Ago 01_05 A vosotros os falta Fé, para que podáis hacer los grandes Milagros que Mi Hijo hacía.

Rosario.

Temas:

  • La oración es el alimento del alma, es la vía por la cual aseguraréis la Presencia Divina dentro de vuestro ser.
  • A vosotros os falta Fé, para que podáis hacer los grandes Milagros que Mi Hijo hacía.
  • Muchas de las almas de aquellos que en éstos tiempos están destruyendo al mundo, fueron destruidas desde pequeñitos.
  • Si vosotros realmente tenéis un mal deseo contra vuestros hermanos porque están viviendo en el mal y le deseáis un mal, por el mal que él produce, sois tan pecadores como ése hermano vuestro.
  • No es lo mismo que regreséis vosotros solos, salvados por Mi Gracia y Mi Misericordia, a que vengáis vosotros, acompañados por infinidad de almas a las cuales atrajisteis a la salvación.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: La oración es el alimento del alma, es la vía por la cual aseguraréis la Presencia Divina dentro de vuestro ser.
Mis pequeños, ya os hemos dicho, que la vida de oración es la entrega del alma a Nuestro Corazón. La oración es el alimento del alma, es la vía por la cual aseguraréis la Presencia Divina dentro de vuestro ser.

Ciertamente, Nosotros habitamos en vuestra alma, pero en vosotros queda que Nos hagáis caso para que, vuestros actos, vuestras palabras, vuestros pensamientos estén inmersos en la Divinidad.

No es lo mismo un consejo que deis dentro de lo humano a un consejo que deis dentro de lo Divino. No es lo mismo que actuéis dentro de lo humano, a que actuéis dentro de lo Divino. Nuestra Vida en vosotros siempre va a hacer la diferencia, Nuestra Presencia tiene que brotar a través de vosotros.

Ser otros Cristos, quiere decir eso, que la Divinidad está actuando en vuestra vida íntima, en vuestra vida espiritual y así vuestra vida, viene a ser la Mía.

Ser otro Cristo, es dejar Mi Vida, es dejar Mis Valores, es dejar Mis enseñanzas, es dejar Mis Milagros en todos vuestros hermanos. Ésa paz, ésa armonía, que Yo dejaba a Mi paso entre vuestros hermanos, solamente se puede dar, cuando se vive en ésa vida de oración, en ésa Vida Divina. Yo llevaba ésa Vida Divina en Mi Corazón, Yo no Me apartaba de la Presencia de Mi Padre, Él no se apartaba de Mí. Somos Uno solo, Una unidad, la Trinidad Divina y a eso habéis sido llamados también vosotros, vivir en la Trinidad y hacer que la humanidad entera entre dentro  de ésa Trinidad Divina, el Amor de Dios Padre, Mi Amor, de Dios Hijo, el Amor de Dios Espíritu Santo, y debéis llevar a vuestros hermanos a la unidad con la Trinidad, pero solamente así, Mis pequeños, dejando que Nosotros Vivamos en vuestro ser y que vosotros Nos llevéis a vuestros hermanos, solamente así, podréis llevar a cabo vuestra misión en la forma correcta. Si vivís para vosotros, si actuáis para vosotros, si pensáis para vosotros, vuestra vida será terrena, vuestro trato con los demás será terreno, todo lo que salga de vosotros será terreno y eso no dará crecimiento al alma. Quiero que os deis cuenta perfectamente de ésta gran diferencia, de vivir para vosotros y transmitir vuestro “yo”, que vivir en Nosotros y transmitirNos a vuestros hermanos. ¿Cómo crecerán mejor vuestros hermanos en lo espiritual?, la respuesta es clara, es obvia y así quiero que os mantengáis, en lo obvio Divino, solamente a través de Nosotros podéis ayudar realmente a vuestros hermanos.

Os Amo, Mis pequeños, y quiero que os améis los unos a los otros como Yo os Amé y os sigo Amado.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: A vosotros os falta Fé, para que podáis hacer los grandes Milagros que Mi Hijo hacía.
Mis pequeños, sabéis que vuestro tiempo no corresponde a Nuestro tiempo.

El tiempo que pasáis sobre la Tierra, es para reparar el pecado de vuestros Primeros Padres y esto lo debéis hacer, Mis pequeños, por amor, no por obligación.

La obligación estriba en que hicisteis un pacto Conmigo, vuestro Dios, os disteis para servirMe en el amor.

Cuando hay amor, no hay obligación, Mis pequeños, todo se da así, en la sencillez, en la naturalidad. En el amor hay fraternidad, en el amor hay sencillez, en el amor hay donación del uno para el otro, no hay obligaciones, simplemente, todo se reduce a amar al prójimo y al amar al prójimo, os estáis amando a vosotros mismos, y al estar amándoos a vosotros mismos, estáis amando a vuestro Dios en vuestro interior. Porque Nosotros, estando en vuestro interior, os estamos llenando de Nuestro Amor y ésa vida de amor, ésa Presencia Divina, es hacia donde os vamos llevando para ir reparando el mal, el mal que se produjo al darNos la espalda.

