Oct 23_04 A vosotros se os juzgará por vuestros actos.

Rosario.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

Ofrecimiento. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, la fiesta de la Redención para el género humano se acerca. Mis pequeños, debéis estar atentos a los acontecimientos que os rodean, Vida y Amor se derramarán sobre la Tierra.

Aquellos que están Conmigo, aquellos que Me han buscado, no deberán temer, ya os lo He dicho.

Pedid por vuestros hermanos que no están preparados para esta Purificación, para este Cambio, para esta Nueva Vida, ellos tendrán su tiempo, son Mis pequeños, son Mis hijos. Yo los busco hasta que Me encuentran, y solamente se pierden aquellas almas que, abandonadas al enemigo, no quieren saber nada de Mí. Pero aún así, las almas, aquellas almas que han causado tanto mal y han diseminado tanto error, si hay un resquicio por donde Yo pueda entrar en su corazón, lo hago y lo haré.

Abrid también vosotros, Mis pequeños, vuestro corazón, para que Yo pueda entrar en pleno, para que Yo pueda daros Nueva Vida, para que pueda satisfacer las necesidades de vuestro corazón, que aún no conoce enteramente Mi Amor.

El Amor cuando se da en Pleno, el alma explota de alegría, es cuando el alma conoce verdaderamente a su Dios.

Yo, vuestro Dios, Me quiero dar en Pleno a las almas, pero necesito vuestra libertad, necesito que os deis cuenta de lo que os estáis perdiendo, necesito que os deis cuenta, con esa humildad que vuestra alma necesita  saber que, sin vuestro Creador, sin la Guía Paterna, nada podéis.

Esa humildad es la que os abrirá las puertas para que Yo descienda perfectamente en vosotros. La Luz de Mi Santo Espíritu de Amor viene a Iluminar a la Tierra entera.

Abríos de para en par, abrid vuestro corazón de par en par, para que antes de que entre el Amor, quede purificado y que seáis Tabernáculos vivientes de ese Amor que Yo os concedo.

Orad fuertemente por vuestros hermanos que aún no conocen el amor ni en su más mínima expresión.

Orad, son vuestros hermanos, Yo os Amo a todos, tenéis vosotros un compromiso mayor Conmigo, puesto que os He dado de Mi Conocimiento y os He llevado de la mano.

Así, vosotros, Mis pequeños debéis de llevar de la mano a vuestros hermanos, con esa paciencia, con esa dulzura, con ese amor con que Yo os he llevado a cada uno de vosotros.

Todos vosotros tenéis problemas, pero el tiempo de la liberación se acerca. Confiad en Mi, vuestro Dios. Pondré todo en su lugar nuevamente, el Amor triunfará; la maldad será eliminada de la Tierra, el Amor habitará entre vosotros; esperad con ansia esos momentos.

Orad para que se acelere el tiempo, daos plenamente a Mí, dadMe vuestro corazón, os lo pido nuevamente, ¡dadMe vuestro corazón! que así lo pido a vuestros hermanos alrededor del Mundo, para que forméis un entrelazado, una red amorosa que atrape a las almas de vuestros hermanos y los haga sucumbir al Amor.

Gracias, Mis pequeños, por recibir Mis Palabras, por recibir Mi Amor, por tratar de hacerlas vida, respetad a vuestros hermanos y amad aún aquellos que os hacen daño.

Yo Soy todo Amor, vosotros Mis pequeños, hijos Mío, debéis ser también todo amor, al ser depositarios del Amor, debéis transmitirlo, debéis darlo, no es vuestro.

El tiempo del Amor Pleno se acerca, Mis pequeños, os pido no os pongáis nerviosos, ni perdáis la calma por los acontecimientos que se acercan, el Amor lo es todo.

Poned vuestra mirada en ese momento del Amor. No temáis no temáis en lo anterior, no temáis, Mis pequeños, que Yo Estaré con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, nunca os apartéis del la oración, la oración es la llave que abre todas las puertas, ante Mí, vuestro Dios.

Oráis porque tenéis Fe, y esa Fe es la que logra todo.

Al entrar en Mi Corazón, ahí podéis vivir con vuestro Dios.

Mis pequeños, la oración es imprescindible para el hombre, que cree en su Dios, que vive para su Dios.

Por favor Mis pequeños, no os apartéis de ella, es la comunicación de las almas con su Dios.

