Oct 03_05 Regresad la santidad a la Iglesia, implorad la ayuda para vuestros ministros y sacerdotes.

Rosario.

 

Temas:

  • Sed pequeños, Mis pequeñitos, para que podáis ser grandes en el Reino de los Cielos.
  • Solamente vosotros, que fuisteis los autores de ésta desgracia que os rodea, seréis los autores de que todo se vuelva a arreglar en el Amor.
  • Tantos son ya los que están alrededor del mundo que no tienen una palabrita buena, ni de agradecimiento, ni de confianza a Nuestro Dios.
  • ¡Cuántos, cuántos de vuestros hermanos se sienten abatidos, apartados del mundo, incomprendidos y muchos, al borde del suicidio!
  • Para Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, no hay imposibles, si confiáis en Mí.

Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J.V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,  
Sobre: Sed pequeños, Mis pequeñitos, para que podáis ser grandes en el Reino de los Cielos.
Hijitos Míos, Mis pequeños, la humildad os va a llevar al anonadamiento y este, a su vez, os va a llevar al olvido de vosotros mismos y al servicio total hacia Mí, vuestro Dios y hacia vuestros hermanos.

Mis pequeños, cuando el Amor realmente toque vuestro corazón, vosotros os daréis por vuestros hermanos. El hombre, en su naturaleza soberbia, siempre trata de sobresalir ante sus hermanos, pero cuando actuáis para Mí, para vuestro Dios, ayudando a vuestros hermanos, es cuando vosotros realmente utilizáis ésta gran virtud, la Caridad, que es donación y que es ayuda de superación para vuestros hermanos.

Deberéis haceros pequeños para que los demás crezcan, así lo hizo Juan el Bautista, él se hizo pequeño, se hizo escalón, para darle lugar a la venida de Mi Hijo Jesucristo ante los hombres y así presentarLe. Él era grande ante los hombres, pero se hizo pequeñito para presentar al Dios Encarnado. Por consiguiente, Mis pequeños, deberéis ser escalón para ayudar a vuestros hermanos y no es en vuestra propia superación, en vuestro propio deseo de ser grandes ante los hombres lo que os hará grandes en el Reino de los Cielos, sino es precisamente vuestro anonadamiento, vuestra humildad, vuestra pequeñez, el ayudar a vuestro hermanos crecer a través de vosotros y superaros, lo que os va a hacer grandes en el Reino de los Cielos.

La soberbia nunca os va a ayudar a manteneros en un pedestal, ni ante los hombres ni ante Mí, vuestro Dios. La pequeñez, ésa humildad, ésa donación, ése servicio a vuestros hermanos, es lo que os va a hacer grandes, útiles para el plan Divino. Sed pequeños, Mis pequeñitos, para que podáis ser grandes en el Reino de los Cielos.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Solamente vosotros, que fuisteis los autores de ésta desgracia que os rodea, seréis los autores de que todo se vuelva a arreglar en el Amor.
Hijitos Míos, vosotros que ya habéis sido tocados en las fibras más íntimas de vuestro corazón, que habéis ya sentido lo que Mi Corazón quiere, que sabéis las necesidades de Mi Corazón, os pido que os pongáis todos los días un momento en Mi Presencia, que toméis la posición de padres ante los hombres, que veáis las necesidades de vuestros hermanos y que los veáis como a vuestros hijos, pero que realmente sea el Amor el que los vea así, para que podáis entender entonces Mi Amor, y todo lo que Yo hago por cada uno de vosotros, a pesar de vuestras faltas, a pesar de vuestro pecados, a pesar del abandono en el que Me tenéis muchos de vosotros.

No es hasta que tomáis ésta posición de padres que entendéis Mi Amor. Tantas son las necesidades del hombre y el hombre no Me busca y el hombre no quiere llegar a Mí para evitar el compromiso de portarse bien. ¡Qué necedad la del hombre!, ¿no sabéis que el hacer Mi Voluntad os va a asegurar la vida eterna?, ¿no sabéis que si os mantenéis bajo Mis Leyes y Mandatos os van a asegurar una vida tranquila aquí en la Tierra y sobre todo una vida fructífera en la salvación de las almas de vuestros hermanos?, ¿por qué entonces, apartarse de Mí, apartarse de Mi Amor, apartarse de Mis Leyes?, Yo, que Soy el más Bondadoso de todos los Padres, que solamente quiero vuestro bien, ¿por qué Me rechazáis de vuestra vida?, ¿por qué no Me tenéis como lo primero en vuestra vida?, sin Mí nada sois vosotros, sin Mí, no tendríais futuro, sin Mí caeríais muertos en éste instante. Yo voy tomando vuestra vida, Yo la voy protegiendo, la voy cuidando, os voy llevando por caminos de bien.

