Oct 20_05 Yo permito lo que estáis padeciendo para que podáis reaccionar a vuestro mal proceder.

Rosario vespertino.

 

Temas:

  • El tiempo ya os alcanzó, ya estáis en el final de los tiempos, entendedlo, ya estáis viviendo el tiempo anterior al cambio.
  • Yo, en Mi Hijo Jesucristo, os di la vida y con Su muerte, se os dio vida, si veis, todo en Mí, es vida.
  • Estáis despreciando la espiritualidad que Mi Hijo os vino a dar, Él es Dios.
  • Para tener Mi Vida, deberéis ir matando vuestra propia vida, vuestro propio “yo”.
  • Acudid a Mí, Mis pequeños, especialmente aquellos de vosotros que nunca habéis tenido ése contacto Conmigo, venid, probad, y veréis que no seréis defraudados.

 

Mensaje de Dios Padre y La Santísima Virgen María a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: El tiempo ya os alcanzó, ya estáis en el final de los tiempos, entendedlo, ya estáis viviendo el tiempo anterior al cambio.
(Lenguas…) Hijitos Míos, ¡cuánta tristeza tiene Mi Corazón!, os veo, veo cómo pasan los acontecimientos y el corazón del hombre se endurece. Os he dicho que Yo permito lo que estáis padeciendo para que podáis reaccionar a vuestro mal proceder. Os he explicado que así como el pueblo judío padecía cuando se apartaba de Mí, de Mis Leyes, de Mis Preceptos hasta que entendían y regresaban a Mí, obtenían el Perdón y Yo Me derramaba fuertemente sobre ellos, porque los amo, os amo, Mis pequeños.

Estáis ahora en lo mismo y vuestro corazón se ha vuelto más duro, el demonio ha hecho bien su tarea, os ha dado cosas extraordinarias, estáis viendo cosas extraordinarias a vuestro alrededor, la soberbia humana ha crecido demasiado, se Me ha hecho a un lado, sentís que ya tenéis todo, porque la ciencia y la tecnología han avanzado tanto que ya vuestro Dios no cabe en vuestra vida.

Os sigo observando, desde el Cielo observo vuestro proceder y ¡cuánta tristeza Me dais, Mis pequeños! y a pesar de vuestro corazón duro seguiré insistiendo en vuestra conversión.

El hijo necio, el hijo que no quiere obedecer a los padres sufre y, no solamente sufre su necedad, sino que sufre por lo que sucede en su vida, porque quiere hacer su voluntad y normalmente su voluntad va en contra de lo que ya está estipulado, que el mismo hombre considera bueno y éstas almas que son azuzadas por el mal sufren su tontería, por su pecado, por la negación a Mis Leyes y a Mi Amor.

Muchas de ellas quedan adoloridas y en lugar de regresar blasfeman, atacan, porque creen que todo se vuelve adverso a ellas, creen que Yo os estoy atacando. La misma sociedad los hace a un lado, porque ellos quieren crear sus propias leyes y atacan lo que ya está establecido y que es bueno para el hombre.

Orad, Mis pequeños, por ésas almas tan abatidas, por ésas almas que no están con ésa paz interior que solamente pueden obtener estando Conmigo. Oren mucho por ellas, para poder limitar el ataque del enemigo sobre ésas almas, y que tengan un tiempo, un momento aunque sea, para recapacitar y pueda Mi Gracia lograr el Milagro para su conversión y para que regresen a Mi Corazón.

Os he dicho que se os ha dado mucho para vosotros, los que habéis entendido toda ésta enseñanza que se os ha venido dando a través de éstos últimos años ya predichos a través de múltiples apariciones alrededor del mundo y aún dentro de las mismas Escrituras, Mis pequeños, el tiempo ya os alcanzó, ya estáis en el final de los tiempos, entendedlo, ya estáis viviendo el tiempo anterior al cambio.

