Abr 19_05 La esencia Divina de la Iglesia. Fuera de Ella no encontraremos el Alimento, Bendiciones..

Rosario.

 

Temas:

  • La esencia Divina de la Iglesia. En nuestra ingratitud no hemos sabido apreciar ni defender las Bondades y Gracias que de ella recibimos.
  • La Iglesia es Trinitaria, la Santísima Virgen María la cuida y a Pedro se le entregó todo el poder. No encontraremos fuera de ella el Alimento, las Bendiciones que necesitamos para crecer.

 

Mensaje de la Santísima Trinidad y Dios Padre a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: La esencia Divina de la Iglesia. En nuestra ingratitud no hemos sabido apreciar ni defender las Bondades y Gracias que de ella recibimos.
Hijitos Míos, Yo os prometí que la Santidad de la Iglesia iba a permanecer hasta el fin de los siglos. El Espíritu de la Iglesia es Divino, su Esencia es Divina.

El hombre en su concupiscencia cae, pero no arrastra lo que es Divino. Así ha sido a través de los siglos, la Iglesia se ha mantenido a pesar de que algunos que han estado a la Cabeza de Ella, no han sido dignos de Ella, de su Santidad, de sus Enseñanzas, de todas las Bondades que Yo puse en Ella.

El hombre no aprecia lo que tiene, hasta que se le quita. El hombre se acostumbra aún a lo bueno y llega un momento en que ya no agradece lo que tiene. Os habéis acostumbrado a tener lo que tenéis ahora en Mi Iglesia, sus Bondades, sus Gracias, sus Bendiciones, su Alimento, los Sacramentos.

Se os ha dado mucho a través de la Iglesia y una gran mayoría de los que se llaman seguidores Míos, no han apreciado, ni respetado lo que Yo os di a través de Ella.
Éste es el tiempo en que se os quitará toda ésa Belleza y entonces sí apreciaréis lo que teníais y tendréis que luchar para recuperarla.

La Santidad de la Iglesia se ha mantenido siempre y seguirá hasta el fin de los siglos pero, con éstas pruebas que se vendrán, sus fieles deberán luchar por ésa Santidad, al luchar por recuperarla, el hombre alcanzará ésa Santidad que siempre os he pedido, para que estéis en concordancia con los Bienes del Cielo.

La Iglesia, es un Bien Celestial que Yo os dejé después de subir a Mi Reino.
Mi Madre la ha mantenido Santa, la ha mantenido Viva, ha buscado uniros, pero el hombre no quiere unirse a ella.

En algún tiempo os daréis cuenta del gran Tesoro que Yo os dejé en ella y entonces sí apreciaréis lo que teníais y gozaréis de todas sus Bondades y Bendiciones y la cuidaréis como el Tesoro más grande que tenéis sobre la Tierra.

Orad, orad por las cabezas, orad por todos aquellos que están guiando los Pueblos en lo espiritual, en cada país del mundo. Ellos son cabezas de Mi Iglesia y vosotros los protegéis por vuestra oración, por vuestra donación.

El hombre se pervierte fácilmente y vosotros debéis cuidar al hombre, la parte humana del sacerdote, de las cabezas. Si el hombre se pervierte, él va a pervertir a muchos, va a enfermar a alguno de Mis Miembros y vosotros sois los encargados de mantener ésa sanidad y ésa salud de todos los miembros de Mi Iglesia.

Si vosotros tenéis a un hijo enfermo y no lo atendéis, puede llegar hasta morir. Así es Mi Iglesia, está dividida, en éstos momentos hay mucha división porque hay muchos miembros que están enfermos y debéis ayudarlos a sanar con vuestra oración, donación, sacrificio, penitencia. Daos por ellos y ellos se darán por vosotros y por toda la humanidad, todos vosotros sois Iglesia y todos debéis cuidar lo que Me pertenece para bien vuestro. Unios en un solo pensar y en un solo vivir, el Amor de vuestro Dios.
La salvación de las almas, se da a través los Bienes de la Iglesia y debéis cuidar a todas las almas, católicas ó no católicas, todos vosotros sois hermanos.