¿Por qué, Mis pequeños, no Me queréis ver a Mí en vuestra vida?, entrad en vuestro corazón, ayudad a vuestros hermanos a entrar en su corazón, para que vayan conociendo éstas Verdades, éstas realidades.

¡Cuánta necedad del hombre de quererse apartar de su Dios!, os parece que por el estar Conmigo, todo se os viniera para abajo, que Yo trajera la maldad a vuestra vida, que Yo detuviera vuestro paso sobre la Tierra, que os encadenara para que no actuarais. Si alguien os da la libertad, Soy Yo, vuestro Dios, si alguien busca vuestro bien, antes que los hombres, Soy Yo, vuestro Dios, si hay alguien que produce un Amor que no conocéis aun todavía, Soy Yo, vuestro Dios. Atended pues a Mi llamado, Mis pequeños, antes de que sea tarde, conocedMe en vuestro corazón y transmitid lo que Yo os pido, que es el amaros los unos a los otros.

Sed pues Amor ante vuestros hermanos, como Mi Hijo lo fue, transmitid ésta vida de Amor, para que podáis ir cambiando toda ésa maldad que os rodea. Solamente vosotros, que fuisteis los autores de ésta desgracia que os rodea, seréis los autores de que todo se vuelva a arreglar en el Amor.

Tenéis que actuar, deberéis ser trabajadores, para renovar el Reino de vuestro Dios. Actuad en libertad, actuad en Amor y traed nueva vida a la Tierra, a eso vinisteis y a eso estáis destinados, a hacer vivir el Amor, Mi Amor en la Tierra, a través de vuestra presencia y Mi Presencia a través de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: Tantos son ya los que están alrededor del mundo que no tienen una palabrita buena, ni de agradecimiento, ni de confianza a Nuestro Dios.
Hijitos Míos, Yo, como Madre vuestra, Madre que queda en el Calvario, obedeciendo a Mi Hijo, se Me dio una gran tarea, la Maternidad de todo el género humano. Así como Yo os conozco a cada uno de vosotros, porque el Padre así lo ha permitido, vosotros también, Mis pequeños, deberéis poner todo vuestro amor, toda vuestra dedicación, para ayudar a vuestros hermanos que están apartados del Amor y de las Leyes de Nuestro Dios.

Después de haber sido levantados, a veces exigís a vuestros hermanos que ellos den más y no os acordáis de que vosotros estabais tan abajo como ellos o peor. Deberéis tener paciencia, amor, solicitud hacia ellos, darse, darse por ellos con amor, con caridad infinita. El ejercicio de las virtudes en vosotros debe ser muy importante será la única forma en que podréis dar ése aliento Divino a vuestros hermanos, cuando os hayáis empapado de las virtudes, cuando ellas ya no puedan vivir plenamente en vosotros. Que seáis de una sola pieza, como se os ha pedido, que en las buenas y en las malas, en el cansancio y en la alegría, seáis uno solo. Que no os dejéis llevar por lo malo que suceda a vuestro alrededor o por lo halagos que tengáis, siempre actuando de una sola pieza y esto es en la actuación del Amor, que siempre os vean con ésa presencia amorosa ante vuestros hermanos, no tratando de quedar bien con los que os rodean, sino siempre, tratando de quedar bien con Nuestro Dios, cumpliendo vuestra misión, que es precisamente eso, la vivencia en la transmisión de los valores Divinos vividos por vosotros mismos. Paciencia y amor con vuestros hermanos, os pido, Mis pequeños, viendo en vuestro hermano al necesitado, al que a la mejor no se acerca a Nuestro Dios por creer que no tienen méritos para ello, que no se lo merece por sus pecados. Vosotros os acercaréis a ellos para darles ésa confianza y enseñarles que, siendo hijos todos de Dios, merecéis Su Amor.

EncomendadMe a todos vuestros hermanos que se han apartado totalmente de ése Amor. ¡Tantos, tantos son ya los que están alrededor del mundo que no tienen una palabrita buena, ni de agradecimiento, ni de confianza a Nuestro Dios, simplemente no hay Dios en su vida!, es triste, Mis pequeños, muy triste, tratad de entenderlos y ayudadles, ayudadles a alcanzar lo que ya vosotros tenéis.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: ¡Cuántos, cuántos de vuestros hermanos se sienten abatidos, apartados del mundo, incomprendidos y muchos, al borde del suicidio!
Hijitos Míos, siento Yo que a veces en vuestro corazón os pueda suceder lo que os sucede cuando os invita un amigo o un personaje muy rico, que no sabéis cómo halagarlo, no sabéis qué regalo llevarle porque pensáis que lo tienen todo.

