Abr 13_06 La lucha constante del alma que tiende hacia Mí y el cuerpo que tiende hacia el mal.

Rosario.

Temas:

  • Mientras tengáis carne, la concupiscencia os atacará, ése es vuestro enemigo, lo tenéis en vosotros mismos.
  • Habéis satanizado vuestra vida, no os sobresaltéis, no os asustéis de Mis Palabras, porque es una realidad.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio, Hablan Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Mientras tengáis carne, la concupiscencia os atacará, ése es vuestro enemigo, lo tenéis en vosotros mismos.

Hijitos Míos, vuestra tendencia hacia el mal la tendréis toda la vida. Mientras tengáis cuerpo tenderéis hacia ésa carnalidad, hacia ésa concupiscencia. Todo lo material fue afectado por el Pecado de vuestros Primeros Padres y es una lucha constante que debéis tener toda vuestra vida, en vosotros mismos y en la ayuda a vuestros hermanos, la lucha constante del alma que tiende hacia Mí y el cuerpo que tiende hacia el mal.

Mi Hijo os vino a enseñar cómo debéis de luchar contra toda ésa tendencia hacia el mal. Él se dio por vosotros, Él os dio toda una vida de ejemplo para que pudierais tomar ése dolor por el pecado en vuestra carne, para poder luchar, vencerlo y alcanzar la santificación a través de la lucha diaria, a través de ésa cruz diaria que todos vosotros tenéis.

Tantos, tantos de vuestros hermanos que no se dan cuenta de esto y no luchan, se dejan llevar por la concupiscencia, no hay mérito en su vida, no hay mérito espiritual. Como la carnalidad se les hace más llevadera, más fácil, toda su vida se va desviando hacia el pecado.

La santificación consiste en esto: en hacer Mi Voluntad, Mi Voluntad fue la obediencia a Mi Padre, en ella estoy poniendo todo Mi Amor y las virtudes para vencer, para poder vencer al mal… (lenguas…), vuestro mérito mayor, Mis pequeños, consiste en ello, en luchar, en luchar por vuestra perfección. El Reino, el Reino de Nuestro Padre se gana con el sudor, con la sangre, con el trabajo diario, con la lucha contra el pecado, contra la maldad de satanás.

Mis pequeños, Mis hermanitos, Mi Padre Me envió para enseñaros cómo debéis llevar a cabo ésa lucha contra las fuerzas del mal. Yo padecí todo ello, Mis pequeños, lo padecí en carne propia, tomé carne humana para poder enseñaros cómo debéis luchar contra las fuerzas satánicas. Ciertamente vuestra alma es débil, cuando tratáis de luchar con vuestras propias fuerzas, por eso, al uniros a Mí, vuestro Hermano, Cristo Jesús y tomáis Mis Enseñanzas para vuestra vida, vuestra alma se fortifica, vuestra alma crece y aprende a servirse de los ataques del enemigo para santificarse.

Os he dicho que el soldado que sale al campo de batalla va observando cómo el enemigo ataca, aprende a cuidarse, a esconderse de su ataque y contraataca con sabiduría, a tal grado que consigue la medalla de honor por hacer obras heroicas contra los ataques del enemigo. Vosotros estáis llamados a ello, a luchar contra las fuerzas del mal y, por salir victoriosos, obtendréis la medalla de honor y vuestro premio será el Reino de los Cielos.

Pero, Mis pequeños, os vuelvo a repetir, entended que tenéis que luchar, nada se da fácil, Yo Mismo padecí, siendo todo un Dios y quise tomar la constitución humana, quise vivir la vida humana, para enseñaros que sí se puede luchar y sí se puede vencer a las fuerzas del mal y vosotros unidos a Mí, juntos, con Mis capacidades, con Mi Poder, con Mis Enseñanzas, vuestra vida se santifica, se salva y obtiene el premio eterno.

Así que os vuelvo a decir, como al principio, mientras tengáis carne, la concupiscencia os atacará, ése es vuestro enemigo, lo tenéis en vosotros mismos y tenéis que luchar contra él, contra el pecado, que vosotros lleváis sobre vuestra espalda, vencedlo al uniros a Mí, a vivir una vida en perfección y en virtud.

