Mzo 30_05 Es una vivencia real de las almas del Cielo con las de la Tierra.

Rosario.

 

Mensaje de Dios Padre, Dios Espíritu Santo y la Santísima Virgen María a J.V.

Primer Misterio.
Hijitos Míos, familia significa unión, familia significa santidad, familia significa vida, familia significa crecimiento, familia significa protección, familia significa procreación, familia es Vida en la Tierra, como es en el Cielo.

Mis pequeños, el mal, el demonio, satanás, sabe todo esto y más sobre la familia, núcleo de unión con el Cielo, por eso ataca tanto a la familia, por eso quiere destruir lo que Yo os he dejado de herencia en la familia.

Al vivir vosotros como hermanos, como Mi Hijo os dijo, tenéis asegurada ésa vida interior Conmigo, porque el vivir como hermanos va a significar todo lo que os dije y más.

Debéis vivir en la Tierra, como se Vive en el Cielo, en el Amor, en el crecimiento, en la ayuda mutua, al vivir como hermanos, hijos de un solo Padre, todos vosotros, acudís a Mí, vuestro Padre, vuestro Creador, vuestro Dios. Convivís Conmigo, convivís con vuestra Familia en el Cielo, no hay separación entre Cielo y Tierra, somos una sola Familia. Cuando convivís realmente como Yo deseo, en ésa vida en la Gracia, en el Amor, estáis aquí en la Tierra, bajo una misión, pero en ningún momento debéis separaros del Cielo, debéis estar en íntima comunicación Conmigo, en Mi Trinidad, con vuestra Madre, con vuestros hermanos en el Cielo.

Tenéis familia en la Tierra, tenéis Familia en el Cielo. Podría compararlo y ejemplificarlo como cuando en la Tierra, vais de país a país, os separáis por un momento de vuestra familia que quedó en un país, en otro continente, posiblemente haréis familia en otro continente, pero no estáis separados de vuestra familia, os comunicáis de diversas formas con ellos y así mantenéis comunicación y amor con vuestra familia.

Debéis pensar exactamente así para con vuestra Familia del Cielo, cambiasteis de lugar, para hacer otra familia en la Tierra, tenías vuestra familia en el Cielo y aún la tenéis, vuestra comunicación debe mantenerse, estáis alejados, pero no estáis olvidados.

Al estar separados, no se desoyen vuestras necesidades ni vuestros deseos, la comunicación del alma con las almas del Cielo es real, muy fuerte, íntima, esto es una realidad, Mis pequeños no es una ficción, vuestra familia sigue en el Reino de los Cielos, regresaréis a vuestra familia cuando el tiempo se os termine en vuestra misión y regresaréis nuevamente a vuestro Hogar y veréis nuevamente a vuestros seres queridos, empezando Conmigo, vuestro Dios.

Entended, Mis pequeños estos Misterios de Amor.

Es una vivencia real de las almas del Cielo con las de la Tierra, no porque tengáis un cuerpo, deberéis olvidar las capacidades del alma, es a través del alma que tendréis ésa comunicación con las del Cielo. Vivid pues confiados en que cada momento de vuestra vida, está siendo visto y oído en el Cielo, se os ayuda, se os aconseja, se os guía. Mantened ésa Fe y esa confianza, para que podáis pedir ayuda, para que os sintáis acompañados en todo momento, día y noche.

Manteneos en familia, dad vuestro máximo, vivid confiados en que vuestro Dios, en Su Santísima Trinidad y todas las almas del Cielo, están con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio.
Hijitos Míos, el Amor, es como el cemento que se pone para unir dos ladrillos e ir haciendo una construcción sólida. El Amor va uniendo ésos ladrillitos que son los actos buenos, las luchas para vencerse a uno mismo, las debilidades que se van haciendo fuertes por la humildad, la donación que se tiene uno para con el otro. Todo eso, en donde el hombre se va venciendo a sí mismo, al ir cediendo, al irse dando entre esposos, por los hijos, esos pequeños detallitos, se dan por el Amor. 

Y el Amor así, va dando excelentes bases, bases fuertes, bases Santas que se apoyan en Mí, en vuestro Dios, para soportar todo el edificio que va a ser toda vuestra vida.

Cuando a un niño, desde bebé, se le va dando ése amor, la ternura, el cariño, se le va llevando de la mano, se le va aconsejando, se le va guiando, se le va teniendo esa paciencia santa, paciencia paternal ó maternal, siempre envuelto de sacrificio y de amor, le va dando unas bases firmes, bases que durarán toda su vida y que le ayudarán para que las pueda transmitir posteriormente.

Todo eso es Amor, todo eso es Virtud.

