Ago 22_05 El demonio siempre va a tratar de evitar la Humildad en vuestro corazón.

Rosario.

Temas:

  • Envidiáis las cosas de vuestros hermanos, ¿por qué no envidiáis el Amor?
  • La presencia de vuestro cuerpo es para vosotros mucho más importante, que la presencia espiritual.
  • En la docilidad, hay humildad, hay deseo de crecimiento, hay unión con Aquél que es el Maestro.
  • Aquél que quiera ser el mayor entre sus hermanos, que sirva, que sea el menor, que se dé por ellos.
  • El demonio siempre va a tratar de evitar la Humildad en vuestro corazón.
  • A veces, Mis Consejos vendrán a través de hermanos vuestros pequeños, olvidados del mundo.

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J. V.

 

En el ofrecimiento, Habla Dios Padre,
Sobre: “Envidiáis las cosas de vuestros hermanos, ¿por qué no envidiáis el Amor?”
(Lenguas…)
Hijitos Míos, es Mi Vida la que debe de fluir perfectamente a través de cada uno de vosotros. Mientras mejor es el instrumento,  mejor uso se hace de él. Vosotros debéis ser instrumentos fieles, decididos, serviles, amables, amorosos, desaparecer a vuestro “yo” y dejar que Yo, vuestro Dios, os tome perfectamente. El amaros los unos a los otros, os da una fuerza tremenda, porque os une a Mi Amor Infinito, a Mi Amor Omnipotente.

El Amor es una Fuerza grandísima, Mis pequeños, que aún no alcanzáis a comprender, pero que une todo lo que está creado en el universo, os une al universo entero, os une a la creación, en la perfección en  la que fue creada, os une a Mí, Mis pequeños.

Buscáis muchos intereses sobre la Tierra, el maligno os desvía a buscar cosas que no sirven, envidiáis las cosas de vuestros hermanos, ¿por qué no envidiáis el Amor? y ¿por qué no lo buscáis?

Mis pequeños, no estáis buscando realmente las riquezas que os van a hacer grandes a Mis Ojos, que os van a dar una Vida eterna, grande, gozosa, abundante. Transmitís  cosas que no sirven, consejos que no sirven para el engrandecimiento de las almas, el Amor, Mi Amor os da ésa eterna riqueza, ésa eterna Gloria, ése gozo infinito aún en la vida sobre la Tierra.

Ciertamente el Amor es atacado cuando estáis sobre la Tierra, porque satanás no soporta Mi Amor y menos que actúe en el alma de aquellos que se han abierto totalmente a él, pero su ataque sobre cada uno de vosotros, cuando habéis abierto vuestro corazón a Mi Amor, debe de ser una alegría inmensa para cada uno de vosotros. Mientras más ataques tengáis del mal, porque habéis abierto vuestro corazón a ésta riqueza inigualable, vuestra alegría deberá crecer, deberéis agradecerMe más el que Yo haya compartido con vosotros Mi Amor y Yo os agradezco, Mis pequeños que hayáis abierto vuestro corazón a Mi Presencia, Presencia que debéis transmitir a vuestros hermanos, porque ésa es la Vida que debéis transmitir, no todo aquél alimento malo que tomáis de la Tierra.

Mis pequeños, el Amor es como una suave brisa que va cambiando todo, que va alimentando todo, que va dando vida a todo. Mi Amor no es la tormenta que destruye, no es el temblor que hace caer los edificios y las casas, Mi Amor es ése Alimento suave, ése Alimento sabroso, nutritivo, que os hace crecer en la humildad, en la sencillez, os hace grandes, manteneos sencillos, manteneos alimentándoos de Mi Amor y de todo lo que él incluye, que son las virtudes, la vida sencilla, la vida de donación, el darse por vuestros hermanos, como Mi Hijo se dio por vosotros.

Dad Vida, Mis pequeños, porque ya se os ha dado Vida a vosotros, os disteis a vuestro Dios y vuestro Dios os dio y tenéis ahora la obligación en el Amor, de dar a aquellos que no tienen, de servir a  aquellos que lo necesiten y ésa vida en servicio, ésa vida en donación os va a atraer fuertemente a Mi Corazón.

