Abr 13_05 Queréis grandes ciudadanos y vosotros los habéis destruido desde el seno del hogar.

Rosario.

Temas:

  • Es importantísimo, Mis pequeños, que cuando oréis, que cuando tengáis dones especiales, que os conceda Mi Santo Espíritu de Amor, os mantengáis siempre en humildad, sabiendo que en cualquier momento, podéis caer, podéis perder todo, como lo perdieron vuestros Primeros Padres. La tentación se dio cuando dejaron la oración, cuando se vieron a sí mismos y cayeron en soberbia.
  • Traéis los hijos al mundo, pero no los protegéis con Mi Gracia. Todos los actos religiosos, que son grandes para el hombre, los volvéis solamente una simple reunión social y ahí termina vuestra preocupación por ellos. No los mantenéis a ellos en un crecimiento espiritual constante, porque vosotros mismos carecéis de él.
  • Estáis siendo afectados por la maldad del demonio, por vuestro propio querer, porque vine a traer la Luz y l despreciasteis, vine a traer la Verdad y preferisteis vuestra verdad, preferisteis caminar en las tinieblas y el mundo ahora está nuevamente viviendo en las tinieblas, por su propia voluntad y no por la afectación de “dos” sino por su propia afectación, por su propio albedrío.
  • Conocerá la humanidad entera cuáles son las Leyes de su Dios, cómo fueron despreciadas y pisoteadas, os hará conocer la verdad de vuestra vida, comparada con la realidad Divina y así el hombre ya no podrá escapar de la Justa Justicia, porque antes se habrá derramado la totalidad de la Misericordia.
  • No perdáis más el tiempo, implorad ayuda e inmediatamente tendréis respuesta Divina. Llorad vuestros pecados y vuestras lágrimas alcanzarán vuestra victoria sobre el pecado.

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo, y la Santísima Virgen María a J.V

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Es importantísimo, Mis pequeños, que cuando oréis, que cuando tengáis dones especiales, que os conceda Mi Santo Espíritu de Amor, os mantengáis siempre en humildad, sabiendo que en cualquier momento, podéis caer, podéis perder todo, como lo perdieron vuestros Primeros Padres. La tentación se dio cuando dejaron la oración, cuando se vieron a sí mismos y cayeron en soberbia.
Hijitos Míos, ya os he dicho varias veces que la oración es poderosísima y Me gusta que la estéis utilizando, para que vuestra misión se lleve a cabo lo mejor posible, pero sobre todo, para que los Planes de Salvación se desarrollen como Yo quiero.

Ciertamente, con la oración le quitáis poder al demonio, como os lo he explicado. El poder del amor, el poder de la oración, la vida santa que llevaban vuestros Primeros Padres en el Paraíso, su donación total, ésa vida de ellos hacia Mi, en Mi Divina Voluntad, le quitaban poder al demonio, porque el ser santos os da una protección especial, una coraza fortísima contra las asechanzas del mal. Ellos vivían llenos de Mi Amor y eso les daba esa protección, ésa coraza, ésa armadura. La tentación se dio cuando dejaron la oración, cuando se vieron a sí mismos y cayeron en soberbia.

Recordad que la soberbia va a anular totalmente a la Humildad, a la Caridad y a muchas otras de las Virtudes.

Es importantísimo, Mis pequeños, que cuando oréis, que cuando tengáis dones especiales, que os conceda Mi Santo Espíritu de Amor, os mantengáis siempre en humildad, sabiendo que en cualquier momento, podéis caer, podéis perder todo, como lo perdieron vuestros Primeros Padres, que tenían sus dones al máximo, sus capacidades al máximo y crecían más y más, o sea que, en ése momento, para que entendáis mejor, eran súper-hombres. Fueron creados perfectos, pero siempre, con la posibilidad de ir creciendo todavía más en perfección porque Yo Soy Infinito y Omnipotente y Yo no limito a las almas, les voy dando cada vez más.

