Nov 16_06 Cuando os llenéis de virtud, difícilmente os podrá atacar satanás.

Rosario.

 

Temas:

  • Será salvación para muchos el que un sacerdote vuelva a la vida, tenéis pocos, protegedlos.
  • Luchad pues, que tenéis Mi ayuda, entrad a la perfección a través de la lucha personal y Yo os apoyaré.

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Será salvación para muchos el que un sacerdote vuelva a la vida, tenéis pocos, protegedlos.
Hijitos Míos, Yo, Cristo Jesús, por órdenes de Amor de Mi Padre, Me di por todos vosotros, os traje una Evangelización Celestial, Mi donación fue total para levantar al género humano para que vivierais santamente, para que la obscuridad que os cubría se fuera y se diera la claridad para las almas.

Mis pequeños, toda Mi Evangelización la dejé como herencia para la humanidad, pero principalmente en la Iglesia. Fundé la Iglesia, dejé a Mi Madre como Protectora de la misma, Mis Virtudes, Mi Amor, Mi donación, Mi sencillez, Mi humildad, quedaron en ella y aquellos que son ministros de Mi Iglesia, tienen la obligación de ser otros cristos, de no echar a perder Mi Obra, de seguir caminando entre los hombres llevándoles Luz, porque las tinieblas no se han disipado, porque el corazón del hombre se ha mantenido en la obscuridad, a pesar de lo que Yo trabajé para que las tinieblas se disiparan de la Tierra.

Pequeños Míos, sacerdotes, religiosas de Mi obra Santa, de Mi donación, estáis obligados, principalmente, a ir por los caminos, luchar contra las fuerzas del mal, para levantar a las almas atribuladas, a las almas muertas a la Gracia, a las almas llenas de pecado. Vuestra misión, siendo como la Mía, de trabajo, ciertamente lleva sus penalidades, pero por otro lado, el que con amor se ha donado, ha visto que, entre ésas penalidades, Yo les regalo de Mis Gracias, de Mi Compañía, de Mi Presencia, de Mis regalos espirituales, de los Milagros que pueden lograr por Mi Amor hacia sus hermanos. Yo acompaño a las almas misioneras, a las almas santas, a las almas que luchan por mantener Mi Amor sobre la Tierra, fue Mi Promesa y la mantengo y se da palpablemente entre aquellos que han tomado Mi trabajo en su corazón.

Mis pequeños, los donados de Mi Iglesia, ciertamente, os vuelvo a repetir, trabajáis, trabajáis para mantener Mi obra y sois perseguidos, asesinados, sois puestos en evidencia con mentiras para destruir vuestra honra, pero Yo, al estar junto a vosotros, os marco con Mi Santidad y tarde o temprano ésa Santidad es reconocida entre los hombres. Pero, ¡ay!, de aquellos que sí son puestos en evidencia por su mal actuar, por la traición que hacen a Mi Iglesia, a Mi Evangelización, a Mi Presencia entre vosotros y en ellos, porque ellos también serán puestos en evidencia para su propia destrucción.

Orad, Mis pequeños, orad por vuestros hermanos que se han mantenido en el orden, en Mi Amor y son otros cristos verdaderos entre vosotros. Acudid a ellos, protegedlos, animadles, ayudadles, sufren tanto de soledad, como en su economía y en la enfermedad, apoyadles para que ellos sepan que lo que ellos han dado en amor, en donación, en vida hacia vosotros, vosotros en agradecimiento, también estáis dando cuidado, amor y vida para mantenerlos entre vosotros. Son perlas preciosas, es una riqueza incalculable para vosotros tener un sacerdote santo entre vosotros. Por eso os pido que los cuidéis de todo corazón.

