Jul 11_06 Mi Presencia llegará como el ladrón.

Rosario.

Temas:

  • Estáis viendo primero vuestros propios intereses antes que los Míos, os habéis salido de Mi autoridad.
  • Detened todo con vuestro cambio de vida, vestíos de sayal, orad, haced penitencia, haced ayunos, para que vuestro Dios se apiade de vosotros.
  • Tened cuidado pues, Mis pequeños, cuando el mismo hombre, auxiliado por satanás, tome los símbolos Sacros, tome los símbolos Divinos, para con ellos engañaros.
  • Soy un Dios Celoso, porque Yo he dado todo Mi Amor, y Yo también espero de vosotros todo vuestro amor.
  • Yo os di libertad de acción, pero ahora quiero, Mis pequeños que os dejéis encadenar por Mi Amor.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Estáis viendo primero vuestros propios intereses antes que los Míos, os habéis salido de Mi autoridad.
Hijitos Míos, ¡cuánto os amo!, veo en vuestro corazón la bondad que necesito Yo ver en los corazones para lograr el cambio entre todos vosotros, un cambio real en toda la Tierra, un cambio significativo, en el cual se vea que Yo estoy obrando a través de vosotros.

Mis pequeños, mientras haya, aunque sea solamente un alma, un alma justa sobre la Tierra, Yo estaré vivo entre vosotros, Yo estaré actuando para vuestro bien, siempre y cuando ésa alma Me lo pida. ¿Qué será, cuando sean muchas las almas que Me estén pidiendo lo mismo? Por eso Yo voy suscitando almas que se apiaden de la calidad espiritual que hay entre vuestros hermanos, que se den cuenta que la vida que está corriendo actualmente, no es la vida espiritual que Yo deseo entre vosotros.

Ya no sois hermanos, lucháis unos contra otros, os arrebatáis vuestros bienes, os atacáis por pensamientos opuestos, ya no buscáis el bien del hermano, sino primeramente el propio, lucháis como fieras, luchando, atacando; el demonio es el que ahora actúa en vuestro corazón. Ya no buscáis Mi Gracia, la que os hace vivir y a la cual debéis tender. Ya no buscáis Mi Vida, la que debe haceros vivir, porque ella, os hará vivir más por la transmisión que daréis a vuestros hermanos. La vida en la que estáis ahora es destructiva, es demoledora, ya no buscáis el bien para que sigan viviendo vuestros hermanos, sino tratáis de eliminarlos, para que no sean superiores a vosotros y se lleven lo poco o lo mucho que podáis tener.

Ved vuestra realidad actual, Mis pequeños y veréis que no estáis actuando según las enseñanzas de Mi Hijo, enseñanzas de Amor, enseñanzas de superación, enseñanzas de vida real, vida que se manifiesta en el Cielo, vida que se da en el Reino de los Cielos, vida que vosotros vinisteis a la Tierra a traer y que no lo estáis haciendo, no lo estáis logrando, Mis pequeños, porque estáis viendo primero vuestros propios intereses antes que los Míos, os habéis salido de Mi autoridad, no estáis aceptando Mi Palabra y Mi Presencia Viva en vosotros y entre vosotros.

Habéis hecho vuestro propio reino, reino de maldad, reino de lujuria, reino de destrucción, reino de muerte, ya no estáis viviendo para los propósitos Celestiales, estáis viviendo para los propósitos satánicos que os ha envuelto en sus mentiras. Tened cuidado, Mis pequeños, porque todo esto os lleva a la destrucción, debéis recapacitar antes de que todo sea tarde.

Yo estaré con vosotros y con todos aquellos que Me amen y busquen Mi Presencia en vosotros, venid a Mí, venid, Mis pequeños, buscadMe, Yo Soy Vida, Yo Soy Alimento, Yo Soy vuestro futuro, porque vuestro futuro actual y vivido, os dará el futuro Celestial y Eterno.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo
Sobre: Detened todo con vuestro cambio de vida, vestíos de sayal, orad, haced penitencia, haced ayunos, para que vuestro Dios se apiade de vosotros.
Hijitos Míos, en las Escrituras podéis leer que Yo os dije, “Yo vine por los enfermos, no por los sanos”. Aquél tiempo, en el cual bajé, había mucha enfermedad espiritual, el mismo demonio se había apoderado de muchísimas almas, había mucha maldad entre los hombres, mucha corrupción, mucha destrucción. Estáis viviendo algo similar, Mis pequeños y por eso, en otro pasaje de las Escrituras se os dice también, cuando los mismos fariseos se Me acercan, tratando de escudriñar si realmente era Yo el Mesías ó era algún otro profeta ó simplemente un hombre loco para ellos, Yo les dije, “si vosotros conocéis cuándo va a llover cuando veis el cielo, veis las nubes, sentís el clima, sabéis que pronto va a llover, ¿entonces por qué no leéis en las Escrituras, que el Hijo del Hombre tenía que llegar en ésos momentos?” pero su necedad los hacía ciegos ante la evidencia, ante la realidad que se estaba dando frente a ellos. Éstos son los tiempos, Mis pequeños, en los que el Hijo del Hombre tiene que volver.

