Jul 20_06 Es en la Iglesia en donde Yo he dejado Mi Poder.

Rosario.

Temas:

  • Yo Soy el Alma de la Iglesia, la Santísima Trinidad Somos el Alma de la Iglesia.
  • Ayudad a vuestros hermanos, que han recibido la vocación religiosa, porque ellos son indispensables para la vida del hombre.
  • El Amor es Infinito, porque eso es lo que Soy Yo, vuestro Dios.
  • Vuestra misión, pequeños, os repito nuevamente, es la Santidad.
  • Yo os he dado a Mi Hija, la Siempre Virgen María, como Refugio, como Madre, como Protectora, como Guía, como Maestra.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Yo Soy el Alma de la Iglesia, la Santísima Trinidad Somos el Alma de la Iglesia.

Hijitos Míos, en la Iglesia, como institución Divina, Yo dejé todo Mi Poder, al mismo Pedro Yo le dije “todo lo que ates en la Tierra, atado quedará en el Cielo, lo que desates en la Tierra, desatado quedará en el Cielo”, con esto Yo le daba a entender, Mis pequeños, que Yo confiaba en los ministros de la Iglesia.

Ciertamente la pasión humana, el error humano, aún permanece en los ministros, pero para todos vosotros, laicos, el juicio hacia ellos, no se debe dar, es la oración y es el cuidado hacia ellos lo que debe predominar. Ellos tendrán que dar cuentas ante Mí, vuestro Dios, por la Misión tan grande que Yo le he dado al Sacerdocio.

Mis pequeños, es en la Iglesia en donde Yo he dejado Mi Poder. Poder para perdonar los pecados, poder para levantar al pecador a través de las Bendiciones reales y grandiosas que recibís de ella a través de los ministros.

Sí, Mis pequeños, Yo estoy Presente con ellos, en la Sagrada Eucaristía. Cuando ellos Me traen en la Transubstanciación, Yo Me hago Presente con sus palabras y por sus manos. Por el Poder que Yo les dejé a ellos, Yo les obedezco.

Esto es una realidad, Mis pequeños, Yo, vuestro Dios, Omnipotente y Eterno, Me hago pequeñito y obedezco a los ministros de Mi Iglesia para venir a la Tierra en cada Misa. Yo Mismo, a través de ellos, os voy levantando a través de las Bendiciones que ellos os den, Yo Mismo, a través de Mi Santo Espíritu, les voy dando las palabras, les voy dando el conocimiento, para que vayan educando a los fieles, a todos vosotros, Yo Mismo voy santificando a las almas, a través del conocimiento de las Escrituras y del buen ejemplo que deben dar Mis ministros.

Yo Soy el Alma de la Iglesia, la Santísima Trinidad Somos el Alma de la Iglesia. Es una realidad que todos vosotros debéis aceptar y agradecer. Dios con vosotros en todo momento, no estáis apartados del Cielo, el Cielo baja para todos vosotros y está con vosotros en la Iglesia, en el conocimiento que se da a través de ella, a través de Mis ministros, en el consejo de los buenos sacerdotes, en el amor que se transmite a través de todos ellos.

Sabiendo todo esto y teniendo conocimiento de todo esto, satanás ataca constantemente a Mis ministros, a los fieles, a la institución, a su unión, a su unión que ellos mismos, -Mis ministros-, tienen con el Cielo.

Vosotros, como fieles, debéis mantener ésta unión y debéis mantener la vitalidad de la Iglesia actuando según Mis Mandamientos y según los Mandamientos de la Iglesia, de ésta forma mantenéis ésa vida del Cielo aquí en la Tierra.

Ayudad pues, a vuestros ministros, que son tan fuertemente atacados por satanás y sus secuaces, orad mucho, para que no se den los “Judas” de éste tiempo, que siempre habrá, desgraciadamente.

Vosotros pedid el espíritu de discernimiento, para que os dejéis guiar por la santidad que Yo voy suscitando, entre los fieles, a través de Mis ministros.

No dudéis de todo esto, Mis pequeños y no critiquéis, porque vosotros no sabéis juzgar correctamente, simplemente, agradeced, orad, daos por vuestros sacerdotes, por vuestros hermanos y mantened la vitalidad de la Iglesia con vuestros buenos actos y transmitiendo todo lo que Yo os di.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Ayudad a vuestros hermanos, que han recibido la vocación religiosa, porque ellos son indispensables para la vida del hombre.
Hijitos Míos, “vocación”, quiere decir “llamado”, sí, Yo voy suscitando vocaciones de diferente índole. Todos vosotros, almas que estáis sobre la Tierra, todos habéis recibido un llamado, una vocación.