No desfallezcáis, vuestra cruz es más llevadera cuando estáis Conmigo, Yo cargaré la parte más pesada, os aligeraré la carga y aunque parezca que lucharéis menos, vuestro regalo será inmensamente grande.

Venid a Mí, acompañadMe en éstos momentos difíciles que tuve Yo en éste Jueves Santo. Os di de regalo Mi Cuerpo y Mi Sangre, os pido que Me deis, también, de regalo a Mí, vuestro Hermano y vuestro Dios, vuestro cuerpo, vuestra sangre y todo vuestro ser, para que Yo lo una al Mío, para que Yo lo una a lo Mío y así seamos Uno durante vuestra vida en la Tierra.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Habéis satanizado vuestra vida, no os sobresaltéis, no os asustéis de Mis Palabras, porque es una realidad.

Hijitos Míos, vuestra vida aquí en la tierra debe de ir en paralelo a Mi Vida. Mi Padre Me permitió venir a la Tierra, como os he dicho, para daros un ejemplo de vida. Podéis ver vuestra vida y podéis ver Mi Vida y veréis que no es muy diferente. Nací de Mujer, Nací pequeñito, necesitado de cuidados, crecí y fui guiado por Mis padres, Me enseñaron a caminar, fui creciendo igual que vosotros crecéis, fui a la escuela, igual que vosotros vais, empecé a trabajar desde pequeñito trabajando en la carpintería, ayudando a Mi Madre en el hogar, cosa que también vosotros hacéis. Fui creciendo y aprendí el oficio de Mi padre en la carpintería y vosotros hacéis lo mismo, que después de estudiar, buscáis un trabajo para proveeros de lo material.

Quizá la diferencia viene después, cuando Yo ya tomo la vida espiritual para enseñarla a los hombres y ésa es la parte que vosotros no tomáis. La gran mayoría de vosotros os quedáis nada más en lo terreno, en lo material, ya no tomáis en serio vuestra obligación, que es la transmisión de valores espirituales. Yo empecé aparentemente tarde y podríais decir, que no di el ejemplo desde pequeño, pero porque no era Mi tiempo en Mi Vida pública, pero ya os dejé a vosotros las enseñanzas para que desde pequeñitos las fuerais tomando del ejemplo y de la palabra de vuestros padres.

Vosotros, en vuestro hogar, debéis llenaros de ésa vida, por parte de vuestros padres, desde pequeños. La vida, como Yo la empecé a Mis treinta años, vosotros la deberéis tomar ya desde vuestros primeros años.

Yo, como Dios, era un ejemplo de vida y primeramente para Mis padres. En el Templo también di ése ejemplo a Mis doce años, cuando Me perdí. Ciertamente, entre las familias que Nos conocían, también desde pequeño di ése ejemplo, pero ciertamente no era el tiempo de Mi Vida pública y vosotros debéis tener ése ejemplo de vida para transmitirla a vuestros hermanos desde pequeños, porque todo se va aprendiendo desde la temprana edad y se va arraigando a vuestra alma y a vuestro corazón para toda la vida. Lo que se os haya enseñado desde pequeñitos lo tendréis de soporte espiritual para toda vuestra vida. Vuestro crecimiento debe dar fruto y a pesar de que estáis en un mundo adverso debéis dar ése ejemplo de vida con valor, con cariño, respetando, sin imponer y a través del ejemplo.

Ahora vuestra vida está satanizada, sí, Mis pequeños, suena feo esto, pero así es, os habéis dejado llevar por todo lo que satanás ha impuesto en vuestra vida, no habéis pedido el don del discernimiento ni os dais completamente para vuestro Dios y por ello tomáis lo más fácil de vuestra vida. Si tuvierais realmente ése deseo de perfeccionaros, de hacer de vuestra vida una vida de amor, una vida de ejemplo para vuestros hermanos, basados en lo que Yo os he dado, respetaríais lo que es Mío. Satanás os ha llevado a tener una vida material, una vida de diversión, una vida apartada de Mis Mandamientos y de Mis Enseñanzas.