El cambio será bello, el cambio será grande, pero deberéis daros cuenta de que os salisteis del camino, del camino trazado por Mi Hijo, entended, Mis pequeños, que deberéis de vivir nuevamente bajo Mis Leyes, Mis Decretos y sobre todo, Mi Amor. Se os dará la oportunidad de conocer Mi Amor y entonces, conoceréis realmente cómo os habías separado del camino. Aún no conocéis ni habéis palpado realmente lo que es Mi Presencia real en vuestro corazón, en vuestra alma y en vuestra vida, veréis realmente cómo caminasteis por una vida, para muchos que habéis ya vivido muchos años, cómo vuestra vida fue un desperdicio, desperdicio porque hicisteis vuestra voluntad y no la Mía, no ganasteis méritos para el Cielo, desperdiciasteis vuestro tiempo para darlo a satanás.

Yo Soy vuestro Dios Misericordioso, Yo Soy el Amor de los Amores, Yo siempre le doy al ser humano la oportunidad del arrepentimiento, sobre todo para darle vida, la vida que todavía no sentís, no vivís, no gozáis y no amáis. Entended, Mis pequeños, que si se os están dando éstas oportunidades, a pesar de los acontecimientos tremendos a vuestro alrededor, es para que recapacitéis y podáis regresar a Mí, donde seréis cubiertos por Mi Gracia, Mi Amor y todas Mis Bendiciones.

Os amo, Mis pequeños, entendedlo, os amo y cambiad, antes de que esto sea demasiado tarde. Os amo, Mis pequeños, recibid Mis Bendiciones y dejadlas entrar en vuestro corazón para que ellas cambien todo vuestro interior y el de los vuestros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Yo, en Mi Hijo Jesucristo, os di la vida y con Su muerte, se os dio vida, si veis, todo en Mí, es vida.
Hijitos Míos, Yo Soy un Dios de Vida, no Soy un Dios de muerte. Mi Hijo os dijo “Yo quiero que el pecador se arrepienta y regrese, Yo no quiero eliminar al pecador”.
Mis pequeños, os he dicho que aún no conocéis Mi Amor, Yo os he formado, Yo os he creado, Yo os he dado vida, estáis, vivís, sois por Mí, por Mi Amor.

Un padre, una madre, nunca pueden despreciar a la creatura, aún por más mala que sea, os he dicho, siempre habrá ése amor en su corazón. Ciertamente hay padres y madres, que han perdido el amor, destruyen a su creatura, pero luego el arrepentimiento entra en su corazón, se dan cuenta de su error.

Cuando hay vida, ésa vida os liga a Mí, porque Yo Soy el autor de la vida y si vosotros producís vida a través del amor y ése amor fructifica en vuestros hijos, ése amor os une a Mí. Ahora hablando de almas, de almas que realmente puedan amar, no de almas satanizadas, el alma que ama, desea lo mejor para sus hijos, se sacrifica hasta la muerte por sus hijos.

Yo, en Mi Hijo Jesucristo, os di la vida y con Su muerte, se os dio vida, si veis, todo en Mí, es vida. ¿Por qué entonces, decís que Yo estoy enviando todo esto para daros muerte, cuando realmente ya estáis muertos por el pecado? No estáis viendo vuestro interior, no estáis viendo lo que vale a Mis Ojos, que es vuestra alma, la vida que Yo puse en vuestra alma. Vosotros veis lo material, porque a eso os ha llevado satanás, nada más ver lo material, los bienes que os rodean, los bienes que podéis comprar ó en éstos tiempos, apoderarse de ellos mediante el robo, el asesinato. Estáis cayendo en depravación moral y espiritual, Mis pequeños y no hacéis gran cosa para combatirlo. Ciertamente las autoridades no están haciendo gran cosa, porque la corrupción ha llegado también a afectarles.

Se os han dado los medios para combatir todo ello a través de la oración, a través del sacrificio, de la penitencia, del ayuno, la vida de amor hacia vuestros hermanos, en la Caridad, ayudándoles a levantarse y no lo hacéis, Mis pequeños. ¿Cómo queréis mejorar, cuando dentro de vuestro corazón no hay ése deseo de ayudar a vuestros hermanos?, ¿cómo queréis cambiar a los demás si vosotros mismos estáis viviendo una vida de pecado y de maldad?, exigís a los demás el cambio, cuando vosotros mismos, como los fariseos, no querían mover ni un solo dedo para estar dentro de Mis Leyes y respetarlas, antes de obligar a los demás a llevarlas a cabo, exigís, pero no actuáis, pedís vida y producís muerte.

