Ago 09_06 El Dolor que agobia Mi Corazón, y muy pocos se ofrecen en reparación.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, la vida del cristiano, debe ser vida de oración, Mi Hijo os dio ejemplo de ello.
Durante el día, Él llevaba Mi Vida a todos los que le rodeaban, Él era Oración, Él era Presencia Viva de Mí, Su Padre, en ratos libres Él se dedicaba a la oración, por la noche a veces por momentos y a veces por toda la noche, se dedicaba a la oración.

Con la oración, Mis pequeños, adquirís fuerza, adquirís Sabiduría, adquirís conocimiento, Me conocéis, hay un intercambio amoroso, conocéis al mundo, conocéis lo que Yo quiero que conozcáis, para que comprendáis tantas cosas que os rodean, para que conozcáis al hombre, para que conozcáis al pecado, para que comprendáis cómo debéis atacarlo. No quiero decir que conozcáis al pecado llevándolo a cabo, sino que Yo permito que internamente conozcáis qué es lo que Me afecta, para que podáis vosotros orar por vuestros hermanos.

Hay muchas cosas que Yo permito que conozca el hombre desde su interior, para que pueda sanarlas a través de la oración. Por eso os vuelvo a repetir, el hombre debe ser como Mi Hijo, personas de oración y, así, como escuchasteis ahora en la Lectura, cómo aquélla mujer insistente en la oración de intercesión por su hija, que pide, pide a Mi Hijo para que sea curada y Mi Hijo le dice que no se le puede dar las Gracias, las Bendiciones que solamente le corresponden al pueblo judío, ella insiste hasta obtener la Gracia sobre su hija. Vosotros debéis ser así, insistentes en la oración, insistentes por las bendiciones sobre vuestros hermanos, sobre vosotros mismos, sobre la humanidad entera, sobre todas las almas. Vosotros debéis ser insistentes, para que Mis Bendiciones, Mi Amor, todo caiga sobre todos vuestros hermanos, para que  venga el cambio, porque lo necesitáis abundantemente.

Mis pequeños, son tantos y tantos de vuestros hermanos que ni siquiera se dan cuenta de las necesidades que debieran tener en su alma, pero que vosotros, por fin, ya os dais cuenta de ello, que ahora la tarea recae sobre vosotros, la obligación la tenéis ahora vosotros, vosotros debéis hacer el cambio. Y esto es a través de la oración, a través del ejemplo, a través de la vida, como lo hizo Mi Hijo, ser otros Cristos, es una tarea de mucho trabajo, de mucha insistencia en la virtud y en el amor, de una vida de ejemplo y recae sobre aquellos que han decidido ser seguidores de Mi Hijo, ser otros Cristos.

Sí, verdaderamente es una vida difícil, una vida de trabajo, una vida muy atacada, una vida de dolor, una vida muy pesada, una cruz a la que todos atacan, pero Mis pequeños, también es una vida de Gracia, una vida que a futuro tendrá mucho placer espiritual. No os dejéis llevar por la duda, por el pesar, porque después seréis ampliamente regalados por Mi Gracia, por Mi Amor, eternamente.

Mientras tanto, Mis pequeños, interceded por Mis hijos, porque éstas almas que no se dan cuenta para lo que están sobre la Tierra, están desperdiciando su tiempo y dependen de vosotros, dependen de vuestra oración, para que ellas puedan encontrar su camino y puedan, por lo menos hacer algo, algo de su misión antes de que sean llamados a cuentas. Ayudadles a que puedan ellos encontrar su camino y que su regreso les sea favorable.

Mucho pecado hay alrededor del mundo y muy pocos son los que interceden ante Mí, vuestro Padre y vuestro  Dios, para que Mi Corazón no se ofenda más, el Dolor que agobia Mi Corazón, y muy pocos se ofrecen en reparación para quitarMe ése Dolor con vuestra donación.

Mis pequeños, venid a Mí, venid a agradarMe, vosotros, los que os habéis vuelto otros Cristos, agradadMe, como Me agradaba Mi Hijo, que Él, obedeciéndoMe en totalidad, Me daba lo que Yo le pedía, pero Él gozaba también todo lo que Yo le daba. Yo no Soy un Dios tirano, Yo Soy un Dios de Amor, que paga infinitamente lo que vosotros Me dais.

Venid, venid a Mí y traedMe almas, Mis pequeños, a todas las amo, especialmente a aquellas que se han apartado del redil, aquellas enfermas por las que Mi Hijo bajó principalmente, aquellas que necesitan más de la ayuda del médico y que ellas mismas no lo saben y que no quieren acercarse al médico por su recuperación. Llorad por ellas, porque ellas mismas no están llorando su desgracia, si ellas pudieran ver el estado de su alma, ciertamente llorarían por él, pero no se dan cuenta, porque ya el mundo se ha vuelto una desgracia.

Venid, venid a Mí, que Soy Fuente de Vida, tomad de Mí, para que os llene de ésa vida y la podáis dar a vuestros hermanos. Llenadles a vuestros hermanos de ésa Vida Mía, Vida Santa.

¡Cómo quisiera Yo, Mis pequeños, que ya todos vosotros gozarais de ésos Cielos Nuevos, de ésas Tierras Nuevas que estoy por regalaros!, pero el hombre no quiere poner de su parte, por eso es tan importante la oración. Promoved la oración entre los vuestros, Mis pequeños, promoved el arrepentimiento, llevadles a ésa vida interior, ¡cuánto la necesitáis!, ¡cuánto la necesitáis, Mis pequeños!, creadles conciencia de su vida espiritual, que no la desperdicien, que es su gran tesoro y están desperdiciando lo que más vale en ellos, tienen un tesoro escondido y lo están dejando bajo la Tierra. Enseñadles a que lo saquen y lo muestren, que a Mi Me lo muestren y que estén orgullosos de ése gran tesoro.
Gracias, Mis pequeños.