Mis pequeños, si no ponéis buenos cimientos en vuestra vida y en la de los vuestros, al momento de los problemas fuertes, de los embates del enemigo, vuestra casa, vuestro edificio personal, caerán irremediablemente, porque no tenéis buenas bases. Debéis dar y ya no con la finalidad de luego recibir, debéis dar, para que los vuestros den y apoyen a otros y cada vez sea más fuerte el cimiento en éste mundo.

En éstos tiempos, muchos, una gran cantidad de vuestros hermanos, no han tenido buenos cimientos, no ha habido Amor, no ha habido dedicación, no ha habido enseñanza desde su temprana edad y por eso han caído fácilmente a los embates del enemigo y él, astutamente, trata de poner otras bases, bases erróneas, bases satánicas, que solamente les van a meter duda, les van a dar aparentemente un sostén en su vida, pero eso solamente los va a llevar a tener problemas mayores, porque cuando no se habla en la Verdad, no se vive en la Verdad, que solamente puede venir de Mí, tarde ó temprano, todo cae.

Ayudad con Amor, con paciencia de padres, a aquellos hermanos vuestros que veáis que van por caminos equivocados, no los ataquéis, Mis pequeños, no han tenido una vida como la vuestra  y no entenderían vuestra actitud benevolente, que podría parecer hasta grosera ó destructiva, tratadlos con Amor, con paciencia, con Sabiduría Santa, llevadlos a la Luz, llevadlos a la Verdad. Dadles apoyo, apoyos seguros, como Mi Hijo os dio en Sus Predicaciones, en Su Vida sobre la Tierra.

Si le vais a quitar a un hombre el apoyo equivocado en el que está, deberéis darle otro, otro bueno y santo, más fuerte, en el cual se puedan apoyar, no les neguéis el que tengan en éstos momentos, si les hacéis ver el error en el que viven y los dejáis en el aire, entonces sí caerán fuertemente y los dejaréis peor que en un principio. Si les vais a quitar algo, dadles algo equivalente, pero de mejor calidad, que es Mi Palabra, que es Mi Ciencia, que es Mi Sabiduría, que es Mi Amor, dadles todo envuelto en el Amor. Toda creatura creada por Mí, responde al Amor, llevadlos así, en el Amor, Mis pequeños, con responsabilidad, con paciencia, como si fuerais criando nuevamente a un bebé, enseñándoles a caminar, a dar los primeros pasos, para que luego puedan correr, esto es, vivir perfectamente en Mí, ya seguros y confiados, viviendo una nueva Vida en libertad.

No como el demonio hace, los lleva por caminos obscuros, les da aparentemente una base, en la cual confían y luego caen y se quedan en la obscuridad, caen en un abismo profundo, porque no les dio cimientos buenos, ésa es su forma de trabajar, llevar a las almas de la desesperación a un callejón sin salida, para que atenten contra su propio ser, para que se destruyan a sí mismos, ó destruyan a otros.

Amad a vuestros hermanos y tratadlos como si fueran vuestros propios hijos ó vuestros hermanos pequeñitos. Amadles, guiadles, ésa es vuestra misión, porque sois hermanos, porque sois familia y deberéis ayudarles a crecer, a mejorarse, a vivir en Mí, vuestro Dios, que teniéndoMe a Mí, tendrán todo.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio.
Pequeños Míos, Yo, como Padre vuestro, que os conozco perfectamente, al ver que os distraéis constantemente, como pequeñitos que sois, os tengo que volver al camino.

El niño pequeño, no se da cuenta en ésos momentos de lo que será su vida, las responsabilidades que tiene, las obligaciones que tiene, la preparación que tiene que llevar a cabo a través de estudios, trabajo, todo eso se le olvida al niño pequeño ó no lo toma ni siquiera en cuenta. 

Así estáis vosotros, Mis pequeños, si os dierais cuenta perfectamente de vuestra realidad, vuestra posición en la Tierra, para qué vinisteis, sería otra vuestra vida, seria otra vuestra actitud. Ciertamente vuestra responsabilidad es grande, muy grande.

Así como tuvo Mi Hijo ésa gran responsabilidad de la Salvación, de la Liberación del género humano de las garras del mal, vuestra actuación en la Tierra, es similar. No a ésos grados de perfección, como los tuvo Mi Hijo, que por ser Dios, ni siquiera os los imagináis, ni tenéis capacidad actual para entenderlo, pero la responsabilidad que os doy a cada uno de vosotros, también es grande.

Las obras que hacéis, son como de niño, obras distraídas, obras imperfectas, obras no cargadas de la santidad debida. Debierais actuar con más responsabilidad durante la vida que os concedo en la Tierra, porque muchas, muchas almas dependen de cada uno de vosotros.

