Abr 18_05 La comunicación de Dios con los hombres, a través de Sus Profetas.

Rosario.

Temas:

  • Ya es tiempo de erradicar las sombras que os cubren.
  • La comunicación de Dios con los hombres, a través de Sus Profetas.
  • Su deseo de seguir cuidándonos como a Sus hijos.
  • El Decálogo, dado por nuestro Padre para crecer espiritualmente.
  • Las almas muertas, sin Caridad, sin Amor en su corazón.

 

Mensaje de Dios Padre, la Santísima Trinidad, Nuestro Señor Jesús y la Santísima Virgen María a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Ya es tiempo de erradicar las sombras que os cubren.
Hijitos Míos, ciertamente vosotros podéis afectar el curso de los acontecimientos. Ya hemos explicado, a lo largo de la historia, a través de las Escrituras, los acontecimientos que la humanidad puede padecer si no entiende, si no pone de su parte, si no se humilla ante su Dios, si no abre su corazón a su Dios.

¿Porqué sois tan testarudos, Mis pequeños? Os he dado tanto, os he abierto Mi Corazón, os he llevado de la mano y aún así permanecéis en el error. La testarudez solamente os puede llevar al peligro, al sufrimiento y a la muerte.

Ciertamente, entre vosotros, a través de la historia siempre ha habido gente testadura y gente que entiende. Y gracias a aquellos que han entendido la lección, ayudan a levantar a sus hermanos del error y del sufrimiento.

Mi Hijo vino a detener los acontecimientos, si Yo hubiera permitido que siguieran como iban y que Mi Hijo no bajara a la Tierra, ya os podríais imaginar cómo el demonio hubiera destrozado a la humanidad de ése tiempo, eso lo podéis constatar perfectamente en las Escrituras. La posesión diabólica en esos tiempos era mucha, la destrucción moral y espiritual, estaba prácticamente al máximo y se veía como  algunos se aprovechaban de todo un pueblo. Había varios pueblos y los reyes no buscaban el beneficio de sus súbditos, sino que se aprovechaban de ellos. Lo mismo sucedía en el pueblo Judío y ya os he explicado, cómo unos pocos se aprovechaban del resto.

Os mandé a Mi Hijo para que se detuviera toda ésta maldad. Mi Misericordia Infinita, el extremo de Mi Amor, permitió que bajara Mi Hijo a poner las cosas en claro, para que tuvierais Luz para poder guiaros, para que se fuera renovando, nuevamente, lo que Yo Creé en la perfección.

Ahora, Mis pequeños, estos tiempos son parecidos a aquellos, en los que vosotros os debéis dar cuenta de que necesitáis nuevamente un guía amoroso, la Luz Verdadera que os llevará a enaltecer  vuestra alma y poder presentarse ante su Dios y Creador.

Os ha tocado vivir estos momentos de cambio, en los que ahora vosotros deberéis de poner vuestra parte. Deberéis ser ésas almas que hagan el cambio, como Mi Hijo lo hizo, detener el mal con la Luz que deberéis reflejar del Santo Espíritu de Amor.

Vosotros debéis ser autores de ése cambio, guiados por el Espíritu Santo. No podéis ni debéis actuar solos. Si vuestros hermanos, que están equivocados, están actuando con las fuerzas del mal, Yo no os puedo dejar desamparados, vosotros deberéis actuar con Mis Potencias y así es como venceréis, actuando Conmigo, dejándoos guiar por Mi Amor, por Mi Sabiduría, por Mi Verdad.

Mis pequeños, no opongáis más resistencia a lo bueno que Yo os quiero dar, a todo lo bueno que está detenido por vuestra necedad. Os quiero llevar a un cambio total de vuestra alma, de todo vuestro ser, que será benéfico para cada uno de vosotros. Ya es tiempo de erradicar las sombras que os cubren, la obscuridad que habéis atraído a la Tierra.

Mis pequeños, no fuisteis creados para la obscuridad, debéis moveros como Mi Hijo se movía, en la Luz, en el día, bajo Mis Enseñanzas. Poned de vuestra parte vuestra humildad, vuestra dedicación, vuestra docilidad y Yo actuaré por vosotros, Yo haré el cambio en vosotros y en el mundo entero.