Meditad, Mis pequeños, meditad éstas palabras, meditadlas en vuestro corazón, dejad que el Santo Espíritu de Amor os mueva interiormente y empezad en lo personal a cambiar vosotros mismos en vuestro interior, antes de exigir a los demás lo que deben hacer. Sed honestos con vosotros mismos y sólo así empezará el cambio, primero vuestra persona y vuestro actuar, ya dentro de Mis Leyes y dentro de Mi Amor. Vuestro ejemplo hará actuar a los demás hacia el bien.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Estáis despreciando la espiritualidad que Mi Hijo os vino a dar, Él es Dios.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María. Ciertamente, satanás se ha introducido dentro de la Iglesia, del lugar más Santo.

Mis pequeños, la Iglesia fue fundada por Mi Hijo, para que a través de ella se unieran los Cielos con la Tierra, para que las Bendiciones que se pidieran para la Tierra, llegarán precisamente de ella, de la Iglesia, a través de su santidad. Su constitución es Divina, la Presencia de Mi Hijo está ahí.

Mis pequeños, tenéis la Presencia de Mi Hijo a diario, tenéis el Alimento de Vida, tenéis Sus enseñanzas, tenéis el Amor que Yo también derramo sobre vosotros, porque Yo Soy la Madre de la Iglesia. Así como Yo protegí a Mi Hijo, lo he amado y lo he transmitido, también con Mi Iglesia hago lo mismo, la cuido, la protejo, cuido a sus integrantes, que sois todos vosotros, los que habéis aceptado la Palabra de Mi Hijo y la vivís, porque muchos, muchos ahora son Bautizados, pero se quedan en eso nada más, no hay práctica de la virtud y del amor, todas las enseñanzas de Mi Hijo, todo, todo ése Tesoro que se os ha dado en las Sagradas Escrituras son obsoletos, no sirven para su vida, toda ésa Sabiduría Divina, que debiera tomar el hombre, para normar su vida, para llenarse de ella, y con ella alcanzar la santidad y a través de ella, llevar ésa santidad a vuestros hermanos, ya no es tomada en cuenta.

El hombre se quiere zafar de todo lo que sea Ley, de todo lo que le limite, de todo aquello que no le permita vivir su libertinaje. El demonio os ha llevado a ello, a que viváis en ése libertinaje, a que viváis el pecado, amparados por la generalidad. La generalidad ha hecho normal lo que es en verdad pecado. “Todos lo hacen, es bueno”.

No, Mis pequeños, vivís en el error, por eso se os han dado los Mandamientos, por eso tenéis las normas de la Iglesia, para que alcancéis la perfección de vuestros actos, a través de ellos para que alcancéis la perfección hacia lo Divino, hacia la santidad, a la que habéis sido llamados todos vosotros. Mi Hijo os dijo “sed perfectos, como Mi Padre es Perfecto” y no podréis alcanzar la perfección con vuestra humanidad, la alcanzaréis a través de la espiritualidad y eso es lo que estáis despreciando, Mis pequeños, estáis despreciando la espiritualidad que Mi Hijo os vino a dar. Él es Dios y Dios Mismo vino a caminar sobre la Tierra, vino a daros vida, vino a daros enseñanzas, vino a daros Su Vida entera y hasta Su Muerte, pero también os dio Su Resurrección y todos vosotros estáis llamados a ello. Muchos vivís en ésa muerte espiritual por el pecado, pero estáis llamados a la resurrección a través de vuestro arrepentimiento y, al regreso a la Casa Paterna a través de la vivencia de los Sacramentos, de los Mandamientos, de la Gracia en vosotros mismos.