La maldad está cubriendo prácticamente a toda la Tierra, la maldad se ha apoderado de los corazones, la maldad está destruyendo todo aquello que Mi Padre hizo con Amor, que creó para el bienestar, que creó para servir al hombre. Ahora todo se ha volcado en contra del hombre, aún las mismas leyes de la naturaleza ya no obedecen al hombre, ahora lo destruyen, entre vosotros mismos os destruís espiritual y físicamente, entre vosotros ya no buscáis el bien para uno o para el otro.

¿No son acaso éstos los tiempos que os anuncian Mi Regreso?, ¿No son acaso éstos los tiempos previos a Mi Segunda Venida, en donde la maldad, prácticamente, se habría de apoderar de todo lo Mío?

Estad pendientes, Mis pequeños, porque Mi Presencia llegará como el ladrón, estad preparados, porque no sabéis ni el día ni la hora; preparad a vuestros hermanos ante ésta realidad que ya se está dando. Yo puedo detener toda ésta maldad, si vuestra oración es suficientemente fuerte y vuestra vida cambia para el bien, como en la antigüedad, cuando se les anunciaba un desastre, hacían penitencia y se vestían de sayal. Si vosotros no obráis de la misma forma, la humanidad caerá a peores situaciones, de las cuales hasta Yo Mismo Me avergüenzo, que libraréis, que padeceréis y que sufriréis fuertemente.

Detened todo esto, Mis pequeños, porque os estáis precipitando a un abismo muy doloroso. Detened todo con vuestro cambio de vida, vestios de sayal, orad, haced penitencia, haced ayunos, para que vuestro Dios se apiade de vosotros, se apiade de vuestra humanidad, se apiade de vuestra caída y de vuestra traición.

Seguís siendo el pueblo traicionero, que antes era el pueblo escogido, seguís construyendo ídolos, seguís dando la espalda a Mis Enseñanzas y a Mi Amor y eso afecta el Corazón de Mi Padre. El Amor ya no es amado, el Amor es traicionado, a pesar de Su Bondad Infinita. Entended esto, Mis pequeños, antes de que sea tarde para vosotros y para el mundo entero, podéis detener toda ésta maldad, pero necesito en vuestro corazón un cambio verdadero, un deseo de cambio al menos, para que Yo pueda actuar en vosotros, porque al actuar así, ya habréis dejado que la humildad empiece a entrar en vuestra vida y es la que hará el cambio para ésta humanidad tan terca, tan mala, tan mediocre, tan destructiva, que no ha querido aprender con la historia pasada de todos vuestros ancestros, ancestros en el Cristianismo, ancestros en Mi seguimiento y en Mis Verdades.

Dejad pues, que la humildad en vuestro corazón empiece a cambiaros, os empiece a dar nueva vida, empiece a reconstruir vuestro ser con cimientos firmes y valederos. Despreciad todo aquello que os está llevando a una vida fácil, pero pecaminosa, apartados de Mis Leyes y de Mi Amor, que solamente os llevarán a vuestra destrucción y a la de vuestros hermanos.

Abrid los ojos, Mis pequeños, no estáis actuando en el Bien, no estáis reconstruyendo el Reino, os estáis dejando llevar por las fuerzas satánicas, por las fuerzas del mundo por el bienestar del mundo, por lo material, por lo que os va a traer solamente un bienestar efímero, pero a costa de pasar por los intereses de vuestros hermanos y de no respetar la vida de ellos.

