Rosario.
Temas:
- ¿Qué es la santidad, Mis pequeños?
 - La ancianidad, podríamos decir es un estado perfecto de salvación para muchas almas.
 
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
    Sobre: ¿Qué es la santidad, Mis pequeños?
  Hijitos Míos, os he dicho varias veces que vosotros habéis  sido llamados a la santidad. La santidad es el estado perfecto del alma, pero  ¿qué es la santidad, Mis pequeños? El alma cuando encuentra éste camino que la  va a llevar a la perfección, es cuando encuentra la Luz que os vino a dejar Mi  Hijo, la santidad es la donación total y perfecta del  alma a Mí, vuestro Dios, es la donación para servir a vuestros  hermanos, sirviéndoMe a Mi y transmitiendo lo que Yo os he dado a través de Mi  Hijo. La santidad es una continua lucha contra las  pasiones, contra los vicios, contra la maldad que os rodea. La santidad es el perfeccionamiento de vida, de vida  espiritual que transforma al hombre y con él, transforma a muchos, muchos  hermanos vuestros. La santidad es el reflejo de la vida de Mi Hijo en la vida  del hombre. La santidad es la transparencia de la espiritualidad íntima que  tenéis Conmigo. La espiritualidad es el modelo de vida que os  dejó Mi Hijo y que vosotros tomáis, porque así lo veis en perfección que debe  ser, no es una imposición, es cuando, en sabiduría, os dais cuenta de que lo  que os dejó Mi Hijo es lo mejor para vuestra alma y lo tomáis, porque os  conviene, para poder engrandecer Mi Reino sobre la Tierra y que vosotros podáis  glorificarMe en todos vuestros hermanos.
Mis pequeños, estáis llamados a la santidad y con ella, vosotros obtenéis grandes beneficios por parte Mía, todo Mi Ser se derrama en vosotros, porque cuando adquirís la santidad es cuando Yo puedo confiar en el alma plenamente, sabiendo que no va a haber ningún tipo de traición, que estáis donados completa y perfectamente a Mi, vuestros Dios y que Yo puedo hacer con vosotros lo que con Mi Hijo hice, un derrame de Gracias, de Bendiciones, de vida espiritual para con vuestros hermanos.
La  santidad, os vuelvo a repetir, es el estado perfecto del alma,  luchad por ella, Mis pequeños, que Yo Me daré perfectamente por vosotros y  grandes Bendiciones gozaréis y gozarán vuestros hermanos a través de vosotros.
  Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
    Sobre: La ancianidad, podríamos decir es un estado perfecto de  salvación para muchas almas.
  Mis pequeños, sed sencillos en vuestra vida, sed sencillos  y aceptad Mi Voluntad, pero tened cuidado, no os estoy diciendo que no os  preocupéis por vuestras necesidades y vuestras obligaciones, tampoco se trata  de que os sentéis en un sillón cómodo y esperéis que todo salga de Mi  Providencia hacia vosotros. Así como cada célula de vuestro cuerpo tiene que  trabajar hasta que muere, vosotros también, debéis trabajar todo el tiempo para  Mí, para vuestro Dios, para que Mi Reino se difunda sobre toda la Tierra.
Mis pequeños, hay tanto que podéis hacer, el trabajar no necesariamente tiene que ser en lo físico, hay muchas, muchas almas, ya con cuerpos ancianos que no pueden salir a trabajar físicamente, pero espiritualmente pueden hacer mucho, eso es trabajo también, Mis pequeños y cuesta trabajo también el dedicarse a la oración, al buen servicio a sus hermanos, al apostolado. El alma tiene que estar siempre dispuesta a servirMe, podéis hacer tantas cosas y tan grandes, aún estando en un cuarto vosotros solos, quizá hasta paralíticos, quizá por vuestra edad en la que ya no os podéis mover.
El poder de la oración, os he dicho que es poderosísimo y con la oración estáis aún dentro de la oración del Cuerpo Místico, estáis dentro de éste círculo maravilloso que es la Comunión de los Santos, no despreciéis ningún momento de vuestra vida, no desperdiciéis las oportunidades que tenéis para salvarMe almas, para convertirlas, para hacerlas santas. Mientras más ancianos sois, veis el mundo diferente de como lo ve el joven ó la persona madura, el anciano ya ha vivido y es donde se da cuenta de la realidad espiritual que existe a vuestro alrededor y es cuando más podéis hacer a través de la oración, porque vais directamente al punto débil de la humanidad y con vuestra oración podéis reparar mucho. El ofrecimiento de vuestros impedimentos, de vuestros dolores, de vuestra edad, ayudan mucho, Mis pequeños y os he dicho y así como os lo dijo Mi Hijo, que a través de la oración, la penitencia y el ayuno, vuestra oración se vuelve grandísima y poderosísima.
La ancianidad, podríamos decir, es un estado perfecto de salvación para muchas almas, porque estáis impedidos, adoloridos, deseosos de dar el paso hacia la eternidad de la mejor forma, es un momento grande y bello de preparación, os dais cuenta de vuestros errores pasados y los podéis reparar fácilmente con vuestro estado de ancianidad.
Recordad que la ancianidad está solamente en vuestro cuerpo, no en vuestra alma. Vuestra alma va alcanzando estados de madurez preciosos, bellísimos, santificantes y es el alma, en estos momentos, como os he dicho, cuando puede hacer grandes cosas por todos vuestros hermanos.
AgradecedMe, Mis pequeños, éste  estado de ancianidad, os repito, no despreciéis ni desperdiciéis los momentos  que se os dan para vuestra santificación, para vuestro paso eterno, pero sobre  todo, para que podáis utilizar todavía éste tiempo para reparar y salvar a  muchísimas almas que necesitan de vuestra ayuda.
  Gracias, Mis pequeños.
