Mayo 11_06 Haced nuevamente el juramento: “Tú serás mi Dios y nosotros seremos Tu pueblo”

Rosario.

Temas:

  • No podéis dar lo que no tenéis y si no Me tenéis no podréis darMe a los demás.
  • Ser verdaderos hijos Míos, es una tarea pesada, pero es un distintivo muy bello.
  • Yo no obro en el mal, Mis pequeños, es vuestro corazón el que escoge el mal camino y Yo os tengo que reprender.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: No podéis dar lo que no tenéis y si no Me tenéis no podréis darMe a los demás.
Hijitos Míos, pedidMe un corazón sensible, un corazón amoroso, un corazón de carne, porque en éstos tiempos veo corazones duros, corazones rencorosos, corazones que no aman, corazones adoloridos, que lo único que producen es maldad, destrozo; si en ellos no hay crecimiento espiritual, ¿cómo querréis vosotros ése cambio?

Os he dicho que el cambio que se debe de dar a nivel mundial tiene que empezar con vosotros mismos, sin señalar a nadie, señalándoos a vosotros mismos, para que, dándoos cuenta de vuestros errores, de vuestras faltas, de vuestra mediocridad, podáis crecer. Si no os dais cuenta de lo que os falta, no lucharéis por obtenerlo.

Sí, Mis pequeños, vuestra vida en la Tierra es una eterna lucha. Debéis vencer todo aquello que os lleva a la maldad, a la indiferencia, a la falta de amor entre vosotros. Pedís que todo cambie, veis los cambios a vuestro alrededor, los ataques que hay a todos niveles, pero vosotros no queréis poner la parte que os toca; en lugar de amar, de orar, de sacrificaros, de dar el buen ejemplo, hasta ahorita os dedicáis a destruir a través de la crítica, a través del ataque, a través de vuestros actos malos, ¿cómo queréis que los demás entiendan, si vosotros mismos no estáis dando el ejemplo de vida?

Os he dicho que no solamente es a nivel infantil, sino durante toda vuestra vida, que el ejemplo mueve a las almas. Si vosotros dais un buen ejemplo, vuestros hermanos lo verán y cambiarán, pero para dar un buen ejemplo debéis luchar contra todo aquello que es negativo en vuestra vida, porque las buenas obras quieren decir que Yo vivo en vosotros. No podéis dar lo que no tenéis y si no Me tenéis no podréis darMe a los demás.

Mis pequeños, aunque os cueste, aunque os duela, aunque seáis necios y queráis manteneros en vuestra propia personalidad, no es verdad que no se puede cambiar la personalidad de cualquiera de vosotros, debéis y es una obligación grande, cambiar, porque si no cambiáis, si no producís fruto bueno, vuestro Juicio será severo y esto os lo digo porque os conviene, os conviene desde que estáis en misión sobre la Tierra, os conviene porque por el buen ejemplo que deis y se conviertan almas con vuestro ejemplo, ésas almas darán gracias por haberos conocido y eso llegará a Mí, que se transformará en premio para vosotros. Pero, por otro lado, también si dais el mal ejemplo, también se traducirá en Juicio severo para vosotros y en castigo eterno.

Os abandonáis mucho espiritualmente, sentís que con lo que dais es más que suficiente, cuando debiera ser totalmente al revés. Dais poco tiempo a lo espiritual y mucho a la vida Terrena, Mis pequeños, vuestra vida en la Tierra debe ser vida espiritual, la cual debe transformar vuestra vida Terrena, tanto la vuestra como la de vuestros hermanos. El demonio os ha llevado a tal grado de confusión que hace que vuestra vida Terrena invada vuestro espíritu y os transforme y de ésta forma no llevéis a cabo la misión que os he encomendado y el fruto que debéis dar.