Tened cuidado pues y ved realmente hacia dónde os está llevando satanás, a una lucha fraterna que se ha dado a lo largo de la humanidad, pero que se va a ir acrecentando entre vosotros si así lo permitís. Sois un pueblo llamado para la perfección en el Amor, no sois un pueblo que busque división, sino unión, no sois un pueblo que busque muerte, sino vida, no sois un pueblo en el que alcéis la bandera de la esclavitud, sino la bandera de la libertad que Yo os di con Mi Sacrificio.

Buscad pues, Mis intereses y ellos os darán la santidad de vida, que gozaréis entre todos vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Tened cuidado pues, Mis pequeños, cuando el mismo hombre, auxiliado por satanás, tome los símbolos Sacros, tome los símbolos Divinos, para con ellos engañaros.
Hijitos Míos, desde la Creación, Yo dividí la luz de las sombras, el agua de la Tierra, los animales del mar, los animales de la tierra, los animales del aire. Hubo división para bien, para hacer diversidad, para que os buscarais en ambas condiciones, pero siempre buscando el crecimiento y la perfección.

El pecado trajo a la dualidad, pero para el mal; ya no eran para el bien. Si en la Creación, el sol, Mi representación, os daba vida, la noche, la luna, protegía a ésa vida, cuidándola, ayudándoos a descansar y a recuperar fuerzas, promoviendo la vida en vosotros, consintiendo Mi Creación, pero tras el pecado, el sol, que sigue siendo representación de vida, se contrapone la luna a ello. Hay maldad en la noche, hay destrucción espiritual y física en la noche. El demonio, a lo largo de la existencia del hombre, va tomando los signos que Yo creé para bien, para utilizarlos para el mal y así, el sol que da vida, él lo busca y se representa a sí mismo también, como ángel de luz, para dar muerte y destrucción.

Mi Hijo os previno de ello, las Escrituras os previenen de ello, el mismo satanás, ángel de oscuridad, ángel de muerte, podía tomar apariencia de vida, de bondad, para llevaros a la destrucción. Podéis ver en la historia, en las Escrituras, en vuestra propia historia, cómo satanás, invadiendo el corazón del hombre y os digo invadiendo y lo subrayo, porque es cuando el hombre Me saca de su corazón y se deja mover totalmente por las fuerzas del mal, actúa contra sus propios hermanos, prometiendo bienes y llevándolos al mal, a su destrucción, hacia las guerras hacia la depravación. Podéis ver y está constatado en vuestra historia, cómo líderes de países completos han llevado a la guerra y a la destrucción a sus compatriotas, precisamente con mentiras, llevándoles con ésas mentiras a un aparente bien, engañándoles, no cumpliéndoles y que tarde ó temprano ellos se dan cuenta de que fueron engañados, pero ya el mal ha realizado su labor destructiva en cuerpo y alma.

Tened cuidado pues, Mis pequeños, cuando el mismo hombre, auxiliado por satanás, tome los símbolos Sacros, tome los símbolos Divinos, para con ellos engañaros, porque será muestra de que os llevará hacia el mal. Claramente podéis ver vosotros, los que estéis Conmigo, que la maldad existe en su corazón y él se estará llevando por los engaños de satanás para producir un mal entre vosotros.

Lo Mío es Divino, os da vida, os recrea, os da libertad y os llena de amor. Aquél que guiado por fuerzas satánicas, tome lo Mío, se respalde en ello, no os dará lo que Yo os puedo dar, porque él vive para el engaño, el vive para satanás.

Cuidaos, cuidaos de los engaños del hombre auxiliados por las fuerzas del mal, porque pueden comprometer vuestra vida, vuestra libertad y el Amor que Yo os doy.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Soy un Dios Celoso, porque Yo he dado todo Mi Amor, y Yo también espero de vosotros todo vuestro amor.
Hijitos Míos, en las Escrituras podéis leer lo Celoso que Soy Yo en el Amor. Sí, os asombráis por ésta palabra, que más que Divina, es humana, pero la realidad es ésta: Soy Celoso en el sentido de que Yo, vuestro Dios, he dado todo Mi Amor para vuestro bien, para crearos puse todo Mi Amor y todos Mis deseos para crearos en perfección y para ser los reyes de la Creación. Os consentí, os di grandes cosas, grandes conocimientos, regalos inimaginables, todo esto lo creé para el hombre. Pero el hombre, primeramente representados por vuestro Primeros Padres, Me dieron la espaldada, le dieron la espalda a Mi Amor y desde ahí empieza la idolatría a alguien más que no es a Mí.