Ved vuestra vida, ved cuántos de vuestros hermanos no cumplen con lo que pide la Santa Iglesia. Los domingos preferís quedaros ante el televisor, ver juegos, estar en distracciones del mundo y no cumplir con vuestras obligaciones, que más que obligación, debiera ser un gusto para vuestra alma venir a unirse Conmigo un momento en Mi Casa, en la Iglesia, compartir Conmigo. Al Padre, agradecer las Bendiciones que se os dan, los cuidados para vuestro cuerpo, para vuestra alma, para vuestras pertenencias, tantas cosas que debiera tener el hombre que agradecer a su Dios y compartir con su Dios y prefiere quedarse en su hogar ante un televisor ó salir a divertirse a algún otro lado, haciendo multitud de cosas que ni siquiera son ofrecidas a Mi Corazón. Y así tenéis éstos días Santos también, como una gran mayoría, al escuchar “Semana Santa”, ya no piensan en días de devoción, en días en que se comparte Mi Corazón con el vuestro, en días en que se unen vuestros corazones al Mío, sino que son días de diversión, días de distracción, días satanizados y no Divinizados. Y así pasan los días del año y ¿en dónde estoy Yo?, estoy a un lado, primero es vuestra vida, primero son las cosas del mundo, primero son vuestras necesidades, primero es vuestro ser, ¿dónde está vuestro Dios en vuestra vida?, os pregunto.

Solamente estoy en los momentos de necesidad, en los momentos de problema, en donde sí, no solamente Me pedís, sino Me exigís Mi Presencia para que Yo os pueda sacar delante de vuestro problema. Pero no, no Me pedís estar en momentos en los cuales Me podríais  compartir de vuestra vida, de vuestras alegrías, de vuestras tristezas, de vuestra cruz de cada día.

Sed sinceros con vosotros mismos, Mis pequeños, no estáis viviendo para vuestro Dios, no estáis dando lo mejor de vuestra vida para vuestro Dios, como Yo, vuestro Hermano, que Me di totalmente por vosotros, por cada uno de vosotros, desde Mi Nacimiento hasta Mi Muerte y Mi Resurrección, para poder resucitaros.

Os vuelvo a repetir, habéis satanizado vuestra vida, no os sobresaltéis, no os asustéis de Mis Palabras, porque es una realidad, debéis luchar contra ello, os he pedido, fuisteis creados para ser santos. La lucha de cada día, contra todo el mal que tenéis a vuestro alrededor, es lo que os dará el triunfo final y veo que una gran mayoría de vosotros no, no lucha, no le interesa ésa vida santa, ésa vida interior, ésa vida de perfección, se les hace aburrido, se les hace inútil buscarMe, vivir en oración, vivir para buscar vuestra perfección espiritual.

Por eso el mundo está sufriendo tanto mal y tanta calamidad, porque, al no haber oración, al no haber donación, al no haber espiritualidad santa, el mal os ataca fácilmente. Os he dicho que mientras estéis sobre la Tierra, mientras tengáis un cuerpo, viviréis bajo las asechanzas de satanás y de sus pecados y si no lucháis contra ellos, a través de la oración, a través de la virtud, a través de la vida en el amor, fácilmente os ahogará.

Vosotros tenéis lo que os habéis ganado por vuestra indiferencia y vuestro mundo no cambiará hasta que vosotros mismos no detengáis el ataque satánico en vuestra vida, hasta que vosotros mismos no cambiéis vuestra manera de ser y de pensar. Estáis llamados a ser verdaderos hijos de Dios, pero para ello se tiene que luchar y vosotros ya os habéis debilitado. Venid a Mí, tomad de Mí, lo que necesitéis, Mis pequeños. Yo, en la Tierra, luché cara a cara contra el mal y lo vencí. Tomad de Mi, el Alimento Divino, tomad de Mi, Mis Enseñanzas, tomad de Mi, Mi Amor y Mi Humildad, tomad de Mi la Fuerza Divina y veréis que cambiaréis y haréis cambiar a vuestro alrededor a vuestros hermanos, sin imposición, simplemente viviendo como Yo vivía entre los hombres.
Gracias, Mis pequeños.