Yo Me comunico constantemente con las almas, pero no sabéis escuchar por las distracciones del Mundo. Poned todos vuestros sentidos al orar, introducios a vuestro corazón; entrad y manteneos ahí, junto a Mí. DecidMe todas vuestras cositas a Mi Oído. Yo Estoy aquí, Estoy con vosotros, aquí, en vuestro corazón.

Apartaos lo más posible del Mundo, para que los ruidos externos, para que todo aquello que os pueda distraer no os separe de éste coloquio Divino, de éste coloquio de Amor. Solamente vosotros y Yo, vuestro Dios y vuestro Padre. Mantened este coloquio lo más profundamente y lo más largo posible.

El alma puede estar con su Dios en cualquier momento, pero el hombre lo desperdicia; tiene tantas cosas qué hacer en el Mundo, y no hay tiempo para su Creador, para su Padre, para su Dios.

¿Acaso valen más las cosas del Mundo, que Yo, vuestro Dios? ¿No merezco acaso, aunque sean unos momentitos de vuestra presencia en vuestro interior, buscándoMe, anhelándoMe, esperando respuesta de vuestro Dios?

Mis pequeños, el tiempo es corto, el tiempo que pasáis sobre la Tierra, es corto; tratad pues de aprovechar más ese tiempo, de vivir más en la intimidad, de actuar mejor para vuestro Dios.

No os llenéis de cosas del Mundo, vuestra cabeza está llena de cosas del Mundo, buscadMe, buscadMe en vuestros hermanos. Buscad aquellas necesidades espirituales de vuestros hermanos y ayudadles.

Os Amo, Mis pequeños, pongo Mi Amor en vuestro corazón, para que lo podáis transmitir.

Como os decía, habéis sufrido, y el alma que sufre ama y sabe apreciar el Amor, especialmente cuando encuentra Mi Amor.

Ese es el Amor que Quiero que transmitáis, Mi Amor Divino, el Amor Puro, el Amor que solamente quiere Amar, sin esperar nada, simplemente Amar.
Gracias, Mis pequeños

Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
El corazón en la mano, Mis pequeños, tened siempre el corazón en la mano, que esto indica que la Caridad os Guía, que os dé esa fuerza de ver en vuestro corazón, Mi Corazón, que transmitáis ese Amor a vuestros hermanos, manteneos siempre, Mis pequeños en esa atención.

El Corazón, en la Mano, así actuaba Yo, llevando Amor, llevando Vida, y la di, aún a aquellos que posteriormente Me traicionaron.

No os debéis fijar, Mis pequeños, en lo que vuestros hermanos harán, o hacen; a vosotros se os juzgará por vuestros actos, a ellos también; pero a aquel que ha recibido más se le pedirá más.

Si habéis sido llevados por sendas de bien, por sendas de amor, debéis dar más que vuestros hermanos que no han tenido ésta Gracia.

Vuestra obligación, Mis pequeños, es dar lo que habéis recibido gratuitamente, y habéis recibido mucho. Debéis multiplicar, como los denarios todo lo que habéis recibido, para que lleguéis con las manos llenas a presentaros ante Mí, vuestro Dios, al final de vuestra Misión.

Dad mucho, Mis pequeños, que Yo os daré más.

Estos tiempos, en donde todo es adverso al Amor, si os mantenéis como vais, vuestros actos contarán más fuertemente para el Cielo, puesto que estaréis actuando en contra corriente. Apreciad fuertemente lo que se os da, apreciad con grande agradecimiento de vuestro corazón, éstas Comunicaciones de vuestro Dios, que os ha dado una Escuela para que pudierais crecer en el Amor, que es el principal Bien de Mi Reino.

Perfeccionaos en todas sus Bondades, os vuelvo a repetir, el Amor vencerá y por eso deberéis ser heroicos en el amar; acrecentad fuertemente el Amor en vosotros, porque así como lo hagáis multiplicar en la Tierra, se os dará al mismo nivel, para que lo gocéis eternamente en el Cielo.

Este es un negocio Divino, en donde el alma es la que gana.

Dad, dad mucho y los intereses, que son los de Mi Amor, acrecentarán todo aquello que hayáis hecho. Vuestros ahorros, cuando lleguéis al Reino de los Cielos, veréis realmente cómo fructificaron.

Dad por eso mismo, Mis pequeños, dad, hasta que os canséis de amar.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Mis pequeños, practicad el ser transparentes como el cristal, que nada en vosotros halle escondido, que nada en vosotros pueda obscurecer vuestra alma, que nada se interponga entre vosotros y Yo, vuestro Dios.