Por eso, el tiempo del hombre es más lento, porque el cuerpo os limita. El alma, en lo espiritual, va mucho más rápido, corre velozmente, el pecado limita, limita fuertemente. Por eso, Mis pequeños, os pido que toméis vuestro tiempo, el tiempo que se os a da a cada uno de vosotros, aprovechadlo a su máximo en reparar, en aliviar a las almas, en ayudar a las almas a encontrarNos, a encontrar a vuestro Dios, que Vive en cada uno de vosotros, a encontrar Nuestra Divinidad y seguirla, a ayudarles a vuestros hermanos a no caer en el error y que no busquen diferentes teologías ó filosofías, que solamente os van a separar de Nosotros.

Es tan grande Nuestra Gracia, es tan grande Nuestro Poder y vuestra mente tan limitada, que no podéis entender Nuestra Divinidad, pero la entendéis realmente en el Amor, es algo de lo que vive el alma. Un alma que no viva en el amor, que no esté sumergida en el amor, no avanza, decrece, se echa a perder. Por eso, Mis pequeños, vuestra misión es, amor, es reparación en el amor, es dar vida en el amor, es combatir todo error con el amor.

Mis enseñanzas, a través de Mi Hijo, fueron así, en el Amor, en la vida íntima, en reparar el interior, para que inmediatamente el exterior, quedara con salud. La Fé restaura todo, Mis pequeños, una Fé, que acepta curación interior, que acepta renovación, que acepta la Vida de su Dios, ésa Vida fortísima, ésa Vida Omnipotente en vuestro interior, restaura vuestro exterior. Toda enfermedad, todo lo que afecta vuestro cuerpo, queda automáticamente restaurado al restaurar vuestro interior, -ése es el Milagro- ésos son los Milagros que Mi Hijo hacía, restaurar el interior e inmediatamente el exterior quedaba restaurado. Él veía el alma principalmente y la Fé que Él pedía que tuviera el alma, hacía que la persona quedara limpia de su enfermedad.

A vosotros os falta Fé, para que podáis hacer los grandes Milagros que Mi Hijo hacía.

Vivid pues más en ésa vida íntima, en ésa vida de entrega, en ésa vida de Amor y veréis cómo los Milagros que os imagináis imposibles se logran.

Pedid, pedid ayuda al Santo Espíritu de Amor en vuestro interior, para que con vuestra Fé, se restaure vuestro interior y vuestro exterior.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Muchas de las almas de aquellos que en éstos tiempos están destruyendo al mundo, fueron destruidas desde pequeñitos.
Hijitos Míos, recordad aquella frase que le dije a Mis Apóstoles “Dejad que los niños vengan a Mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Lo decía por aquellos niños en edad, pero también de aquellos niños en estado de su alma.

Dejad que los niños vengan a Mí, eso es algo que vosotros mismos debéis hacer, no solamente con vuestros hijos, sino con los hijos de vuestros hermanos. Al ser cada uno de vosotros otro Cristo, debéis de llevar a ésos pequeñitos a ésa vida de la Gracia, a ésa vida de oración, a ésa vida de amor desde pequeñitos, que tengan una entrega total a su Dios.

Debéis de hablarles de Nuestro Amor, de Nuestra Presencia en ellos, de la misión que cada uno de vosotros tenéis.

Recordad también lo que os dije que “Aquél que escandalizara a un niño, que más le valiera amarrarse la piedra del molino y lanzarse al mar”. Mis pequeños, más le valiera no haber nacido a ése que escandalice a un niño, a un alma pura, a un alma sedienta del Amor su Dios.

Cuando vosotros le quitáis a un niño ésa oportunidad de crecer en el amor y lo destruís con mal ejemplo, con una vivencia mala en su alma, le destruís su vida espiritual y todo lo que pudo haber hecho ésa almita, vosotros lo destruís.

Malditos todos aquellos que han hecho éso con Mis hijos pequeñitos, el fuego eterno vengará Mi dolor. Un alma pequeñita, una alma ávida del Amor de su Dios, es un gran regalo para el Cielo y benditos son aquellos que llenan a ésas pequeñas almitas de Mi Amor, el Amor de su Dios y le dan a ésa alma las bases para crecer, para fortalecerse y para luego ser un apóstol del Amor durante toda su vida.

Muchas de las almas de aquellos que en éstos tiempos están destruyendo al mundo, fueron destruidas desde pequeñitos. Entended esto, Mis pequeños, ciertamente ésas almitas, no tendrán la completa culpa de la maldad que están produciendo ahora como adultos, por eso es tan importante cuidar a las almas pequeñitas, llevarlas a la santidad, llenarlas de Mi Amor.

Cuidad, cuidad de ellas como perlas preciosas, como tesoros grandísimos y ayudadlas y fortalecedlas en el Amor, con vuestro ejemplo.