Gracias, Mis pequeños por vivir para Mí, porque habéis querido comprender y ahora entendéis más que aquellos que se creen sabios, aquellos que se creen estudiosos de Mis Palabras. La sencillez, la humildad y el servir a vuestros hermanos en Mi Amor, eso, os va a dar más Sabiduría que todos los libros sobre la Tierra.
Gracias, Mis pequeños, por estar Conmigo, con vuestro Dios y por ayudar a vuestros hermanos a crecer en Mi Amor.

Primer Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: “La presencia de vuestro cuerpo es para vosotros mucho más importante, que la presencia espiritual.”
Hijitos Míos, en lo humano, vosotros escogéis cuidadosamente vuestros alimentos, buscáis todos aquellos que os puedan dar salud, un buen desarrollo, crecimiento, una nueva vida, estudiáis para saber qué es lo que os aprovecha mejor, tomáis tiempo para todo ello. Siendo humanos estáis buscando una mejora en vuestra vida, un mejor desarrollo, una salud perfecta. Lo mismo deberéis hacer en lo espiritual, Mis pequeños.

Tenéis el Alimento Divino, tenéis el Conocimiento que Yo os he dado a través de Mi Hijo, tenéis todo lo necesario para desarrollaros perfectamente en lo espiritual, pero le dais mucho  más valor a lo humano, a vuestra presencia ante los hombres. En lo humano, la presencia de vuestro cuerpo es para vosotros mucho más importante que la presencia espiritual, que la presencia de vuestra alma ante Mí y estáis en un error, Mis pequeños, ciertamente debéis cuidar vuestro cuerpo, porque él, estando sano, debe llevar, debe transportar a vuestra alma a todos aquellos lugares donde tiene que dar servicio, pero tomadlo así, ya os lo he dicho, Mis pequeños, vuestro cuerpo es transporte, vuestro cuerpo es ayuda, es un simple instrumento para vuestra alma, no es el cuerpo el que os hará grandes, el que os dará la vida eterna, el que os dará el premio eterno, sino los méritos de vuestra alma. Debéis engrandecer a vuestra alma, y a vuestro cuerpo  mantenerlo sano, pero no despreciéis Mi tiempo solamente en vuestro cuerpo, sino en el crecimiento de vuestra alma.

Daos cuenta, Mis pequeños, que es el alma la que habla, que es el alma la que actúa, que es el alma la que se transluce a través del cuerpo y Yo debo dejarMe ver a través de vuestra alma y de vuestros actos, de vuestras palabras y de vuestros pensamientos.

Cuando vuestra alma Me ha encontrado, se hace a un lado y Me permite el paso, entonces entro Yo a tomar posesión de vuestro transporte, -vuestro cuerpo- y es un honor para el alma el que Yo pueda habitar perfectamente en vosotros y que Yo os utilice, aunque oigáis como palabra fuerte el “utilizaros”, más es con vuestra ayuda, con vuestro libre albedrío, el que Yo pueda habitar y transmitirMe a través de vosotros con vuestros hermanos.

Aquellas almas que han aprendido a olvidarse de sí mismos y dejarMe vivir a Mí, vuestro Dios, saben que es un honor muy grande el que Yo pueda habitar en vosotros, que Me vean a Mí a través de vosotros. Para eso se requiere humildad, Mis pequeños, desaparecer ante el mundo, desaparecer ante vosotros mismos, que eso es lo más difícil, porque el hombre siempre quiere ser importante ante sus hermanos, quiere que se le alabe, quiere ser el primero. Cuando aprendéis a ser el último, cuando aprendéis que Yo Soy primero ante todo, es cuando sois grandes.

Es difícil para el hombre entender esto, porque el hombre no quiere desarraigarse de sí mismo, quiere que su nombre se vea grande, que se hable de él, que sea importante. A eso os lleva el mal, a la soberbia, al ser conocidos, al querer ser los primeros, cuando deberéis ser los últimos, sirviendo, pero sirviendo con Sabiduría Divina, con Mi Presencia en vosotros.
Tomad de Mi Alimento, creced con Mi Alimento, dad Mi alimento a los demás y dejadMe a Mí, vuestro Dios, Vivir plenamente en vosotros, así vuestra carga, vuestra misión será más fácil, porque el Maestro, el Perfecto la hará por vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: “En la docilidad, hay humildad, hay deseo de crecimiento, hay unión con Aquél que es el Maestro.”
Hijitos Míos, cuando fui escogiendo de entre Mis Discípulos a los Apóstoles, lo que Yo buscaba en ellos, más que nada, era su docilidad. En la docilidad, hay humildad, hay deseo de crecimiento, hay unión con Aquél que es el Maestro, que es el Guía, porque confían en Sus enseñanzas, confían en que los está llevando hacia la perfección.

