Sep 28_06 Atended Mi llamado, ministros de Mi Iglesia.

Rosario.

Temas:

  • La causa de todos vuestros males, tanto espirituales como materiales, Mis pequeños, es la Fe, la falta de Fe en Mí.
  • La maldad no es para Mi Iglesia, la impureza no es para Mi Iglesia, los ministros inmorales y asesinos no son para Mi Iglesia.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: La causa de todos vuestros males, tanto espirituales como materiales, Mis pequeños, es la Fe, la falta de Fe en Mí.
Hijitos Míos, la causa de todos vuestros males, tanto espirituales como materiales, Mis pequeños, es la Fe, la falta de Fe en Mí, vuestro Dios, la falta de Fe en todo lo que Mi Hijo os dio, la falta de Fe en todo lo que se os ha ordenado, la falta de Fe en Mis Mandatos y peticiones.

Mis pequeños, Me habéis dado la espalda al no creer en Mí, habéis hecho lo que vuestra humana inteligencia ha querido hacer. Vosotros, Mis pequeños, sois muy limitados y vuestra carnalidad os lleva a prescindir de lo espiritual.

Cuando no estáis Conmigo, ésa carnalidad cobra una libertad muy grande y muy poderosa, os sentís autosuficientes porque tenéis fuerza, porque tenéis salud, porque tenéis lo económico. Me hacéis a un lado y con esto hacéis a un lado a lo más importante que tenéis en vuestra vida, vuestra parte espiritual y en ello, lo más importante, Soy Yo, Mi Presencia Real y Viva en vosotros. Aprendéis a acallar Mi Presencia dentro de vosotros, no hacéis caso a lo que Mi Santo Espíritu de Amor os va indicando en vuestra vida, caéis en la necedad humana, vivís para lo humano y para el gusto placentero del cuerpo y su sensualidad. Eso, Mis pequeños, solamente os va acarreando maldad, depravación y caída total, tanto en vuestro cuerpo, como en vuestra alma, ya que a vuestra alma no le dais alimento alguno, le hacéis a un lado, no buscáis lo que vuestra alma necesita, que es el Alimento espiritual.

Os resulta tedioso, creéis que buscarMe y buscar lo espiritual no es necesario ya, para vuestro desarrollo pleno, y no es así, Mis pequeños. Solamente estáis alimentando a  vuestro cuerpo, lo estáis consintiendo y él os lleva a perderos, porque vuestra alma, que es la que debe controlar las pasiones, está débil, no la estáis alimentando y por eso veis lo que estáis viendo ahora a vuestro alrededor: pasiones desordenadas, odio desordenado, maldad generalizada, porque vuestra alma no ha sido alimentada con el Espíritu, con las virtudes, con el Amor.

Estáis ciegos, Mis pequeños, sordos y no queréis ver la realidad de vuestro alrededor, ahora os vuelvo a repetir ésta realidad, para que entendáis, que toda la causa de vuestros males, es vuestra falta de Fe y vuestra negligencia en alimentar lo más valioso que tenéis, vuestra parte espiritual, que es la que comanda en las pasiones, que es la que frena vuestra carnalidad y el pecado.

Sed conscientes de esto, Mis pequeños, el mundo se está volviendo adverso contra el hombre, ésa misma maldad que acarreáis todos vosotros, si no la frenáis, volviendo a Mí, se volverá una vida de combate, una vida de ataque entre hermanos, mortandad, destrucción, porque estáis basados solamente en vuestra carne. No hay principios morales, no hay principios religiosos en vuestra vida, no queréis atender a todo ése Amor y a todas ésas enseñanzas que Mi Hijo os dio, que frenan vuestra maldad. Si no entendéis que debéis volver a Mí y alimentar vuestra alma con la Luz del Espíritu Santo, sufriréis mucho. Pero es vuestra necedad la que os hace sufrir, no Soy Yo, Mis pequeños, sois vosotros mismos, que habéis dado rienda suelta a vuestra carne, frenadla, frenad vuestras pasiones, frenad vuestra maldad volviendo a Mí, alimentándoos con el Cuerpo de Mi Hijo, con la oración, con las buenas obras, con el buen ejemplo, con el amor verdadero, que deis de corazón a vuestros hermanos, y todo cambiará, Yo os ayudaré, pero vosotros debéis dar el primer paso, empezar a vencer vuestra maldad, vuestro cuerpo, con una alma bien alimentada y fuerte, con la Luz del Espíritu Santo.