Algunos seréis casados, otros solteros, algunos tendréis una profesión, otros tendrán otra, todos pertenecéis a Mi Cuerpo Místico y todos vosotros os complementáis, o debiera decir debierais complementaros perfectamente unos a otros.

La vocación a la vida religiosa y en particular, al sacerdocio, es un llamado hacia la vida espiritual, otros tendrán un llamado hacia lo profesional, algunos estáis llamados a curar cuerpos y otros a curar almas, otros a mantener en buen estado vuestra ciudad y otros a mantener bien los campos.

Si os dais cuenta y meditáis todo esto, Mis pequeños, todo lleva un orden perfecto, que es el orden perfecto de la Creación. Y así os vais ayudando, como buenos hermanos que debéis ser, y la Sabia Bendita que os va dando alimento, es Mi Gracia, es Mi Amor. Todo se debe de dar en el Amor, la unión que deben de tener todas las celulitas de Mi Cuerpo Místico, es el Amor. Vosotros dais lo que recibisteis gratuitamente, dais a vuestros hermanos, unís a vuestros hermanos, agradecéis a vuestros hermanos, vivís para vuestros hermanos. Esto sería el orden perfecto.

Ciertamente la maldad de satanás ha echado a perder todo esto desde el Principio de los Tiempos. Ya no se dan las cosas en gratitud, ya no agradecéis, se venden los servicios, cuando se debieran dar gratuitamente.

Mis pequeños, debéis volver al orden primero, en donde fue Creado todo en perfección. Esto se tendrá que dar a través de la oración. La oración, Mis pequeños, tiene que ir dirigida fuertemente hacia lo espiritual, ciertamente que necesitáis lo material, lo físico, porque estáis en un mundo físico, pero debéis vosotros respaldar y sobre todo cimentar bien ó muy bien vuestra vida en lo espiritual, si no está bien cimentada vuestra vida espiritual, todo, todo lo demás se derrumba. Eso lo sabéis perfectamente, que cuando no tenéis un buen soporte espiritual, un hermano vuestro se derrumba y tiende hacia el mal.

Cuando estáis cimentados bien, bien cimentados en el bien, que es Mi Bien, se dan frutos agradables y benéficos para todos vosotros. Por eso, la vocación a la vida religiosa, al sacerdocio, es tan importante, Mis pequeños, porque vosotros dependéis de ello, ellos os ayudarán con su oración, con su ejemplo, con su vida, a que vosotros, todos vosotros estéis bien cimentados y que llevéis a cabo vuestra misión y vuestra vocación de acuerdo a Mis Planes, llevándolo todo con un espíritu religioso, con un espíritu Divino, que actuéis en vuestra vocación siempre respaldados por el bien que debéis dar, en el cual debéis estar cimentados y de ésta forma siempre actuaréis en justicia y en amor, en respeto a vuestros hermanos y actuando en equidad, nunca aprovechándoos del bien que recibisteis hacia vuestros hermanos, siempre dando, porque habéis recibido gratuitamente y así, de ésa forma, también vosotros recibiréis de vuestros hermanos. Según como actuéis, vosotros recibiréis.

Así pues, ayudad a vuestros hermanos, que han recibido la vocación religiosa, porque ellos son indispensables para la vida del hombre, ellos son los que os darán el Alimento para el alma y sin ése Alimento vosotros no sois nada, sois como la sal insípida, cuando no tenéis Fe. Cuando no tenéis soporte espiritual, el hombre no vale, el hombre ya no es en sí creatura de Dios, se vuelve instrumento de satanás y vosotros no fuisteis creados para ello, Mis pequeños, sois Míos, pertenecéis al Cielo y todo porque debéis estar cimentados en ésa vida íntima Conmigo, con vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: El Amor es Infinito, porque eso es lo que Soy Yo, vuestro Dios.
Hijitos Míos, con múltiples ejemplos os he dicho y ejemplificado, que todo lo que hagáis por los demás, tarde ó temprano se os regresará. Os he dicho que la situación del mundo, de la sociedad, de vuestra familia está así, como está ahora, porque vosotros mismos lleváis eso dentro de vuestro corazón y porque no estáis dando lo que debierais dar, que es amor, respeto y ayuda a los demás. Si no estáis actuando con un corazón bondadoso, con un corazón respetuoso, ¿qué esperáis entonces recibir de vuestros hermanos? Yo os he dicho que debéis perdonar a aquel que os hace daño, pero si vosotros actuáis en represalia, entonces no estaréis respondiendo en el Amor y así, el ataque seguirá continuo,  odiáis, atacáis y recibís lo mismo, debéis contraatacar al mal con el Bien.  Por eso, Mi Hijo os dijo, que aquel que actúa produciendo mal por mal ó bien por bien, pero no perdonando a aquel del cual vosotros estáis recibiendo un mal, no es de Cristianos. El Cristiano, Mi seguidor, el seguidor de la doctrina que os dio Mi Hijo, es aquel que sabe perdonar al hermano del cual recibió un mal.