Nuevamente, vuestra necedad será vencida gracias a aquellos que se donarán por mejoraros y así como Mi Hijo se dio por buenos y por malos, así en éste tiempo, las almas buenas se darán por los necios y por otras almas buenas, la diferencia es que el necio será salvado por la sangre de los justos, pero no tendrán el mismo premio. Eso es Justicia, eso es Amor. El que ha luchado por mantenerse en Mí, a pesar de los ataques del enemigo, tendrá un Premio superior  a aquellos que neciamente se mantuvieron durante su vida  evitando que Mi Palabra se difundiera.

Orad, Mis pequeños, manteneos en ésa vida íntima Conmigo, dejad que Yo vaya guiando vuestros acontecimientos, empezando con vuestra propia vida. DejadMe servir a vuestros hermanos a través de cada uno de vosotros y veréis que todo será fácil, todo será sencillo. No pongáis vuestra mente humana en todo lo que sucederá, ésta es una lucha de poderes espirituales, donde vuestras capacidades no caben, no lo entenderíais, Mis pequeños, por eso os pido simplemente, ser como niños dóciles, aceptar lo que Yo os estoy pidiendo y Yo os protegeré, como la Madre protege a sus bebés en su regazo. No os dejaré caer si estáis Conmigo y si confiáis en Mí. Yo Soy vuestro Padre y Yo os Creé para Amaros, para llevaros a una perfección de Amor y para que gozarais Conmigo los Bienes del Cielo.
Gracias, Mis pequeños.

 

Segundo Misterio, Habla La Santísima Trinidad.
Sobre: La comunicación de Dios con los hombres, a través de Sus Profetas.
Hijitos Míos, Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, He vivido siempre con el hombre, desde el Principio de la Creación. Mi comunicación con vuestros Primeros Padres, era total, en todo momento, de Padre a hijo, de hijo a Padre. Y a pesar de que se perdió la Gracia por el pecado, la comunicación no cesó, Yo Me seguía comunicando con el hombre.

La prueba está que, a través de los Profetas de la antigüedad, Yo Me seguía comunicando y los Pueblos así lo aceptaban, aunque no les gustaba, porque Yo intervengo cuando todo va por el camino erróneo.

Os di Leyes y Decretos para que los siguierais y con ellos os mantuvierais aún,  en la obscuridad, unidos a Mi Corazón, hasta que se abrieran nuevamente las Puertas del Cielo, hasta que se os diera nuevamente la Gracia que habíais perdido.

Pero para muchos de vosotros, de vuestros hermanos, en la actualidad, se les hace difícil, ó prácticamente imposible que Yo Me comunique con el hombre, cuando lo he hecho a través de toda la humanidad, como os he dicho.

Es la falta de Fe, es la falta de confianza, la que hace que éstas almas no entiendan que Soy vuestro Dios y vuestro Padre y que siempre os voy a estar guiando y os voy a estar reprendiendo, para que enmendéis el camino, para que rectifiquéis vuestro error y para que vayáis a una espiritualidad superior.

Ciertamente, tenéis ataques fuertes de los vuestros, porque no entienden esto. Creen que el alma debe de ser santa, pura, inmaculada para recibir la Voz de su Dios y no es verdad, Mis pequeños, ó ¿Qué acaso los padres solamente hablan con sus hijos cuando están de buenas? Yo quiero tener ésa comunicación con Mis hijos, con todos, con la humanidad entera. Es obligación del hombre hablar con su Dios, confiar en su Dios, saberse necesitado de la guía Paterna y no sentirse huérfano en el mundo.

Es obligación del hombre, entender que sin Mi Guía, iréis por caminos funestos para el alma, pero es amor, es el amor el que os debe de atraer a Mí. Es el coloquio Divino el que Yo deseo que haya entre vosotros Conmigo, vuestro Dios. En ése coloquio el alma empieza a conocerMe, empieza a amarMe y se desprende de sí, para darse por Mí.