El problema, os repito, se da cuando vosotros os veis a vosotros mismos y tomáis ésos dones como propios, como si vosotros mismos los hubieras creado y os los apropiáis. Manteneos en oración, en ésa oración de corazón, para que podáis limitar vosotros, también el poder del mal en estos tiempos.

Por eso Yo necesito y siempre he necesitado, almas totalmente donadas a Mi Voluntad, para llenarlas de Mi Amor, para llenarlas de ésas capacidades espirituales que hacen que el demonio pierda fuerza de ataque contra vosotros.

Ciertamente no espero eso de todos los hombres, porque muchos están envueltos en el pecado, ya están maniatados por las fuerzas del mal y no pueden ya hacer prácticamente nada para soltarse porque les conviene vivir en el pecado. Pero vosotros, los que habéis entendido Mis Palabras, requiero ahora de vosotros una heroica entrega, para que a través de vosotros, de ésa oración profunda, de esa oración de corazón, de esa oración de donación, pueda ser divinizada y con ello, a través de vosotros, Yo pueda controlar las fuerzas del mal.

Yo podría hacer esto por Mí mismo, pero os quiero unir al Plan de Salvación y daros mérito en la Salvación del género humano, en éstos tiempos, unidos a Mi Hijo Jesucristo, para que tengáis más mérito y más premio en el Reino de los Cielos. Pero el punto clave, el punto que Yo necesito que entendáis perfectamente, es que debéis orar en total donación a Mi Voluntad, para que podáis vencer o aminorar las fuerzas del mal. Yo os iré indicando qué deberéis hacer si realmente queréis ayudarMe, si realmente queréis ser instrumento fiel de Mi Divina Voluntad, Yo puedo hacer grandes cosas en el hombre cuando éste se suelta a ella.

Mis pequeños, realmente no os estáis dando cuenta de la gravedad que se os avecina, es tremenda. Mis pequeños, deberéis luchar contra las fuerzas poderosas del mal y de eso todavía vosotros no os dais cuenta de ello, es demasiado fuerte para vosotros si quisierais trabajar solos contra él.

Si os dierais cuenta de ésta realidad, enloqueceríais, os querríais suicidar, es demasiado fuerte, Mis pequeños, solamente contando con Mi Ayuda, con Mi Poder Divino, podréis salir adelante. Por eso, un alma cuando ha sido atacada por el mal, es muy difícil que salga por sí misma, son fuerzas demasiado grandes para un alma.

Yo estaré a vuestro lado y unidos Conmigo podremos vencer, pero vuelvo a recordaros, sin Mí, no podréis hacer nada, Conmigo podréis hacer todo.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Traéis los hijos al mundo, pero no los protegéis con Mi Gracia. Todos los actos religiosos, que son grandes para el hombre, los volvéis solamente una simple reunión social y ahí termina vuestra preocupación por ellos. No los mantenéis a ellos en un crecimiento espiritual constante, porque vosotros mismos carecéis de él.
Sí, Mis pequeños, estoy con vosotros y estoy llorando con vosotros. Cuando viví sobre la Tierra, Yo pude confirmar con Mi Vida, todos ésos errores en los que cae el hombre y en los que seguís cayendo.

Ciertamente todavía no tenían Mi Predicación, pero tenían la predicación de los Profetas y los Mandamientos.

El hombre sigue cayendo en el pecado, el hombre sigue cayendo en el mal.

Os ha llevado el maligno nada más a buscar lo material. Os seguís quejando del mal alrededor del mundo y no os dais cuenta que la causa de ello, sois vosotros mismos, no Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad.

¿Cómo exigís lo que no habéis dado?, no habéis llenado los corazones de vuestros hijos con Mis Palabras, con Mi ejemplo, no les habéis dado vida espiritual, no los habéis preparado para la vida, para la gran lucha que tiene que tener el alma desde que viene a la Tierra; lucha contra las pasiones, lucha contra la maldad, lucha contra el egoísmo, lucha contra el demonio, lucha contra uno mismo, en vuestro egoísmo, en vuestra concupiscencia.