Vinisteis a una misión espiritual y vuestra espiritualidad, por tenerMe a Mí, en vuestro corazón, debe transformar todo lo afectado por el pecado, que es lo que se vive y veis a nivel humano. No os dejéis engañar, Mis pequeños, no porque veáis las cosas a vuestro alrededor, debéis hacerlas, aunque os digan que estáis fuera de tiempo ó que no ya no se hace lo que estáis haciendo, no os confundáis. Vuestra vida es vida espiritual, es vida de Cristo y seréis atacados como Mi Hijo fue atacado, entonces así sabréis que estáis haciendo el bien y que os estáis llevando por Mi moción en vuestro interior.

Dejaos mover por Mí, por vuestro Dios, para que así estéis seguros de lo que estáis haciendo. Ser buenos, cuesta y cuesta mucho, Mis pequeños, pero ésa es vuestra misión, transformación de todo aquello que ha sido afectado por el pecado, dejad pues vuestra semilla, dejad pues vuestro nombre en la Tierra, que seáis reconocidos por el cambio que provocasteis y así seréis grandes en la Tierra y en el Cielo, pero porque hubo amor en vuestro corazón y no soberbia para mostraros a vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Ser verdaderos hijos Míos, es una tarea pesada, pero es un distintivo muy bello.
Ser verdaderos hijos Míos, es una tarea pesada, pero es un distintivo muy bello.

Cuando el pueblo Judío Me escoge como a su Unico Dios, y Yo prometo protegerle y guiarle, ellos empiezan a moverse por el mundo y empiezan a darse cuenta, tanto ellos como los pueblos que los rodeaban, que un Poder muy grande los estaba protegiendo, guiando, les estaba dando la Sabiduría antes nunca conocida, estaban saliendo hombres, de las tribus israelitas, con Sabiduría Santa que guiaban a su pueblo y daban ejemplo a los demás pueblos.

Al principio, ellos se dejaban guiar por Mi Palabra y por lo que Yo les pedía, pero así como entraron en contacto con otros pueblos, al poco tiempo mezclaban lo Mío con lo de ellos, entonces Yo dejaba de ser el Único Dios para ellos, por darle gusto a ésos pueblos con los que convivían, Me hacían a un lado a Mí ó revolvían lo Mío con los ídolos de los otros pueblos. Por eso Mi Hijo les dio la Parábola de que no puede servir a dos amos.

Ahora, en éstos tiempos, os pido lo mismo, vosotros que os decís hijos de Dios, Cristianos, hijos de la única Iglesia verdadera, tenéis un compromiso muy grande, así como en aquéllos tiempos se veía al pueblo judío como algo muy especial, por ésa Luz que salía de ellos por Mi Presencia entre ellos, en éstos tiempos, también Mi Presencia en vosotros os tiene que dar ésa Luz con la que debéis dar a los demás Mi Amor, Mi Sabiduría Mi Santidad para su salvación. Pero pocos, pocos de vosotros sois los que soportáis ésta tarea fuerte, porque al ser individuos que os ven, por sobre los demás, porque os comportáis debidamente, sois atacados, sois envidiados y en lugar de manteneros, con fortaleza, en la posición que debéis tener, preferís rebajaros y mezclaros con vuestros hermanos que no Me tienen en su corazón y empezáis a aceptar corrientes diferentes a lo que Mi Hijo os enseñó y que Yo, vuestro Dios, os pido. Empezáis nuevamente a adorar a dos dioses ó a más dioses, ya no tenéis un solo Amo, que Soy Yo, vuestro Dios, tenéis ya varios amos y queréis quedar bien con todos y esto no es posible, Mis pequeños, Yo Soy el Único Dios Verdadero y no Me podéis hacer a un lado.

Debéis mostrar ésa Luz que Yo os doy y que vosotros debéis reflejar hacia vuestros hermanos, cueste lo que cueste y esto, quiere decir ataques, envidias ó peor todavía, todo lo que le hicieron a Mi Hijo, también lo tendréis vosotros, porque así Él os lo dijo, que aquél que lo quisiera seguir, debería tomar su cruz y seguirlo.