Ellos alcanzaron a ver Mi Perfección y algunos de ellos Mi Divinidad, posteriormente se percataron totalmente de Mi Divinidad. Se dejaron llevar por Mis enseñanzas, crecieron, porque fueron dóciles.

El Maestro, el Guía, el Padre, siempre va a dar a Sus hijos, a Sus seguidores, a Sus amigos lo mejor de Él mismo para ayudar a que crezcan, a aligerarles su carga, a darles facilidad de vida.

Aquél que es padre, maestro, guía, va a ayudar a aquellos a los que está guiando a que no tropiecen. Les va a dar los secretos de la vida, en cuanto a las dificultades que tendrán ellos que evitar, Me refiero a los secretos de la vida, en el sentido de evitar las trampas del demonio, las trampas que satanás pone a todos los hombres y al adelantarse a todas aquellas trampas, entonces ellos se pueden desarrollar mejor, saben dónde están ésas trampas y no caen, no pierden ya su tiempo y se dedican a profundizar más en lo que es bueno, en lo que les sirve mejor.

Los padres dan a sus hijos los consejos para evitarles problemas y así, Yo, en Mi Santísima Trinidad, os vamos guiando, os vamos perfeccionando. Cuando el hombre sabe escuchar, cuando el hombre entra en ésa humildad y en ésa docilidad para aceptar la enseñanza, para aceptar el que se le ayude a no caer en el error, es cuando crece, es cuando aprende a agradecer realmente de corazón todo lo que se hace por él. Debéis estar atentos en vuestro corazón de toda ésa enseñanza que se os da y seguidla, Mis pequeños, seguidla, porque así también ayudaréis a vuestros hermanos. Dad Vida a vuestros hermanos, como vosotros mismos la estáis recibiendo. No os imagináis, Mis pequeños, lo que serán esas Tierras Nuevas y ésos Cielos Nuevos, ése Nuevo Paraíso que se os dará, todavía estáis rodeados de mucho horror y de mucha maldad. La misma maldad está en vuestro corazón y os corrompe, pero mientras más os acercáis a Mí, mientras más vais caminando en las Verdades que se os dan, es cuando empezáis a comprender lo que es ésa vida santa, ésa vida que se os está preparando.

Agradeced, Mis pequeños, agradeced de corazón, todo esto que se os da y que sois pioneros en vivir ya el Amor y de transmitirlo. Las riquezas que se os dan, son para transmitirlas a vuestros hermanos, no debe de haber ya egoísmo en vuestro corazón, como lo ha habido por tantos siglos. Lo que es de vuestro Dios es para todos, no caigáis en los errores humanos de apropiaros de lo que no es vuestro. Sed como niños, no mantengáis nada para vosotros, sabiendo que mientras más deis, más recibiréis. Manteneos en ésta Verdad y así es como el alma crece, dando, dando mucho, dando hasta quedar vacíos e inmediatamente, Yo proveeré de más.

Confiad y gozad, en vuestra docilidad, los Tesoros, los Tesoros Infinitos que se os pueden dar. Meditad ésta Palabra “infinitos” porque vosotros, seres tan limitados como sois, pero limitados por vuestra falta de Fé, no alcanzáis a comprender lo Infinito que Soy Yo y los regalos Infinitos que se os pueden dar. Al faltaros Fé, os apropiáis de Mis bienes y no los dais, porque creéis que se van a terminar, que no hay más que podáis recibir, por eso, al meditar en Mi Infinitud, sabréis que lo que se os da, es apenas el principio de una catarata de bendiciones que son vuestras, si os mantenéis pequeños, si os mantenéis dóciles, si creéis verdaderamente en Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: “Aquél que quiera ser el mayor entre sus hermanos, que sirva, que sea el menor, que se dé por ellos.”
Hijitos Míos, al ser Coronada Reina de los Cielos, Gracia grande y bella de parte de Mi Dios, en Su Santísima Trinidad, Me compromete más a Su Amor. A diferencia del ser humano, que siente que al ser coronado ante los hombres todos se deben de rendir a él, cuando se trata de lo Divino, es todo lo contrario. Mis pequeños, y Mi Hijo os lo enseñó, aquél que quiera ser el mayor entre sus hermanos, que sirva, que sea el menor, que se dé por ellos.