Traéis los hijos al mundo, pero no los protegéis con Mi Gracia. Todos los actos religiosos, que son grandes para el hombre, los volvéis solamente una simple reunión social y ahí termina vuestra preocupación por ellos. No los mantenéis a ellos en un crecimiento espiritual constante, porque vosotros mismos carecéis de él.

Os habéis apartado de vuestras responsabilidades y por negligencia no habéis crecido vosotros y no os dais cuenta del daño que les estáis haciendo a vuestros propios hijos. Exigís mucho y no estáis dando nada. Queréis grandes ciudadanos y vosotros los habéis destruido desde el seno del hogar.

La Sabiduría Divina, que debiera existir en cada ser, vosotros la negáis, porque no la queréis aceptar, no la queréis transmitir, porque vosotros ya no la quisisteis vivir ni la pedisteis para vosotros mismos.

Me culpáis a Mí, vuestro Dios, de vuestras infidelidades, de vuestras necedades, de vuestra negligencia, de vuestra materialidad.

Os interesa vivir solamente para el mundo y queréis que el mundo os consienta, pero el mundo también os pide que deis, que deis de vuestra parte para que se siga destruyendo la espiritualidad, porque al vivir para el mundo, estáis viviendo para satanás y él también exige de vosotros, exige destrucción, exige mal ejemplo, exige pecado, exige maldad, exige separación de Mí, vuestro Dios.

Ved, Mis pequeños, cómo vivís en el error y no queréis daros cuenta de ello. Estáis cegados por vuestra propia tontería, por vuestra necedad, queréis vivir una libertad aparente, y lo que sucede realmente, cuando os separáis de Mí, entráis en ésa “libertad” que os ofrece el demonio y ella os lleva al pecado, os lleva a su libertinaje y creéis que ahí está la libertad, en el vivir en el pecado y al vivir en el pecado, en lo que vuestra carne os pide y os exige, os encadenáis vosotros mismos, os echáis la soga al cuello al quedar fuera de Mí. Yo Soy el Único que os puede dar libertad.

El alma que vive en Mí, se siente libre, porque vive en paz, en paz con su Dios. Vive las Virtudes, las cuáles siempre os van a dar alas para llegar a Mi Corazón, gozáis plenamente de los bienes de vuestro Dios y siempre estaréis en ésa santa alegría, aunque os falte de lo material, de lo cual Yo Me encargo para que nada falte a Mis elegidos quienes han aceptado venir a Mí, en ésa libertad y Me han escogido a Mí, en lugar de escoger a satanás.

No seáis tontos, Mis pequeños, abrid vuestra mente, abrid vuestro corazón y veréis el engaño real a donde os lleva el mal. Él nunca os va a dar libertad, nunca os va a llenar de los bienes que necesita el alma para sentirse libre. Por otro lado, su realmente Me conocéis, aunque Yo quisiera teneros siempre estrechados a Mí Corazón, os doy la libertad de actuación, cosa que no hace satanás. Cuando hacéis pacto con él, inmediatamente is encadena y lo que primero os quita es la libertad y la paz en vuestro corazón.

No seáis necios y no Me echéis la culpa de vuestros actos, sed conscientes de vuestro mal proceder, arrepentíos y así volveréis nuevamente a la libertad, a la paz, a la alegría, al Amor que solamente puede venir de Mí.

No os imagináis, Mis pequeños, cuanto os Amo, pero tenéis el libre albedrío de negarme, de negar el Amor y de volcaros al mal y estar con él.

Sois libres, escoged ya, Mis pequeños, porque el tiempo se acabó. O queréis seguir Conmigo por toda la Eternidad y luchar por los Verdaderos Valores, o queréis seguir encadenados a la maldad, a la degradación del alma, a la destrucción total de vuestro ser, encadenados a las garras de satanás por toda la eternidad.

Es vuestra libre decisión, Yo respeto vuestra decisión, pero recordad que ahí estaré junto a vosotros para que, aún en el último momento de vuestra vida, podáis arrepentiros.

