Nov 24_05 La familia deberá estar Bendecida por Mis Sacramentos…

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Habla Dios Padre,
Sobre: La familia deberá estar Bendecida por Mis Sacramentos, la unión familiar debe estar Bendecida por el Sacramento del Matrimonio.
Hijitos Míos, aunque ya os he explicado algo de esto, quiero retomar ésta explicación, porque el mundo, la humanidad va tergiversando los valores que Yo, vuestro Dios os he pedido.

Tenéis dos tipos de vidas, la vida humana y la vida espiritual. Aquí en la Tierra, el hecho de que tengáis vida humana, no va a asegurar una vida espiritual entre vosotros. Ciertamente la vida humana asegura la vida del alma sobre la Tierra.

El ser, el hombre, su constitución física, es la que guarda al alma, el alma es la que viene a llevar a cabo su misión, el cuerpo solamente es un transporte, para que el alma pueda misionar sobre la Tierra.

El alma lleva una misión espiritual y a ella, es a la que Mi Hijo vino a enseñar.

Mi Palabra, en el Antiguo Testamento, era Palabra de vida para el alma. Como os dije, el cuerpo, la existencia de la vida humana, asegura que el alma pueda misionar sobre la Tierra, el cuerpo en sí, no tiene valor alguno para la vida espiritual que debe dejar el alma, pero sí las acciones se van a ver a través del cuerpo.

Por eso el alma, en su misión, tiene que estar por sobre el cuerpo, por sobre su concupiscencia, por sobre todo aquello que la pueda afectar y que pueda dar mal ejemplo a vuestros hermanos.

El alma es la que provoca que el cuerpo actúe, si el alma está en íntimo contacto Conmigo, tendrá pensamientos sabios, vida sabia, santidad íntima y esto se reflejará en los actos del cuerpo, por eso también, ciertamente, el cuerpo es importante, porque mostrará la intimidad que tiene el alma Conmigo y los valores que existen en el alma.

La familia asegurará tanto la vida del cuerpo, como la vida del alma. Pero cuidado aquí, la familia deberá estar Bendecida por Mis Sacramentos, la unión familiar debe estar Bendecida por el Sacramento del Matrimonio, con esto aseguraréis la santidad de ésa vida matrimonial, aunque ciertamente, la unión no asegurará una santidad de vida si los cónyuges, el alma de los cónyuges, no están en íntimo contacto Conmigo.

Es ya muy común entre vosotros, por la afectación que el pecado y que satanás ha producido en el alma de los hombres, que las uniones se vuelvan libres, se vuelvan solamente corpóreas, que se busque solamente el goce externo, cuando realmente la unión matrimonial debe ser una unión de almas, para que éstas almas den más vida de almas, además de la del cuerpo.

El Pecado de vuestros Primeros Padres, fue un ataque en lo espiritual, una negación hacia Mí, un acto de soberbia del alma, así que la afectación fue a nivel espiritual y lo espiritual afectó a lo material, lo físico, que Yo ya había creado para que el alma gozara.

Si vuestras uniones matrimoniales no llevan ésa finalidad, del crecimiento espiritual, de producir vida, vida espiritual dentro de la vida humana, que se produce en el acto de procreación, vuestra misión en la Tierra no sirve. Los hijos que estáis dando al mundo, son solamente para el mundo, porque vuestra unión ha sido solamente unión para el mundo.

Mis pequeños, si no estáis unidos a Mí en lo espiritual, si vuestra alma no vive para Mí y no transmite vida, vida espiritual para reparar el Pecado cometido por vuestros Primeros Padres, vuestra vida en la Tierra no vale nada, no estáis viviendo para vuestro Dios, no estáis actuando para vuestro Dios, no estáis transmitiendo la Vida de vuestro Dios a vuestros hermanos, es inútil vuestra vida y estáis llevando a vuestra alma a ésa inutilidad, a ésa vaciedad, a ésa pérdida de la oportunidad que Yo os di con el don de la vida. Vivís en cuerpos, pero vuestra alma está vacía.

Meditad esto, Mis pequeños, profundamente y con honestidad, porque vuestra alma tendrá que dar cuentas al final de vuestra existencia sobre la Tierra, al final de vuestra existencia de vuestro cuerpo, a donde vuestra alma volará ante Mi Presencia y Me tendrá que dar cuentas de cuánta vida, de Mi Vida de Amor, dejó sobre la Tierra, en el corazón de sus hermanos.
Gracias, Mis pequeños.