Ésta grande bendición que se Me dio a Mí, como Reina de los Cielos, Me obliga a ello, Mis pequeños, a serviros, a ayudaros, a levantaros, a haceros crecer en Gracia, en Amor, en Virtud. Debéis aprender, Mis pequeños, ésto, cuando servís a vuestro Dios, debéis olvidaros de los títulos de los hombres, debéis tener vuestros ojos puestos en vuestro Dios y así, en obediencia filial, debéis servir a vuestros hermanos.

Cuando se os ha dado una Gracia especial, debéis compartirla, porque los demás no la tienen, si tenéis Sabiduría, la debéis dar y no aprovecharos de ella para que se os alabe, para que os llenéis de riquezas. Todo lo que es del mundo os va a traer problemas ante el Cielo. ¿Dé qué os sirve lo humano, si no tenéis lo Divino?

Apartaos pues de todo aquello que os pueda impedir el crecer y elevaros en santidad. Utilizad los bienes materiales que se os dan, pero no los endioséis, no llenéis de lastre vuestras almas. Utilizadlos y agradecedlos, pero sobre todo, llenaos de bienes espirituales, pedidlos continuamente, enriqueceos de ellos, para que los podáis dar a vuestros hermanos, que seáis medio para que vuestros hermanos crezcan.

Los niños no se preocupan de su futuro inmediato, ellos viven alegremente, juegan, gozan su vida, porque confían en el cuidado de sus padres, aprenden del ejemplo que ellos dan y de las palabras que se les dicen y siguen jugando y siguen gozando y aman cada vez más, por eso debéis ser como niños. Gozad de lo que tengáis del mundo, pero no os llenéis de mundo y gozad del Amor que tenéis de vuestros Padres, de vuestros Padres Celestiales, porque Ellos os llevarán a ése gozo eterno, por el gozo que deis a vuestros hermanos aquí en la Tierra. Daos, daos por los vuestros como Mi Hijo se dio por cada uno de vosotros. Ese es el ejemplo Divino, ejemplo Divino que deberéis tener siempre presente en vuestro corazón, en vuestros actos, en vuestra vida entera.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: “El demonio siempre va a tratar de evitar la Humildad en vuestro corazón.”
Hijitos Míos, como Madre vuestra y aunque ya lo sabéis, pero os lo quiero recordar nuevamente, es que la Humildad es la que Me hizo grande a los Ojos de Nuestro Dios, en Su Trinidad y es lo que os va a abrir las puertas para la recepción de todas las Gracias, Dones, Virtudes, Bendiciones del Cielo.

Os quiero remarcar esto Mis pequeños, porque el demonio siempre va a tratar de evitar la Humildad en vuestro corazón, os va a tratar de quitar esa llave que os lleva al Reino de Dios, tenéis el secreto, podéis obtener ésa llave, podéis obtener los bienes del Cielo con la Humildad, pero el mundo, las tentaciones que él os pone, son para evitar que toméis ésa llave y que abráis el Paraíso para vuestra alma.

Mi Hijo os dio la clave a todo ello, Él, siendo Dios, Él siendo el Mesías, en los grandes Milagros que hacía, estaba ésa Humildad “no contéis”, “no digáis”, “no vayáis a contar a los sacerdotes ni al pueblo”. Todo, tarde ó temprano se conoce, pero tiene que llegar a conocerse en la virtud y no en el gozo humano.