Os Amo, Mis pequeños, acudid a Mí, vuestro Dios, aún en los momentos más difíciles de vuestra vida y cuando estéis en ése callejón sin salida, a dónde os lleva satanás, Yo seré ésa salida, en Mi veréis ésa Luz, ésa Paz, para que podáis salir de vuestro error y ganar vuestra salvación Eterna, contáis siempre Conmigo, no lo olvidéis.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Estáis siendo afectados por la maldad del demonio, por vuestro propio querer, porque vine a traer la Luz y l despreciasteis, vine a traer la Verdad y preferisteis vuestra verdad, preferisteis caminar en las tinieblas y el mundo ahora está nuevamente viviendo en las tinieblas, por su propia voluntad y no por la afectación de “dos” sino por su propia afectación, por su propio albedrío.
Hijitos Míos, cuando Yo vine al mundo a Evangelizaros, el mundo vivía bajo las potencias del mal. El hombre tenía la predicación de los Profetas, pero no todos tenían acceso a ella. El Pueblo Judío estaba sojuzgado por sus propios dirigentes, así que, no todo el pueblo podía tener acceso a la Verdad, a la Verdad dada por Mi Padre a través de los Profetas, tenían los Mandamientos, pero estaban alterados bajo la mentira de los mismos escribas y fariseos.

En una palabra, todos los pueblos de ese tiempo, aún incluyendo el Judío, estaban bajo el dominio de satanás, no habían tenido una predicación, no habían tenido esa Luz que Yo vine a dar a la Humanidad, muchos posesos, muchos encadenados al mal y a todos los vine a liberar.

El mundo tuvo Mi Evangelización, Mi Luz, Mi Guía. A través de los Apóstoles y de Mis discípulos, se transmitió ésta Luz, prefirieron las tiniebla y el hombre, nuevamente volvió a caer en las tinieblas.

Estáis viviendo en las tinieblas, pero ahora, porque así lo habéis querido vosotros mismos. Antes, por causa del Pecado de Adán y Eva el hombre cayó en las tinieblas, se afectó la humanidad por el pecado de vuestro Primeros Padres, fue una afectación de origen de dos personas, pero ahora, Mis pequeños, estáis siendo afectados por la maldad del demonio, por vuestro propio querer, porque vine a traer la Luz  y la despreciasteis, vine a traer la Verdad y preferisteis vuestra verdad, preferisteis caminar en las tinieblas y el mundo ahora está nuevamente viviendo en las tinieblas, por su propia voluntad y no por  la afectación de “dos” sino por su propia afectación, por su propio albedrío.

Ahora estáis viviendo un mundo que vosotros mismos habéis construido. Las tinieblas se han introducido a todos niveles. Si pudierais ver en lo espiritual, si vuestra oración fuera más dedicada, si pudiera Yo vivir más libremente en vuestro ser, podríais daros cuenta, cómo satanás, cómo ésas tinieblas se han introducido a todos niveles, ¡os horrorizaríais!, es tremendo ver vuestro mundo ahora, cómo estáis cubiertos de una masa obscura, tenebrosa un lodo que no os permite moveros, que nos os permite liberaros. Muy pocos son los que caminan libremente ahora por el mundo, sin ensuciarse, si caer en éste lodo como chicloso, que no os permite moveros.

Se ven luces caminando, que son Mis elegidos, los que han aceptado el vivir en Mi Voluntad, ¿Pero son tan pocos, Mis pequeños!, y es tan triste ver en dónde quedó todo Mi Trabajo, toda Mi Misión, toda Mi Vida.

Solamente porque nuestro Padre prometió no volver a destruir a la humanidad con un Diluvio pero, si pudierais ver la podredumbre en la que estáis viviendo, Mis pequeños, en éstos momentos desapareceríais para siempre. Estáis peor que Sodoma y Gomorra, estáis peor que en la antigüedad. ¡Cuánta maldad, cuánta destrucción de almas, cuánta depravación, cuánto horror! Asco da ver al mundo como lo tenéis ahora y lo peor de todo es que no queréis salir de ello, no os queréis dar cuenta de ésta realidad en la que estáis viviendo.

