Ago 30_05 Deberéis preparar el camino, deberéis preparar Su Trono en la Tierra.

Rosario.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Para que Mi Hijo pueda bajar a Reinar entre vosotros, deberéis preparar el camino, deberéis  preparar Su Trono en la Tierra.
Hijitos Míos, Mis pequeños, cuando fuisteis creados, fuisteis creados en el ámbito de lo  espiritual, ya habíais vivido una vida espiritual en Mi Presencia, alimentados con Mi Amor.

Mis pequeños, cuando venís a la Tierra, vuestra vida espiritual debe mantenerse, vuestra misión, está en lo espiritual. Vinisteis a la Tierra para luchar contra todo aquello que es maldad, todo aquello que afecta en vosotros y en vuestros hermanos el ámbito de lo espiritual, vuestra vida espiritual, la Vida Divina que está en vosotros. Venís a la Tierra a levantar lo perdido por el Pecado Original.

Ciertamente el pecado va a afectar vuestra hechura, vuestra misión y ahí estriba el mérito del hombre que, a pesar de estar en un medio adverso, estáis luchando para manteneros en ése ámbito espiritual y dar vida espiritual, haciendo a un lado todo aquello que pueda afectar humanamente a vuestra alma. Y lo digo humanamente, refiriéndoMe al pecado, a todo aquello que pueda hacer que vosotros os desviéis hacia lo humano, hacia lo pecaminoso, hacia lo que no viene de Mí.

La lección de éste día, Mis pequeños, estriba en esto: en que con ése Amor, ésa Presencia Mía, en vosotros, debéis hacer que lo humano, también se vaya Divinizando. Al estar Mi Presencia en vuestro interior, al vivir ésa vida interior, al tenerMe como Alimento, al permanecer Conmigo, vuestro Dios, eso va transformando a vuestro exterior, va haciendo que vuestros actos, que ciertamente salen del interior y afectan al exterior, se vayan Divinizando, ya no van a ser actos que vuestros hermanos verán como simplemente humanos, sino que verán que son guiados por Alguien Superior, Yo, vuestro Dios.

Cuando Me permitís a Mí, tenerMe presente en cada acto de vuestra vida, que Yo vaya modificando todos vuestros actos, entonces vuestros actos humanos, que serán Divinizados, también cambiarán el entorno en dónde os mováis.

Tenéis, Mis pequeños, que ir viviendo una vida más profunda, más en Mi Presencia, para que esto vaya afectando vuestro exterior y éste a la vez, afecte al de vuestros hermanos y así se vaya formando una cadena de Amor, una cadena de vida espiritual, una cadena de vida Celestial aquí en la Tierra.

Ésa es vuestra misión, Mis pequeños, misión de vida espiritual, misión de renacimiento espiritual en lo humano, cambio total, para que Mi Hijo pueda bajar a Reinar entre vosotros, deberéis preparar el camino, deberéis  preparar Su Trono en la Tierra con vuestro cambio, con ésa vida interna que debéis vivir profundamente y que debe fluir a través de vuestros actos, de vuestras palabras, de todo vuestro ser.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Vosotros no os dais cuenta en qué momento vais a escandalizar.
Hijitos Míos, quiero retomar el tema del escándalo. Mis pequeños, vivís en un mundo afectado por el pecado, en donde casi no hay vida espiritual entre vosotros, en donde casi no hay respeto ni ayuda de corazón. Veis que muchos de vuestros hermanos dan mal ejemplo, estáis viendo la corrupción por todos lados, estáis siendo atacados por los medios de comunicación, por la maldad de satanás y así, ésa espiritualidad que debéis hacer crecer, se ve disminuida por ésa ola de maldad que os está cubriendo, aunada a vuestra despreocupación en crecer en virtudes y en perfección.

Sabéis que desde que sois pequeñitos os guiáis y vais normando vuestra vida por el ejemplo que veis en vuestros hermanos. Primeramente por el de vuestros padres, por el de vuestros hermanos, -si os tocó tenerlos-, por el de vuestros amiguitos, por e de todos aquellos que os rodean, por eso es tan importante vivir de acuerdo a la virtud, vivir de acuerdo al Amor, porque vosotros no os dais cuenta en qué momento vais a escandalizar. Un ademán, una mala palabra, una mentira, un mal movimiento, un mal pensamiento…, no os dais cuenta, Mis pequeños, pero eso, ya afectó a otra alma. Todo eso será tomado en cuenta para vuestro Juicio, pero sobre todo, lo que debéis tomar más en cuenta, es  ver qué hicisteis por las demás almas, qué transmitisteis a vuestros hermanos con vuestra presencia, con vuestros actos, con vuestras palabras y pensamientos, es por eso que os insisto,  no es lo mismo hablar con alguien sin que os vean, que estar frente a una persona y que va a estar viendo todo lo que hacéis.

Ciertamente a través de la palabra, en donde se hacen patentes vuestros pensamientos, podéis afectar a otra alma cuando no os está viendo: un escrito, un libro, una revista, eso va afectando al alma y al pensamiento de vuestros hermanos, pero es peor cuando os ven y con ello, con vuestros movimientos, ademanes, palabras, podéis afectar a vuestros hermanos, se va a quedar más profundamente marcado en el corazón de vuestros hermanos. Debéis cuidar profundamente todo lo que hacéis, Mis pequeños, todo lo que pensáis, todo lo que habláis. Podéis predicar con vuestra presencia, aún sin hablar, como lo decía Francisco, Mi hijo, pero si no estáis predicando con la palabra, al menos que vuestra oración predique.

Es muy delicada la presencia del hombre sobre la Tierra. Ya no podéis caminar, ya no podéis hablar, ya no podéis pensar sin preocuparos. Si os estoy pidiendo que Me trasmitáis a vuestros hermanos, os debéis cuidar de todo, Mis pequeños, debéis dejar vida y no muerte, debéis levantar a vuestros hermanos, no destruirlos, por eso, hay tanta crítica hacia aquellos que tratan de vivir en la oración, que tratan de mejorarse. Sí, unos dicen que en la Iglesia sois unos y fuera en la calle, sois otros y luego, en vuestro hogar, diferentes y esto no debe ser así, si sois presencia de Cristo, la Virtud, el Amor, la comprensión, el cariño, siempre, en cualquier lugar debe de ser patente.

Por eso os pido que os cuidéis profundamente, que ya no deis mal ejemplo de ninguna forma, que seáis verdaderos resucitadores de almas, que seáis de aquellos en los cuales se puedan apoyar para crecer, que se acerquen a vosotros para pedir el consejo y la ayuda y que no os puedan recriminar después vuestros pensamientos, vuestras palabras ó vuestros actos negativos.

Es difícil, Mis pequeños, pero poco a poco se va logrando cuando ponéis todo vuestro empeño en ello, en perfeccionaros y así entraréis a la Familia Celestial, porque aquí, en el Cielo, todo es perfecto y Yo os he pedido que seáis perfectos como Yo Soy Perfecto y ésa es obligación de Mis hijos, de todos vosotros, a los que he llamado y que habéis dicho “sí” a ése llamamiento. Acudid a Mí, para tomar ésa Sabiduría, ésa Fuerza, ésa entereza para vivir entre la maldad dando el ejemplo debido del Cielo, ejemplo de Vida, ejemplo de Amor.
Gracias, Mis pequeños.