Que vuestra humanidad, sea transparente también, y así vuestra alma, vuestra humanidad estén puras como el cristal, que nada de lo humano que os rodea impida que se opaque esa vida espiritual que llevéis.

Que todos puedan ver vuestro interior, y que vuestro interior sea bello, sea santo y así podréis mover a muchas almas, así podréis enseñar a muchas almas lo que es la vida del espíritu, lo que es la vida del Amor.

Si vivís Conmigo, si os mantenéis unidos a Mí, nada opacará vuestra alma, todo vuestro ser será un cristal purísimo, santísimo.

Esto os pido Yo, vuestro Dios; de aquí en adelante, tratad de ser transparentes y eso se logrará viviendo en la Virtud y en el Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Hijos Míos, así como cada uno de vosotros tiene una Misión que cumplir sobre la Tierra, y no es por deber, sino es por amor, así también Yo, vuestro Dios, tengo también Mi Misión en vosotros: el de protegeros, el de dejaros vivir Mi Vida para que la podáis llevar  a vuestros hermanos.

Muchos, muchos de vuestros hermanos, al haberse separado de ésta meta real que debe de llevar al alma a servir a Dios en sus hermanos,  se desvían echan a perder su Misión y la Misión de muchos.

El juicio, no debe de ser un temor para vosotros, muchos se centran en eso: ¿“de qué me va a Juzgar mi Dios”? eso debe de ser secundario, Mis pequeños, deberéis llegar con la idea de amar y ser amados por vuestro Dios, que vuestra vida sea eso: ¿Cuánto le voy a llevar a Mi Dios del amor que yo produje en la Tierra? Pero el amor también se desvía entre vosotros. Hay amores mundanos, amores que no llevan a nada. No tergiverséis lo que es el Amor Divino y lo que es el amor humano.

Se os dice que estáis en la Tierra para gozar. Ciertamente, esa fue la idea de la Creación: dejaros gozar de Mis Bondades, pero la realidad después del pecado es otra.

El demonio sigue haciendo creer que estáis para gozar, y realmente, sí, el alma goza cuando su Misión la lleva como debe: amando, dejando amor en las almas, y ese amor que deja en las almas crece en él mismo.

La diferencia entre el gozar que os propone el enemigo, y el gozar que tiene el alma que está Conmigo, estriba en que uno vive para el Mundo y el otro vive para su Dios.

Aquel que Me busca encuentra ya desde la Tierra su gozo, y ciertamente goza en la Tierra porque todo desaparece para él a su alrededor, solamente Me ve a Mí, su Dios, y transmite a su Dios a los demás, los hace gozar y él mismo goza.

En cambio, vuestros hermanos que solamente buscan Mundo, se van vaciando, van perdiendo lo bello que Yo he puesto en sus almas, van dejando su vida, la vida que pudieron haber dado para que otros vivieran, la van dejando en las porquerizas, se ensucian y se quedan abandonados en su propio pecado.

Gracias, Mis pequeños, porque habéis entendido la lección y que esto os lleve a perfeccionaros más. Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Mis pequeños, Soy vuestro Dios Jesucristo, y os quiero enseñar algunas Verdades, entre el Amor y el pecado.

Cuando llegáis a Mí de regreso, no Me fijo tanto en el pecado que cometisteis sino os pido más bien por el amor que disteis.

Mis pequeños, el pecado, los errores que cometéis, sí, ciertamente os separan de Mí, de Mi Gracia, dañáis Mi Corazón, como muchos lo hicieron como cuando Viví sobre la Tierra, pero Mi Amor perdona, y vuestro pecado no transciende. Yo sé olvidar, olvido cuando perdono, pero el Amor Mis pequeños, va a trascender para toda la Eternidad.

Ese es el Valor en el que debéis centraros y centrar toda vuestra vida; en lo que va a trascender, en lo que os va a dar vida a vosotros mismos, por la vida que distéis a vuestros hermanos.

Sí Me importa el pecado, pero no lo tomo tan en cuenta cuando Juzgo, porque os podéis arrepentir en un momento, y ése tiempo perdido de pecado queda anulado de vuestra vida. Pero el desperdicio de tiempo por no amar, sí es grande, ese es un pecado mayor que debéis reparar.

Por eso mejoraos, tratad de reencontrar esos valores de vida en vuestro interior y dadlos, dad mucha vida, vivid en Mi Vida, porque de eso sí se os va a juzgar. También, por lo que no disteis, pero como os dije, va a trascender más lo que disteis de vida, y lo que disteis de amor para trascender para toda la eternidad.
Gracias, Mis pequeños