Satanás se burla delante de Nosotros y se burla de Mi Obra, todo lo que quise hacer por vosotros y vosotros despreciasteis Mi Vida, Mis Enseñanzas, Mi Amor. Pero Mi Promesa persiste, Yo os dije: que si solamente un alma se salvara por todo lo que hice por vosotros, estaría satisfecho. Es triste, Mis pequeños, porque Mi Sangre, una sola gota, os he dicho, hubiera sido suficiente para salvar a toda la humanidad y de todos los tiempos y os dí hasta la última gota por salvaros ¿y así Me pagais?

¡Qué obscuridad, Mis pequeños, qué obscuridad se ve en vuestro mundo, mundo que se alejó de su Dios, de su Creador, del Amor Divino!

Orad por vosotros mismos y por los vuestros. Orad, Mis pequeños, porque el tiempo ya está sobre vosotros, el tiempo de la Purificación. Os acompañare, como tuve Yo también ése dolor tan fuerte en Mi Pasión. Mi Pasión os acompañará, Mi Sangre, si así lo deseáis, si acudís a Ella, os purificará, os fortificará, os salvará.

Es terrible ver ahora vuestra vida, pero tenéis Mi Sangre, tenéis Mis Méritos, Me tenéis a Mí y todavía hay tiempo para vuestra salvación.

Tomad los últimos segundos, tomadlos, Mis pequeños, para vuestra salvación con vuestro arrepentimiento. Acudid a ellos, acudid a Mi Misericordia, no os sintáis desprotegidos, tomad Mi Mano y os conduciré a la Luz, venid, os quiero a todos os quiero a todos.
Gracias Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: Conocerá la humanidad entera cuáles son las Leyes de su Dios, cómo fueron despreciadas y pisoteadas, os hará conocer la verdad de vuestra vida, comparada con la realidad Divina y así el hombre ya no podrá escapar de la Justa Justicia, porque antes se habrá derramado la totalidad de la Misericordia.
Hijitos Míos, como Madre vuestra, como Madre del Salvador, Yo he implorado porque Su Misericordia Infinita, Su Amor Infinito venga a dar salvación a infinidad de almas.

Muchas, muchas almas viven en el pecado, pero no por culpa de ellas, sino porque sus padres no les dieron ésa instrucción desde pequeñitos. No los llevaron a la Verdad a través de la vida propia, de la Palabra de Mi Hijo y al no vivirla, no la transmitieron. Así hay millones de y millones  de vuestros hermanos. El plan de satanás le ha dado resultado. Ciertamente viven en el pecado, pero por su ignorancia, se va a aminorar el Juicio hacia ellos.

Por eso, ahora viene Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor a dar Luz a toda la humanidad –a sacarlos de ésa ignorancia–, que los padres de los padres no dieron a sus descendientes.

Como el Juicio de Mi Hijo, el juicio del Padre, el Juicio hacia cada no de vosotros tiene que ser Justo, no podréis ser juzgados cuando ha habido ésa ignorancia de las Leyes. Conocerá la humanidad entera cuáles son las Leyes de su Dios, cómo fueron despreciadas y pisoteadas, os hará conocer la verdad de vuestra vida, comparada con la realidad Divina y así el hombre ya no podrá escapar de la Justa Justicia, porque antes se habrá derramado la totalidad de la Misericordia.

Muchos viven en ésa ignorancia mortal y la siguen transmitiendo como modo de vida. Vivís como animalitos en la selva, haciendo lo que vuestro instinto os dicta y no sois animalitos, Mis pequeños, sois hijos de un Dios que os ama infinitamente, hermanos de un Dios que se encarnó para dar la Enseñanza del Reino y se os da la Sabiduría de un Dios que se derrama constantemente sobre vosotros para que podáis vivir como verdaderos hijos del Dios Rey, del Creador de todas las cosas.

Tendréis vuestra oportunidad, por eso, los desastres de la purificación, no vendrán hasta que el hombre entienda, quién es y para qué está aquí en la Tierra.

Tendréis la oportunidad nuevamente de arrepentiros y enmendar vuestro camino. Agradecedlo, Mis pequeños, agradeced lo que vuestro Dios hace por vosotros por Mi intercesión. Hemos de luchar hasta el final, Yo también he de luchar por vosotros, por cada uno de vosotros.