Cuando os mantenéis alejados de Mí, que vivís para vuestros intereses y que vivís para el mundo, no hay crecimiento y sobre todo, es ésa falta de confianza la que os hace evitarMe.

Las almas que no están Conmigo, que no aceptan ésta realidad, de la comunicación real y verdadera que debe existir entre vosotros y Yo, viven ensimismadas en sus capacidades, en sus ideas humanas y sus virtudes no se desarrollan, se vuelven almas problemáticas, que transmiten error, que transmiten falsedad, porque no hay Humildad en su corazón, ni Sabiduría Divina. No pueden aceptar la mejora espiritual que tienen sus hermanos sencillos que pequeños como niños, que abriendo su corazón, platican con su Dios y reciben Mis Bondades.

Otra vez, es la necedad del hombre la que no quiere aceptar lo que Yo os doy, la comunicación con su Dios. A vosotros os he enseñado que no hay imposibles para vuestro Dios, pero los necios impiden el paso de Mi Gracia en su corazón, porque para ellos sí hay imposibles.

Éstos serán tiempos de gran tribulación espiritual, más que humana. El hombre deberá entender a vivir más espiritualmente que humanamente. La tribulación vendrá en vuestro interior, luchar contra vuestra necedad, luchar contra vuestro “yo”, luchar contra vuestro pecado. Eso es más difícil para el hombre, porque la necedad está cubierta de orgullo, de soberbia y ésa ha sido siempre la lucha por toda la Eternidad, desde el Principio de la Creación, la soberbia contra el Amor y seguís padeciendo eso, Mis pequeños, por eso se os dará éste tiempo de recuperación espiritual, para que el necio, el soberbio, acepte Mi realidad espiritual en vosotros, en todo lo que os rodea.

Primero deberéis vencer vuestro “yo”, aceptar Mi Presencia en vuestra vida y en todo lo creado y ya que hayáis entendido esto, os llevaré a conocer todo aquello que está velado para vuestros ojos, que son Mis Misterios de Amor, que no podríais entender con las capacidades actuales que tenéis. Es demasiado bello, es demasiado grande, lo que Yo tengo para vosotros para que lo podáis entender con “sabiduría humana”, que es la que tenéis ahora, la gran mayoría de vosotros.

A los que he ido preparando, van entendiendo poco a poco, cómo el Amor os rodea en todo lo creado, cómo todo tiene vida en el Amor, cómo todo camina en el Amor.

Entiende las Bendiciones que he puesto en vuestra vida y alrededor de vuestra vida. El necio y soberbio, no entiende esto, el necio y soberbio, solamente vive para vivir y él es el importante en el mundo y todo se da porque sus fuerzas y sus capacidades se lo dan, no saben reconocer Mi Amor y Providencia en todo lo que os rodea, ni agradecen lo que Yo les doy, porque no saben reconocerlo. El necio no puede vivir en la Verdad, no puede vivir en la Luz, porque desea mantenerse en su obscuridad y no quiere salirse de ella, porque no tiene la Humildad para reconocerse pequeño y necesitado.

Caminad pues, Mis pequeños, en la Verdad, en la cual os estoy guiando y tomad de la mano a vuestros hermanos que os quieran seguir dócilmente, ése es el rebaño fiel, las ovejas, las que se dejan llevar dócilmente por el Pastor, llevadlas a lugares seguros de pastizales verdes y abundantes y Yo Me haré cargo de los necios, de los soberbios.

Tendrán que sufrir su necedad, su insolencia, el dolor que causaron a sus hermanos por haberse mantenido así, necios y groseros. Tendrán su momento, tendrán su cambio, pero será más doloroso, así lo quisieron, ni vosotros ni Yo somos responsables de ello, es el libre albedrío del hombre y la soberbia la que lleva a éstos hermanos vuestros a vivir en la obscuridad, porque así les conviene, así les gusta. Yo les enseñaré a ver la Verdad, a vivirla y les digo que les costará más tiempo y dolor, pero será para su bien.