Lo mismo para aquellos que han fallado, orad mucho por ellos, porque pueden recuperarse ésas almas, denles la oportunidad de que ellos se arrepientan y vuelvan al buen camino. Un pecador arrepentido puede hacer mucho por vosotros, porque ya cayó, ya supo dónde está el mal y al recuperarse, va a tratar de evitar ése mal en el que ya cayó. No los despreciéis, levantadles y apoyadles, el Sacramento Sacerdotal que ellos adquirieron, como Sacramento es indeleble y lo tendrán por siempre, aquí en la Tierra y en la vida futura. Por eso, proteged ése Sacramento que Yo les di, será salvación para muchos el que un sacerdote vuelva a la vida, tenéis pocos, protegedlos.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Luchad pues, que tenéis Mi ayuda, entrad a la perfección a través de la lucha personal y Yo os apoyaré.
Hijitos Míos, satanás os conoce muy bien, no tan bien como os conozco Yo, porque Yo conozco vuestro interior, conozco vuestros pensamientos. Lo más íntimo que está en vosotros, lo conozco Yo, vuestro Dios, porque Yo habito en vosotros, satanás no puede entrar hasta lo más profundo de vuestro ser, pero os conoce muy bien y de ésta forma os va poniendo impedimentos en vuestra vida espiritual, para que no crezcáis, para que no deis lo que debéis dar aquí en la Tierra. Vuestra misión en la Tierra es de salvación y es a través de vuestra donación.

El Amor fue atacado por satanás antes del Tiempo, por eso, al quitarle Yo el Amor, él va a atacar todo aquello que hable de Amor, que se mueve en el Amor, que se dé con Amor, él está en contra totalmente del Amor, es la eterna lucha de las potencias del mal contra las potencias del Bien, o sea, las potencias del odio, de la maldad, contra las potencias del Amor, de la Santidad.

Vuestra misión, podría Yo deciros, es siempre sencilla, es el Amar, como Mi Hijo os amó, como Yo os amo, como os amé a través de Él y os sigo amando. Al ser Yo el Amor y vosotros pertenecéis a la familia del Amor, ésa es vuestra misión, transmitir, lo que por herencia tenéis. Todos vosotros sois hermanos y como hermanos debéis compartir lo que se tiene en la casa Paterna. Cuando vosotros realmente vivís Conmigo, estáis escuchando lo que Yo necesito de vosotros y es transmisión de vida, cuidar a vuestros hermanos y todo envuelto en el Amor. En el hogar, los hermanos mayores cuidan de los hermanos menores, los protegen contra las malas influencias, contra aquellas personas que quieran atacarles, contra la enemistad de los que los rodean.

Vosotros, los que estáis Conmigo, os he dicho, sois los hermanos mayores, los que ya entendisteis lo que se debe hacer, vuestra donación tiene que ser como la de Mi Hijo, -el Hermano Mayor de todos vosotros-, cuidar de la espiritualidad y aún de la integridad de vuestros hermanos, cuidarles en cuerpo y alma. Lo que vosotros deis a los demás, lo recibiréis, no limitéis lo que tenéis que dar y hacer por vuestros hermanos, que será pagado en la Tierra e infinitamente aquí en el Cielo. Todo aquello que en vuestro corazón esté sucio, todo aquello en lo cual satanás os toma, porque conoce vuestras debilidades, trabajad en ello y cambiad vuestros vicios por virtudes, ése es un trabajo constante del alma, conoceos y mejoraos en lo que estéis mal, porque cuando os llenéis de virtud, difícilmente os podrá atacar satanás. La virtud hace al hombre valioso ante Mis Ojos y valiosos ante los ojos de los hombres. Los hombres siempre necesitarán de una guía espiritual y se acercarán con los virtuosos, no se van a acercar a aquellos a los cuales se les nota la maldad, el vicio, la corrupción, la destrucción espiritual. Yo necesito Luz en el mundo y éstas son las almas virtuosas, las que luchan contra el vicio y la maldad que el hombre tiene en su corazón por el Pecado Original.

Eso es lo que os hace santos, Mis pequeños, la lucha constante, contra vuestros propios intereses mundanos y pecaminosos. Debéis ser otros cristos y al tratar de llegar a ésa meta altísima, Divina, es cuando os vais perfeccionando.

Luchad pues, que tenéis Mi ayuda, entrad a la perfección a través de la lucha personal y Yo os apoyaré y de ésta forma podréis vencer fácilmente a las fuerzas del mal. El mal nunca va a poder vencer a las almas virtuosas, os repito y eso es lo que debéis enseñar a vuestros hermanos, pero primeramente a través el ejemplo, vuestro ejemplo, Mi Vida en vosotros.
Gracias, Mis pequeños.