La responsabilidad de Mi Hijo, era para todos los Tiempos. Salvación, superación de todos vosotros y en todos los Tiempos.

Vosotros debéis también salvar a muchas almas, también dando un buen ejemplo, también educando, pero primeramente, perfeccionándoos a vosotros mismos, en el Amor, en las Virtudes, en la dedicación de vuestro ser hacia Mí, en un total anonadamiento a Mi Voluntad, pero ése anonadamiento, en lugar de rebajaros, de haceros menores, de haceros sirvientes, os va a dar una superioridad en conocimiento, en sabiduría, en santidad.

Conmigo, con vuestro Dios, mientras más pequeños os hagáis, más grandes seréis en perfección. En cambio, con el demonio, él os lleva hacia la soberbia, hacia esa grandeza humana, hacia esa superioridad ante vuestros hermanos y eso simplemente os deja un vacío espiritual tremendo y ante Mis Ojos sois muy pequeños, desprovistos de Gracia, desprovistos de Amor, porque no habéis sido alimentados con Mi Amor, ni con Mi Vida. Por eso, entre más pequeñitos os hagáis ante Mí, aceptando Mi Voluntad, os haréis grandes ante Mis Ojos y seréis de más ayuda para acrecentar Mi Reino sobre la Tierra.

Manteneos así, unidos a Mí, a través de la oración, que es ésa comunicación íntima que el alma tiene con el Cielo, Conmigo, principalmente, en la Santísima Trinidad, con la Siempre Virgen María, con los Ángeles y los Santos. Manteneos, manteneos sencillos y así sabréis que siempre necesitaréis de Mí, que vuestro Alimento, Soy Yo, que el Único que os puede satisfacer, Soy Yo, con Mi Gracia, con Mis Dones, con Mis Bendiciones.

Ya habéis caminado mucho en ésta vida, Mis pequeños. Ved hacia atrás y ved con honestidad qué habéis hecho para engrandecer Mi Reino sobre la Tierra y os daréis cuenta de que prácticamente no habéis hecho nada. Ha sido tiempo desperdiciado, ha sido tiempo para vosotros mismos. Pero no todo está perdido, levantaos, tomad conciencia de quienes sois y para qué estáis en la Tierra, como ya os he explicado y reparad, reparad lo que no habéis hecho y empezad a actuar para vuestro Dios y para Su Divina Voluntad.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio.
Hijitos Míos, Yo, como Madre vuestra, os voy tomando de la mano y os voy protegiendo de las acechanzas del mal.

Muchos de vosotros estáis esperando grandes calamidades, pero ya se os ha dicho, que ésas calamidades humanas no son nada en comparación de las calamidades espirituales.

Ya os decía Mi Hijo en las Escrituras, no os preocupéis tanto de aquel que os pueda quitar la vida humana, sino más bien la espiritual.

Vuestro actuar en la Tierra, debe ser un reflejo de vuestra espiritualidad y así veis a hermanos vuestros, cómo están actuando erróneamente y es porque su interior no está en Dios. Viven para el mundo, viven para satanás. Por ellos debéis orar fuertemente, son vuestros hermanos y recordad que en la familia, cuando alguno de los hermanos ha caído en el error y lo peor de todo, que toma ése error como bandera, como si fuera realmente cierto, tratará de contaminar a sus hermanos y lo hace porque él cree realmente que lo que aprendió es bueno y que debe compartirlo ó imponerlo.

Orad fuertemente por vuestros hermanos, estén en dónde estén, hagan lo que hagan. Ayudadles cuando veáis que están viviendo en el error y que están tratando de imponer sus errores de alguna forma. Puede ser en lo político, ciertamente, puede ser en lo filosófico, puede ser en lo teológico, puede ser en lo social. Estáis rodeados de todo ello, Mis pequeños y debéis protegeros en todos sentidos, formáis una entidad que se ve afectada por todo ello.

Debéis proteger a la familia, porque si desde el núcleo, la enseñanza está errónea, todo lo demás irá de mal en peor.

Hay tanta, tanta falsa espiritualidad en el mundo, Mis pequeños, y no os la  permitimos ver toda, porque no lo soportaríais, podríais enloquecer con tanta maldad, con tanta porquería que os rodea, os desesperaríais.

Por eso, ponemos en vuestro corazón lo que necesitamos, para que pongáis vuestro granito de arena para el advenimiento del Reino, pero realmente se necesita mucho, mucho para la salvación de éste mundo.