Orad por ellos, Mis hermanos, Mis hijitos, pequeños de Mi Corazón. Traedlos hacia ésta Trinidad Santa que os Creó para que gozarais de Nuestros Bienes. Traedlos al Amor, con el Amor que ya habéis aceptado en vuestro corazón y que está dando mucho fruto.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: Su deseo de seguir cuidándonos como a Sus hijos.
(Lenguas…)
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, La Siempre Virgen María. Mis pequeños, os llevo en Mis Brazos, os acurruco aquí en Mi Seno, os llevo a que conozcáis a Mi Hijo, el Pequeño de Mis Entrañas, os cargo, os canto, os beso, os acaricio como lo hacía con Él, con el Pequeño Bebé, Mi Dios y Señor.

¡Oh! Mis pequeñitos, ¿por qué habéis crecido? ¿Por qué quisisteis ser vosotros mismos? ¿Por qué no quisisteis seguir siendo hijos de Dios?

Mis pequeñitos, Yo os quiero seguir consintiendo, Yo os quiero seguir amamantando con Sabiduría Divina, con el Amor que ha puesto Mi Dios y Señor en Mi Corazón. Yo os quiero seguir cuidando y protegiendo de la bestia infernal, pero vosotros, Mis pequeños, os separasteis de Mis Brazos, quisisteis caminar vosotros solos, os habéis apartado del Verdadero Amor y ahora caéis, ya no queréis venir a alimentaros de Mí, de vuestra Madre, que tanto os Ama. Rechazáis a vuestro Hermano, a Mi Hijo, vuestro Salvador y estáis caminando solos porque así lo quisisteis. Os la pasáis tropezando, cayendo, vuestra alma está ahora llena de cicatrices y de dolor.

Yo os puedo evitar ello y puedo curar, aún ésas cicatrices profundas que tenéis, que os habéis ganado por vuestra necedad, por haber crecido en un modo erróneo.

Le pido a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor que toque hasta las fibras más íntimas de vuestro corazón, para alcanzar vuestro arrepentimiento, para que entendáis vuestro error.

Yo Soy Madre de todos vosotros, Madre de todo el género humano. Yo no tengo distinción para nadie, como Mi Hijo también, nunca tuvo distinción para alguien en especial, se dio por todos y Su Sangre fue para todos, sus enseñanzas fueron para todos.

Yo estoy aquí, Mis pequeños, en éstos momentos de la historia, para atraeros a Mí, para cuidaros y protegeros contra la bestia infernal, contra la serpiente antigua, a la que venceré en su momento debido. Mientras, ella seguirá atacando fuertemente a todos Mis hijos, a todos aquellos que entendieron el Mensaje de vuestro Dios y lo han puesto en práctica.

A ellos, los protegeré mejor, porque son la Luz en el mundo en éstos momentos, y él odia la Luz, él odia la Verdad que traen en su corazón los hermanos de Mi Hijo.

Debo luchar más por aquellos que siguen viviendo en las tinieblas, aquellos a los cuales el demonio, ya ha puesto su pata encima y no los deja revivir a la Gracia.

En éstos tiempos de gran cambio espiritual, deberéis uniros más en familia, Conmigo, con vuestra Madre, con Mi esposo de la Tierra, San José, debéis uniros a Nuestra Familia, para que quede protegida fuertemente con la Santísima Trinidad.

Solo los necios no entienden esto, solo los necios ven en los acontecimientos que se están sucediendo alrededor de vuestro mundo, como algo natural, como algo normal, como algo que tiene que suceder.

Ciertamente, hay situaciones que se dan constantemente, que son cíclicas, porque así es la voluntad del hombre, necia, pecadora y volvéis a caer y caer y caer y así ha sido siempre a través de los siglos, no entendéis en vuestras caídas y por eso estáis llenos de cicatrices.

No habéis pedido la Sabiduría Divina, para entender con la caída de vuestros hermanos. Al no quereros levantar, os mantenéis ahí, en el error.

Realmente estáis ciegos, Mis pequeños, sois tontos, porque es más fácil vivir en la Verdad y en el Bien que en la necedad y en el mal.