Mis pequeños, habéis tomado la mejor parte, Me habéis tomado a Mí, vuestro Dios y ciertamente eso exige un compromiso y un sacrificio, el compromiso de mostrarMe a los demás y el sacrificio de aceptar las burlas y los ataques de vuestros hermanos que no Me han encontrado todavía. Pero aún a pesar de ello, Mis pequeños, deberéis manteneros firmes en vuestras creencias y en vuestro amor hacia Mí, cueste lo que cueste, porque de ésta forma, con vuestro ejemplo es como moveréis almas hacia la conversión, verán que aún de los ataques os mantenéis inamovibles, siempre Conmigo, siempre para Mí, siempre por Mí.

Haced nuevamente el juramento que hizo el pueblo judío en el principio, cuando ellos Me dijeron “Tú serás mi Dios y nosotros seremos Tu pueblo”, mantened ésa promesa en vuestro corazón y Yo no os fallaré, Mis pequeños.
Gracias, gracias por estar Conmigo.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo no obro en el mal, Mis pequeños, es vuestro corazón el que escoge el mal camino y Yo os tengo que reprender.
Hijitos Míos, un verdadero padre ó una verdadera madre, al educar, no solamente aman, sino también reprenden, cuando el hijo está haciendo el mal.

Premian, cuando el hijo ha aprendido la lección y camina haciendo el bien, haciendo lo correcto, haciendo lo que se le ha enseñado. Pero también se le tiene que reprender cuando se ha desviado del camino.

Yo Soy vuestro Padre y vuestro Dios, amo, protejo, guío a todos los que han aceptado la lección, la lección de vida que os he dejado a través de los Mandamientos, de las enseñanzas de Mi Hijo y las enseñanzas de la Iglesia, pero también tengo que reprender a todos aquellos que no han sabido ser buenos hijos, que no se han mostrado como verdaderos hermanos y es más, sobre todos aquellos que destruyen el bien que se les ha encomendado.

A veces, ésta reprensión es personal y es para que vayáis entendiendo que debéis regresar al buen camino, que el camino que os habéis trazado, no es el correcto y tengo que detenerlo, porque os amo, para que vosotros no caigáis en problemas mayores y hagáis que vuestros hermanos caigan en los problemas que podáis causar. Y a veces, la reprensión tiene que ser a través de pueblos enteros ó comunidades grandes, para lo mismo, Mis pequeños, para hacerles ver que el error se ha diseminado tanto, que ya está afectando fuertemente a vuestras almas, y Yo, como Padre amoroso, no puedo permitir que esto prosiga, porque vuestra alma está tan afectada que puede ganar su condenación eterna ó peor aún, que también podáis afectar almas buenas con el mal ejemplo que estéis dando.

La reprensión siempre es para un bien y es para que os compongáis, para que volváis al buen camino, para que meditéis vuestras faltas, para que os purifiquéis de vuestros pecados, para que retoméis una vida de virtud y de amor entre vuestros hermanos. Así que lo que veáis, Mis pequeños, como una reprensión, una reprimenda, ya sea en lo particular ó en grandes grupos, no lo toméis a mal, no lo toméis como un castigo ó una venganza de vuestro Dios, porque cuando hay Amor de por medio, esto nunca tendrá un respaldo en el mal, sino siempre será para bien. Os quiero perfeccionar, no Me quiero deshacer de vosotros, entendedlo, Mis pequeños y así deberéis ver los acontecimientos inmediatos futuros que se os presenten, en lo particular ó en los pueblos.

Es por vuestro bien, es por vuestra purificación, es por vuestra sanación espiritual por lo que Yo permitiré que sucedan éstos acontecimientos. Y dadMe las gracias, Mis pequeños, por ello, porque con ello, aceptando con humildad, podréis volver al buen camino, recuperar la Gracia y estar preparados para ganar vuestra vida eterna en el Reino de los Cielos.

Yo no obro en el mal, Mis pequeños, es vuestro corazón el que escoge el mal camino y Yo os tengo que reprender.
Gracias, Mis pequeños.