Mayo 26_05 El Trigo y la cizaña están separados, queda poco tiempo para conversión.

Rosario Vespertino

Temas:

  • Ya os había dicho que el trigo y la cizaña están separados, ciertamente, ya no hay mucho tiempo de conversión.
  • Mis pequeños, os he puesto un Tesoro inmenso dentro de vosotros, vuestra alma.
  • Os vuelvo a repetir, el tiempo es corto, muy corto ya, Mis pequeños.
  • Orad, Mis pequeños y entrad en ésa humildad profunda, sincera y honesta para que podáis entender lo que vuestro Dios quiere de cada uno de vosotros.
  • La Parábola de la Semilla que cae en el camino.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Ya os había dicho que el trigo y la cizaña están separados, ciertamente, ya no hay mucho tiempo de conversión.
Hijitos Míos, Mi Voz, Mi Voz se tiene que dar a escuchar alrededor del mundo a través de vosotros, Mis instrumentos. No es casualidad, Mis pequeños, que estéis reunidos, que Yo vaya reuniendo a Mis Apóstoles de los últimos tiempos alrededor del mundo, a vosotros y a vuestros hermanos, que he escogido de entre millones, para mantener ésa fidelidad en el Amor a Mí, a vuestro Dios.

Podéis ver las tentaciones del mundo en éstos tiempos, podéis palpar la maldad que os envuelve, podéis sentir el error que hay en todo y en todos. Mis pequeños, podéis sentir la maldad, al demonio, satanás ya involucrado en vuestra vida y en la de vuestros hermanos. Para algunos de vosotros y de vuestros hermanos, serán fuertes ataques y dependiendo de vuestra espiritualidad, los podréis evitar ó no.

Mis pequeños, ésa maldad que os cubre, de la que nadie va a quedar exento, será vuestra prueba, se verá el trabajo que cada uno de vosotros habéis hecho para vuestra alma. Aquellos que han trabajado para llevar a su alma a ésa perfección en el Amor, sufrirán menos que aquellos de vuestros hermanos que han olvidado alimentar a su alma con Mi Gracia, con Mi Amor, con la oración, con la vida en la Virtud y en todo lo que Yo os he pedido.

Mis pequeños, sabéis que el Cielo se gana con trabajo, ciertamente será vuestro regalo, pero será el regalo al trabajo en el Amor.

Yo os podría dar tanto, Mis pequeños, si quisierais donaros totalmente a Mí, pero sois tan timoratos, no queréis apartaros de vuestro “yo”, buscáis nada más vuestro beneficio, no buscáis el beneficio de vuestros hermanos, olvidándoos de vosotros mismos. El egoísmo en muchos corazones se ha ido incrementando y así como satanás, con sus secuaces, os van a ir quitando todo, todo lo material, todo aquello en lo que confiáis, el egoísmo se irá marcando más en aquellos que en éstos momentos no quieren ya compartir. Pero, por otro lado, también veréis a hermanos vuestros que, con Caridad, darán el bocado que tenían para ellos.

Ya os había dicho que el trigo y la cizaña están separados, ciertamente, ya no hay mucho tiempo de conversión, lo que lograsteis hacer en vuestra vida, es el fruto que se dará en éstos momentos, momentos de prueba en Fe y en Amor, en vida de donación a vuestros hermanos. Si vivisteis en el Amor, pasaréis fácilmente la prueba, si vivisteis en la soberbia, en el egoísmo, en la maldad, en el vicio, difícilmente pasaréis la prueba.
Los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas que os están esperando, son para ésos hijos Míos que han luchado por ésa perfección en el Amor. Es un premio, recordad, Mis pequeños, es un premio lo que se os dará y es premio por haberse negado a sí mismos, por ayudar a sus hermanos.

A veces, muchos de vuestros hermanos, hablan de Mí como el Dios Justiciero. Sí, Yo utilizo de Mi Justicia, pero es una justa Justicia, no es una justicia de venganza, no es una justicia malévola, es una Justicia en el Amor. Si hicisteis el Bien y vivisteis en el Bien, Bien obtendréis. Si vivisteis en el mal, mal os acarreasteis y ése mal os juzgará.

Entended bien esto, Mis pequeños, para que no habléis de Mí, como un Dios malo, un Dios injusto, cuando vosotros mismos, os apartasteis de Mí y no quisisteis tomar de Mí, ni seguir lo que Yo os pedía, para que os mantuvierais junto a Mí y así pudierais obtener todos Mis Bienes.