Por eso Yo mandé a Mis Discípulos a predicar a toda la Tierra y con esto os di a entender que la salvación es para todos. Y así debe ser, si no podéis ir personalmente a predicar, hacedlo a través de vuestra oración. Ayudad a aquellos que andan fallos en Fe, en compromiso y en Amor. Ayudadles, levantadles, apoyadles y renovad con sangre nueva Mi Iglesia, con ésa juventud que venga a mantener el orden que Yo puse desde el Principio. Los valores que Yo os pedí desde el Principio de los Tiempos, que luego pasaron a Mi Iglesia, se deben mantener, porque Mi Ley es inmutable, Mis Deseos son inmutables, Mi Pensamiento es inmutable.

Dejad que Mi Santo  Espíritu de Amor os siga guiando a vosotros y vuestra oración apoye a la de vuestros guías consagrados de Mi Iglesia, que ellos a su vez se tienen que dejar guiar perfectamente por la Luz del Espíritu  Santo.

Orad por ellos, para que su humanidad no opaque la espiritualidad de lo que es Santo.
Gracias, Mis pequeños.

 

Segundo Misterio, Habla La Santísima Trinidad.
Sobre: La Iglesia es Trinitaria, la Santísima Virgen María la cuida y a Pedro se le entregó todo el poder. No encontraremos fuera de ella el Alimento, las Bendiciones que necesitamos para crecer.
Hijitos Míos, la humanidad se ha vaciado de los verdaderos valores que deben de vivir en el corazón del hombre.

En la Iglesia deposité todos ésos Bienes espirituales, dándole Yo poder a Pedro para que fundara Mi Iglesia, con él Yo dejaba todo Mi Poder.

La Luz del Espíritu Santo le daba la Sabiduría, Mi Padre, mantenía el Amor y la unión. La Iglesia es Trinitaria y en Mi Madre, la Siempre Virgen María, depositamos Nuestra confianza para que Ella cuidara lo que pertenece a la Trinidad Divina Santísima.

Entre los hombres, hay quienes no quieren reconocer Mi Poder en la Iglesia, creen que es institución humana y están equivocados, es institución Divina, porque como os dije, es la Trinidad la que habita en ella.

En ella podéis obtener las mismas Bendiciones y Gracias que Yo estuve repartiendo cuando viví sobre la Tierra.

La Presencia real que tuve entre los hombres, la tenéis ahí, en la Sagrada Eucaristía, Mi Cuerpo y Mi Sangre están Vivos, he permitido grandes Milagros para que os deis cuenta de ello, de ésa realidad.

Cuando venís al Templo, cuando venís a la Iglesia, es Mi real Presencia a la que debéis venir a buscar. Ciertamente el ministro es un hombre, pero él está consagrado, el Sacramento que él tiene y que con él Yo le confiero poder, mantiene ésa Vida, al llamarMe del Cielo, para venir a la Tierra.

Venid, Mis pequeños, a visitar a vuestro Dios y Salvador. BuscadMe a Mí, compartid vuestro tiempo Conmigo, platicadMe de vuestras necesidades, de vuestros logros, de vuestros gustos, platicadMe como el Amigo, como al Padre, como al Hermano. Yo os estoy esperando. Vuestro corazón, os dice ciertamente que Yo estoy ahí, Vivo en el Tabernáculo y a través de vuestra Fe, obtenéis Mis Bendiciones. No vengáis a Mi Casa a criticar, a pecar, a maldecir, venid a Mi Casa a acompañarMe y a gozar Conmigo.

Entended Mis pequeños, que la vida que necesita vuestra alma, básicamente la deberéis obtener aquí, en la Iglesia, en el Templo, a través de Mi Alimento Celestial, Mi Cuerpo y Mi Sangre están a vuestra disposición como Alimento de Vida, para crecimiento, para donación.

Debéis venir a ésta Fuente de Vida que no podréis encontrar en ningún otro lugar. Vuestra oración es buena y si la hacéis de corazón, llega hasta a ser Santa y ciertamente ayudará a vuestra alma a crecer, pero el Alimento que obtenéis a través de la Sagrada Eucaristía, no lo podréis obtener fuera de Mi Iglesia, fuera del Sacramento de la Eucaristía.

Venid, alimentaos, creced, gozad en vuestro Dios. Os espero, espero ansioso, como el Amigo espera al amigo fiel, como el Padre espera al hijo y como el Amor, que quiere escuchar amor.
Gracias, Mis pequeños.