Alrededor del mundo estáis viendo como estáis actuando en ésa maldad, ya sea actuándola ó aún deseándola, entonces, ¿qué esperáis, Mis pequeños? Veis el mal y se os va enseñando, a través de los medios de comunicación que debéis ser vengativos, que debéis seguir viviendo en ése mal, en lugar de vivir como Yo os enseñé. Ahora os pregunto, ¿de qué sirvió pues, la Evangelización de Mi Hijo sobre la Tierra, si estáis siguiendo evangelización satánica?, no estáis siguiendo lo que se os ha dado del Cielo y estáis aceptando todo lo que satanás os enseña a través de todo lo que estáis viendo en vuestra vida, ¿estáis Conmigo, ó estáis contra Mí? Recordad que los afectados sois vosotros mismos.

Decís que Yo Soy el que os está enviando el mal y no es así, Mis pequeños, el mal existe alrededor de vosotros, el mal existe en vosotros y si vosotros mismos no lo detenéis, no le ponéis un “hasta aquí”, entonces ése mal os seguirá ahogando, os seguirá atacando, os seguirá llevando al mundo entero hacia la confusión, hacia el abismo, hacia la destrucción, hacia la muerte.

Vosotros, cuando os volcáis hacia el bien, cuando vuestra alma entiende la lección y entonces empezáis a obrar en el bien, todo cambia. Hay almas que esto lo han experimentado, se han hecho fuertes con Mi Gracia y con Mi ayuda, y han puesto un “hasta aquí”, a su vida de vicio, a su vida de maldad, a su vida de error y con Mi Gracia, con Mi Fuerza, en el Amor, han recibido las Bendiciones y están ahora viviendo como debéis vivir todos vosotros, en paz, en armonía, llevando amor hacia los vuestros y recibiendo en ésa forma lo mismo de vuestros hermanos. Si vosotros amáis, recibiréis amor, ciertamente, el demonio ataca, pero lo haréis a un lado precisamente actuando en el amor, dando amor a aquél que os dé odio. A aquél que os reciba con ataque, siempre respondedle respetuosos, siempre amorosos y así, vosotros mismos eliminaréis el odio, la maldad, el terror de la Tierra actuando en el Amor.

Recordad que Yo Soy el Amor y el Amor es poderosísimo, es una Fuerza que no se puede detener, que no tiene un fin, el Amor es Infinito, porque eso es lo que Soy Yo, vuestro Dios y si estáis Conmigo, recibís la Fuerza Infinita del Amor para vencer toda maldad y todo ataque con el cual os quiera dañar satanás.

Recordad esto, Mis pequeños y que de ahora en adelante, todo ataque del mal, lo recibáis vosotros con bien y actuéis siempre así, como se os enseñó y recordad también como Mi Hijo Vivió para vosotros y que murió por vosotros para enseñaros que el Amor siempre vivirá entre vosotros, para vosotros y es el que os va a resucitar y os dará la vida eterna.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Vuestra misión, pequeños, os repito nuevamente, es la Santidad.
Hijitos Míos, al aconsejaros ser como niños, en cierta forma os estoy pidiendo vivir en la humildad, vivir en el reconocimiento de que sois pequeñitos y que necesitáis en todo momento de Mi ayuda, ayuda Divina, ayuda Sabia, ayuda Santa.

Vivís en un mundo en el cual satanás es el príncipe de él, es quién ha echado a perder la Creación y vosotros estáis para restituir todo lo caído. Él tiene sabiduría de Arcángel, recordad que él fue uno de los Arcángeles, el más poderoso, el bello en un Principio y cayó por soberbia, creó maldad en su corazón y todo lo bello que tenía quedó a un lado, se puso en Mi contra y perdió, perdió la Santidad.