Meditadlo, pero meditadlo honestamente en vuestro corazón y, entonces vuestro corazón os dirá quién realmente tiene la razón.

Orad, orad mucho, Mis pequeños, regresad al buen camino mientras podáis, porque cuando llegue la confusión total, difícilmente podréis ver la Luz. Para poder ver la Luz que Yo os doy, debisteis haber empezado hace años a cambiar vuestra vida, para que pudierais haber aprendido a ver a vuestro Dios en vuestro interior y alrededor de vosotros. Teniendo un corazón obscuro, un corazón pecaminoso, un corazón desviado en las cosas del mundo, difícilmente podréis ver Mi Presencia en vosotros y a vuestro alrededor.

Si hubierais vivido ya la Caridad, la donación, la vida interior, años atrás, fácilmente, podrías ya, reconocer, en éstos momentos, Mi Presencia alrededor de vosotros y en vuestro interior, a pesar de la obscuridad que ya os envuelve.

Orad, donaos, haced sacrificios, haced penitencias, y quizá con ello, con vuestra donación libre y honesta, podréis lograr de Mí, Mis Bendiciones, para poder protegeros, guiaros, sanaros y salvaros en éstos tiempos de tribulación.
Orad, os amo, Mis pequeños, orad.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Mis pequeños, os he puesto un Tesoro inmenso dentro de vosotros, vuestra alma.
Hijitos Míos, ya estáis viviendo la tribulación, ya estáis viviendo ésos momentos difíciles.
Muchos de vuestros hermanos, esperan grandes desastres, como terremotos, guerras, destrucciones, en una palabra, males físicos sobre la Tierra.

Pero ¿qué más malo puede ser que la pérdida de un alma?, Mis pequeños, vuestra alma vale muchísimo, porque es parte de Mí, de vuestro Creador, del Amor infinito.

Cuando un alma, que ha vivido engañada y, que ha aceptado voluntariamente su destrucción y, en su pureza se pierde, Mi sufrimiento es grande, inmensamente grande, Mis pequeños.

Mis pequeños, sed muy conscientes del valor de vuestra alma, sed muy consientes en la misión que cada uno de vosotros tiene que llevar a cabo sobre la Tierra. El mal espiritual siempre es infinitamente superior al mal físico, lo físico pasará, se destruirá, desaparecerá, lo espiritual no, Mis pequeños, perdurará por la eternidad.

Mis pequeños, os he puesto un Tesoro inmenso dentro de vosotros, vuestra alma. Algunos, por negligencia, destruyen el alma, la llevan por caminos en donde no van a crecer en Virtud, en Vida y Amor, desperdician ésos grandes valores, ésos grandes tesoros que puse en cada uno de vosotros.

Otros se han dado cuenta de ése Tesoro grande, lo han hecho crecer y ahora están gozando de ése triunfo, que les ha costado, porque la perfección en las almas, cuesta Mis pequeños, cuesta, porque estáis viviendo en un medio adverso a la santidad de las almas, estáis viviendo en los dominios de satanás y, él lo que menos desea, son almas santas, almas donadas a su Creador, almas limpias, almas con las que pueda Yo trabajar.

Así que, las almas de éstos tiempos, serán más puestas a prueba, serán más atacadas por el egoísmo de satanás, no quiere que vosotros gocéis lo que él perdió. Vivid pues, en ésta realidad y luchad por ella, Mis pequeños, os Amo, cuidaos, cuidaos, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Os vuelvo a repetir, el tiempo es corto, muy corto ya, Mis pequeños.
Hijitos Míos, aún aquellos de vuestros hermanos que creen vivir en la Verdad, pero que vosotros, al verlos os dais cuenta que realmente viven en el error, aún ellos tendrán ése momento de lucidez espiritual, para darse cuenta del estado de su alma.

Se os ha profetizado ése momento, en que todos vosotros os daréis cuenta, en un momento determinado, cómo habéis obrado en vuestra vida, pero lo más importante, Mis pequeños, es que sabréis lo que Yo espero de cada uno de vosotros. Será vuestro libre albedrío el que escoja, si os mantenéis Conmigo, ó estaréis en Mi contra. Es tan importante, Mis pequeños, tan importante el libre albedrío, que igual os puede llevar a la condenación eterna, que os puede llevar a la Gloria eterna.