Mis pequeños, acudid a Mi, vuestra Madre, Yo Soy vuestra Madre y la Madre siempre quiere lo mejor para sus hijos. Venid a Mí, Mis pequeños, tomad Mi Mano, Yo alcanzaré para cada uno de vosotros ése regreso a la Casa Paterna.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Para tener Mi Vida, deberéis ir matando vuestra propia vida, vuestro propio “yo”.
Hijitos Míos, Mis pequeños, Mi Hijo os dijo “que el alma habla a través de la boca, de lo que tiene en su corazón” y vosotros decís, que podéis conocer a una persona en la forma cómo habla, cómo actúa y así es, Mis pequeños. Vuestro interior, tarde ó temprano sale, aún cuando queráis quedar bien ante alguna persona, si ésa persona os está tratando continuamente, llegará el momento en que, si estabais mintiendo y tratando de aparentar algo ante los demás ó ante ésta persona, os cansaréis de actuar así y saldrá lo que realmente tenéis en vuestro corazón.

Si vivís en la mentira, si vuestro corazón esta lleno de maldad, tarde ó temprano os daréis a conocer. Seáis quien seáis, estéis en donde estéis, no importa el puesto que tengáis ó lo que queráis hacer, tarde ó temprano se os conocerá por vuestros actos, por vuestras palabras, por vuestra vida. Por eso se os ha pedido que seáis otros Cristos, que dejéis entrar en vuestro corazón la Verdad y la Verdad Soy Yo, vuestro Dios.

Al tenerMe a Mí, en vuestro interior, tenéis todo, tenéis todas Mis Bendiciones, Mi Sabiduría, Mi Inteligencia, Bondad, Misericordia, Compasión, todo lo tendréis para vuestros hermanos y lo gozaréis, Mis pequeños, porque el alma siempre está ávida de llenarse de Mi bien. Por eso os pido que observéis a vuestros hermanos cuando ellos estén en el error, no lo critiquéis, orad por ellos, levantadles, si ellos están actuando en el mal, vosotros deberéis responder con el bien. Si Yo realmente habito en vuestro corazón, eso es lo que deberéis mostrar a vuestros hermanos, Mi Vida plena hacia ellos.

Éste es un ejercicio de Virtud, no se os va a dar de lleno todo, porque para tener Mi Vida, deberéis ir matando vuestra propia vida, vuestro propio “yo”, vuestro vicio, vuestra maldad, vuestro pecado, todo deberá quedar a un lado, deberá desaparecer, para que aparezca Mi Vida en pleno, que daréis a vuestros hermanos y que irá cambiando al mundo entero. Así es como os dais cuenta cómo un alma, una persona, un hermano vuestro, ante vosotros, ante el mundo entero, puede impactaros cuando realmente se ha dejado mover por Mí y Yo le habito en pleno.

Eso es lo que deseo y viviréis en el mundo por vivir Mi Presencia en vosotros, por eso serán Cielos Nuevos y Tierras Nuevas, serán vidas Divinas, Yo habitaré en vosotros y gozaréis cosas que vosotros aún ni imagináis, porque estaréis viviendo algo Divino. Vuestro pecado os tiende un velo ante vuestros ojos, ante vuestra mente, no podéis ni siquiera imaginar lo que Yo tengo para vosotros, lo que es la vida Divina para un alma.

Actuad, Mis pequeños, en la Fe, sobre todo tened confianza en Mí, vuestro Dios que siempre os daré la Verdad y Yo os llevaré siempre hacia el Bien Perfecto. Confiad y entrad en Mí, para que empecéis a gozar de lo que tengo para vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Acudid a Mí, Mis pequeños, especialmente aquellos de vosotros que nunca habéis tenido ése contacto Conmigo, venid, probad, y veréis que no seréis defraudados.
Mis pequeños, cuando tenéis un ideal en vuestra vida, empezáis desde lo más pequeño, pensáis desde lo más rudimentario, en el cómo podríais alcanzar ése ideal, empezáis a investigar, empezáis a buscar todo aquello que os pueda servir para alcanzar ésa meta. Si fuera una profesión, sabéis que necesitáis estudiar primero desde lo más bajo y al principio iréis subiendo, a llegar a profesional, a llegar a maestrías, doctorados y así alcanzar el ideal que os habéis impuesto, que habéis deseado.