Entendedlo, Mis pequeños, el fuego va creciendo alrededor vuestro, ¿hasta dónde queréis que llegue?
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: La maldad no es para Mi Iglesia, la impureza no es para Mi Iglesia, los ministros inmorales y asesinos no son para Mi Iglesia.
¡Oh!, pastores de Mi Iglesia, ¡Oh!, ministros de Mis Sacramentos, ¡Oh!, hijos Míos, que Me habéis traicionado, se os ha dado una dignidad altísima, más grande que  a cualquier rey sobre la Tierra. Vosotros, Mis ministros, sacerdotes de Mi Iglesia, vosotros a los cuales obedezco en la Santa Misa y a quienes os he dado la bendición en vuestras manos y en vuestro ser, para traerMe a la Tierra y darMe por completo a vuestros hermanos, ningún rey sobre la Tierra, nadie puede hacer esto, solamente vosotros, en los que he confiado y muchos de vosotros Me habéis traicionado.

No os dais cuenta de vuestra dignidad, no os dais cuenta de vuestro valor entre vuestros hermanos, no os dais cuenta que Yo estoy presente, vivo, real, a través de vosotros y por vuestras órdenes. Mis pequeños, Yo, en Mi Poder Divino, inmensamente grande, Omnipotente, obedezco vuestras palabras durante la Consagración, bajo del Cielo por las palabras que os enseñé, estoy con vosotros, estoy para vosotros y vosotros Me traicionáis.

Mundanos placeres se han introducido a vuestra vida, olvidos grandes tenéis ahora, no queréis estar ya para servirMe, preferís al mundo, preferís las monedas de la Tierra a la Gracia tan grande que representáis como Mis ministros escogidos. Me habéis traicionado porque ya no se transmite vida espiritual a través de vosotros, vuestro ejemplo es deprimente, ya no se ve santidad ni en vuestros actos ni en vuestras palabras. Ya no hay vida íntima Conmigo, preferís ésos ratos, en que debiéramos tener un acercamiento íntimo, un intercambio espiritual, los cambiáis ahora por las cosas del mundo, por sus distracciones, por su pecado.

Muchos de vosotros os habéis acercado a la mujer, habéis perdido la pureza y la santidad y, aún así, os acercáis al Sacramento y con vuestras manos sucias Me recibís en la Consagración y, con ello, asegurando vuestra muerte eterna. Ya no buscáis a la oveja perdida, ya no os dais por el hermano necesitado, os habéis hecho muy comodinos, habéis puesto horario en vuestra vida para poder descansar y así, vuestras carnes han crecido. Os habéis hecho flojos y ya no os dais por el hermano muerto al pecado ni por el próximo a la muerte. Vuestra vida ya no es una vida de ejemplo, ya no se os respeta, porque vosotros no Me respetáis a Mí. Ya no estoy Presente en vosotros para producir una impresión fuerte y agradable ante vuestros hermanos, preferís usar ropas del mundo, en vez de usar vuestra investidura sacerdotal y con ella, recibir el respeto y la dignidad a la que habéis sido llamados.

La maldad de muchos de vosotros, es clara y evidente ante vuestros hermanos, sois un mal ejemplo para la Iglesia y para la sociedad. Muchas vocaciones se pierden por vuestra intromisión hacia las enseñanzas que se tienen que dar a las futuras vocaciones.

Me dais asco muchos de vosotros, os decís sacerdotes, ministros de Mi Iglesia, cuando realmente, sois ministros de satanás. Muchos de vosotros habéis preferido las cloacas de impureza y de maldad y ahora os revestís con las vestimentas de los ritos satánicos, habéis hecho a un lado vuestras vestimentas sacerdotales para ser ahora sacerdotes de satanás. Y todo ¿por qué?, porque Me habéis traicionado, porque ya no queréis vivir en la humildad, en la pobreza y en la santidad, queréis vivir en la opulencia, en la inmoralidad, en la impureza que os lleva a la maldad.

Fuerte y severo será Mi Juicio contra vosotros, los que Me habéis traicionado. Primeramente y con castigo ejemplar, satanás os traicionará y os pondrá en evidencia ante el mundo y luego tendréis Mi Juicio, con su castigo ejemplar para todas las generaciones.

La maldad no es para Mi Iglesia, la impureza no es para Mi Iglesia, los ministros inmorales y asesinos no son para Mi Iglesia. La Purificación se dará en ella y veréis resurgir lo que Yo, vuestro Dios, creé para todos Mis hijos, para las ovejas leales y amorosas, las ovejas fieles que Me han seguido, Me siguen y Me seguirán.

Orad, Mis pequeños, por aquellos que han traicionado a Mi Iglesia y que os están dando el mal ejemplo, a ver si con vuestros ruegos, logran su salvación, porque mucho es su pecado, mucha es su maldad, el pecado provoca más pecado.

Atended Mi llamado, Mis pequeños, atended Mi llamado, ministros de Mi Iglesia, porque pronto caerá Mi Justicia sobre todos vosotros.
Gracias, Mis pequeños.