Aún aquellas almas que han tendido un pasado difícil, con sus padres, con sus abuelos, bisabuelos y quizá más atrás, quienes se separaron de Mis Mandamientos, de la vida espiritual, ó aún peor, que hayan hecho pactos con satanás, ésas almas, que se han mantenido alejados de Mí, alejados de Mi conocimiento, de Mi Amor, de Mis enseñanzas, también ésas almas tendrán ése momento de lucidez espiritual, en donde Me conocerán, conocerán Mi Amor, lo sentirán, su alma lo palpará y tendrán ésa oportunidad de arrepentirse y de tomarMe para su guía de ahí en adelante.

Como os dije antes, Mis pequeños, si existe alguien Justo, ése Soy Yo, vuestro Dios.

Muchos de vosotros Me tomáis como el enemigo, ése Rey que está sentado, lejanamente, apartado de vosotros, esperando que caigáis en el error para destruiros y condenaros. Me tenéis como el Dios del Antiguo Testamento, el Dios Guerrero, el Dios de Corazón duro, el Dios que solamente quiere luchar contra las almas y estáis equivocados, Mis pequeños, si Me mostré así en  el Antiguo Testamento, era por la testarudez del hombre, por su estado tan primitivo espiritual.

Vosotros ya no estáis en ése estado, se os ha dado toda una Evangelización. Digo, supuestamente no estáis en ése estado, pero vuestro libre albedrío lo sigue manteniendo en vuestro corazón.

Os vuelvo a repetir, como le dije al pueblo Judío, -pueblo de cabeza dura, de cerviz dura, tercos, testarudos, mentirosos, traidores-, estáis así, ahora, Mis pequeños, estáis así, como estaban ellos y lo peor de todo, es que no queréis entender. Se os ha dado mucho, se os han dado pruebas de Mi existencia y de Mi Amor y preferís seguir con el enemigo, tomando de él lo que os conviene para darle gusto a vuestra carnalidad, a vuestra vida de pecado, para seguir manteniendo vuestra alma en ésa destrucción espiritual.

Os vuelvo a repetir, el tiempo es corto, muy corto ya, Mis pequeños, y os pregunto ¿Qué haréis de ahora en adelante para mejoraros?, ¿Seguiréis así, en vuestra testarudez, que os llevará posiblemente a la perdición eterna? ó, ¿Pondréis una hasta aquí a vuestra vida de pecado, de nulidad espiritual y lucharéis por lo que os pertenece, que es el Reino de los Cielos?, la salvación eterna depende de vosotros mismos. Yo quisiera forzaros a ésa salvación, pero vosotros Me lo impedís, Mis pequeños, por vuestro libre albedrío mal usado, desviado, convenenciero.

Os Amo, Mis pequeños, ojalá podáis poner un hasta aquí a vuestra vida de pecado, ojalá queráis recuperar todo lo perdido. Luchad por ello, Mis pequeños y Yo os ayudaré a que en poco tiempo podáis recuperar lo que no hicisteis en mucho tiempo.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Orad, Mis pequeños y entrad en ésa humildad profunda, sincera y honesta para que podáis entender lo que vuestro Dios quiere de cada uno de vosotros.
Mis pequeños, os pido que en éstos momentos, cuando la vida se va a ser más difícil a vuestro alrededor, no os encerréis, no os escondáis, no tratéis bien solamente a aquellos que os traten bien, ahora es cuando debéis mostrarMe a vuestros hermanos, es cuando debéis dejarMe a Mí actuar a través vuestro.

Es en los momentos de dificultad cuando se muestra realmente la calidad del alma, es en los momentos difíciles, donde realmente el hombre debe sacar ésta casta espiritual, casta espiritual que fuisteis adquiriendo a lo largo de vuestra aceptación, de vuestra vida, al aceptar que Yo os fuera transformando. Os he dicho que pertenecéis al Cielo y por eso debéis sacar ésa casta, se debe reflejar a través de vosotros que sois hijos del Rey, hijos del Padre, hermanos de Jesucristo.

Es cuando Cristo podrá nuevamente caminar sobre la Tierra a través de vosotros, pero eso solamente lo podréis lograr,  Mis pequeños, con el anonadamiento de vosotros mismos, no sois lo perfecto que debierais ser en el Amor y en la vida espiritual, debéis pedir con humildad y con mucho deseo de corazón ése cambio interior que os engrandecerá ante Mis Ojos y ante  los ojos de vuestros hermanos.