Mis pequeños, aún a pesar de que Yo, vuestro Dios, lo tengo todo, Mi Hijo os ha dado la pauta que debéis seguir para darMe alegría y dar alegría al Cielo. Cuando vosotros ayudáis a un pecador a que se arrepienta, y regresa al buen camino y se salva, ésa es la alegría más grande que podéis darMe.

Cuando vais por la oveja perdida y la ayudáis a regresar al redil, ésa es una gran alegría para Mi Corazón. También os dijo que “mucho es el trabajo y que los trabajadores son muy pocos”, Yo os puedo decir, que cada vez son menos, Mis pequeños, porque ya no quieren tomar su obligación en su vida, es una obligación de Amor, es un deseo de agradarMe, es una necesidad de hacer regresar a vuestros hermanos a la Luz, al camino, a la Sabiduría Eterna.

¡Cuántos, cuántos de vuestros hermanos se sienten abatidos, apartados del mundo, incomprendidos y muchos, al borde del suicidio!, porque el demonio los acorrala, les hace creer que ya no hay salida a sus problemas y los ataca tanto que, ellos sin protección espiritual, acaba enloquecidos, desesperados, y ahí es donde debéis entrar, Mis pequeños, si no conocéis casos específicos, que vuestra oración llegue a todos los rincones de la Tierra, donde éste problema se ha generalizado.

TraedMe almas, Mis pequeños, regresad ovejas al redil, traedles paz al corazón a vuestros hermanos atribulados. Regresad la santidad a la Iglesia, implorad la ayuda para vuestros ministros y sacerdotes. Entrad en el Plan de Salvación, tomad como propia ésa necesidad de Mi Corazón para ir restaurando Mi Reino aquí en la Tierra. Sois hijos de familia, sois hermanos que debéis cuidar vuestro hogar, os lo he pedido muchas veces y sigo insistiendo, no podéis dejar sucio vuestro hogar, ni dejar que el ladrón entre a arrebatar almas o a destruir vuestra familia. Vuestra oración, vuestra dedicación por limpiar todo aquello que no sirve para el Reino, debe de ser vuestra preocupación primordial. Debéis preocuparos realmente y de corazón, de que todo esté bien y de que todo esté de acuerdo a Mis Planes, de que todo vuelva al Principio, que tienda todo a la perfección. Entrad en Mi Corazón, pedidMe la perfección de vuestra vida, de vuestros pensamientos, de vuestros actos y así Me podréis ayudar más fácilmente a lo que es Mi deseo de restauración.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Para Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, no hay imposibles, si confiáis en Mí.
Hijitos Míos, recordad aquél pasaje entre David y Goliat, el pequeño-gran hombre contra ésa maldad gigantesca. A lo largo de la historia, os he dado muchos ejemplos de que no es la fuerza la que vence, sino que es Mi Fuerza, en el ser humano que se deja anonadar por Mí, por vuestro Dios, lo que hace que podáis vencer.

Recordad en vuestra propia historia, a lo largo de vuestros años, sean pocos o muchos, cómo en los momentos difíciles, en aquellos momentos en los que Yo permití que todo se volviera adverso a vuestra vida, no salisteis adelante con vuestra fuerza, sino que fue a través de la oración, fue a través de la humildad, de haceros pequeños, de sentiros niños necesitados y, de repente, vino el Milagro, ¡todo se arregló!

Eso es lo que deseo en vosotros, Mis pequeños, que os mantengáis así, para que podáis vencer todas las adversidades que se os presenten en vuestra vida, que podáis ayudar a vuestros hermanos aún en los problemas graves que tengan. Acercadlos a Mí, que tengan ésa confianza en Mi Omnipotencia Divina, que se den cuenta de que Yo, vuestro Dios y Creador, el Creador de todo el Universo, puede arreglarles todos sus problemas, siempre y cuando se mantengan en Mi Amor, que se mantengan en casa, que se mantengan en familia, que se den cuenta de que, si salís del lugar, como “el hijo pródigo”, estarán en manos del maligno, caeréis por causa del pecado, que el maligno podrá hacer uso de vosotros para destruir a otros de vuestros hermanos, que si no os aprendéis a levantar con humildad, entonces, podréis perder vuestro lugar en vuestro Hogar Eterno. Nunca, nunca temáis a ésas murallas inmensas, que veces os pone el demonio de frente, problemas a veces, aparentemente imposibles de salvar. No, Mis pequeños, para Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, no hay imposibles, si confiáis en Mí. Transmitid ésta confianza a vuestros hermanos, llevadles a conocer Mi Amor y Mis actos de Misericordia a través de los siglos y entregadles el Tesoro Divino que es Mi Amor Infinito por cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.