Imaginad que Yo, la Madre del Creador, la Madre del Salvador, la Madre de Dios, gritara ante los hombres, gritara ante los del pueblo, que Yo era la Escogida, que Yo era la Madre del Mesías, que creciera en vanidad, en soberbia. Quizá teniendo ése derecho, porque es una alegría inmensa el haber sido Escogida, lo único a lo que Me hubiera llevado sería al desprecio humano, a la envidia, a Mi destrucción espiritual.

Por eso, dicen las Escrituras, que toda ésa alegría, todo aquello que entendía y que no entendía, lo mantenía en Mi Corazón, o sea en contacto Divino, en ése diálogo Divino, que debéis también tener vosotros, ésa intimidad Sacrosanta es lo que Me mantenía en la Humildad, en el olvido de Mí Misma.

No busquéis pues, Mis pequeños, ésos gozos humanos, que os elevan, pero que después os dejan caer, porque así es el demonio, os dice que debéis buscar ésos gozos humanos, ésas preferencias humanas, y ya que os ha encumbrado, que os han endiosado, que os han idealizado, después se burla de vosotros y os hace caer del pedestal en que estáis y vuestros hermanos se burlan de ello. Si os mantenéis en lo secreto para vuestro Dios, si gozáis de vuestros gozos, compartidlos con quien debéis compartirlos, con quien os los dio. Vivid internamente ésa vida de Cielo, ésa vida íntima, es la que realmente gozaréis y es la que realmente os levantará.

Cuando estéis ya en el Reino de los Cielos, y ya no habrá cabida para la soberbia, para la vanidad, vuestros hermanos reconocerán vuestra labor ante los hombres, pero es un agradecimiento Divino que hay en el corazón de las almas en el Reino de los Cielos y así es como gozaréis de lo que se os dio y de lo que recibiréis.

Vivid pues en el servicio, olvidándoos de vosotros mismos y gozando en engrandecer a vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: “A veces, Mis Consejos vendrán a través de hermanos vuestros pequeños, olvidados del mundo.”
Hijitos Míos, la Humildad os va a dar Sabiduría, ésa Sabiduría os hará reconocer Mis Palabras, Mis Consejos a través de hermanos vuestros.

Os he dicho que ninguno de vosotros tiene todo el conocimiento, que debéis ayudaros los unos a los otros, como verdaderos hermanos, a crecer y a veces Mis Consejos vendrán a través de hermanos vuestros, pequeños, olvidados del mundo, aquellos que aparentemente no tienen gran instrucción académica, pero que viven muy cerca de Mi Corazón.

Sabed reconocer ésta ayuda a través de vuestros hermanos pequeños y agradecedla. Creéis u os imagináis que Mi conocimiento solamente puede venir de los grandes sabios, entendidos, de los grandes teólogos ó de los grandes maestros y no Mis pequeños, muchos de ellos han cerrado ya su corazón a Mí, vuestro Dios y por eso utilizo de instrumentos a los sencillos, a los humildes, a los que no son nada ante el mundo, pero que son todo ante Mis Ojos, por eso, la Humildad en vuestro corazón os hará reconocer Mi Sabiduría en esos hermanos vuestros, os quiero a todos, Mis pequeños, a todos os quiero grandes. En una familia ponéis más trabajo, más dedicación en el hijo más necesitado y así, Yo voy poniendo mucha dedicación en cada uno de vosotros y más en los que veo que van por el mal camino.

Muchas veces sentiréis en vuestro corazón la necesidad de decir algo a un hermano vuestro, dejadMe, dejadMe actuar en vosotros, porque ése va a ser un momento de Luz para ésa alma, ó para aquellas almas que necesiten saber de Mi Amor, saber que su Padre y su Dios los está escuchando, que está atento a sus vidas. Que no os de vergüenza hablar de Mí, Mis pequeños, no os avergoncéis de vuestro Dios, de las palabras santas y sabias que puedan salir de vosotros, de vuestro labios, no serán vuestras y harán mucho bien a vuestros hermanos. DejadMe, dejadMe transmitirMe a través de vosotros, ayudadMe a llegar a los vuestros con vuestra docilidad y con el respeto de Mi Persona, de Mi Ser en vosotros.

Gozaréis, Mis pequeños, gozaréis del bien que haréis a vuestros hermanos, como Yo gozo de vuestra docilidad y de vuestro amor hacia Mí.
Gracias, Mis pequeños.