Cuando se vive ya en Mí, pero de una manera total, es cuando empezáis a apreciar lo que es vuestro Dios, quién es vuestro Dios, qué es lo que desea vuestro Dios de cada uno de vosotros. Es en ése momento cuando el Santo Espíritu de Amor se derrama sobre vosotros como se derramó sobre los Apóstoles y les dio ésa Sabiduría, ése entendimiento Divinos, para que entendieran realmente su misión sobre la Tierra, el conocimiento y algunos Secretos Divinos.

Luchad pues, Mis pequeños contra vosotros mismos, quitaos de encima ésa coraza que os habéis creado, que os está destruyendo espiritualmente, una coraza impenetrable, una coraza mediante la cual no dejáis que Mi Gracia entre en vosotros. Es una coraza de soberbia, en donde os sentís autosuficientes, os sentís grandes ante los hombres por lo que habéis hecho de vuestra vida. Los mismos bienes que habéis acrecentado, son los que os están hundiendo y no os están permitiendo crecer en los Valores que son los Míos. Estáis demasiado embebidos, ensimismados en los bienes de la Tierra, que no estáis viendo con los ojos del alma lo que realmente vale para vosotros para toda la eternidad. Buscáis demasiado el poseer y el ser aquí en la Tierra, cuando Yo os he dicho a través de Mi Hijo, que debierais desaparecer a vosotros mismos para ser grandes en el Reino de los Cielos.

Orad, Mis pequeños y entrad en ésa humildad profunda, sincera y honesta para que podáis entender lo que vuestro Dios quiere de cada uno de vosotros. Si no hacéis así, estáis desperdiciando grandes tesoros, grandes Verdades y estáis poniendo en riesgo vuestra vida eterna.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: La Parábola de la Semilla que cae en el camino.
Hijitos Míos, así como el padre, ó la madre, escogen entre los hijos a cuáles poderles revelar ciertos secretos, porque confían en ellos, porque han demostrado durante su vida tener ésa sabiduría, ésa inteligencia, ésa prudencia, ése amor hacia ellos para guardar ésos secretos, así también Conmigo pasa, Mis pequeños, Yo voy dando a los que he escogido en el mundo, Mis Secretos, pero dentro de los que he escogido, prefiero a aquellos que lo demuestran en su vida y Yo les doy ésta Gracia especial.

Mi Hijo os dijo que muchos eran los llamados y pocos los escogidos. Realmente, todos vosotros sois llamados durante vuestra vida y aquí es donde entra la Parábola de la Semilla que cae en el camino ó que cae en poca tierra, entre las piedras, ó en buena tierra, que hasta las espinas crecen junto de ella.

Tened en cuenta, Mis pequeños, que las riquezas del Reino, valen muchísimo más que cualquier riqueza de la Tierra y eso no lo habéis ni siquiera empezado a vislumbrar, no lo podéis ni siquiera comprender porque no lo habéis querido hacer la gran mayoría de vosotros, no habéis buscado ése Reino en vuestro interior.

Muchos buscáis pero para vanagloria, para poder adquirir poderes ó capacidades diferentes a vuestros hermanos y poder presumir de ellos. Ésa es la semilla que quiso empezar a hacer algo, pero que rápidamente se secó ó que los pájaros comieron porque quedó muy superficial. Los pájaros significarían ésos espíritus del mal que se introducen en el alma y que rápidamente os hacen cambiar de parecer.

Ciertamente, como hijos Míos, hijos del Rey, tenéis derecho a conocer lo que es Mío y que quiero heredaros, pero no respondéis como verdaderos hijos, no queréis luchar por Mi Reino y mantenerlo libre del ataque del mal. Os sentís con muchos derechos y riquezas de Mi Reino, pero no ponéis mucho de vuestra parte y cuando viene un ataque fuerte os dejáis vencer, no lucháis, os acobardáis, huís y lo dejáis solo, ó más aún, hasta lo traicionáis, con tal de manteneros vivos, pero os mantenéis vivos para el mundo, pero muertos para el Cielo.

