tantas cosas por las que, iba a decir, “debéis agradecerMe”, pero, el agradecimiento debe nacer de vuestro corazón y no debe ser algo obligatorio, sino debe ser algo amoroso.

El Amor no se obliga, el Amor se goza y, si realmente apreciáis vuestra vida y todo lo que Yo os doy con ella, vuestro gozo os debiera llevar a Mí, para producirMe gozo, al darMe, vosotros, vuestro agradecimiento.

Eso es el Amor, Mis pequeños, producir gozo a los demás, pero, primeramente, a Mí, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, porque todo lo que tenéis, viene de Mí.

 

DadMe, pues, Mis pequeños, ese gozo que Me merezco, porque, primeramente, Yo os di el gozo con el don de la vida.

Acercaos a Mí, más íntimamente. ¡ConocedMe, Mis pequeños! Todo lo Mío os pertenece, pero no os acercáis a Mí, porque Me tenéis miedo. ¿TenerMe miedo a Mí, que Soy el Amor? Si os acercáis a Mí, Yo no puedo más que devolver ese Amor con el que os estáis acercando a Mí. Si Me dais amor, Yo también os daré Amor. Si Me dais indiferencia o maldad, si Me repudiáis, si Me dais la espalda, si Me traicionáis, os daré Amor.

Yo os creé, Yo os amo, si vuestra actitud no quiere dar agradecimiento, Yo os voy a dar Mi Amor y, esperaré, esperaré vuestro cambio, esperaré a que maduréis, esperaré, quizá, vuestra ancianidad, para que meditéis y comprendáis vuestro error y, en algún momento, regreséis a Mí, y os regresaré al redil, al que pertenecen las almas que saben amar, que saben apreciar Mi Amor, que saben tenerMe en su corazón y que saben transmitirMe a sus hermanos y, con eso, Me daréis gozo, el gozo que muchas almas, no saben darMe.

Gracias, Mis pequeños.