Ya os decía Nuestro Padre que debierais tomar conciencia de vuestra posición. Estaréis en el mundo una sola vez, vuestra misión es solamente para una vez, dad, dad vuestro máximo, la responsabilidad es grande, vuestro compromiso inmenso, -es con vuestro Dios, con vuestro Padre el compromiso-, estáis aquí, Mis pequeños, para renovar a éste mundo, no para que os ensuciéis con él.

Levantaos, irradiad a Dios, vuestro Creador y vuestro Padre. Muchas almas que, estando equivocadas, están buscando el camino, están buscando la Luz y si vosotros os estáis enlodando, no podréis dar lo que debéis dar. Por eso os debéis mantener apartados de la obscuridad y es vuestra obligación irradiar esa Luz, que es la vivencia de la Sabiduría Divina en vosotros y eso es lo que verán vuestros hermanos. Se acercarán a vosotros y les daréis nueva Vida. Estos son tiempos en los cuales seréis eso, guías, guías verdaderos, guías sabios, guías santos.

Por eso vuestra oración debe de ser más íntima, más prolongada, con más vivencia en el Amor y en la Virtud, en los Sacramentos, más abnegación, más cuidado del Reino.

Estáis en ésos momentos en que deberéis de ir poniendo ésos nuevos cimientos del Nuevo Reino. Vuestra tarea en éstos momentos es loable, es santa, es transformación, seréis los iniciadores de éste Nuevo Reino. Daos cuenta, Mis pequeños de la misión tan grande que tenéis en éstos momentos ante los Ojos de Nuestro Dios. Reconstrucción del Nuevo Reino, que gozarán muchas generaciones futuras y vosotros estaréis ayudando y seréis base de ello.

Agradeced a vuestro Dios que os haya permitido tan grande misión, tan bella misión, agradeced de corazón los momentos que estáis viviendo y los momentos futuros para vuestros descendientes directos y vuestros descendientes hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio.
Hijitos Míos, solamente viviendo en la Gracia, solamente viviendo en la Luz, solamente viviendo en la oración continua, que es la comunicación Divina entre el alma y su  Creador, os podéis dar cuenta de aquellos que viven en la obscuridad y cómo la obscuridad los lleva a la maldad, los lleva a la separación, los lleva a ésa falta de crecimiento donde no podéis hacer gran cosa para el Reino de Nuestro Dios.

Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, os voy llevando a reconocer todos éstos errores en los que el hombre vive constantemente, pero el hombre, en humildad, se tiene que dar cuenta de que lo que está haciendo, no está bien hecho.

Si no seguís los Mandamientos que vuestro Padre os dio, entonces no podréis daros cuenta del mal en el que estáis ó de la mediocridad en la que estáis viviendo.

Mis pequeños, el lodo con que os envuelve el demonio, es un lodo muy pegajoso, es un lodo dulce también, que no permite que os salgáis de él. Realmente las almas tienen que ser fuertes, tienen que ser almas de lucha, tienen que ser almas decididas, valientes, para que al darse cuenta del error en el que viven, se quieran desprender de ése lodo.

Ese es el valor del alma, luchar, luchar primeramente contra ésas fuerzas, como os dije, de un lodo dulce, que está agradando vuestros sentidos, pero que os está llevando a la depravación, a la destrucción espiritual.

Cuando el alma ha hecho su esfuerzo, cuando el alma se ha purificado, primeramente con ese deseo de lucha y por vencerse a sí misma, es cuando se le abren sus potencialidades, y entonces puedo actuar Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, con todos Mis Dones y así es cuando levanto las almas a actuar, a actuar fuertemente, valientemente, a actuar como verdaderos gladiadores para el Reino de vuestro Dios.

Yo os voy dando todo lo que vais necesitando. Al quitaros ese lodo, la Sabiduría Santa, entra en vosotros y así os vais dando cuenta de vuestras debilidades, cómo están vuestras potencias disminuidas, anuladas, por el mal en el que estabais.

La Sabiduría Santa, os va indicando lo que necesitáis y Yo ahí estoy, para daros inmediatamente lo que Me pidáis. Yo Mismo os voy indicando, cuál es vuestra deficiencia para que  acudáis a Mí, a pedirla, a pedir la Gracia necesaria para vencerla.

Luchad, luchad contra las fuerzas del mal, eso es algo que entra dentro de la libertad del hombre. Yo os puedo ayudar, pero no os puedo obligar, eso tiene que ser conciencia del propio hombre, salir de ése estado mediocre, de ése estado de pecado, en donde os ha vencido el mal.

Luchad, venced y Yo haré el gran cambio en vosotros. Confiad, la grandeza espiritual solamente os la puedo dar Yo, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.