El hombre, primeramente se vio a sí mismo y por eso cayeron vuestros Primeros Padres, porque se prefirieron primeramente a ellos antes que a Mí. Quisieron ellos gozar de un amor ficticio, de un bien ficticio, antes que a Mí y de Mis bienes reales y así os ha llevado satanás toda una vida, a haceros creer en bondades ficticias, separándoos de Mí. Ésa es la finalidad de satanás, apartaros de Mí, de Mi realidad, de Mi Verdad, de Mi Presencia real en vuestra vida, tanto espiritual, como física. Él os separa de Mí de muchas e inimaginables formas, se acomoda a todos, para apartaros de Mí. Yo, ciertamente, voy haciendo la contraparte para levantaros, para que sintáis nuevamente Mi Amor, para regresaros a la dignidad de la cual caísteis y que no queréis reconocer y a la que no queréis volver por las mentiras del enemigo. Él os está llevando a ésa mentira y os crea ídolos, os crea aberraciones, que os dan un aparente bien, os llevan a idolatrar la materialidad que os rodea y así os va separando de Mi realidad Divina.

Mis pequeños, abrid los ojos de vuestra alma, recapacitad y entrad en vuestro corazón, buscadMe en vuestro interior, y con honestidad, preguntaos ¿qué habéis ganado?, honestamente hablando ¿qué habéis ganado?, ¿qué os ha dado satanás?, veréis que no ganasteis, perdisteis.

Yo Me separaba del pueblo israelita, cuando ellos preferían a otros dioses y cuando así pasaba, sufrían. El padre reprende a los hijos, cuando éstos van por camino equivocado, los reprende, ayudándoles a que retomen el buen camino, porque él sabe, en su sabiduría, que va a ser bueno para ellos. Yo necesito reprenderos, Yo necesito que entendáis nuevamente que estáis viviendo en el error, un error que os lleva a la destrucción y que por ése error, no estáis pidiendo Mis Bendiciones y toda la vida que Yo os puedo dar, todos los dones, todas las Gracias, todos los beneficios que se desprenden por estar Conmigo, por obedecer Mis Leyes, por dejarse envolver en Mi Amor.

Mis pequeños, entended la lección de vuestra vida, ayudados por la lección dada a vuestros hermanos en la antigüedad.

Entended con el error de otros para que vosotros no caigáis en el mismo, la historia se repite, los dolores se repiten, la maldad es continua y el hombre sigue cayendo en la traición, traición hacia su Dios, traición a la Bondad, que solamente puede venir de Mí, traición al Amor Divino, prefiriendo amores indebidos.

Ved la realidad de vuestra vida, Mis pequeños y veréis que vosotros mismos os habéis atraído la maldad a vuestra vida, porque el mal acarrea más mal. Detened todo ése proceso de maldad, poniendo un “hasta aquí” a vuestra vida y empezad a reconstruir todo, actuando en el amor, en el respeto, en la virtud. Debéis poner freno a todo ello, Mis pequeños, a todo ello que os ha llevado a sufrir.

Vosotros no habéis sido creados para sufrir, Mi Amor, que es Infinito, os da también infinitas capacidades de gozo, que no habéis querido tomar por haber preferido el engaño de satanás y no Mi Verdad Divina, vuestro gozo depende de vosotros mismos, vosotros tenéis la llave para abrir Mis Arcas Divinas. Todo se resume en el Amor y en el estar Conmigo.

Os vuelvo a repetir, Soy un Dios Celoso, porque Yo he dado todo Mi Amor, y Yo también espero de vosotros todo vuestro amor, para que podáis gozar inmensamente todo lo que tengo para vosotros.

El padre, confía en el hijo, cuando ya el hijo le ha mostrado con sus actos, con su vida, que puede ser gente de confianza, es cuando se le da todo lo máximo, aún los secretos, porque sabe que se puede confiar en él. Yo todavía no os puedo dar todo, porque sois muy volubles.

Obrad, obrad en el bien, vivid en el bien, transmitid el bien, haced a vuestros hermanos vivir en el bien y así os ganaréis Mi confianza, para que Yo derrame todo aquello que os pertenece, porque fue creado para vosotros y en éstos momentos no os los doy, por la maldad que tenéis en vuestro corazón y le podríais dar mal uso a lo que es bello y santo.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio,  Habla Dios Padre,
Sobre: Yo os di libertad de acción, pero ahora quiero, Mis pequeños que os dejéis encadenar por Mi Amor.
Hijitos Míos, os pediré ahora algo que os sonará extraño, quiero que Me concedáis vuestra libertad.