Una meta se consigue a través de mucho trabajo, de muchas vicisitudes en vuestra vida, dolor, penas y eso os lleva al triunfo.

La corona del triunfo se logra a veces con mucho sufrimiento, desvelos, lágrimas, sufrimientos, dolor, sacrificios intensos. 
 
Mis hijitos, Mis pequeños, Mi Hijo os vino a mostrar la meta, Él caminó, Él vivió, Él os dio el ejemplo, Su Vida fue de sufrimiento, dolor, triunfos, pero en el camino os dejó enseñanzas, enseñanzas Divinas, y Él os dijo también que nadie será más que el Maestro y aquél que quisiera seguirle, tenía que tomar la misma Cruz. Pero conocéis Su Triunfo, conocéis el gozo, conocéis la Corona que Se le ha dado, que Yo Mismo, Su Padre le he dado y que está sentado a Mi Derecha.

Mis pequeños, ciertamente no tendréis una Cruz tan pesada como la de Mi Hijo, puesto que Él tomó los pecados de la humanidad entera, los tomó sobre Sí. Su Cruz fue pesadísima, vosotros en proporción tenéis también un compromiso, pero cuando realmente tomáis el compromiso, también es promesa de Mi Hijo que Él os ayuda a llevar la Cruz. No debéis temer al compromiso y debéis tener vuestra vista puesta en la meta, en el triunfo, en la Gloria Eterna. Deberéis luchar fuertemente, pero en la lucha, ciertamente también hay gozo, porque Yo estoy Presente en vosotros. Yo os voy animando, os voy dando vida interior, en la caída Yo os levanto, porque estáis acudiendo a Mí inmediatamente. Cuando Yo Vivo en el alma, el alma acude a Mí, Soy vuestro Padre y Yo os proveo de todo aquello que necesitáis en ésta misión que tenéis cada uno de vosotros en la Tierra, y entendedlo así, Mis pequeños, estáis trabajando para Mí, vuestro Dios, tal y como trabajó Mi Hijo, pero Yo siempre fui Su Fuerza, lo levantaba. Por eso Él constantemente acudía a la Oración, para estar en íntimo contacto Conmigo, para escuchar Mis Consejos, para recibir Mi Vida, para recibir Mi Paz y Mi Sabiduría, por eso Él no desfalleció, siguió adelante, hasta alcanzar la Corona del Triunfo.

La oración, Mis pequeños, es importantísima en vuestra vida, es el contacto íntimo que tenéis Conmigo, es un contacto real y directo que tenéis con vuestro Dios, es un acto de Fe, es la confianza plena que Me tenéis a Mí, vuestro Padre. Aquéllos que realmente viven en la oración, conocen ésta realidad, conocen la veracidad de Mis Palabras y de Mis Promesas, saben que Yo estoy Presente en su vida, por eso, a pesar de que todo se vuelve adverso en su vida, confían, confían en lo que está pasando en su vida, porque Yo les estoy guiando, Yo les estoy aconsejando, Yo les estoy protegiendo, Yo les estoy llevando por el camino de Bien, por el camino seguro, por el camino que les va a dar la Gloria Eterna, que les va a dar la corona del triunfo. Ellos no temen a lo que sucede a su alrededor, porque se sienten protegidos por su Dios, por su Padre, por El que todo lo puede y todo la da por Sus hijos.

Acudid a Mí, Mis pequeños, especialmente aquellos de vosotros que nunca habéis tenido ése contacto Conmigo, venid, probad, y veréis que no seréis defraudados, sois Mis hijos y os amo, a pesar de que ya vuestra vida haya transcurrido por años y años sin haberMe tomado en cuenta. Soy vuestro Dios, Soy el Amor, os comprendo, os ayudo, os levanto y os santifico.

Venid con confianza, entrad en vuestro interior, platicadMe vuestros problemas, manteneos en el Amor, dad Amor a vuestros hermanos y veréis que Yo Me derramaré en vosotros.

Mi Hijo os dijo, “lo que dieres con amor, se os regresaría al ciento por uno”, probadMe y veréis que es cierto.

Os amo, Mis pequeños, acudid a Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, el Amor de los Amores.
Gracias, Mis pequeños.