Vivid pues, como Yo os he pedido, en ésa vida íntima, en ésa vida de amor, ayudándoos a vosotros mismos dejando que Nosotros, en Nuestra Trinidad Sacrosanta, os demos Vida para que la viváis y la transmitáis a todos aquellos que la necesiten, pero empezando con los pequeñitos.
Gracias, Mis pequeños por lo que hacéis por vuestro Dios.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: Si vosotros realmente tenéis un mal deseo contra vuestros hermanos porque están viviendo en el mal y le deseáis un mal, por el mal que él produce, sois tan pecadores como ése hermano vuestro.
Hijitos Míos, en las Escrituras se lee que si, un padre ó una madre, en su maldad, se desobligaran de sus hijos, se separaran de ellos, Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, nunca Me separaría. Yo nunca Me separaré de las almas, porque sois Mi creación, porque os amo, porque os llevo muy dentro de Mí, porque sois parte de Mí, de vuestro Dios y Creador.

Aunque vierais una maldad muy grande en algunos de vuestros hermanos, es creatura Mía, es Mi Creación, en ella está Mi Amor. Aunque ésta alma no quiera verlo así, Mi Amor está en todo momento cuidando a ésa alma, tratándola de llevar por el camino recto, por el camino de Verdad.

Y os digo esto, Mis pequeños, para que cada alma que vosotros veáis que está errando el camino, en lugar de apartarla de vuestra oración, y de desearle un mal mayor, por el mal que esté haciendo a vosotros mismos ó a vuestros hermanos, debéis orar por él, por ése hermano vuestro. Hijo Mío es, en Mi Amor y en Mi hechura y porque Yo necesito a ésa alma de regreso.

Todos vosotros sois hermanos, todos vosotros sois familia, todos vosotros sois hijos Míos y debéis buscar el bienestar de vuestros hermanos a pesar de que haya almas que están destruyendo todo lo que Yo he Creado con Amor.

Por eso, se os dice también que seréis juzgados por vuestros deseos, no solamente por vuestros actos, sino por los deseos de vuestro corazón.

Si vosotros realmente tenéis un mal deseo contra vuestros hermanos, porque estén viviendo en el mal y les deseáis un mal, por el mal que produzcan, sois tan pecadores como ése hermano vuestro, porque los deseos de vuestro corazón, están moviendo a vuestra voluntad hacia el mal.

Tened cuidado, Mis pequeños con ello, que vuestro corazón, vuestra mente, vuestros deseos, siempre estén encaminados hacia el bien, siempre estén produciendo bien, siempre estén moviendo almas hacia el bien.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre,
Sobre: No es lo mismo que regreséis vosotros solos, salvados por Mi Gracia y Mi Misericordia, a que vengáis vosotros, acompañados por infinidad de almas a las cuales atrajisteis a la salvación.
Hijitos Míos, Mis pequeños, que ésa frase de San Agustín no llegue a vosotros. Cuando él dice. ¡Oh!, ¡Mi Señor, que tarde Te conocí! Da tristeza, Mis pequeños, tal frase, porque hay hermanos vuestros que desperdician toda una vida, una vida en la cual pudieron haber hecho grandes cosas para Mí, vuestro Dios y al final de sus días, Me encuentran.

Haber desperdiciado toda una vida, vida que Yo os entregué, vida que puse a vuestro cuidado, para que pudierais hacer grandes cosas para el Cielo, para la conversión de vuestros hermanos, para el crecimiento espiritual de vuestros hermanos, para que pudierais alcanzar la santidad en vuestros hermanos y la desperdiciasteis toda.

Ciertamente, como os dije antes, fuisteis creados por Mi Amor y Yo siempre voy a estar tratando de atraeros nuevamente hacia Mi Corazón. Cuando estáis desviados, cuando estáis haciendo el mal, siempre buscaré por vuestra salvación eterna, pero desperdiciáis toda una vida en la cual pudisteis haber salvado muchas, muchas almas.

No es lo mismo que regreséis vosotros solos, salvados por Mi Gracia y Mi Misericordia, a que vengáis vosotros, acompañados por infinidad de almas a las cuales atrajisteis a la salvación, a la santidad, a la vida íntima Conmigo, con vuestro Dios. Ahí es donde estriba el regalo que obtendréis por toda la eternidad.

¿Qué tanto amasteis?, pero empieza todo esto con ¿qué tanto Me amasteis?, para que Mi Amor se transmitiera a todos lo corazones.

No desperdiciéis, Mis pequeños, más ésa vida que se os ha dado, vida, que os va a hacer grandes en el Reino de los Cielos, pero vida que daréis a vuestros hermanos, que muchos no la obtuvieron cuando eran pequeñitos, ó que no la hicieron crecer, porque el medio en el que vivieron no les ayudaba y posiblemente, hasta les destruía lo poco que pudieran haber tenido.

Por eso Mis pequeños, os pido, os pido no juzguéis, no juzguéis el actuar de vuestros hermanos, sino ayudadles, ayudadles a crecer, ayudadles a encontrarMe, ayudadles a que tomen Vida de Mí, que Soy Fuente de Vida, que Soy Fuente de Gracias, que Soy Fuente de Misericordia. TraédMelos, traédMelos sin juzgar, traédMelos por el Amor que debéis ya tener en vuestro corazón actuante en vuestra vida.
Gracias, Mis pequeños.