Cuando os mantenéis bajo las Leyes de vuestro Dios, todo sale de acuerdo a Su Voluntad y Su Voluntad es de Bien, Yo estoy con vosotros y os cuido, os guío, os enseño, os levanto, os perfecciono, eso es caminar en el Bien, es perfección para el hombre, pero no os gusta sufrir y así os lleváis caídas, dolores, entráis en guerras con vuestros hermanos, hay desigualdades por falta de Amor, ataques por tierras ó por el color de la piel, pecado, sumisión, muerte. A esto os lleva vuestra necedad, al apartarse de la Voluntad y del Bien de vuestro Dios.

Decidid ya, Mis pequeños, vivid con vuestra Familia y poned de vuestra parte para lograrlo. Donde haya guerra, poned la paz, donde haya odio, poned vuestro amor, donde no haya respeto, poned la Caridad, donde haya grosería, poned Virtud.

Poned a Mi Hijo en vuestro corazón en Primer Lugar, antes que a vuestro propio ser. Os habéis endiosado con vosotros mismos. Mi Hijo, vuestro Dios, lo ponéis en segundo plano, ó ni siquiera le dais importancia.

Vosotros tenéis en el mundo y a vuestro alrededor, lo que vosotros mismos tenéis en vuestro corazón.

Esa obscuridad de alma que tenéis en vuestro corazón, ése pecado, ésa concupiscencia que mueve a vuestra alma hacia el mal, es lo que estáis viviendo a vuestro alrededor, es vuestra propia maldad la que os está agobiando y os está ahogando.

No le echéis la culpa a vuestro Dios, porque Él no es el productor ni el creador de la obscuridad ni del pecado.

Enmendad vuestra vida, Mis pequeños, si no, vuestra propia concupiscencia, ésa maldad que traéis en vuestro corazón, os aniquilará. El demonio lo sabe, conoce vuestro actuar y hasta que no pongáis un “hasta aquí”, hasta que no pongáis un freno a vuestra vida de error, todo cambiará a vuestro alrededor. Vosotros deberéis detener éstos acontecimientos, deteniendo vuestra concupiscencia. Detened vuestra maldad, vuestra propia maldad, cambiándola por el Bien de vuestro Dios en vuestro corazón, dejándolo vivir a Él y veréis como todo cambia a vuestro alrededor.

Mi Hijo os decía, que la boca habla de lo que está lleno el corazón y lo mismo os digo, que el hombre actúa de acuerdo a lo que trae en su corazón.

Si apartáis de vuestro corazón la maldad y os llenáis de Bien, vuestro actuar será diferente, pero os tenéis que dar cuenta de ello, Mis pequeños, que el bien en vuestro mundo empezará cuando cada uno de vosotros lo empiece a producir.

El Premio que se os dará es personal y va de acuerdo a vuestros actos personales, por eso, el señalar a vuestros hermanos en su error y en sus pecados, no os va a traer nada bueno, señalad vuestro propio proceder y cambiadlo y así, cuando entréis en ésa humildad, en ésa docilidad, es cuando Yo os tomaré de la mano y os llevaré a vuestra propia perfección.

Soy vuestra Madre, Mis pequeños y os puedo elevar a niveles inaccesibles, ó imposibles a ojos humanos.  Os puedo llevar a una espiritualidad santísima, no conocida aún, si vosotros Me lo permitís. La Santidad a la que os puedo llevar, es un Bien Supremo, que se les da a las almas sencillas y deseosas de perfección. DadMe vuestra manita, Mis pequeños, venced vuestra necedad, vuestro “yo”, vuestro pecado.

Imaginad que sois los únicos en el mundo y que dependéis totalmente de vuestro Dios.
En éstos momentos, os deberéis sentir huérfanos, porque vuestra maldad os ha separado de vuestro Dios. Vosotros mismos os separasteis de Él, no fue el Amor de vuestro Dios, quien aún os sigue amando.

Nuevamente os pido, volved a la Familia, regresar aquí, a Mi Seno Virginal, dejad que Yo os siga alimentando con Sabiduría Excelsa, con el Amor Infinito y así os prepare para que viváis dignamente en el Amor de vuestro Dios para el Reino que se os avecina.