El verdadero hijo, el verdadero protector del Reino, es aquel que lucha y quizá pueda luchar hasta morir y dar su sangre por defender lo que es de su Padre, porque lo ama de corazón, porque sabe que en ése Reino hay riquezas inconmensurables, y que no deben caer en manos de los enemigos. Ésos son los verdaderos hijos que quiero en estos momentos, aquellos que luchan realmente por Mis bienes, los bienes de vuestro Dios en las almas de vuestros hermanos, en Mi Iglesia, en todo lo que Yo os di.

Se os ha preguntado, y éstos son los tiempos en que deberéis responder ya a ésa pregunta, si estáis conmigo ó estáis contra Mí. Aquí ya no puede haber tibieza ni mediocridad, ó sois, ó no sois, defenderéis lo que Me pertenece, u os pondréis de parte de Mi enemigo, creyendo que con ello, él tendrá misericordia de vuestra vida y no os hará daño y muy equivocados estaréis, Mis pequeños, porque él quiere destruiros, quiere destruir Mi obra de creación, donde vosotros sois los más importantes. Y primeramente os tratará de engañar, para que Me ataquéis, ataquéis Mi obra, que seáis traidores a vuestro Dios y luego, os llevará ante Mi Presencia para burlarse de vosotros ante Mí, burlarse de Mí, porque Yo puse tanto en vosotros y Me traicionasteis por aceptar las insidias de satanás.

Nunca podréis comprender tanta maldad a donde os lleva satanás, la única forma de defenderos, es manteniéndoos en estado de Gracia, en ésa vida íntima Conmigo, que es la oración profunda que os he pedido tanto, la vida íntima con vuestro Padre, con vuestro Dios.

Si vosotros estáis apartados de todo ello, de la vida en la Gracia, del crecimiento espiritual, de la oración íntima, ¿qué puede esperar vuestra alma? estáis realmente a merced del enemigo, no os estáis protegiendo debidamente, no estáis revestidos contra el que os va a atacar.

Buscad la Verdad, Mis pequeños, buscadla, para que Yo os guíe, para que Yo os enseñe, para que Yo os proteja. No os hagáis tontos, Mis pequeños, estáis viendo la maldad a vuestro alrededor, y si vosotros estáis enredados en ella, no esperéis que, como por arte de magia, todo se recupere, así de repente, sin que mováis vosotros un dedo para que todo se mejore. Estáis esperando un milagro de Mí, de vuestro Dios, pero no hacéis nada por merecerlo. El triunfo se logra en el campo de batalla y ni siquiera queréis entrar a él, enviáis a otros y vosotros os mantenéis fuera, en vuestra concupiscencia. Queréis gozar todo, queréis gozar del mundo y creéis que Me podréis a Mí mentir y aprovecharos de Mí, implorando Misericordia para ganar el Reino de los Cielos sin hacer nada, y no va a ser así, Mis pequeños, no os engañéis, el trabajador que no lucha, que no busca con el sudor de lo que se va a alimentar, no puede obtener ése alimento.

Por Mí, tenéis todo. Mi Gracia se os da gratuitamente, pero Mi Gracia, en vosotros se tiene que volver acción, si no vivís ésa acción, por lograr el triunfo, el demonio fácilmente os vencerá. Tenéis los ojos cerrados a la realidad y no queréis comprender, Mi Misericordia es muy grande y todavía se os darán oportunidades para que veáis vuestra tontería y vuestra testarudez y, Mis pequeños, las oportunidades cada vez serán  menos, especialmente si no entendéis el mensaje que os quiero dar, porque no estáis acostumbrados a luchar por lo que es bueno para vosotros, os habéis aprovechado de la bondad de vuestros hermanos para robarles lo que vosotros no trabajasteis y eso no es justo y éstos son los tiempos en que veréis también Mi Justicia Divina sobre todos vosotros.

Son tiempos de Juicio, son tiempos de ver la Verdad de vuestras obras sobre la Tierra. Son tiempos de la realidad Divina entre los hombres y sólo habrá dos caminos futuros para cada alma: el Triunfo en la Gloria ó el castigo en el Infierno, por toda la Eternidad.

No os dejéis engañar por aquellos que os dicen que podréis gozar aquí en la Tierra lo que queráis y que, posteriormente, por Mi Misericordia, lograréis también el Reino de los Cielos. No os engañéis, Mis pequeños, vosotros sabéis cómo debéis actuar y sabréis a dónde llegaréis en lo futuro.
Gracias, Mis pequeños.