Por una vez en vuestra vida, Mis pequeños, concientizaos de vuestra persona y de vuestro proceder y ya no dañéis al Corazón de vuestro Dios, que es todo Amor, todo Misericordia, todo Bondad, pero en todo ello Justo, Justo en Sus Leyes, en Sus Mandatos y en el Juicio que hará sobre cada uno de vosotros.

 Ya ha sido mucho el tiempo que se os ha permitido vivir en la Tierra para reparar, para reparar el daño causado por vuestros antepasados. Tenéis un futuro, una Promesa, una Nueva Vida que se os dará si la acepráis. No se os va a imponer ni a forzar, vuestra decisión será lire. Pero, entended las Bondades de vuestro Dios, no las deperdiciéis ya, Mis pequeños, ya el tiempo llegó a su límite. Seguiré insistiendo como Madre que Soy de todos vosotros, pero ya el Brazo de la Justicia de Mi Hijo, está cayendo.

Entended, recapacitad, arrepentíos. Yo también os Amo con todo Mi Corazón, os Amo, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: No perdáis más el tiempo, implorad ayuda e inmediatamente tendréis respuesta Divina. Llorad vuestros pecados y vuestras lágrimas alcanzarán vuestra victoria sobre el pecado.
Hijitos Míos, ponedme en Mi Corazón de Madre a todos aquellos de vuestros hermanos que han aprendido a acallar la coz de la conciencia en su corazón, que para ello han recurrido a las drogas, a los vicios o a llenarse de actividades para no escuchar la voz de su conciencia, que según ellos, les atormenta, cuando es otra la realidad, que continuamente les está haciendo el llamado a sus conversión.

Son muchos, de entre vuestros hermanos, que se comportan así, tratando de acallar ése arrepentimiento, arrepentimiento Divino que les llega a sus corazones por el Amor de su Dios.

No se dan cuenta que la salvación la traen dentro de su corazón y que solamente tienen que dar ése só, para que venga la transformación de su ser.

Pero asó es el pecado, como ése chicloso oscuro que viste, queires salirte de él, del pecado, y te vuelve a jalar. Realmente se necesita una Fe firme, una Fortaleza grande, un deseo imperioso para zafarse del pecado, de la maldad. Haced el esfuerzo, Mis pequeños, dad el primer paso para ésa Nueva Vida y Yo estaré ahí, Mis pequeños, para soltaros de ése chicloso, de ése lodo y os llevaré ante Mi Hijo, para que Él os purifique con Su Sangre y os dé entrada nuevamente al Reino de los Cielos. Os llevaré ante Mi Esposo, para que Él derrame Sus Dones, para que volváis a tener ésa dignidad y sentiros así, hijos de vuestro Padre Dios, de vuestro Creador, para que entréis nuevamente jubilosos a ése estado de Gracia, en el que debéis estar todos vosotros, para que añoréis fuertemente el regreso a vuestro hogar, que está en los Cielos.

Vosotros debéis dar ése primer paso, dadlo Mis pequeños, no podéis vivir así, enlodados, viviendo peor que animales, viviendo en la inmundicia y en la bajeza a dónde os lleva satanás envueltos en el pecado. No perdáis más  el tiempo, levantaos, implorad ayuda e inmediatamente tendráis respuesta Divina.

Llorad vuestros pecados y vuestras lágrimas alcanzarán vuestra victoria sobre el pecado.

Regresad a vuestra dignidad de hijos de Dios, vuestro Padre, os está esperando, no lo hagáis esperar más. TomadMe de la Mano, dejadMe levantaros, dejadMe, Mis pequeños. Os amo, Soy vuestra Madre, levantaos, no todo se ha perdido.

Vuestra caída en el pecado os dará la fortaleza para no volver a caer nuevamente, ya caísteis, pero lo más importante es levantarse y adquirir nuevamente vuestra dignidad en la Gracia. Venid, os lo ruego.  
Gracias, Mis pequeños.