Ése es el punto, Mis pequeños, la Santidad. La Santidad es por la que todos vosotros debéis luchar, no se nace con la santidad. Yo os creé en un Principio bellos, santos, pero se perdió todo ello por el pecado. Cuando recibís el Bautismo se os da la Gracia para ir recuperando ésa santidad. Sí, con el Bautismo quedáis limpios, se os da la semillita de la santidad, pero vosotros, con vuestro actuar, con vuestro pensar, debéis ir alcanzando la santidad para vosotros mismos y la debéis transmitir a vuestros hermanos.

Tenéis ésa obligación, Mis pequeños, de ser santos para poder recuperar el Reino de los Cielos para Mi Creación, Yo he puesto Mi confianza en vosotros. Sí, ciertamente os he dado una tarea grande, difícil y por eso, al ser como niños y no confiar en vuestras propias fuerzas, inmediatamente debéis acudir a Mí, eso es Sabiduría. Al acudir a Mí, Yo os puedo proveer de todo lo necesario para que podáis adquirir nuevamente la santidad y podáis hacer santos, nuevamente, a todos los que os rodean, sin Mí, no podéis adquirir la Santidad.

Sed pues, pequeñitos, humildes, sencillos y, en todo momento, que os sepáis necesitados de Mi ayuda, de Mi guía, de Mi Sabiduría, de Mi Amor, para que podáis crecer y llegar  nuevamente a ésos niveles de Santidad en los cuales fuisteis creados en el Principio de los Tiempos.

Amad, amad fuertemente a todos aquellos que han caído en el pecado, levantadlos, ya sea directa ó indirectamente, directamente con vuestra ayuda, indirectamente con vuestra oración. Pero vuestra misión, pequeños, os repito nuevamente, es la Santidad. Tenéis todo lo necesario y todo lo necesario lo adquiriréis con la humildad, con ser pequeñitos, en acudir a Mí en todo momento, para que Yo os alimente y ése alimento dé fruto y el fruto lo deis a vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo os he dado a Mi Hija, la Siempre Virgen María, como Refugio, como Madre, como Protectora, como Guía, como Maestra.
Hijitos Míos, cuando vosotros estáis ante una calamidad, ante una tormenta, ante una inundación, vosotros buscáis un refugio, un refugio seguro, que os pueda proteger contra las calamidades, contra la lluvia tempestuosa, contra todo aquello que os afecte en cuerpo ó en alma, pero instintivamente, vosotros corréis a buscar el refugio.

Mis pequeños, Yo os he dado a Mi Hija, la Siempre Virgen María, como Refugio, como Madre, como Protectora, como Guía, como Maestra. Os he dado a Mi Hija, que es Mi Madre, que es Mi Esposa, para que vosotros corráis hacia Ella, para que os proteja contra toda calamidad, contra todo ataque del mal, contra todo aquello que sobrepase a vuestras fuerzas, vuestras pequeñas fuerzas humanas y espirituales.

Mis pequeños, si realmente lo vemos, palpablemente y en la realidad, vosotros contáis con todo tipo de protección, protección infinitamente superior a la que podáis imaginar, pero os falta Fe, os falta confianza para acudir a toda la protección que Yo os envío, ya sea directamente ó a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María.

Cuando una familia es atacada por algún animal, por algún ladrón, por alguien que os quiera hacer daño, si no está el padre en ése momento, la madre se pone al frente y protege, protege con todas sus fuerzas y aún a costa de su propia vida, ya os lo he dicho. La fuerza que adquiere la madre para proteger a los hijos es inmensa, es una fuerza en el Amor. Mi Hija es todo Amor y os está protegiendo continuamente, os deis cuenta ó no os deis cuenta. Queráis ó no queráis aceptar Su Presencia entre vosotros, se os haya ó no se os haya enseñado Su Presencia en vuestra vida, es una realidad que todos vosotros, almas que estáis sobre la Tierra, tenéis. Mi Hija, la Siempre Virgen María, ha sido encomendada a ello. Católicos ó no Católicos, estáis siendo protegidos con Su Fuerza y con Su Amor.

Os pido, Mis pequeños, un gran respeto y un gran amor hacia Ella, porque de Ella recibís grandiosidades, de Ella recibís Mis Bendiciones por Su intercesión, por Su Amor hacia vosotros. Amadla, como Yo la amo, respetadla, como Yo La respeto y tomad Su Mano, como Yo tomé Su Mano cuando era pequeñito. Ella es todo Amor y  Ella os va siempre a llevar por el camino perfecto, para que Me encontréis a Mí, vuestro Dios, Su Amor es inmenso hacia Mí y hacia vosotros.

Gracias, todos vosotros, los que La amáis y vosotros, los que no La amáis, aprended a amadla, porque Ella os ama infinitamente.
Gracias, Mis pequeños.