DejadMe, Mis pequeños, dejadMe revestiros con la Gracia y las Virtudes que Mi Esposo os quiere dar. DejadMe ya actuar plenamente en vosotros.
Os Amo, Mis pequeñitos, os Amo.

Cuarto Misterio, Habla Jesús.
Sobre: El Decálogo, dado por nuestro Padre para crecer espiritualmente.
Hijitos Míos, el ser humano, siempre tiende a buscar su propio bien, a buscar su comodidad, a buscar los bienes del mundo. No le gusta vivir en la suciedad, en la mendicidad, le gusta tener lo mejor. Aún el más pobre, siempre desea tener algo mejor, estáis siempre buscando con ahínco el tener, el poseer lo mejor que haya, de lo que sea.

A nadie le gusta vivir necesitado de alimentos, o de cosas, o de techo.

¿Por qué, Mis pequeños, si en lo humano, buscáis siempre la mejora y vuestro perfeccionamiento para gozar más de las cosas, por qué no utilizáis ésa misma regla, ése mismo esfuerzo en mejorar lo que vale realmente en vosotros, que es vuestra alma?

Mi Padre, os dio los Diez Mandamientos para que empezarais con ésa mejora en vuestro interior, para que así, al ir modificando vuestro interior, por añadidura se os daría lo exterior.

No quisieron escuchar los hombres de ése tiempo, son Reglas de Amor, son Reglas de Paz, son Reglas que os van a llevar a crear el Cielo en la Tierra. Son los Mandamientos de un Dios que os Ama y que desea vuestro perfeccionamiento interior al apartarse del mal que os viene agobiando por siglos.

Luego, Me permite Mi Padre venir a la Tierra, a nuevamente recordaros ésos Mandamientos que os dio por Amor. Los Viví, os los enseñé con Mi Propia Vida, visteis Mis Milagros, visteis Mi Sabiduría, visteis a vuestro Dios entre vosotros, visteis a lo que estáis llamados cada uno de vosotros.

Ésta es vuestra realidad, Mis pequeños, Mi Vida en vosotros, Mis capacidades en vosotros, pero solamente las podéis obtener cuando vuestro corazón esté fundido al Mío. Estáis llamados, como os he dicho a vivir en el Amor de vuestro Dios y de producir Milagros a vuestro alrededor.

Pero no se pueden dar en el hombre necio, en el hombre soberbio, éstas capacidades, no se pueden dar, porque no las utilizaríais para bien de vuestros hermanos, sino para vuestro propio bien y para acrecentar vuestra soberbia.

Aquellos hermanos vuestros que han entendido que el cambio en vosotros se da venciendo vuestra soberbia y vuestro mal, han llegado a tener éstas capacidades por Vivir Yo en ellos.

Entended, Mis pequeños, Mis hermanos, que debéis buscar con más ahínco ése cambio en vosotros, ése crecimiento, ésa mejora en vuestro interior, como lo buscáis en vuestro exterior.

Mejorad, buscad la perfección y Yo os ayudaré a alcanzarla. La perfección, al final de ella, en lo más sublime, se llama Amor y el Amor se llama donación y por eso, Me tuvieron en la Tierra y Me tenéis ahora con vosotros día a día como Alimento, en vuestro pensamiento, en vuestros actos, en vuestras palabras.

Yo Soy Amor y vosotros debéis ser lo mismo, amor para con vuestro Dios y amor para con vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Las almas muertas, sin Caridad, sin Amor en su corazón.
Hijitos Míos, el pordiosero no siempre va a ser aquél que necesite plenamente de las cosas, hay algunos que sí piden limosna, que abogan a vuestro corazón para que les ayudéis en lo material, ó aún en lo espiritual, porque el mismo hombre, en su falta de Caridad, los ha hecho a un lado y no se le da la oportunidad de trabajar para obtener el bien al que todos vosotros habéis sido llamados.

Hay otros pordioseros que son a los que Me quiero referir, que por hacerse una vida acomodaticia, fácil, piden a sus hermanos, por no querer trabajar, por acostumbrarse a llevar ésa vida fácil, sin deseo de superación.