Ciertamente Yo os di el libre albedrío, Yo os di libertad de acción, pero ahora quiero, Mis pequeños que os dejéis encadenar por Mi Amor, que os dejéis esclavizar en Mi Vida. Suena incongruente, porque al momento que os dejáis esclavizar, en ése momento perdéis vuestra libertad, libertad que Yo respeto totalmente.

Os vuelvo a poner el ejemplo de que cuando el padre ama, quiere lo mejor para los hijos. Cuando el padre ama, cuida a los hijos en una forma, a veces hasta exagerada, un padre que ama mucho a sus hijos, a veces hasta les impide su libertad, aparentemente, porque les pone guardias a su cuidado, para que la maldad no les ataque.

Yo, como Padre Bondadosísimo, os he puesto a los Santos Ángeles a vuestro cuidado, tenéis libertad de actuar en la virtud ó en el vicio, pero vuestros guardianes, los Santos Ángeles Custodios están con vosotros y respetan la libertad.

En vuestra humildad, que es en la que quiero que entréis y que reconozcáis en éstos momentos, en humildad, deberéis aceptar que no tenéis la suficiente sabiduría y la suficiente virtud, para manteneros en estado de Gracia. Si realmente fuerais concientes de ello, pediríais con mayor ahínco que os cuidara, si os dieras cuenta perfectamente de lo que es perder el estado de Gracia y vivir en pecado mortal ó vivir en el vicio que os va separando de la virtud y de la vida real, vosotros imploraríais Mi ayuda, por eso, cuando Yo os digo que seáis esclavos de Mi Amor, os estoy dando esto realmente, un cuidado superior, un cuidado exagerado, podría decirse, para manteneros en estado de Gracia, en el estado más limpio, puro y santo en el que vuestra alma debe estar.

Os debiera dar, no miedo, sino terror, el perder el estado de Gracia, porque al estar en estado de Gracia, vosotros tenéis vida inconmensurable, tenéis Mis Bendiciones, tenéis Sabiduría Divina, tenéis regalos Divinos y al perder ése estado, os perdéis de toda ésta riqueza. Es como aquél que va caminando en el desierto, va cuidando las gotas de agua que le quedan en la cantimplora; sería terrorífico ver que vuestra cantimplora estuviera llena de agujeros y que estuvierais perdiendo ése líquido vital por ésos agujeros que se estuvieran haciendo en la cantimplora.

Así está vuestra alma, resquebrajándose, por vivir en el pecado y por no buscar la virtud, vuestra vida real, espiritual y Divina, se os sale por todos lados, por vuestros malos pensamientos, por vuestra mala actuación, por ésa vida mundana que lleváis, estáis perdiendo la vida, Mis pequeños, la vida de la Gracia. Si no estáis en Gracia, os estáis revistiendo de maldad, de oscuridad, y así no podéis estar ante Mí, ni recibir completamente Mis Bendiciones ó recibirlas en abundancia, debierais tener terror a vosotros mismos, a vuestro actuar. Si estáis encadenados a Mi Amor, Yo  proveeré de todo aquello que os proteja contra aquello que os pueda llevar a perder Mis Bendiciones y Mis regalos.

Tened cuidado pues, de que no salga de vosotros, ése fluido Divino, que es el estado de Gracia, no dejéis que el mundo vaya corrompiendo vuestro envase, que es vuestra voluntad.

Os he hablado de normalidad en el actuar humano, vais permitiendo cosas en vuestra vida, cosas malas, pero que vais aceptando porque una gran mayoría las va actuando y se van volviendo normales en la vida del hombre, ése es un ácido maligno que va corrompiendo vuestra voluntad y así va perforando vuestra voluntad de tal forma, que lo Divino, lo gratificante a vuestra alma, se pierde, tened cuidado pues, Mis pequeños.

El vivir para Mí, para vuestro Dios y actuando para el bien de vuestros hermanos, es una lucha diaria, una lucha difícil, que no podéis hacer vosotros mismos, que no lo podéis actuar con vuestras propias fuerzas, si no estáis Conmigo, pronto caeréis. Sed humildes y sencillos, dadMe vuestra libertad y Yo os encadenaré a Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.