Jun 26_06 Sin Mí, no podréis aligerar vuestra carga.

Rosario.

 
Mensaje de Dios Padre a J. V. 

 

Primer Misterio, (único). Habla Dios Padre.
Sobre: Venid a Mí, Mis pequeños, todos los que estéis agobiados por la carga, que Yo os la aliviaré.
Venid a Mi, Mis pequeños, todos los que estéis agobiados por la carga, que Yo os la aliviaré. Cuántas, cuántas veces, Mis pequeños, vosotros mismos cargáis sobre vuestra espalda, cargas, que vosotros os imponéis y que no son las que Yo os pido.

El hombre, ya por su misma naturaleza, por la misión que trae, lleva una carga, no impuesta, sino aceptada, para servirMe, para ayudarMe a la redención del género humano, para ayudarMe a levantar a vuestros hermanos hacia el estado de santidad que necesita el alma para poder salvarse.

Todos vosotros estáis llamados a la santidad, todos vosotros necesitáis de Mí, para aligerar vuestra carga. Las cargas, que de por sí lleva el hombre por su naturaleza, por su misión, son pesadas; cargas espirituales, cargas morales, obligaciones de la vida por vuestro estado de vida, son muchas, muchas las cargas que lleva el hombre y os vuelvo a repetir, muchas de ellas inútiles, que no os ayudan a mejoraros y, sí os van a dar más pesar. De cualquier manera, os digo que sin Mí, no podréis aligerar vuestra carga. Yo Soy vuestro Padre y vuestro Dios, conozco vuestra naturaleza espiritual, os conozco mejor que vosotros mismos y si no acudís a Mí, Mis pequeños, vuestra carga, en lugar de aligerarse, cada vez será más pesada y especialmente cuando os separáis de Mí, porque por vuestra falta de Fe y confianza en Mí, vuestro Dios, tratáis de aligerar lo que no podéis, porque no tenéis las capacidades para aligerar vuestros problemas, la gran mayoría de ellos, espirituales, que os van agobiando día a día, noche a noche y hasta que no acudís a Mí, vais dándoos cuenta de que Yo Soy el Único que os puedo ayudar.

El demonio os va poniendo en vuestro camino muchas tentaciones, preocupaciones, os va llenando de bienes aparentes, que vosotros creéis que necesitáis para vuestra vida y ésos bienes, que vais tomando, os van creando una necesidad para mantenerlos y ahí os vais agobiando más. Generalmente son bienes materiales, a los cuales se os va sumando vuestro trabajo, vais desviando vuestra atención a lo que sí vale, a lo espiritual, dándosela a lo que no vale, que es lo material.

Muchos agobios tenéis, Mis pequeños, muchos agobios y muchos de ellos pecaminosos, que si no vivís bajo Mi amparo, se van volviendo una carga tremenda, que no podéis cargar.

Acercaos a Mí, Mis pequeños, acudid a Mí, vuestro Dios, para que Yo os aconseje, para que Yo os dé el discernimiento de vida que debéis tener, para apartar de vosotros todo ése lastre que vosotros mismos os habéis impuesto.

La vida real de Mis hijos, los que están Conmigo, los que siguen Mis Leyes, Mis Mandatos, pero sobre todo, los que siguen Mi Amor, es una vida ligera, es una vida llevadera, es una vida de alegría, es una vida, en la cual se comparte el Amor que Yo he puesto en vuestros corazones, pero que no dejáis fructificar, porque estáis distraídos con otras cosas, con otras cargas, que os llevan a penalidades más que a alegrías.

Entrad pues, Mis pequeños, en vuestro corazón, meditad realmente y honestamente vuestra vida, ¿cuánto de lo que tenéis en vuestra vida vale para ser presentada a Mí, vuestro Dios y cuánto de lo que traes es más lastre que ayuda para el bien de vuestra alma?

DejadMe a Mí, tomar vuestra vida, rehacerla y hacérosla llevadera, para que podáis vivir, gozar y que vayamos caminando a la par, mientras que de la otra forma, vosotros os apartáis de Mí, ni camináis junto a Mí y es más, camináis en contra Mía, de Mis deseos de Mi Amor.

DejadMe a Mí, vuestro Dios, aligerar vuestra carga, os lo pido nuevamente, y comprobaréis lo que es la verdadera vida, estando Conmigo, con vuestro Dios y no la vida que vosotros mismos os habéis hecho y que día a día, muchas veces blasfemáis en contra de ella, porque os da más pesar que alegrías.

Venid a Mí, os lo pido, venid a Mí, y encontraréis el verdadero Amor y el por qué de vuestra vida aquí en la Tierra.
Gracias, Mis pequeños.