Los hay también así en lo espiritual, se mantienen al margen de lo que sucede a su alrededor, no intervienen en la mejora de nadie, para no mezclarse con nadie, para no tener problemas con sus hermanos, según así lo expresan, ni hacen el bien, ni hacen el mal, aparentemente, pero sí piden, piden limosna, pero para su propio bien y no por humildad, ni por necesidad, sino para aprovecharse de la bondad de sus hermanos.

Éste tipo de limosneros, son los tibios, son los débiles de amor, son los que se quieren mantener separados de sus hermanos y de Mí, de su Dios. Corren cuando se les pide una ayuda, pero están en primer lugar cuando se les regala algo. ¡Pobres almas muertas!, ¡Pobres de éstos hermanos vuestros!, que no mueven un dedo por la ayuda de sus hermanos, que no hay Caridad en su corazón, sino que solamente se aprovechan de la bondad de sus hermanos. También ellos tendrán que padecer y padecer mucho para entender que el Amor es donación. Ellos, solamente quieren sacar provecho de ése Amor que existe en los corazones, pero no quieren producir en su propio corazón ése Amor, porque no quieren tener el compromiso de Amar.

Sí, Mis pequeños, Amar crea un gran compromiso, hacia Mí, vuestro Dios y hacia vuestros hermanos, porque cuando amáis realmente, estáis viendo y buscando el bien que podéis dar a vuestros hermanos, os estáis poniendo en el lugar de ellos. El Amor no soporta ver las necesidades de sus hermanos, tanto en lo material, como en lo espiritual. El Amor Verdadero, os levanta, os da todo, pero no os permite gozar de ello para vosotros mismos, porque el Amor siempre va a dar abundancia y ésta abundancia, el que Ama realmente, la comparte con sus hermanos.

Os vuelvo a repetir, el Amor da abundancia en lo material y en lo espiritual, el que Ama realmente, va a querer que su hermano ó sus hermanos vivan de la misma forma ó mejor de lo que uno tiene. Ahí es dónde podéis medir el Amor de vuestros hermanos, en la ayuda que da a los demás.

Es un compromiso grande y ahora lo comprendéis, en el Amor hay plena confianza y así, mientras más dais, más recibís, cuando no hay plena confianza, acaparáis lo que se os da gratuitamente y ya no lo transmitís y así empezáis a perder el Amor, que es donación y así impedís que Mi derrame de Bendiciones, de Mis abundantes Bendiciones se vuelquen hacia vosotros, porque vosotros impedís que siga fluyendo a través de vosotros.

Al Amor y Sus regalos, no los debéis detener con vuestro egoísmo, ni con vuestra soberbia.

Al dar vuestro corazón éste se va ensanchando cada vez más. Lo que en un principio es un pequeño orificio, por dónde va fluyendo Mi Gracia y Mis Beneficios, a través de vosotros hacia vuestros hermanos, mientras más actuáis en la Caridad, ése pequeño orificio más se va agrandando. Es como el desgaste de las olas sobre las rocas, la roca es dura, pero las olas, la suavidad de ellas, van desgastando poco a poco, hasta reducirlas a arenas.  Y así, la Suavidad de Mi Amor que va pasando a través de ése orificio de vuestro corazón, de ésa donación vuestra, lo va agrandando, hasta hacerlo grande, ése orificio se hace un acueducto grande, por donde Mi Gracia fluye abundantemente y como cascada cae a vuestros hermanos.

Dejad que Mi Amor, la Suavidad de Mi Amor vaya pasando a través de vuestro corazón duro, dejad que vaya abriendo camino a través de ése pequeño orificio que ya abristeis en vuestro corazón y no dudéis, porque mientras más actuéis en el Amor y mientras más deis a vuestros hermanos, Mi Amor seguirá fluyendo a través de vosotros  y necesariamente abrirá más ése orificio y, entonces podréis probar la inmensidad de Mis Bondades por Mi Amor, por el Amor que dejasteis penetrar en vuestro corazón.
Gracias, Mis pequeños.