Abr 24_06 Las almas Me piden bajar para servirMe.

Rosario.

 

Tema Único:

  • Realmente, venir a la Tierra, trabajar para Mí, vivir para la salvación de las almas, es un compromiso muy grande.

 

Mensaje de Dios Padre  a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Realmente, venir a la Tierra, trabajar para Mí, vivir para la salvación de las almas, es un compromiso muy grande.
Hijitos Míos, el venir a la Tierra es una bendición para las almas, es un regalo que concedo a algunas almas, de todas las creadas. Muchos de vosotros creéis lo contrario, como si fuera una maldición venir a la Tierra, porque venís a sufrir y esto sucede porque no estáis viendo la espiritualidad santa que encierra el trabajo de un alma en la Tierra. Os creéis atrapados en un cuerpo que tiene que sufrir, un torrente de maldad que os lleva a sufrir desde pequeñitos.

No, Mis pequeños, la bendición que es el don de la vida, se os da para que vosotros podáis trabajar para vuestro Dios y el hacerlo os va a llenar de grandes bendiciones a vosotros, a los que estén con vosotros y a la humanidad entera, así también a las almas del Cielo y del Purgatorio. Realmente, venir a la Tierra, trabajar para Mí, vivir para la salvación de las almas, es un compromiso muy grande, del cual la mayoría de vosotros no os dais cuenta.

Es tan grande el don de la vida y el regalo que concedo a las almas después de su misión, que por eso las almas Me piden bajar para servirMe, por la forma en como Yo pago con grandes bendiciones cuando regresan al Reino de los Cielos.

Ciertamente, desde que venís, es una lucha fuerte. Desde que sois pequeñitos lleváis una cruz pequeñita, vuestros mismos compañeritos, os atacan, os quieren quitar vuestros bienes, vuestros juguetes, vuestros dulces, todo aquello que poseéis ó con lo cual jugáis, desde ahí empieza la lucha de tratar de mantener lo que es vuestro. Vais creciendo, sigue la lucha, entráis a la escuela, os atacan, algunos otros serán vuestros amigos y os protegerán, pero la lucha continua, porque estáis en un mundo que es adverso a la Gracia y al Amor, pero venís a eso, Mis pequeños, a dejar Gracia, virtud y amor entre los vuestros.

La lucha es externa, primero contra vuestros bienes materiales, posteriormente, ya desde que tenéis el uso de razón, el ataque será más fuerte, por parte de satanás. Sí, os tratara de desestabilizar, quitándoos vuestros bienes materiales, poniéndoos a prueba, quitándoos a veces a vuestros seres queridos de alguna forma, no necesariamente con la muerte, pero sí poniéndoos en contra de ellos por diferentes causas y entonces lucharéis también contra lo sentimental, pero lo más fuerte, la batalla más fuerte será, precisamente cuando él os quiera quitar vuestra alma, lo más bello y más grande que Yo os di y que tenéis que proteger contra sus ataques de mil formas. Ya no solamente será el ataque material, sino vuestros principios, vuestra educación espiritual, vuestra creencia en Mí, vuestro amor hacia Mí, que es lo que más ataca y os lleva a destruiros en lo espiritual y en lo moral.

Pero una mayor batalla también tendréis contra vosotros mismos, cuando os haga dudar. A través de lo que leáis ó de lo que os digan amigos y compañeros que se acercan a vosotros y que tengan diferentes maneras de pensar, sobre lo que Yo os he enseñado a través de Mi Hijo. Así pues, durante la vida del hombre en la Tierra, todo es una continua lucha, lucha que podréis aliviar y podréis hacer llevadera si estáis Conmigo, porque Yo os daré todas las capacidades espirituales, morales y aún físicas para poder vencer la prueba que tendréis. Ésa lucha es lo que os va ayudar a que vosotros podáis obtener la corona del triunfo al final de vuestra vida, vuestra misión es esa, aprender a luchar contra las fuerzas satánicas y ayudar a otros a ello, ayudándoles a crecer en virtud y en amor, para que puedan obtener Mi Gracia y así su salvación eterna.

PermitidMe pues, que Yo trabaje con vosotros, no tratéis de luchar vosotros solos, no lograréis sacar adelante vuestra misión, porque las fuerzas de satanás son muy fuertes contra vosotros solos. Ya os he dicho y os repito que si estáis Conmigo, nada podrá hacer el que ha sido enemigo de la humanidad entera desde que vuestros Padres, vuestros Primeros Padres, cayeron.

Así pues, Mis pequeños, unid vuestra lucha, vuestra cruz de cada día a la de Mi Hijo y ofrecedMe todos vuestros logros. Tratad de hacer, lo que tenéis que hacer todos los días, lo mejor posible, hacedlo con gusto, con amor y regaladMe a Mí, ése agradecimiento, tanto de vuestros hermanos que recibieron vuestro bien, como el vuestro propio, de sentiros halagados de haber hecho un bien a vuestros hermanos y a Mí, vuestro Dios.

Os agradezco tanto, Mis pequeños, que confiéis en Mí, que vengáis a Mí en todo momento, aún a pesar de que vuestro corazón esté sucio por el pecado. Venid, venid y a través de Mis hijos, los sacerdotes, Mis ministros, podréis obtener la Gracia nuevamente de que vuestra alma quede limpia y dispuesta a estar Conmigo.

Vosotros, por otro lado, engrandeced vuestra alma con todos los actos buenos que podáis, con la oración, con la Eucaristía, haceos grandes, alimentad vuestra alma, alimentad a vuestros hermanos con vuestro ejemplo y con vuestra oración.

Os amo tanto, Mis pequeños,